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El MRL, esa es la cuestión.

Grupo de Investigación de la unidad de patrimonio Cultural e Histórico

El MRL, esa es la cuestión.

Cuando uno revisa la historia nacional se puede dar cuenta de que hay ciertos sucesos, acontecimientos y grupos que han sido ignorados por la historiografía. Uno de estos es sin duda el Movimiento Revolucionario Liberal, en adelante MRL. En el momento que uno busca en fuentes, estudios e investigaciones sobre este movimiento estos documentos, como diría el poeta, brillan por su ausencia. Este escrito plasmará un adelanto de una investigación que se está llevando por la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico de la Universidad del Rosario, que busca explorar sobre el MRL.
 
El MRL fue un movimiento radical e independiente del liberalismo en la época del Frente Nacional, a tal punto de ser considerado como la oposición ideológica de este acuerdo partidista. Esta expresión disidente tuvo como líder a Alfonso López Michelsen quien buscó el camino más expedito para retomar reivindicaciones de la “Revolución en Marcha”, política impulsada por su padre Alfonso López Pumarejo. Cuando se quiere  reconstruir una época olvidada en la historia nacional, como es la historia del MRL, se debe tener en cuenta que este movimiento, no solamente político sino también cultural y social, causó un impacto en las estructuras de su momento no sólo a nivel regional sino también a nivel nacional.
 
La existencia  del MRL se desarrolla en un momento de alta tensión política  sobre todo, durante finales de la época de los cincuenta y principios de los sesenta, en el cual aparentemente el "Frente Nacional" habría logrado, a nombre de una “paz duradera”, la articulación de los representantes del bipartidismo a nivel local y regional, con los partidos y los dirigentes nacionales, mediante un previo consenso entre las élites socioeconómicas y la clase política que de manera alternada detentará el poder a partir de 1958. El MRL se enfrenta al acuerdo de los partidos tradicionales, al llamado Frente Nacional. A tal punto que se vuelve junto a la ANAPO (la Alianza Nacional Popular) la oposición a esta jugada política del partido conservador y el partido liberal.
 

En la historia política se puede afirmar que Colombia, como Estado Nación, ha sido uno de los países que más ha respetado la democracia - aunque en algunos casos sólo de papel-  de América; pero, el Frente Nacional fue un ataque directo a lo que conocemos como “Democracia”. Ese acuerdo histórico de los partidos tradicionales disolvió la idea que el pueblo fuera el que decide a sus gobernantes, que la representación se guiará por las necesidades de la mayoría y logró germinar en la sociedad el clientelismo que hasta hoy día nos afecta y en la pérdida de “fe” en las instituciones, como es el caso del voto y la abstinencia electoral.  Con todo esto, es el MRL el que vuelve a dar pequeños pasos para volver a la democracia, pues, se convierte en la oposición que todo régimen necesita.

Cuando hablamos de los miembros del MRL, podemos decir que este grupo reunió en sus filas a una multiplicidad de personas imposible de reunir en un mismo bloque. Esta diversidad hizo que su discurso no pueda clasificarse en un segmento dogmático o teórico, ya que  adopta partes Gaitanistas, partes de la Revolución Cubana, Revolución Mexicana y del Socialismo Europeo. Como ejemplo de esta agrupación de discursos, para poder acercarse y manipular o no a cierto grupo de la población, se puede tomar la propuesta de Reforma Agraria: Esta se usó como propuesta política y promesa para poder adquirir seguidores en el ámbito regional. Por ello, podemos decir que hubo un  "rejuvenecimiento de viejos discursos políticos", recreando y apropiándose para tal fin  del discurso Gaitanista y anterior a este, el de Rafael Uribe Uribe. Casos como el de la Anapo son elocuentes en ese direccionamiento ideológico pero, también hubo activistas del MRL como Jorge Leiva y Gilberto Álzate Avendaño, quienes pretendían asumir bajo su liderazgo una reinterpretación  del conservatismo llamándolo a capitalizar a los sectores populares.    

