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Neuromagia

Jairo Hernán Ortega Ortega

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Cuando se asiste a un espectáculo de magia, somos conscientes de que el ilusionista nos va a engañar y hasta pagamos una boleta para que eso suceda. Durante la función podemos elegir dos caminos, el primero de ellos es sentarnos en el butaco del teatro y disfrutar el espectáculo, el segundo es optar por tratar de descubrir o descifrar cómo es que el prestidigitador hace sus efectos; esta segunda elección nos mantendrá sufriendo durante todo el show, no lo disfrutaremos y, al final, saldremos con el rabo entre las piernas porque no habremos podido desenmascarar ninguno de los trucos.

¿Qué ha pasado? El mago ha engañado nuestra mente y así usted se lo pregunte, él nunca le revelará el secreto porque ese es su primer mandamiento. Como en muchas profesiones, la Magia también tiene un código de ética que se remonta a sus orígenes milenarios. Es una ley de hermandad.

También es cierto q ue, hoy en día, con un solo click, a través de Internet, podemos encontrar toda la información sobre los secretos de la magia y el ilusionismo. Sin embargo, de conocer el truco a ser una exitosa y competente estrella de la magia hay una diferencia gigantesca y mucho, mucho, mucho trabajo de por medio. Aquí no hablaremos de los trucos ni de cómo hacerlos, sino de algunos tópicos relacionados con la forma en que el mago engaña al cerebro para ilusionarlo.

Lo primero es entender que nuestro cerebro, por más evolucionado que esté, a pesar de los millones de neuronas que posee y de los millones de circuitos e interconexiones que establece, no es el órgano perfecto que siempre hemos creído que es. Eso es fácil de demostrar al analizar, de manera sencilla, que el acto de magia lo percibimos con los sentidos, en especial, el de la visión por medio de nuestros ojos y, como todos sabemos, la mano es más rápida que el ojo. Ahí ya nos está tomando ventaja el prestidigitador.
Para tratar de explicar cómo los artistas de la magia consiguen que sus efectos, por medio de acciones desconocidas para el público, fascinen a los espectadores, y porqué el cerebro no se da cuenta de ello, los científicos Susana Martínez – Conde y Stephen L. Macknik, realizaron estudios al respecto y en el año 2010 publicaron los resultados de sus investigaciones en un libro llamado Sleights of Mind (2), impreso al español como Los Engaños de la Mente. Es el primer libro escrito sobre la neurociencia de la magia o neuromagia como la han denominado.

“Queremos saber qué ocurre en nuestro cerebro cuando nos quedamos embobados ante un truco de prestidigitación. Queremos explicar a un nivel básico por qué somos tan vulnerables a los engaños de la mente. Queremos mostrar al lector que el engaño es inherente al ser humano, que nos engañamos los unos a los otros constantemente, y que, al hacerlo, sobrevivimos mejor y empleamos menos recursos cerebrales debido al modo en que el cerebro centra la atención en algo”. Expresan Martínez – Conde y Macknik en su obra.

Susana Martínez – Conde es una neurocientífica española, se ha desempeñado como docente de oftalmología, neurología, fisiología y farmacología en la Universidad Estatal de Nueva York y en el Centro Médico Downstate, donde dirige el Laboratorio de Neurociencia Integrativa. Anteriormente dirigió laboratorios en el Instituto Neurológico Barrow y en el University College de Londres. Es reconocida por sus estudios sobre ilusiones, movimientos oculares y percepción, trastornos neurológicos y desorientación de la atención en la magia escénica.

Stephen Macknik es un neurocientífico y escritor científico estadounidense. Es profesor de Oftalmología, Neurología y Fisiología y Farmacología en el Centro Médico Downstate de la Universidad Estatal de Nueva York, donde dirige el Laboratorio de Neurociencia Traslacional. Previamente dirigió laboratorios en el Barrow Neurological Institute y el University College London . Es mejor conocido por sus estudios sobre ilusiones, conciencia, distracción atencional en magia escénica y flujo sanguíneo cerebral.
Martínez – Conde y Macknik, en lo relacionado sobre cómo los trucos de magia desvelan el funcionamiento del cerebro, entre otras muchas cosas, nos cuentan:

