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La Reconquista en la Nueva Granada: el caso del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario de Santafé 1816-1817

David Felipe Nieves González

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Resumen:

El presente ensayo tiene como objetivo el dar cuenta de la manera  cómo se dio el proceso de devolución de los bienes del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario en 1817, tras ser transformado en cárcel un año antes bajo las órdenes del General Pablo Morillo. Dicho proceso fue encaminado por Domingo Tomás de Burgos, rector del Colegio. En este sentido, se observan las diferentes instancias, argumentos y solicitudes presentadas por el rector Burgos para el desembargo del Rosario, negociando con las autoridades realistas que pretendían retomar el control del Virreinato de la Nueva Granada en un periodo llamado la Reconquista. De la misma forma, se resalta la forma en cómo las autoridades españolas respondieron a dichas solicitudes, entrando en una negociación y diálogo constante con el rector. Así, este escrito pretende rescatar e incentivar nuevas temáticas de investigación, tanto para el periodo de la Reconquista, como para la historia del mismo Colegio del Rosario.
 
La Reconquista en la Nueva Granada: el caso del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario de Santafé 1816-1817
Introducción
Al hablar del Bicentenario de la Independencia en Colombia debemos hacer referencia explícita no solo aquellas batallas, nombres y acontecimientos relevantes que marcarían nuestra consolidación como Estado-nación. También, es necesario reconocer los diversos procesos particulares que se dieron al interior del por entonces Virreinato de la Nueva Granada, así como delimitar momentos de quiebre que pueden servir como punto de partida para abordar estos sucesos de manera crítica. En este sentido, creo conveniente acercarme a uno de los momentos clave en la independencia de la Nueva Granada: la Reconquista, denominada también como ‘Régimen del Terror’, encabezada por Pablo Morillo en su llegada a Cartagena en 1815 y proseguida a lo largo del territorio granadino y venezolano desde 1816 hasta 1819. No obstante, la elección de esta temática pasa también por un evento crucial en nuestro presente: el cumplimiento de los 200 años desde la llegada de Morillo y el ejército realista a tierras granadinas.  

Aún más, al encontrarse miles de posibles casos de estudio dentro de un tema tan amplio como lo es la Reconquista, considero pertinente centrarnos en una localidad e institución específica: el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, ubicado en Santafé, capital del Virreinato. Fue fundado en 1653 por Fray Cristóbal de Torres y a lo largo del periodo colonial sería una de las instituciones americanas más reconocidas en cuanto a la educación. Para la llegada de Morillo a Santafé en 1816 el Colegio fue convertido en cárcel, allí se encarcelaron, sentenciaron y fusilaron a aquellos líderes independentistas criollos. No obstante, para 1817, el Colegio retornaría a sus actividades normales, siendo devuelto por las autoridades realistas para el ejercicio de la educación.

 

