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Por medio de la cual se modifican los artículos 175 y 201 de la ley 906 de 2004, con el fin de establecer un término perentorio para la etapa de indagación, tratándose de delitos graves realizados contra los niños, niñas y adolescentes, se crea la unidad

La presente ley tiene por objeto modificar lo disposiciones de la Ley 906 de 2004, con el fin de establecer un término inicial para que la Fiscalía General de la Nación pueda formular imputación de cargos o archivar en delitos priorizados contra menores de edad.

Andrés Franco Pinzón
Dirección de Relacionamiento

Los desafíos de hacer un emprendimiento exitoso, son diversos y suelen provocar pánico e incertidumbre; además de socavar la motivación. Afortunadamente, existen muchos espacios y organizaciones que promueven el emprendimiento para dar apoyo a las iniciativas como el Centro de Emprendimiento de la Universidad del Rosario.

Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), Colombia está posicionado como una de las economías latinoamericanas con mayor Tasa de Actividad Empresarial Temprana (TEA) que se define como el porcentaje de personas entre 18 y 64 años de edad que han iniciado una actividad empresarial en los últimos 42 meses. Aunque pareciera un buen diagnóstico, del 53% de la población colombiana que expreso una intención positiva acerca de iniciar su propia empresa tan solo el 16% de ese 53% la llevan a una realidad.

Al Centro de Emprendimiento acuden alrededor de 70 proyectos al semestre buscando ayuda y orientación para llevar con éxito su emprendimiento. Es así, como la Universidad ha hecho una apuesta para que los emprendedores tengan acceso a un espacio donde puedan convertir esa intención de emprender en una realidad y aun cuando existan obstáculos sientan el apoyo del equipo del Centro de Emprendimiento.

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La experiencia en Chingaza 

En la salida de campo, 50 integrantes de la comunidad Rosarista, entre estudiantes y profesores de 17 distintos programas de pregrado, funcionarios y directivos, realizaron un recorrido al sendero SuaSie (en lengua Chibcha Sol y Agua) del PNN Chingaza. Allí, ocho interpretes ambientales de Coorpochingaza explicaron

en detalle y a través de ejemplos observables las conectividades bióticas entre los sistemas de bosque alto andino y páramo, y cómo estos tienen una alta capacidad de retención de agua que abastecen los embalses de Chuza y San Rafael para la distribución a ciudades y municipios de Cundinamarca, Meta y Boyacá. También, apreciaron diversas formas de vida como aves, plantas y rastros y huellas de mamíferos que habitan en Chingaza. 

Con esta salida de campo se inició el proyecto #RutaPaísSostenible, y en su cierre se realizó la firma de la Declaración del Compromiso con la Sostenibilidad realizada por la Universidad en conjunto con el colectivo estudiantil ECOUR, según la cual este proyecto propende acercar a la comunidad Rosarista a las realidades de los territorios, con énfasis especial en el sistema de Parques Naturales Nacionales, para generar sensibilidad y potenciar los aprendizajes en torno al concepto de sostenibilidad. Lo anterior, se pretende lograr mediante salidas de campo con grupos interdisciplinares. 

La iniciativa nace de la necesidad de tener una educación ambiental y sostenible en la institución. En el contexto nacional el sistema de PNN abarca 59 áreas declaradas, con un 11,27% de la extensión del territorio continental colombiano y un 1,5% del área marina. Estas áreas enfrentan actualmente una serie de problemáticas estructurales: cultivos ilícitos, deforestación por ampliación de la frontera productiva, pobreza en el 63% de sus habitantes, entre otras, como bien lo describe el rector Alejandro Cheyne en su reciente columna de opinión “Parques Nacionales Naturales: más pedagogía y menos deforestación y actividades ilícitas”. Por lo tanto, es necesario contribuir con el planteamiento de estrategias pedagógicas que respondan a los complejos desafíos desde un punto de vista interdisciplinar y que contemple soluciones tanto para la conservación de recursos ecosistémicos como para las dinámicas socioeconómicas de las que dependen sus habitantes. 