  1. Inventamos gran parte de lo que vemos. “Rellenamos” los huecos de las escenas visuales que el cerebro no puede procesar. Y esto lo hacemos debido a las limitaciones en el número de neuronas y conexiones neuronales que subyacen a los procesos sensoriales y mentales. Lo que hacen los magos es explotar constantemente estas características de nuestro sistema visual. En los trucos con cartas se sirven de la ilusión de profundidad; utilizan el contexto para que la percepción sea errónea. Saben que rellenaremos las piezas que faltan en la escena. El cerebro complementa.
  2. Los magos, maestros indiscutibles en el arte de la atención y la consciencia, también recurren al humor y la risa para desarmar nuestro centro de atención en algunos momentos claves de la función. Esta “desviación temporal de la atención” (misdirection) la llamaba Arturo de Ascanio, el gran teórico de la magia en España, “paréntesis de olvido”. Es la forma en que el mago separa el método que va a usar del efecto mágico que produce. Entonces, en muchos trucos, la acción secreta ocurre cuando creemos que el truco aún no ha empezado o, incluso, cuando pensamos que ya ha terminado.
  3. La “ceguera al cambio” se produce cuando no somos capaces de percibir que hay algo diferente de lo que se había visto antes, y está relacionado con el modo en que nuestra mente deja de recordar lo que acaba de ver. El gran maestro en este tipo de engaños es el mago español Juan Tamariz, quien es uno de los fundadores de la Escuela Mágica de Madrid. Allí se interesan por mejorar el arte de la magia a través de la aplicación de la psicología humana. Su objetivo es comprender la mente humana y los métodos de magia para lograr que cuando el espectador vea un efecto (truco) crea que se ha producido un milagro. Tamariz utiliza la ceguera por desatención para crear muchos pequeños milagros; considera que probablemente no somos capaces de ver las cosas que se encuentran fuera de nuestro foco de atención. Uno de sus métodos lo llama “cruce de miradas” y lo aplica haciendo que una moneda desaparezca pasándola de una mano otra, pero manteniendo siempre ambas manos abiertas.

En la actualidad, los neurocientíficos empiezan a saber por qué estas acciones, en forma de señuelos, nos engañan tan bien. Todo se debe a una sorprendente célula del cerebro llamada “neurona espejo”. Las neuronas espejo son una parte fundamental de nuestra estructura mental ya que nos ayudan a comprender las acciones y las intenciones de los demás; lo hacen imitando automáticamente las acciones de los demás e identificando sus intenciones. El ejemplo típico es cuando una persona bosteza, entonces los demás tendemos a hacer lo mismo. Los magos son auténticos maestros en cognición humana.
 
En El Cerebro Ilusionista (3), Jordi Camí y Luis M. Martínez, nos muestran cómo los magos logran hacernos ver lo imposible, qué interferencias producen nuestros procesos cognitivos o cómo explica la magia el funcionamiento del cerebro. Cuentan cómo los magos utilizan efectos ópticos y manipulan la atención: consiguen que miremos, pero que no veamos. Se aprovechan de nuestras predisposiciones y de la fragilidad de nuestros recuerdos, porque el secreto de la magia está en el funcionamiento de nuestra mente.
Escudriñan sobre la atención, la percepción, las memorias y las decisiones, permitiendo descubrir el cerebro mediante la magia.
Camí es médico y catedrático en la Universitat Pompeu Fabra, y dirige el parque de investigación Biomédica de Barcelona (PRBB) y la Fundación Pasqual Maragall. Asimismo, es miembro del ACAI, El Círculo de Barcelona de la Sociedad Española de Ilusionismo (SEI).
Martínez es biólogo, científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Neurociencias de Alicante, centro mixto de la Universidad Miguel Hernández y el CSIC, y vicepresidente de la Fundación CorBI.
Dentro de algunos aspectos que exponen en su libro, están:

  1. Más allá de sus trucos, la magia utiliza recursos artísticos y de otras fuentes para lograr el éxito de los efectos, siempre al servicio de un desenlace sorprendente. Tras siglos de pruebas y ensayos empíricos, la magia actual es el resultado de una sabiduría acumulada a lo largo de los tiempos, basada en la experiencia y el perfeccionamiento de un inmenso catálogo de materiales y métodos que los magos han bautizado con sus nombres propios y características. Ahora, la Neurociencia es la que desea aprender de esta sabiduría.
  2. Literalmente, los seres humanos vivimos de ilusiones; es decir, interpretamos o “construimos” la realidad. La concebimos de manera automática, captamos los estímulos externos a través de los órganos de los sentidos y luego construimos nuestra realidad en el cerebro. Un ejemplo es la Ilusión geométrica de Joseph Jastrow, quien la ideó en 1891; él era de Varsovia, pero fue el primer doctorado en psicología de Estados Unidos. Fundó el Departamento de Psicología de la Universidad de Wisconsin. Las figuras A y B (abajo), aunque parecen distintas en sus dimensiones, son idénticas lo cual se puede comprobar calcándolas en un papel y superponiéndolas. Pero es inevitable que las veamos diferentes. Nuestra percepción es relativa.
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  1. Peter Lamont, psicólogo y mago, criticó en su momento tanto las propuestas. De Kuhn. Como las de Macknick y Martínez Conde, considerando que la elaboración de una “ciencia de la magia” era un objetivo equivocado e imposible de alcanzar (una ilusión), y que lo máximo a lo que se podía aspirar es a que los efectos mágicos sirvieran como herramientas para estudiar la cognición y otras funciones cerebrales. Sin embargo, él mismo reconoce que “no hay razón para creer que estos procesos (mágicos) no son muy distintos de aquellos ya identificados, o que puedan ser identificados en términos de atención, conciencia, persuasión, engaño, misdirection, creencia.

