Por Leonardo Briceño Ayala
Profesor de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario
Investigadores de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, el Swiss Centre for Occupational and Environmental Health y la Universidad de Ciencias de Tokio entre otros, estimaron que con la aparición de la variante Ómicron del Sars CoV 2 las personas consideradas superdispersoras del virus pueden encontrarse en una proporción de hasta una de cada 10 de las infectadas.
La transmisión aérea del SARS-CoV-2 es una vía importante de infección. Para el tipo salvaje (WT), solo una pequeña proporción de los infectados emite grandes cantidades del virus. Las variantes de preocupación que prevalecen actualmente, Delta (B1.617.2) y Ómicron (B.1.1.529), se caracterizan por cargas virales más altas y una dosis infecciosa mínima más baja en comparación con la WT. El objetivo del presente estudio fue describir la distribución resultante de las emisiones virales en el aire y reevaluar las estimaciones de riesgo para entornos públicos dada la mayor carga viral e infectividad.
El Doctor Leonardo Briceño Ayala, investigador del Grupo de Investigación en Salud Publica de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, y coautor del estudio publicado explica que el modelo de estimación sugiere que una proporción mucho mayor de individuos infectados con las nuevas variantes son emisores altos, muy altos o superemisores de virus en el aire: para el WT, uno de cada 1000 infectados era un superemisor; para Delta uno en 30; y para Ómicron uno en 20 o uno en 10, dependiendo de la carga viral estimada utilizada.
Desde la perspectiva de la transmisión por aerosoles, el cambio hacia una mayor proporción de individuos con emisiones muy altas, junto con la dosis crítica fuertemente reducida, parecen ser dos factores importantes del riesgo y es probable que contribuyan a la rápida propagación observada del Delta y de Ómicron. Reducir los contactos, usar siempre mascarillas N95 o FFP2 bien ajustadas cuando se está en interiores, usar ventilación y otros métodos para reducir las concentraciones de virus en el aire y evitar situaciones con volumen de voz elevado parece fundamental para limitar estas últimas oleadas de la pandemia de COVID-19.
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