Si quieres obtener mayor información sobre próximas salidas de #RutaPaísSostenible, puedes contactarte con Andrea Díaz, coordinadora de Sostenibilidad al correo: sostenibilidadur@urosario.edu.co 

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Desde nuestro proyecto ¿Qué piensan, sienten y quieren los jóvenes en Colombia?, en la Universidad del Rosario seguimos identificando los puntos esenciales de inconformidad de los jóvenes, así como sus propuestas de acción. Con los resultados de este diálogo nacional, a realizar en 10 ciudades del país, promoveremos nuevamente espacios de encuentro y reflexión sobre los principales desafíos de Colombia, en donde esperamos la participación activa y el liderazgo de todos los miembros de nuestra comunidad. Nuestra Universidad siempre ha estado y debe permanecer siempre al servicio del bien común. Nuestro tercer tema a tratar es la pobreza y desigualdad, tema sobre el cual compartimos 31 preguntas frecuentes con sus respectivas respuestas: 

 


Para el año 2020, un individuo es pobre en Colombia si su ingreso mensual es menor a 338.000 pesos (con ajustes dependiendo de la ciudad donde viva) y pobre extremo si el ingreso mensual es 145.000. Si el hogar está compuesto por dos adultos y dos niños, un ingreso inferior a 1.352.000 los ubicaría en condición de pobreza, y por debajo de 580.000 en situación de pobreza extrema.  

Colombia cuenta con dos medidas oficiales de pobreza que son complementarias entre sí: la pobreza monetaria y la pobreza multidimensional. La pobreza monetaria es una medida indirecta la cual hace referencia a la falta de poder adquisitivo para adquirir una canasta básica de bienes que cumpla con el mínimo nutricional. La pobreza multidimensional es una medida directa, la cual hace referencia a la carencia y/o privaciones frente a servicios básicos que todo ciudadano debería tener derecho.  

La línea de pobreza representa un valor monetario en el cual se consideran el costo de adquirir una canasta básica de alimentos (este costo representa la línea de pobreza extrema) y el costo de los demás bienes y servicios, expresado sobre la base de la relación entre el gasto total y el gasto en alimentos. DANE con base a CEPAL 2018.  
 

Los cálculos de la pobreza monetaria, pobreza extrema, desigualdad de ingresos y pobreza multidimensional los realiza el DANE. La Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) es la principal fuente para estimar los ingresos de los hogares colombianos. Las líneas de pobreza y pobreza extrema se conforman a partir de la información de la Encuesta Nacional de Presupuesto de los Hogares. El Encuesta de Calidad de Vida (ECV) es el insumo principal para calcular el índice de pobreza multidimensional. .  
 

En 2020, 21 millones de colombianos son considerados en condición de pobreza y 7.470.000 en condición de pobreza extrema. Esto equivale al 42,5% y 15,1% de la población, respectivamente.  
 

El total de ayudas del Estado permitieron reducir la pobreza monetaria en -3,6%. Es decir, si no hubiera programas de transferencias del Estado, 1.8 millones de colombianos adicionales estarían en condición de pobreza.  

A nivel nacional, los colombianos en condición de pobreza monetaria aumentaron en 3,5 millones de personas. Los colombianos en condición de pobreza extrema aumentaron en 2.8 millones.   
 
  En primer lugar, Bogotá, con un aumento del 27,3% representado por 758.198 nuevas personas en situación de pobreza extrema. En segundo lugar, Valle del Cauca, con un aumento del 13.1% representado por 364.917 personas. En tercer lugar, Antioquia, con un aumento del 8.3% representado por 232.072 personas.

Aunque la pobreza aumentó del 32,3% al 42,4 en las cabeceras, esta cifra disminuyó del 47,5% al 42,9% en centros poblados y rural disperso.  

Durante el año 2020 las transferencias de Ingreso Solidario, Devolución del IVA y Colombia Mayor a nivel nacional hicieron parte del conjunto de ayudas del Estado que permitió que la pobreza monetaria no generara un mayor repunte. Si solo se hubieran mantenido transferencias ordinarias de programas sociales la cifra habría pasado de 35,7% en 2019 a 46,1% en 2021.  
 

El índice de pobreza multidimensional evalúa las privaciones frente a dimensiones de educación, condiciones de la niñez y juventud, trabajo, salud y condiciones de la vivienda y servicios públicos. En esta metodología se consideran en situación de pobreza los hogares que tengan privación en por lo menos el 33,3% de los indicadores.  
 

En condiciones educativas, analfabetismo y bajo logro educativo. En condiciones de la niñez y juventud, inasistencia escolar, rezago escolar, barreras de acceso a servicios de cuidado de la primera infancia y trabajo infantil. En trabajo, trabajo informal y desempleo de larga duración. En salud, no tener aseguramiento en salud y barreras de acceso a salud dada una necesidad. Finalmente, para condiciones de la vivienda y servicios públicos domiciliarios, se mide la falta de acceso a fuente de agua mejorada, inadecuada eliminación de excretas, material inadecuado de pisos y paredes y hacinamiento crítico.   
 