Pese a los importantes esfuerzos de académicos como Cesar Augusto Ayala Diago, Alvaro Tirado Mejía, Pedro Acosta, Mauricio Botero y otros, la verdad es que el perfil de esas sociabilidades políticas, incluida, por supuesto, la del MRL, no han sido suficientemente clarificadas. Es el MRL todo un misterio, y cuando uno trata de profundizar surgen problemas tales: ¿Cómo se construyeron las redes de poder y los referentes políticos e ideológicos que le dieron acta de bautismo  al MRL? ¿Cómo se desempeñaron los diferentes actores en el ejercicio de la vida política, intelectual y académica en el orden local, regional y nacional; es decir, cuál fué el nivel de cobertura electoral alcanzado por el MRL y cuáles fueron sus prácticas y redes clientelistas, que le permitieron durar doce años y, en el transcurso de ellos, obtener una representación electoral significativa? ¿Qué tipo de coyunturas nacionales e internacionales  permitieron la militancia al interior del MRL con distintos grados de compromiso a nivel de la línea dura del movimiento?

Lo que se ha querido es reconstruir la historia del MRL, explorar las diferentes facetas e implicaciones que este movimiento tuvo en el país y saber cómo afectó, qué aspectos fueron relevantes y han influido transversalmente en la realidad y el desarrollo del país. Para reconstruir esto se consultarán archivos personales de los miembros del movimiento y tres tipos de  publicaciones periódicas que tuvieron una importante influencia en la política Colombiana de los años sesenta: "La nueva prensa", cuyo director fue Alberto Zalamea; " El semanario", "La calle" y la revista "Mito" fundada por Jorge Gaitán Durán y Hernando Valencia Goelkel. Además para ver el verso y anverso de la moneda y así obtener las posturas coincidentes o divergentes del MRL se tienen presente publicaciones como la revista "La alternación" (al servicio del Ospino-Alzatismo), la revista " Semana ", la revista " Eco”, y la  revista" Alianza popular" (órgano de difusión del Anapísmo).

Realizar una descripción del  escenario político de los años sesenta en Colombia sin tener en cuenta la injerencia del Movimiento Revolucionario liberal resultaría imposible, ya que muchos de sus participantes y dirigentes desempeñaron un importante rol dentro de la cultura política y social del país en esa época y marcaron importantes hitos en la misma (Tirado M, 1990). Por tanto es preciso abordar los orígenes y mencionar algunas de las características de uno de los movimientos con más relevancia en la historia colombiana.

Es menester señalar que el origen de dicho movimiento da cuenta de los fraccionamientos ideológicos, sociales y  regionales que experimentaron los gobiernos de los partidos tradicionales durante el periodo del Frente Nacional. Dicho fenómeno fue producto del débil control por parte del gobierno sobre la política local y regional, al lado de  las diversas perspectivas que existían sobre estos temas (Hernández, 2012). Un aspecto que no se puede ignorar es que el movimiento surgió entre algunos miembros de las juventudes liberales, en su mayoría cercanos a las ideas gaitanistas, quienes años atrás habían incursionado en la vida pública mediante la divulgación de publicaciones como la revista Nueva Crítica diseñada por Alvaro Uribe Rueda y Felipe Salazar Santos (Ayala, 1995), y la revista Mito creada por un futuro militante del MRL Jorge Gaitán Duran.

El semanario La Calle que reuniría a una generación de intelectuales que, pese a no haber participado de manera directa en la arena política, contaba con los conocimientos necesarios para interpretar de una forma apropiada la situación social del país. Los creadores del semanario manifestaron su descontento sobre la forma como se dio la caída de Rojas Pinilla a manos de tradicional clase política colombiana  (Ayala, 1995). Por otro lado, es valioso resaltar que La Calle dio espacio a cierta diversidad de opinión, al punto de que en sus páginas figuraron intelectuales de la talla de Estanislao Zuleta (Tirado Mejíia, 2014).

Este semanario no se restringe solamente a contribuir con aportes culturales, sino que, observando los resultados obtenidos en las elecciones legislativas de 1958, tomó la tarea de presionar a la Dirección del Partido Liberal para que el curso de la política girara en sentido contrario al pactado con el conservatismo (Ayala, 1995) aprovechando el apoyo del pueblo hacia el partido y advirtiendo la creciente oposición que se manifestaba en las juventudes conservadoras.