Voces ilustradas en la Reconquista - Foto Archivo Histórico UR

Así pues, el presente escrito tiene como objetivo dar cuenta de la negociación entre el rector del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario Domingo Tomás de Burgos y las autoridades realistas para la devolución del mismo a su rector y así continuar con las actividades académicas. De esta manera, se dará un breve contexto del movimiento independentista, la situación del Colegio durante este proceso y las directrices de Morillo, Tomás Tenorio Carbajal, Fiscal Interino, Francisco Montalvo, por entonces Virrey, y Juan Sámano, Comandante General de la Nueva Granada, para su institución como cárcel y posterior devolución. De esta manera, se verán expuestos no solo los términos en los cuales se realizó aquella negociación, sino también evidenciará que, a pesar de la guerra, las tensiones políticas y el denominado ‘Régimen del Terror’, aún había lugar para las negociaciones con las autoridades españolas.
En este punto, se hace pertinente resaltar que este trabajo responde a dos problemáticas específicas. En primer lugar, como se advirtió con anterioridad, al reconocimiento de un espacio de negociación con las autoridades realistas en medio de la Reconquista, periodo en el cual se considera hubo un ‘Régimen del Terror’ que imposibilitaba todo tipo de diálogo. Si bien Morillo y Sámano ejecutarían a la mayoría de los líderes criollos independentistas a lo largo del virreinato, dejando claro que no habría espacio a negociaciones, el presente caso demostrará que si existió un diálogo entre las autoridades realistas recién reinstauradas y las solicitudes realizadas a ellas.
En segundo lugar, este trabajo responde a la falta de nuevos acercamientos históricos durante este periodo en general tanto como para el Colegio del Rosario. Referente a este último existe una bibliografía extensa para el periodo colonial y republicano. Entre los diferentes escritos se encuentran las historias acerca de las cátedras del Colegio[1], estudios de la biblioteca de Fray Cristóbal de Torres[2], la historia de la enseñanza en el mismo[3], entre diversos trabajos de María Clara Guillén Iriarte con referencia a los rectores y estudiantes del Colegio a lo largo de su historia. De esta manera, los acercamientos del mismo centrados en la Reconquista y el periodo independentista aún no se han consolidado como campo de estudio privilegiado. En este sentido, el presente escrito tendrá como propósito aportar un primer acercamiento a este momento coyuntural dentro de la historia del Colegio[4].     
La Reconquista española en América: Antecedentes a la llegada de Pablo Morillo a Santafé
A principios de siglo XIX se iniciaron los movimientos independentistas de las colonias españolas en América. La derrota del rey español Fernando VII a manos de Napoleón en 1808 tendría repercusiones directas en las colonias americanas. A lo largo de 1810 las diversas provincias establecerían juntas de gobierno para hacer frente a la caída del rey. En Santafé la Junta conformada por criollos permanecería fiel al rey, aunque posteriormente se produciría la declaración de la independencia del territorio bajo el nombre de Estado Independiente de Cundinamarca. Son múltiples las explicaciones que rondan al por qué las colonias americanas decidieron la separación final con España. Aquí, me limitaré a nombrar tres brevemente: la falta de representación criolla en el gobierno español en la península, la pérdida de muchos de sus cargos privilegiados en América por las reformas borbónicas de siglo XVIII y el mismo vacío de poder dejado por las invasiones napoleónicas a España[5].   

De esta manera, tras la declaración de independencia de las diversas provincias comenzaron una serie de conflictos a lo largo de la Nueva Granada. La Junta Santafereña pretendió unificar el territorio bajo una perspectiva centralista, sin embargo, eran numerosas las juntas que no reconocían la autoridad santafereña. En 1811 el presidente del Estado de Cundinamarca Antonio Nariño propone adherir territorios de las diversas provincias al Estado, causando recelo en Tunja, en el Socorro y en Neiva. Es necesario agregar que en contra de las pretensiones centralistas de Santafé se encontraban las Provincias Unidas de la Nueva Granada, de carácter federalista, y lideradas por Camilo Torres. En estas se encontraban las provincias de Antioquia, Cartagena, Neiva, Tunja, y Pamplona. Por otra parte, Santa Marta y Pasto permanecerían como bastiones españoles. Esta situación llevaría a diferentes conflictos militares entre las provincias prologados hasta 1815.

Mientras tanto, para 1814 Fernando VII sería liberado, expulsando a las tropas francesas y restableciéndose en el trono. Al estar consciente de la situación en América, el rey manda una expedición liderada por el General Pablo Morillo y a Juan Sámano a la Nueva Granada con el fin de recuperar el territorio. En 1815, Morillo sitiaría Cartagena y en 1816 llegaría a Santafé, reestableciendo el Virreinato y a sus autoridades. Francisco Montalvo sería designado Virrey, mientras que Sámano sería comandante de las tropas realistas y gobernador en Santafé, continuando Morillo con la expedición militar en la Nueva Granada y Venezuela. Las autoridades españolas, una vez al mando, impulsaron ejecuciones, destierros, persecuciones y embargos contra los líderes revolucionarios[6].

Entre las medidas promulgadas en Santafé por Morillo y Sámano se encontraban el establecimiento de tres tribunales encargados de juzgar a los independentistas y del mantenimiento de las tropas realistas: El Consejo de Purificación, la Junta de Secuestros y el Consejo de Guerra permanente[7]. Así, en estos se dictaminaba la captura inmediata de los ‘patriotas’ para su encarcelamiento y posterior juicio, al mismo tiempo que se confiscaban sus bienes para el mantenimiento militar español, sin embargo pronto las cárceles estarían llenas, por lo cual Morillo dispuso el embargo de los bienes de los Colegios de Santo Tomás y del Rosario para trasladar allí a los reos[8].  De esta forma, las instalaciones del claustro fueron adaptadas para su operación como cárcel, siendo devuelto a mediados de 1817. A continuación veremos en detalle de qué forma se solicitó la entrega del claustro y la posterior solicitud para su devolución por parte del rector.   

El Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario entre las disposiciones realistas y el restablecimiento de la educación
En carta de 11 de junio de 1816, el rector del Colegio del Rosario Domingo Tomás de Burgos fue notificado por Martín Urdaneta acerca de la orden verbal del General Pablo Morillo para que “disponga inmediatamente de los fondos de ambos colegios de esta capital, entren por ahora y hasta nueva disposicion de Su Excelencia en la tesorería general de Real Hacienda”[9]. Así, Morillo daba orden de embargo de los bienes de los Colegios de Santo Tomás y del Rosario, quiénes estarían manejados por la Real Hacienda, pidiendo además a Burgos las cuentas del Colegio del Rosario “desde su ingreso al rectorado”, junto con “una precisa relacion de todos sus fondos y demas que compongan el monto total de sus entradas: las cantidades que los inquilinos adeuden y demas noticias”[10]. Lo anterior con el propósito de que tanto las instalaciones del claustro, como las rentas generales del Colegio y demás bienes anexos pasaran a ser administrados en función de los intereses realistas.

No obstante, el rector no cumpliría prontamente con los requerimientos de Morillo. En una nueva comunicación de 23 de julio, el mismo Urdaneta volvería a reclamar a Burgos anexar las cuentas del Colegio lo más pronto posible. El primero reclamaba que dicho rector “há mirado este asunto con la mayor indiferencia, y abusando de la tolerancia que por un efecto de consideracion hacia su caracter hé tenido hasta la fecha”[11]. Así, Urdaneta afirmaba que bajo las ordenes de Morillo las rentas del Colegio debían presentarse ese mismo día a fin de que “por el excelentisimo Señor General se tome una resolución que vuestra merced le sea poco agradable”[12]. Sin embargo, las rentas del Colegio no serían presentadas hasta el 30 de julio por el rector. En este sentido, se puede comenzar a observar la opinión negativa de Burgos de entregar el Colegio y sus bienes a manos de la restablecida autoridad española y la presión de esta última para hacer cumplir sus designios lo más pronto posible.

Los mártires rosaristas de la Reocnquista - Foto Archivo Histórico

De acuerdo a cartas posteriores podemos reconocer que el Colegio del Rosario, tras su embargo, funcionó primero como cuartel general de las tropas realistas, para luego pasar a ser cárcel de Santafé. Así lo enuncia Burgos en carta de 15 de noviembre de 1816 dirigida a Montalvo, Virrey del Nuevo Reino de Granada[13]. En esta misma Burgos declara al Virrey como se ha mantenido obediente a las disposiciones realistas, no solo entregando dichas cuentas previamente, sino también absteniéndose desde ese día “de cobrar reditos de los principales […] percibiendo solamente lo preciso para la oblata de la Yglesia y mi subsistensia”[14].
Estos actos de obediencia son recalcados por Burgos con el fin de dar cuenta de un problema al interior del Colegio y, así, empezar la solicitud para la restitución del mismo: la elección del rector por parte de los colegiales. De acuerdo con Burgos, el 18 de diciembre de aquel año debían hacerse las elecciones de rector, vicerrector y consiliarios como era costumbre desde la fundación del Colegio por votación con participación activa de los colegiales. No obstante, las elecciones no podrían realizarse debido a que no había colegiales para el efecto “por haverse estos retirado unos a sus tierras, y otros que son patricios de estas a otras causas por motivo de haver sido convertido el Colegio en cárcel que se mantiene hasta la fecha, aunque ya con pocos presos”[15]. Esta última afirmación proveerá una de las argumentaciones fundamentales de Burgos para pedir la devolución del Colegio.