Para el 2019, 17,5% de los colombianos se consideraban pobres desde el punto de vista multidimensional. Es decir, tenían privaciones superiores al 33% de las registradas por el IPM.   
 

Mientras que para Boyacá, Santander y Cundinamarca el porcentaje de pobreza multidimensional no supera el 12%, en Vichada, Guainía y Vaupés la cifra es mayor al 60%. En Uribia, municipio de la Guajira, este porcentaje es del 92.2% mientras que, para Chía (Cundinamarca) es del 6.7%. Cifras del DANE, 2019.  
 

Para el 2019, había una incidencia del 34,5% de pobreza multidimensional en los centros poblados y rural disperso. Esta cifra es del 12,3% para cabeceras.  
 

El índice de Gini o coeficiente de Gini. El coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno).   

Para el año 2020, el coeficiente de Gini fue 0,544. Mientras que para el 2019 había sido 0,526, el más alto desde el 2012.  

Para el 2019, Chocó y La Guajira tenían un coeficiente de Gini de 0.59 y 0.58 respectivamente. Por otro lado, Cundinamarca y Risaralda registran los coeficientes más bajos con 0.43 y 0.44 respectivamente.  
 

Usualmente se entiende como la facilidad que tienen las personas para mejorar su ingreso en una sociedad. Usualmente se mide a entre generaciones. Por ejemplo, cuántas generaciones le tomaría a alguien lograr el ingreso promedio de su país, cuando nace en una familia de ingreso bajo (primer decil de ingresos).  
 

Un informe de la OCDE (2018) estima que aquellos nacidos en familias de ingreso bajo en Colombia tendrían que esperar 11 generaciones para lograr el ingreso medio del país. Esta cifra es la más alta de la OCDE, por encima de Brasil y Sudáfrica que tienen 9 generaciones. El promedio de la OCDE es de 4.5 generaciones.  

Las “desigualdades persistentes” remiten a desigualdades duraderas, organizadas alrededor de categorías especificas (género, raza, clase, etc.) que afectan a las personas a lo largo de sus vidas. Por el hecho de pertenecer a ciertas categorías institucionalizadas y naturalizadas, algunas personas tienen más oportunidades y posibilidades que otras.  
 

Las desigualdades se relacionan, en primer lugar, con la distribución de los recursos económicos y de los bienes materiales. Pero otras dimensiones son también importantes, en particular las que tienen que ver con el ámbito social, político y cultural.  
 

Se puede hablar de “acaparamiento de las oportunidades” cuando los miembros de algunos grupos sociales tienen sistemáticamente una serie de privilegios y beneficios, mientras que otros se encuentran estructuralmente marginalizados.  
 

El sociólogo Pierre Bourdieu ha desarrollado los conceptos de capital cultural y de capital social para evidenciar el funcionamiento complejo de la dominación, más allá de las desigualdades en un sentido estrictamente económico. En su modelo, la cercanía con la “cultura legitima” – la que se aprende en las instituciones de educación superior – brinda una serie de beneficios esenciales para ocupar posiciones dominantes en la sociedad. Lo mismo se puede decir de las redes de relaciones personales.  
 

Si las escuelas sirven principalmente como lugar de formación para todos los niños y jóvenes de una sociedad, tienen también otras funciones más ocultas. Así, el sistema escolar funciona – de manera simultanea – como un mecanismo de reproducción de las desigualdades, que permite legitimar la posición dominante de algunos grupos sociales sobre otros. Es evidente, por ejemplo, que el éxito escolar depende en gran parte del origen familiar y de la clase social.  
 

El concepto de “reproducción social” hace referencia a la capacidad que tienen algunos grupos privilegiados de mantener su posición dominante en la sociedad, una generación tras otra, mientras que otros siguen teniendo una condición dominada.  
 

Vivir en una sociedad desigual provoca tensiones y sentimientos de injusticia, que pueden perjudicar incluso a los más privilegiados. En las sociedades más igualitarias, las personas tienen mejores condiciones de vida y los lazos sociales entre las personas son más fuertes.  
 

Un cambio social puede existir, a la condición de reorganizar tanto material como simbólicamente las relaciones entre los grupos sociales. La estructura desigual de un país – como la que existe en Colombia – no es una fatalidad, sino el resultado de unos arreglos sociales particulares y contingentes.  
 