La influencia cultural en el país e internacionalmente de la prensa manejada por miembros del MRL se puede ver reflejada en la Revista “Mito”, revista de literatura, la cual logró que intelectuales de la talla de Jorge Luis Borges, Octavio Paz y Gabriel García Márquez (La novela “El coronel no tiene quien le escriba” se publicó por este medio en una serie de entregas que él mandaba desde París) publicarán en por este medio. Así se generó un vínculo entre los intelectuales americanos y el MRL colombiano.

Al ver la negativa de los Liberales tradicionales y evidenciando como en el parlamento se aprobaba una Reforma Constitucional como plataforma legal del Frente Nacional, durante 1959 diversos intelectuales miembros del semanario La Calle idearon conformar un movimiento político, con dirigentes como Gerardo Molina y Alfonso López Michelsen, el último de los cuales fue elegido jefe (Tirado M, 1990), dicho grupo fue bautizado inicialmente como Movimiento de Recuperación Liberal (MRL). Sin embargo López no fue el único joven intelectual de renombre que se unió al movimiento, entre sus miembros es menester nombrar a ilustres figuras como Eduardo Umaña Luna,  Álvaro Pérez Vives, Mario Latorre Rueda, Miguel Lleras Pizarro, Guillermo Hernández Rodríguez, entre otros. De igual forma el movimiento logró una sorprendente acogida a nivel regional, como en el caso de Medellín donde el insigne médico Héctor Abad Gómez formó parte del movimiento (Tirado M, 1990). En ese orden es oportuno mencionar que posteriormente el movimiento contaría con la participación de líderes como Juan de la Cruz Varela y Ramiro De La Espriella.

Posterior a la conformación del partido las publicaciones continuaron siendo un eje de gran valor en el desarrollo del movimiento. Para ilustrar esto, basta con observar las publicaciones de La Calle advirtiendo al pueblo sobre los peligros de la consolidación del Frente Nacional como un partido para la Burguesía colombiana. Sumado a eso, el MRL diseñó una revista que tomaba como título uno de los lemas del movimiento, SETT (Salud, Educación, Tierra, Techo, programa del MRL) en ella aparecieron importantes ensayos de Alfonso López Michelsen, Indalecio Liévano Aguirre, Ramiro de la Espriella, Gustavo González Ochoa y Luis Villar Borda, presidente éste último de las Juventudes del MRL, tendencia a la que perteneció también el sacerdote Camilo Torres a su regresó de la Universidad de Lovaina (Tirado M, 1990).

El MRL se consolidó como una posición contraria al bipartidismo que se había acordado en el país para la década del sesenta, fundándose simultáneamente al desarrollo del llamado Frente Nacional. A partir de las declaraciones de Alfonso López Michelsen, el fundador del movimiento, se puede determinar  que se quería atacar era la alternancia entre los partidos tradicionales,  sus intenciones desde un comienzo no se basaban en generar una respuesta ni mucho menos un levantamiento:

"Para entonces yo ya residía de nuevo en México y estando en México escribí una carta, como le decía, dirigida a un supuesto amigo mío que me consultaba acerca de mi opinión sobre la alternación. Yo hice una crítica muy severa y -perdóneme la inmodestia- profética. Yo dije: esto lleva al anquilosamiento de los partidos, a la aparición de grupos nuevos sin antecedentes históricos, a la lucha de clases, porque no va a solucionar ninguno de los problemas sociales, y a crear un grupo o un partido único semejante al Mexicano dueño por doce años del país, restándole oportunidades de cambio y aparición de nuevas figuras a la política colombiana”.