Aún más, podemos encontrar un segundo argumento por parte del rector del Colegio para la devolución del mismo. En la misma comunicación ya nombrada hacia el Virrey Montalvo, Burgos, bajo sus actos de obediencia ya nombrados y el problema de no poder realizar las elecciones, declara: “interpelo la autoridad de Vuestra Excelencia para que como vice patrono de esta real causa de educasion sufre en prejuicio en su instruccion la juventud”[16]. Aquí, cabe resaltar cómo Burgos dejaría en claro que la educación de la juventud en el Nuevo Reino se vería gravemente afectada debido a la conversión del Colegio en cárcel. Este argumento aparecería en repetidas ocasiones en los escritos del rector.  

La respuesta a dicha comunicación de Burgos sería por parte de Sámano, enviada el 23 de enero de 1817. En ella se afirma “no tener este gobierno ningun antecedente sobre las cuentas que dió el rector en virtud de la providencia del excelentísimo Señor General en Jefe y que cita en el oficio de 15 de noviembre ultimo”[17]. Finalmente, para abril de 1817 el rector y las autoridades realistas mantendrían una serie de audiencias en donde se haría oficial el pedido de Burgos para la devolución del Colegio. Nuevamente, el rector apelaría a la importancia de la educación para el Reino, afirmando que en el Colegio “nace formarse buenos padres de familia, buenos vasallos, juezes y ministros”[18]. Así, al privar de la educación al Nuevo Reino, se llegaría a un estado “de no haber un literato que no supiese discernir la aplicacion de la justicia”, siendo “indecorozo que huviese de quedar sepultado este Reino en la ignorancia”[19]. De la misma forma, Burgos resalta que el embargo del Colegio se encuentra en contra de las leyes y constituciones dictadas por Fernando VII.  
  
El requerimiento de Burgos sería apoyado por el fiscal interino de la Real Hacienda, declarando que ruega a “Vuestra excelencia[20] que felizmente ha venido a restablecer en este pais el imperio de las leyes y a distribuir la justicia digne acordar las medidas mas oportunas para que el referido Colegio recobre este titulo”[21]. De esta forma, Sámano declararía que el Colegio sería devuelto tras la restitución de las cuentas que se encontraban en la Real Hacienda[22]. Sin embargo, en carta de 21 de abril  Sámano destaca que esta última no tenía noticia alguna sobre dichas cuentas ni una orden del General Morillo acerca de las mismas[23]. La respuesta dada a Sámano por parte del fiscal interino fue que aquellos antecedentes de las cuentas no se encontraban en la Real Hacienda y que solo se encuentra registro del despojo del Colegio en las órdenes verbales de Pablo Morillo.

En este punto, el fiscal destaca que las órdenes de Morillo fueron las de “despojar de propiedades legitimas, y para despojar á un cuerpo moral, que jamas puede delinquir, y jamas puede castigarse”[24]. Así, en su visión el fiscal considera que no fue aceptable bajo las leyes embargar los bienes del Colegio, agregando que “lo que se há ejecutado al nominado Colegio equivale á una aniquilacion efecto de un despojo del mas violento e intolerable”[25]. La postura radical del fiscal en contra del embargo del Rosario resulta única y solo encuentra fundamento en dicho caso en líneas posteriores, en donde se aduce que su función es el restablecimiento de las leyes y el “clamar contra la opresión”[26]. Finalmente, este pide de nuevo la restitución del Colegio y de sus bienes en conformidad bajo las leyes expedidas por Fernando VII para el beneficio de la educación en América.

De la misma forma, el rector Domingo Tomás de Burgos se dispone a adjuntar y enviar a Sámano los oficios proveídos por el fiscal para dar cuenta de la no existencia de expedientes judiciales para el embargo de las cuentas del Colegio[27]. A 16 de mayo de 1817 Sámano decretaría la devolución del Colegio a su rector. La entrega del Colegio se realizaría en dos fases. En primer lugar, los presos serían trasladados a la Real Cárcel de Corte en Santafé al mando del Alguacil Mayor, la cual se realizaría en 19 de agosto. En este operativo específica el Alguacil que no hubo inconveniente en aprobar el traslado de los presos por “no ser de temerse los males que antes experimentaron por haberse disminuido en número de ellos mas de la mitad”[28].