La noción de “interseccionalidad” – como herramienta para el análisis – nos ayuda a entender la manera en que diferentes formas de desigualdades y discriminación (de raza, clase, género, generación, etc.) interactúan entre sí para influir sobre el acceso a derechos y oportunidades de personas singulares.  
 

La noción de “sufrimiento social” permite enfatizar el hecho de que muchos de los dolores que afectan a las personas en nuestra sociedad tienen un origen social. Es decir que no son el resultado de “accidentes” aleatorios de la vida, y que tampoco se deben al azar de las biografías.  
 

Aunque la noción de “clases sociales” ha perdido su importancia en los discursos académicos y periodísticos, la realidad de las desigualdades sociales entre grupos que tienen diferentes condiciones de vida, recursos, oportunidades, etc. es más relevante que nunca.  
 

 

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La prevalencia de los trastornos mentales a nivel mundial, ha ido en aumento, causando grandes efectos a nivel socio-cultural y económico principalmente, representando un reto para la salud pública en la generación de políticas públicas integrales y en la sociedad. En esta oportunidad las enfermeras Martha Martinez y Sindy Restrepo, nos traen información de cómo podemos detener el estigma frente a las personas con trastornos mentales.

Hay una gran variedad de Patologías mentales cada uno de ellos con manifestaciones distintas. En general, se caracterizan por una combinación de alteraciones del pensamiento, la percepción, las emociones, la conducta y las relaciones con los demás.

Entre ellos se incluyen la depresión, la ansiedad, el trastorno afectivo bipolar, la esquizofrenia y otras psicosis, trastornos neurocognitivos,  las discapacidades intelectuales y los trastornos del desarrollo, como el autismo.[1]


Para el año 2020 la OMS, indico que la depresión y los trastornos mentales fueron la segunda causa de discapacidad a nivel mundial.
 
¿Qué es la estigmatización en salud mental?
La estigmatización es un fenómeno culturalmente construido, por un lado, desde la sociedad cuando el individuo no cumple las características y normas atribuidas socioculturalmente; y, por otro lado, los atributos que efectivamente tiene el individuo.  En resumen, como sociedad aprendemos e internacionalizamos concepciones respecto a las personas con una enfermedad mental, que luego trasformamos en “rótulos” con los cuales se etiqueta, clasifica y discriminan. En general dichos rótulos o estereotipos se refieren comúnmente a la eventual peligrosidad, debilidad e inutilidad de estos individuos. Lo anterior conduce, generalmente, a que se generen actitudes y actos discriminatorios de rechazo u omisión hacia ellos. [2]
 
 
Puntos claves para romper el Auto-estigma

¿Y qué el auto-estigma?
El auto- estigma podría definirse como un proceso des adaptativo en el que la persona acepta prejuicios sociales e integra esta creencia como parte de su autoconcepto. (Livingston & Boyd, 2010).
¡No olvides!

  • Admitir que necesitas ayuda y la posibilidad de recibir tratamiento. Esto puede brindar alivio al identificar lo que está mal y reducir los síntomas que interfieren en tu vida personal, laboral y académica.
  • No dejes que el estigma te haga dudar de ti mismo y te cause vergüenza. Buscar asesoramiento, informarte sobre tu patología y conectarte con otras personas que padecen una enfermedad mental puede ayudarte a ganar autoestima y superar el juicio destructivo sobre ti mismo.
  • No te aísles. Comunícate con personas en las que confíes para obtener la compasión, el apoyo y la comprensión que necesitas.
  • No te identifiques con tu enfermedad. No eres una enfermedad. En lugar de decir "soy bipolar", di "tengo trastorno bipolar". En lugar de llamarte "esquizofrénico", di "tengo esquizofrenia".
  • Busca ayuda y únete a grupos de apoyo. Considera expresar tus opiniones en eventos, en cartas al editor o en Internet. Puede ayudar a infundir valor en otras personas que enfrentan desafíos similares y educar al público sobre las enfermedades mentales.

 
Puntos claves para romper el estigma social y cultural
 
Como individuos podemos buscar información de fuentes verídicas y con reconocimiento en el tema, que promueva nuevas prácticas sociales y culturales, que incluyan la empatía y la tolerancia, desde el reconocimiento de las diferencias de los individuos.