"Tanto eco tuvo esa posición mía entre la juventud que se formó el MRL alrededor de un periódico que ya existía, que era "La Calle" y se me invitó a venir a Colombia y a encabezar ese movimiento. Yo regrese definitivamente a Colombia a comienzos creo yo del año 60 y desde entonces acaudillé lo que primero se llamó Movimiento de Recuperación Liberal y más tarde Movimiento Revolucionario Liberal... yo diría que la fecha de iniciación del MRL es el día de la posesión de Alberto Lleras, porque ese día publican en La Calle mi carta contra la alternación, y ese mismo día él le propone al Congreso la reforma constitucional de la alternación, ese mismo día quedó la pelea casada... lo plebiscitado fue la paridad no la alternación." (Vargas Velásquez)

El MRL tendría entre sus principios y las reivindicaciones de La Revolución en Marcha,  periodo que va desde 1934 a 1938, llamado así para establecer el contraste entre la Concentración Nacional presidido por Enrique Olaya Herrera y el gobierno de Alfonso López Pumarejo, padre de Alfonso López Michelsen, y el cual tenía entre sus propuestas un impulso a la cedulación para que disminuyera el fraude en las elecciones, la conformación de sindicatos de trabajadores, la mediación en los conflictos entre trabajadores y empresarios y una reforma agraria para que la tierra no permaneciera sin cultivar sino que fuera trabajada por campesinos. (Ardila Duarte, 2005)

Para el MRL, otro intento de reforma a nivel agrario daría representación a una de las problemáticas que el país tenía que enfrentar, uno de los aspectos que no tenía importancia para el periodo del Frente Nacional, ya que este tendría desarrollo y énfasis en problemáticas a nivel político, sin embargo, las inconformidades sociales no harían parte de las preocupaciones en el momento. Al generarse esta nueva posición, movimientos como el MRL tendrían una forma de surgir como medios de participación social, generando así una voz a aquellos quienes no estaban de acuerdo con las implementaciones e implicaciones de la alianza bipartidista.

Frente a lo que se pudiera pensarse sin negar su incidencia, antes que López Michelsen, Alberto Lleras Camargo ya tenía también como modelo, sobre todo en materia de política internacional, a López Pumarejo. Con frecuencia a nombre de la “Revolución en Marcha” de la segunda administración de este; López Michelsen no ha merecido igual profundización y desentrañamiento. Bajo esta lògica, es menester mencionar que durante la presidencia de Carlos Lleras restrepo, entre otros objetivos gubernamentales se propuso concluir las estrategias llevadas a cabo por López Pumarejo en la reforma de 1945 y en parte adelantadas por Lleras Camargo en su condición de primer mandatario del Frente Nacional. Para esa meta, Lleras Restrepo contó con la aprobación de López Michelsen como presidente del MRL. Ambos Lleras Restrepo y López Michelsen habían compartido el exilio en México.

Por lo pronto, la reforma constitucional de Lleras Restrepo coincide con el ala más flexible del MRL en temas relacionados con las facultades del ejecutivo para influir en la política económica, particularmente en lo concerniente a la tenencia y trabajo de la tierra.

Por otro lado, en términos estrictamente políticos y estratégicos López Michelsen no desestimo el padrinazgo de su padre y los primos Lleras para pasar de disidente a ser acogido nuevamente al partido liberal. A pesar de esto, y el dato sorprende, López Michelsen no prolonga la tendencia política por la cual es cobijado, sino que una vez en el poder se inclina hacia el  neoliberalismo político que rompe con lo que a lo largo de 16 años se había llevado a cabo en los sectores agrario, monetario y de comercio exterior.

Otra de las formas como el MRL se dio a conocer y tuvo importancia social fue por el apoyo y respaldo de las mujeres que tenían un rol en la vida política. La atención prestada a las reivindicaciones de sectores excluidos, entre estos las mujeres, promovieron una disminución en la apatía electoral que existía para el momento. Se daría un constante y progresivo interés de la mujer en participar en el ámbito político, además, movimientos como el MRL y la ANAPO se verían beneficiados por un aumento de simpatizantes y en su rango electoral.

Julia Mancera de Camacho, Ana de Karpt (diputada por el movimiento en 1962) y Ofelia Uribe, por ejemplo, son conocidas por haber sido participes del Movimiento Revolucionario Liberal. Siendo sufragistas activas fueron reflejo de la creciente participación de la mujer en la política colombiana. Ofelia Uribe fue  electa senadora suplente del MRL, y desde allí impulsó los ideales de “justicia social y de las reformas económicas y políticas”. Ofelia, como varias de las mujeres en la época, muestra un interés en las reivindicaciones, y lucha por el reconocimiento de sus derechos tanto a nivel político, cultural, civil y económico, fomentando así el respeto por la dignidad de las mujeres colombianas (Velásquez Toro).

