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Un nuevo año, nuevos desafíos

Alberto José Campillo Pardo Ph.D - Editor de la Revista del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario – Nova et Vetera

Planeta Tierra - Dominio público

En este tiempo hemos visto el mundo cambiar ante nuestros ojos, a una velocidad vertiginosa. Muchas de aquellas cosas que dábamos por sentado en nuestra cotidianidad, se vieron alteradas o suprimidas por la llegada de una pandemia que, aunque se había previsto teóricamente, no se había hecho nada para prevenirla. Sin embargo, la especie humana, haciendo uso de la resiliencia que la caracteriza, lejos de quedarse derrotada, se levantó y a través de la cooperación y el deseo de supervivencia, se adaptó y se encuentra en proceso de superar la enfermedad.

Durante este camino, hemos aprendido como sociedad numerosas lecciones positivas: nos hemos dado cuenta que la vida va más allá de nuestros trabajos. Hemos aprendido a optimizar procesos a través de la virtualidad, de formas que antes no habríamos siquiera pensado. Empezamos a valorar, aún más, las relaciones personales y el contacto físico, en un mundo abocado a la impersonalidad de las redes. Nos hemos dado cuenta de que, solo apoyándonos unos a otros, podemos superar los males que nos aquejan.

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Claustro de la Universidad del Rosario -Archivo de fotos de la Universidad.

Con estas lecciones, empezamos un nuevo año de esta “nueva normalidad” fruto de nuestra adaptación, que mezcla lo mejor de lo que éramos, con lo mejor de lo que nos hemos convertido. Con esta actitud, la Universidad del Rosario ha sabido responder a la coyuntura y ha trabajado para poder volver a la presencialidad y recuperar la calidez de los amigos, la interacción personal entre alumnos y profesores, en fin, todo aquello que implica podernos ver por fuera de una pantalla. Para ello se han realizado cambios en distintos ámbitos para garantizar el exitoso desarrollo de las actividades universitarias: mejoras en la planta física, seguimientos a posibles contagios, ajustes de los aforos en las clases, entre otros.

De esta manera, el mensaje para este 2022 es de esperanza, de renovación, de adaptabilidad. Seguramente no podremos volver a nuestra antigua realidad, sin embargo, los aprendizajes de estos tiempos nos llevarán algo nuevo, conservando siempre en mente aquello sobre lo que construimos. Este será un año en donde lo nuevo y lo antiguo convivan generando una nueva realidad, este es un año de Nova et Vetera.