Sayuri Ecima, historiadora de nuestra Universidad afirma: “Este día celebramos los 205 años de la Batalla de Boyacá, contienda que marcó el proceso independentista y la campaña libertadora de la Nueva Granada al hacer irreversible la separación de la corona española. Las conmemoraciones son coyunturas que permiten la articulación de los distintos tiempos históricos; pasado, presente y futuro, y que, al ser llevadas a cabo de forma colectiva, pueden contribuir a la comprensión de un evento histórico determinado. En este sentido, esta fecha nos invita a evaluar estos años que han transcurrido desde el acontecimiento hasta la efeméride, mientras que simultáneamente nos permite definir los desafíos para construir un mejor futuro”.
Sin embargo, la académica destaca que hay aspectos poco conocidos de esta batalla que arrojan luz sobre la complejidad y el heroísmo del proceso independentista. Aquí te presentamos cinco datos sobre la Batalla de Boyacá:
1. Los triunfos militares de 1819 no fueron el inicio ni el final de Colombia como comunidad política autónoma. A pesar del hito que se formó alrededor de 1819, estos eventos fueron unos más dentro del proceso que inició diez años atrás; de esta manera la Batalla de Boyacá y la Ruta Libertadora consolidaron la separación, la hicieron irreversible, pero no la iniciaron.
2. Así como esta batalla no inició el proceso tampoco la selló, al terminar con la derrota del bando realista, aún había provincias que se obstinaron en impedir el establecimiento del régimen republicano en sus tierras. Una de estas fue Pasto. Los pastusos preferían la estabilidad del imperio español al nuevo gobierno republicano. Así, la integración de Pasto a Colombia tuvo que hacerse por la fuerza. En junio de 1824, las tropas pastusas, lideradas por Agustín Agualongo, fueron capturadas y fusiladas, dando fin a la resistencia a la república en las montañas del sur colombiano.
3. Ahora, no olvidemos a las mujeres que participaron durante la campaña libertadora. Por ejemplo, Mercedes Ábrego de Reyes, nortesantandereana, colaboradora de los ejércitos republicanos en 1813, le regaló al libertador una casaca bordada en oro por ella misma. Este mismo año fue apresada y decapitada frente a sus dos hijos. No olvidemos también a Antonia Santos Plata, vendió la mayor parte de sus joyas, sacrificó su caudal, reunió armas y víveres, y su hacienda familiar, El Hatillo, fue el centro de reunión de esta guerrilla. El 12 de julio de 1819, los realistas la apresaron y fue ejecutada dos semanas después en la plaza de El Socorro.
4. El centenario de la Batalla de Boyacá fue utilizado por el gobierno colombiano como una coyuntura que favorecía la consolidación de la comunidad nacional; debido al cambio de siglo marcado por la guerra de los Mil Días y la separación de Panamá, los cuales afectaron la idea de nación que se quería establecer. Durante la efeméride se articularon las premisas de unidad nacional y desarrollo tecnológico del país, con un sentimiento de deuda hacia los próceres de la patria; es decir, que a través del reconocimiento de los logros pasados y de su idealización, se pretendió conmemorar a los muertos e inspirar a los vivos a ser dignos de sus antepasados y crear un futuro tan glorioso como su pasado.
5. Como parte de los actos de la celebración centenaria se emplazaron los bustos a los cuatro jefes patriotas más reconocidos de la campaña libertadora: Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander, Carlos Soublette y José Antonio Anzoátegui en el monumento del Obelisco. No obstante, estos serían más adelante retirados y puestos en diferentes pedestales del campo cuando se instaló el monumento de Fernand Von Miller, la Gloria de Bolívar.