Ser críticos frente a los mensajes e información que reproducen estereotipos y prejuicios negativos asociados a la patología mental.

Como sociedad podemos construir nuevos lenguajes y comportamientos que fomenten la inclusión, el respeto y el reconocimiento como individuos con capacidades laborales, habilidades sociales y emocionales que les permiten ser actores activos en el desarrollo y crecimiento social, económico, cultural y político de una nación.


Como universidad tenemos la gran responsabilidad de romper los paradigmas que promueven la estigmatización y estamos llamados ser constructores de nuevos conceptos y lazos que promuevan la inclusión, el respeto y garantes de los derechos de la población con alguna patología mental.


Desde la Decanatura del Medio Universitario, se promueven espacios presenciales y virtuales para brindar apoyo integral a los estudiantes y funcionarios a través de la ruta de atención en salud mental y la línea de atención UR te cuidad de Corazón    Así mismo, se desarrollan diversas actividades educativas orientadas al reconocimiento y sensibilización acerca de las emociones y los diversos trastornos mentales.


Para más información o si deseas buscar ayuda, acércate a los servicios médicos y los espacios del URemotion, ubicados en las diferentes sedes de la universidad. También te invitamos a revisar nuestros contenidos sobre el tema, dispuestos en las redes virtuales como @midecanatura y Facebook mi decanatura.
Y recuerda.

¡Juntos podemos detener el estigma!

[1]OMS. 2019. TRASTORNOS MENTALES, Centro de prensa: Tomado de: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-disorders
[2] Mascayano Tapia Franco, Lips Castro Walter, Mena Poblete Carlos, Manchego Soza Cristóbal. Estigma hacia los trastornos mentales: características e intervenciones. Salud Ment  [revista en la Internet]. 2015  Feb [citado  2022  Abr  25] ;  38( 1 ): 53-58. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-332520…

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Desde el Laboratorio de Finanzas de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, te invitamos a potencializar tu hoja de vida, mejorar tus habilidades y adquirir nuevos conocimientos a través de este Taller de Excel básico - intermedio.

Microsoft Excel es una herramienta útil, práctica y versátil. Aprender a utilizarla de la manera adecuada puede marcar la diferencia entre largas jornadas de trabajo si se aprende a sacarle todo el provecho.

El 20% de tu inscripción a este curso, irá al programa de becas “Sueño Ser”, que fortalece el acceso y permanencia a la educación superior de jóvenes con excelencia académica y necesidades socioeconómicas, para culminar sus estudios.
¡Queremos que más personas cumplan el sueño de acceder a la educación superior y que se conviertan en excelentes profesionales, para ello te invitamos a ayudar al programa Sueño Ser inscribiéndote en este curso!
 

Dirigido a:

Personas que quieran mejorar su conocimiento en Excel; aprender a sacarle el provecho a esta herramienta y hacer sus labores diarias de manera más práctica. ¡Excel es útil para todos!

Intensidad:

3 sesiones de dos horas cada una.
 
Fechas y horarios:

Del 21 al 23 de junio de 2022 de 6:00 p.m. a 8:00 p.m. en modalidad Acceso Remoto  
 
NOTA: El curso se dictará a través de acceso remoto. Sin embargo, de acuerdo a las disposiciones del Gobierno y de la Universidad puede llegar a darse también de manera presencial, asegurando siempre el acceso remoto para aquellos participantes que solo puedan acceder de manera virtual.
 
Contenido temático:

  1. Sesión 1: Introducción a Excel y a funciones básicas e intermedias
  2. Sesión 2:Presentación, manipulación y análisis de datos
  3. Sesión 3: Tablas y gráficos dinámicos

 
Inversión:

Estudiantes de pregrado: $ 70.000
Estudiantes de posgrado: $100.000
Funcionarios y Egresados: $130.000
Externos: $150.000
 
Nivel Insignias: 1 (Aplica solo para pregrado)

Certificado por Educación Continua de la Universidad del Rosario
*Ver política de costos y certificado por Educación Continua.

¡Paga tu inscripción aquí!

PSE

 

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En la quinta entrega del proyecto ¿Qué piensan, sienten y quieren los jóvenes en Colombia? se les preguntó los temas que mayor atención les generan los candidatos presidenciales y las emociones que les producen. También indaga la confianza de los jóvenes en las instituciones del país.  
 