El discurso del MRL se puede ver desde diferentes facetas académicas, por ejemplo, se puede usar la idea del “intelectual Orgánico”. Esta idea del “intelectual orgánico” fue gestada por el pensador italiano Antonio Gramsci, quien asevera que se trata de “un agente que posee una capacidad dirigente y técnica con rangos-grados de acción que, según su organicidad (depende de su mayor o menor conexión con un grupo social básico) o su capacidad dirigente, ocupan un papel mediador y articulador en el complejo sistema de las relaciones sociales”. En este sentido, debe aclararse que el concepto nos permite entender cómo el discurso del MRL resultó lo suficientemente voluble como para consumir y aplicar diferentes discursos imperantes en la época en que el movimiento se consolidó de forma definitiva; esto, claro está, tiene por intención no perder de vista el hecho de que son los agentes -en este caso “intelectuales orgánicos”- quienes determinaron la utilidad práctica del discurso y, por tanto, se hace necesaria una indagación sobre el carácter general de la mentalidad que condicionó a quienes marcaron los pasos del MRL.

Los estudios que podemos revisar dicen que  Alfonso López Michelsen, Álvaro Uribe Rueda, Jorge Gaitán Durán, Indalecio Liévano, Ramiro de la Espriella, Francisco Zuleta, Jaime Isaza, Iván López Botero, Álvaro Escallón, Felipe Salazar, entre otros, pueden ser asumidos como intelectuales orgánicos del MRL y, de tal manera, su trato debe corresponder a esa condición que los hace únicos e importantes en la reconstrucción de la historia del movimiento.

Finalmente, podemos decir que es el MRL un movimiento que tiene muchos aspectos para estudiar, acá se muestra el primer encuentro que hemos tenido con este movimiento, no meramente político sino también cultural y social. Que fue opacado en la Historia por el llamado Frente Nacional, pero que tuvo un papel fundamental en el desarrollo de nuestra democracia frente al acuerdo de élites políticas tradicionales.

Bibliografía

●  Ardila Duarte, B. (Diciembre de 2005). Alfonso López Pumarejo y la Revolución en Marcha. Recuperado de Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango: Ver aquí 

●  Ayala Diago, C. A. (1995). EL ORIGEN DEL MRL (1957-1960) Y SU CONVERSIÓN EN DISIDENCIA RADICAL DEL LIBERALISMO COLOMBIANO . Recuperado de Universidad Nacional

●  Botero Montoya Mauricio (1990) El MRL, Universidad Central, Bogotá D.C.

●  Gramsci, A. (1967). La formación de los intelectuales. México D.F.: Grijalbo.

●  Hernández, D. (2012). Análisis de los repertorios de acción política del Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) durante el Frente Nacional (1958-1966). Tesis de Pregrado, Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, Facultad de Ciencia Política y Gobierno, Bogotá D.C.

●  Luna, L. G., & Villarreal Méndez, N. (1994). Historia, Género y Política. Movimientos de Mujeres y Participación Política en Colombia 1930-1991. Barcelona: Seminario lnterdisciplinar Mujeres y Sociedad.

●  Luna, L. G., & Villarreal, N. (1994). Flujos y reflujos en los movimientos de las mujeres, 1958-1975. Obtenido de Universidad de Barcelona 

●  Tirado M, A. (1990). El MRL y la cultura. Credencial Historia.

●  Tirado Mejíia, A. (2014). Los años sesenta, una revolución en la cultura. Debate.

●  Vargas Velásquez, A. (s.f.). Alfonso López Michelsen, el MRL y el Frente Nacional. Recuperado de Ola Politica

●  Velásquez Toro, M. (s.f.). Ofelia Uribe de Acosta. Recuperado de Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango: Ver aquí

● Velásquez Torres, J. C. (2013). REFORMA AGRARIA EN COLOMBIA (1958 – 1972): EL CASO DE LA REGIÓN CENTRAL. Recuperado de Universidad Nacional