En segundo lugar, se daría la restitución de los bienes embargados y las cuentas al rector Burgos. Esta devolución sería aprobada por el fiscal interino de la Real Hacienda el seis de septiembre y reafirmada por el Virrey Montalvo en oficio del diez de septiembre de 1817 y notificada a Burgos por parte de Sámano el 16 del mismo mes[29]. Tras la restitución de las fincas y bienes en embargo, el rector Domingo Tomás de Burgos el 23 de octubre pediría nuevamente al Gobernador de Santafé Juan Sámano el reintegro de las rentas totales del Colegio. De esta forma, Burgos pediría a las autoridades que “reintegren la cantidad de 125 pesos que habian cobrado de los productos de sensos que se reconocen a dicho Colegio como igualmente el redito de tres años del principal de quatrocientos pesos que existe en dicha tesoreria”[30]. No obstante, el 29 de noviembre se respondería desde dicha tesorería que las cantidades correspondientes al Colegio eran solo de 100 pesos. Burgos apelaría a esta decisión sin éxito, siendo devueltos únicamente 100 pesos por orden de Sámano en oficio de 10 de diciembre[31].

Conclusión: Indulto de Fernando VII y su posible relevancia para a devolución del Colegio del Rosario
Tras haber abordado a fondo el litigio de Domingo Tomás de Burgos para la devolución de los bienes embargados al Rosario, es preciso reconocer un acto de gran escala que pudo influenciar este proceso. Se trata de un indulto ofrecido por el rey a los criminales en todos los territorios españoles. Este sería presentado en diciembre de 1816 y decretado por Cédula Real en enero de 1817. Además de abarcar los crímenes generales como el hurto y el contrabando, el indulto se extendía a “los reos procesados ò no procesados, presentes ò ausentes por delito de insurreccion”[32]. Dicho indulto empezaría a ser efectivo desde su publicación en cada reino. Así, para el caso de la Nueva Granada iniciaría el primero de julio del mismo año.
Ahora bien ¿De qué manera un indulto tan tardío podría haber ayudado en la pronta restitución del Colegio? Primero, las noticias de aquel indulto podrían haber llegado con anterioridad a América, si bien sería comunicado de forma oficial a las autoridades el 30 de junio de 1817 en Santafé. Esto hubiera podido influenciar a los jefes realistas a la devolución del Colegio de manera oportuna, aunque al no tener registro de que aquellos conocían dicho indulto con anterioridad, solo entramos en el ámbito de la especulación. Segundo, podría afirmarse con seguridad que la aplicación de dicho indulto favoreció la entrega del Colegio en la medida en que muchos de los presos que se encontraban allí habrían sido puestos en libertad. Lo anterior se complementaría con la baja tasa de presos que se encontraban en el Colegio, como se pudo advertir con anterioridad, demostrado durante el proceso y repetido a lo largo de las comunicaciones[33].

Tercero, es necesario anotar que la baja presencia de presos correspondía no solo a dicho indulto, sino también a los constantes fusilamientos y exilios realizados a los líderes patriotas por parte de Morillo. De la misma forma, al haberse reducido el número de crímenes, las autoridades buscaban devolver la normalidad a las colonias, alentando a que los bienes embargados a terceros y la llamada “fiebre carcelera”[34] se redujeran constantemente. Es en este momento cuando comienza una nueva etapa en el proceso de independencia en la Nueva Granada, observándose la reorganización del ejército independentista para combatir a las fuerzas realistas que habían recobrado gran parte del territorio. Así, los conflictos ya no consistirían en restablecer el orden colonial, sino en luchas y batallas campales a lo largo del virreinato para mantener y obtener territorios que dieran la victoria a uno u otro bando.

Al mismo tiempo, considero menester dar cuenta de las acciones realizadas en el Colegio luego de volver a sus funciones educativas. Tan pronto como el claustro fue devuelto en agosto de 1817 se dio búsqueda a un nuevo catedrático de Filosofía[35], mientras que las clases se retomarían en octubre del mismo año. Ya en diciembre y enero de 1816 y 1817 respectivamente se realizarían las elecciones de catedráticos, rector, vicerrector y consiliarios del Colegio[36]. Además, para el mismo mes de diciembre Burgos entregaría las cuentas del Colegio en razón del tiempo en que fue convertido en cárcel hasta la fecha, resaltando en ellas el gasto de los arriendos, salarios, alimentación así como los objetos extraviados y las remodelaciones y reparaciones hechas debido a “los daños que ha sufrido el Colegio por los presos, y los soldados que han estado en él”[37].  Los ejercicios de la educación volverían a la normalidad y no sería hasta la independencia que los planes de estudio serían modificados.    