Aunque el 79% de los jóvenes piensa salir a votar este 29 de mayo en primera vuelta presidencial, el 52% no se siente representado por los candidatos. Así lo indica el quinto estudio del proyecto ¿Qué piensan, sienten y quieren los jóvenes en Colombia?, encuesta de la Universidad del Rosario, la fundación Hanns Seidel, El Tiempo Casa Editorial y la firma Cifras y Conceptos.
 
El 78% de los jóvenes ya decidió por quién va a votar y el 22% aún no sabe por quién hacerlo. El 73% tiene clara las propuestas de su candidato y les interesa sobre todo las temáticas de educación, salud, seguridad y empleo, según la encuesta que se realizó entre el 7 y el 21 de abril en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cúcuta, Bucaramanga, Pasto, Villavicencio, Manizales, Neiva, Tunja y en 210 municipios del país, y en la que se encuestaron a 2220 jóvenes entre 18 y 32 años, quienes representan un universo de 4.7 millones de personas.  
 
A la hora de escoger por quién votar, los encuestados tienen en cuenta las propuestas del candidato (58%), su perfil (39%), la ideología (33%), las conversaciones de su familia (22%), las conversaciones con sus amigos (17%), el partido político o movimiento del candidato (16%), las discusiones en los debates presidenciales (14%), lo que ve, lee y escucha en medios de comunicación (13%), lo que ve y lee en redes sociales (13%), la voz a voz (11%) y la popularidad del candidato (11%).
 
Jóvenes confían poco en las instituciones  

 
Para Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, “llama la atención que las únicas instituciones en que confían los jóvenes encuestados en las ciudades y los municipios rurales son las universidades públicas en un 60%, seguidas de las universidades privadas, con un 53%”. No obstante, es de señalar que, en comparación con las encuestas de enero y noviembre de 2020 y mayo y noviembre de 2021, la confianza de todas las instituciones ha continuado en descenso.  
 
A los jóvenes encuestados, las instituciones que les generan mayor desconfianza son la Presidencia de Colombia (81%), seguida de los partidos políticos (80%), el Congreso de la República (78%), los influenciadores digitales (73%), la Policía Nacional (73%), el Consejo Nacional Electoral (72%), la Fiscalía (71%), la Contraloría (70%), los medios de comunicación (70%), la Procuraduría (69%), los líderes religiosos cristianos no católicos (69%), las Gobernaciones (68%), las Alcaldías Municipales (68%), los jurados de votación (65%), los sindicatos (64%), la Registraduría (62%), la Defensoría del Pueblo (59%), las redes sociales (59%), las Fuerzas Militares (58%) y la Iglesia Católica (56%).
 
Alegría y miedo: las emociones que más predominan en los jóvenes
 
Los jóvenes encuestados indicaron que la emoción más dominante actualmente para ellos es la alegría, con un 56%, especialmente para quienes viven en los municipios rurales (64%) y un poco menos para los jóvenes de las ciudades (55%), indicó el rector de la Universidad del Rosario  
 
“Es importante resaltar cómo la alegría volvió a los porcentajes de hace dos años, después de que en mayo de 2021 cayera al 5%. En enero de 2020, el 66% de los jóvenes encuestados se sentía alegre y en abril de 2022 el 56%”, dijo Cheyne.
 
Después de la alegría, los jóvenes mencionaron las siguientes emociones: sorpresa (37%), miedo (36%), tristeza (31%), desagrado o asco (23%) e ira (18%). En las ciudades, el miedo (37%), la tristeza (31%) y la ira (18%) son emociones que siente en un mayor porcentaje de jóvenes, en comparación con quienes habitan en municipios (miedo 28%, tristeza 27% e ira 13%).
 
Sin embargo, resaltó Cheyne, la alegría pasa a los últimos lugares en los jóvenes cuando se les pregunta por los candidatos presidenciales. Las emociones que sienten cuando se les pregunta por los candidatos son esperanza (32%), desagrado (28%), desilusión (25%), miedo (21%), sorpresa (19%), confianza (16%), tristeza (15%), frustración (15%), ira (10%), alegría (9%), inspiración (5%) y orgullo (3%).
 
Estas emociones que generan los candidatos a la presidencia varían para los jóvenes según la zona en la que viven: esperanza, 31% en las ciudades y 39% en los municipios rurales; desagrado, 28% en las ciudades y 26% en municipios; desilusión, 25% en las ciudades y 18% en municipios; miedo, 21% en las ciudades y 18% en municipios; y sorpresa, 19% en ciudades y 17% en municipios.

Consulta el documento con los resultados aquí

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