La doctora Inés Elvira Restrepo es profesora de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, y fue quien dio vida al programa OAT cuando se enteró que esperaba un niño en condición de discapacidad. Desde entonces, su lucha por los derechos de inclusión de las personas y sus familias, la llevó a tomar una misión que lleva en el corazón.
“Aquí desarrollamos la cultura y la economía del parche, donde todos remamos y aprendemos juntos”, señaló Inés. Además de esto, los estudiantes que hacen parte del programa tienen la posibilidad de realizar sus prácticas dentro de los diferentes espacios con los que cuenta la Universidad.
Para Rafael Méndez, director Académico, “todos ellos y ellas son Rosaristas como cualquier otro de los 13 mil estudiantes que tenemos en nuestra universidad, el programa OAT adapta a la universidad a estos nuevos talentos”. Adicionalmente, esto le permite a la comunidad en general, aprender de las personas en condición de discapacidad y, a su vez, enseñarles sobre sus derechos y mecanismos de protección.
¿En qué consiste el proyecto?
El proyecto de Inés Elvira Restrepo busca que cada uno de los jóvenes tenga la oportunidad de formar una empresa que les ayude a desarrollar nuevas habilidades y les permita tener ingresos. Es así como nació Frutos del Parche, un emprendimiento en el que los miembros del programa trabajan y elaboran comida saludable mediante frutas deshidratada. Son ellos quienes se encargan de comercializar en ferias y demás espacios.
“Cuando yo veo a mi hijo trabajando siento un gran orgullo al ver que es parte de un proceso que lo hace feliz y además es un trabajo que le da mucha dignidad”, dijo Hernando Cárdenas, padre de uno de los beneficiarios del proyecto Frutos del Parche.
Al desarrollar ese modelo cooperativo de negocio visibilizan las habilidades adquiridas en sus clases, que, a su par, los motiva a seguir construyendo apuesta para el fortalecimiento de sus emprendimientos “Todos los días me hacen ser reconocida, me hacen sentir útil y yo creo que es algo importante sentirse acogido”, menciona Ana Lucía Díaz, beneficiaria del programa.
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