Por último, creo conveniente afirmar que retomar el estudio de la reconquista y específicamente del Colegio del Rosario no solo ayudará a una mejor comprensión de este periodo, sino también del Rosario como institución en relación con la autoridad a cargo. Recordemos que el sistema utilizado en el Colegio es aquel del Patronato, en donde el patrón era una figura que encarnaba en tiempos de la colonia el rey y que pasaría al presidente como actualmente se mantiene. Así, el presente escrito nos da una pista para observar la manera cómo se han llevado a cabo estas relaciones en periodos críticos, en donde el Colegio preservaba o perdía su autonomía. Otro paso a seguir sería no solo profundizar acerca de la temática aquí presentada, sino también del periodo en donde el Colegio sirvió nuevamente como cárcel en 1860, el cierre de sus clases a lo largo del siglo XIX por las constantes guerras civiles y su postura frente a las mismas. De esta forma, el presente trabajo espero proporcionará las bases para consolidar nuevas inquietudes y problemas alrededor de lo ya presentado, así como un aporte significativo a la celebración de los 200 años de la Reconquista que para estas fechas se hace presente.

Fuentes primarias:
Archivo General de la Nación (AGN). Sección Archivo Anexo, Fondo Instrucción Pública, Tomo 4. Folios 608-638.
Archivo General de la Nación (AGN). Sección Archivo Anexo, Fondo Solicitudes, Legajo 6 Folios 207-209 y Legajo 8 Folios 242-243
Archivo Histórico Universidad del Rosario (AHUR). Caja 19. Folios 126-127 y 153-159.
Real Cédula dictada por Fernando VII en Madrid el 25 de Enero de 1817. Indulto General del Rey. (Santafé de Bogotá: Imprenta del Gobierno, por Nicomedes Lora, 1 de julio 1817).

Bibliografía secundaria:
Autores Varios. Historia de la independencia de Colombia. Bogotá: Alta Consejería Presidencial para el Bicentenario de la Independencia, 2010.
García, María del Rosario. “Bibliotecas de La Nueva Granada Del Siglo XVIII: La Biblioteca de Fray Cristóbal de Torres En El Colegio Mayor de Nuestra Señora Del Rosario.” Historia Y Memoria, no. 11 (2015): 17–55.
Guerra, Francois-Xavier. Modernidad e independencias ensayos sobre las revoluciones hispánicas. 3a. ed. Obras de Historia. México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 2001.
Monroy, Germán Pinilla. Historia de la Cátedra de Teología del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, 1653-1850. Bogotá: Universidad del Rosario, 2008.
Naranjo, Camilo Duque. Historia de la cátedra de medicina en el Colegio Mayor del Rosario durante la colonia y la República, 1653-1865. Bogotá: Universidad del Rosario, 2002.
Restrepo, José Manuel. Historia de la revolución de la República de Colombia en la América Meridional. Besanzón: Imprenta José Jacquin, 1858.
Restrepo Zapata, Jaime. La biblioteca de Fray Cristóbal de Torres: a partir de los libros que conserva la Biblioteca Antigua del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Cuadernos para la historia del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Bogotá: Universidad del Rosario, 2015.
Rodríguez, Álvaro Pablo Ortiz. Historia de la Facultad de Filosofía y Letras del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario: 1930-1999. Bogotá: Universidad del Rosario, 2003.
Soto, Diana Elvira. La reforma del plan de estudios del fiscal Moreno y Escandón 1774-1779. Bogotá: Universidad del Rosario, 2004.
Uribe, Jorge Tomás. Historia de la enseñanza en el Colegio Mayor del Rosario, 1653-1767. Bogotá: Universidad del Rosario, 2003.
Villaveces, Juanita, and Carlos Cañón. Las Reformas Santanderistas en el Colegio del Rosario. Bogotá: Universidad del Rosario, 2003.

[1]Al respecto se puede ver: Álvaro Pablo Ortiz Rodríguez, Historia de la Facultad de Filosofía y Letras del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario: 1930-1999 (Bogotá: Universidad del Rosario, 2003).Germán Pinilla Monroy, Historia de la Cátedra de Teología del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, 1653-1850 (Bogotá: Universidad del Rosario, 2008); Camilo Duque Naranjo, Historia de la cátedra de medicina en el Colegio Mayor del Rosario durante la colonia y la República, 1653-1865 (Bogotá: Universidad del Rosario, 2002).

[2] Ver: Jaime Restrepo Zapata, La biblioteca de Fray Cristóbal de Torres: a partir de los libros que conserva la Biblioteca Antigua del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, Cuadernos para la historia del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario (Bogotá: Universidad del Rosario, 2015). María del Rosario García, “Bibliotecas de La Nueva Granada Del Siglo XVIII: La Biblioteca de Fray Cristóbal de Torres En El Colegio Mayor de Nuestra Señora Del Rosario,” Historia Y Memoria, no. 11 (2015): 17–55.

[3] Ver: Diana Elvira Soto, La reforma del plan de estudios del fiscal Moreno y Escandón 1774-1779 (Bogotá: Universidad del Rosario, 2004); Jorge Tomás Uribe, Historia de la enseñanza en el Colegio Mayor del Rosario, 1653-1767 (Bogotá: Universidad del Rosario, 2003). Juanita Villaveces and Carlos Cañón, Las Reformas Santanderistas en el Colegio del Rosario (Bogotá: Universidad del Rosario, 2003).

[4] A lo largo del presente documento se citarán las comunicaciones, oficios y dictámenes para el caso a tratar. Debido a esto, es necesario advertir que en las transcripciones de dicho documento se conservaron la orografía y puntuación originales.

[5] Francois-Xavier Guerra, Modernidad e independencias: ensayos sobre las revoluciones hispánicas, 3a. ed, Obras de Historia (México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 2001).

[6] Autores Varios, Historia de la independencia de Colombia (Bogotá: Alta Consejería Presidencial para el Bicentenario de la Independencia, 2010), 136–37.

[7] José Manuel Restrepo, Historia de la revolución de la República de Colombia en la América Meridional (Besanzón: Imprenta José Jacquin, 1858), 427–29.

[8] El Colegio del Rosario fue convertido primero en cuartel militar. Así lo proclama el rector Domingo Tomás de Burgos en el pleito a exponer posteriormente.

[9] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 614r.

[10] Ibíd.

[11] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 613r.

[12] Ibíd.

[13] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 608r.

[14] Ibíd.

[15] Ibíd.

[16] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 608.

[17] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 609r.

[18] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 606r.

[19] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 606v.

[20] Haciendo referencia al Virrey Montalvo.

[21] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 607r.

[22] AHUR Caja 19 Folios 126-127

[23] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 611r.

[24] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 611v.

[25] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 612r.

[26] Ibíd.

[27] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 616r.

[28] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 618r.Aquí mismo el Alguacil destaca que las condiciones de la Cárcel de Corte no sirven para el albergo de los presos de ella y del Rosario, siendo estos puestos bajo vigilancia en piezas provistas por el Alcaide.

[29] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 628-629.

[30] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 630r.

[31] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 631r.

[32] Real Cédula dictada por Fernando VII en Madrid el 25 de Enero de 1817. Indulto General del Rey. (Santafé de Bogotá: Imprenta del Gobierno, por Nicomedes Lora, 1 de julio 1817).

[33] Esto a su vez se incrementó por las solicitudes de particulares para la liberación de sus familiares de las cárceles. Para el caso del Rosario se pueden observar dos reclamaciones que resultaron exitosas: AGN, Archivo Anexo, Solicitudes, Legajo 6 Folios 207-209 y AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4 Folios 242-243.

[34] Expresión usada por el mismo Virrey Montalvo en sus comunicaciones con el rector Burgos y el fiscal interino Carbajal para referirse a la proliferación de cárceles a lo largo del territorio de la Nueva Granada.

[35] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 616-621.

[36] AGN, Archivo Anexo, Instrucción Pública, Tomo 4, Folio 632-638.

[37] AHUR Caja 19, Folios 153-159.