En nuestro país la Universidad Nacional de Colombia editó un libro llamado Neuróbicos: Los Caminos del Razonamiento (4) cuyos 3 autores son Ana Cristina Vélez Caicedo, Diseñadora industrial y máster en historia del arte de la Universidad de Antioquia; Juan Diego Vélez Caicedo, Matemático de la Universidad Nacional y Antonio Vélez Montoya, Ingeniero electricista de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Lo dedican a todos aquellos que creen que la inteligencia es un atributo que se puede desarrollar, volver más creativa, más potente, más recursiva, más ágil y, especialmente, a todos los que aún no han perdido la curiosidad y quieran practicar la gimnasia neuronal. Dentro de lo que nos enseñan podemos extractar:

  1. Cuando se toca el tema de los acertijos, los trucos de magia con cartas, las curiosidades, los juegos matemáticos, los problemas de ingenio y la matemática como diversión, inmediatamente salta a la memoria el nombre de Martín Gardner, maestro de maestros de la matemática recreativa. No hay nadie en el mundo que lo supere en esta disciplina. Es imposible encontrar un problema interesante que no haya sido tratado por Gardner en sus numerosos y amenos libros y artículos. Es entonces un referente que los estudiosos de la magia, la neurociencia y la neuromagia debemos consultar.
  2. La creatividad se da en todos los grados y, hasta donde se sabe, parece no depender estrechamente de la inteligencia. La historia de la cultura demuestra que todos los talentos humanos pueden ir acompañados de creatividad: la pintura, la música, la literatura, la magia, la ciencia, los negocios, la arquitectura, la política… Esto significa que puede darse el caso de una persona inteligente y poco creativa, o de una persona muy creativa y poco inteligente, pero independientemente de la relación que exista entre esas dos características de la mente humana, la creatividad es esencial en la solución de problemas difíciles, aquellos en que el sujeto debe descubrir nuevos caminos, no trajinados antes, o caminos conocidos, pero que nadie ha utilizado para enfrentar el problema particular. Aquí un bonito reto creativo:

 
Hacer un nudo ciego con una cuerda, tomando con las manos cada uno de sus extremos, pero sin soltar ninguno de los extremos.
 

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La solución se encuentra en la figura de abajo, al mantener cruzados los brazos se pide que nos entreguen los extremos de la cuerda para asirlos en cada mano; al descruzar los brazos, el nudo ciego quedará hecho automáticamente
  Los estudios enfocados en la Neuromagia pueden traer aportes a la comprensión y manejo de enfermedades como los trastornos cognitivos, el déficit de atención, la hiperactividad y otros.
 
Para terminar, incluyo dos conceptos de maestros, uno en la neurociencia y otro en la magia, el primero es del Dr. Leonardo Palacios Sánchez, profesor Titular de Neurología y de la Cátedra de Felicidad en la Universidad del Rosario, quien en su libro más reciente Abriendo La Caja Negra: Una Historia de la Neurociencia (5), anota que la neurociencia es la disciplina que, apoyada en diversas áreas del conocimiento, estudia científica e integralmente el sistema nervioso, desde los aspectos moleculares y celulares, los estudios más avanzados sobre el comportamiento humano, las diferentes condiciones y enfermedades que lo afectan, así como las posibles aproximaciones terapéuticas y de rehabilitación. El cerebro constituye un gran misterio para la humanidad hasta el punto de considerarlo una caja negra, una unidad sellada, muy difícil de estudiar. El reto que plantea es grande y su investigación se debe apoyar de manera multidisciplinaria, incluyendo las ciencias y las artes.
 

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El segundo concepto es del maestro de la magia Juan Tamariz quien en su libro El Arco Iris Mágico nos enseña:  La magia es un arte, al cual considero ubicado dentro del surrealismo. Como una obra de René Magritte, Dalí o Luis Buñuel. Arte expresivo, potente y hermoso. Puedo intentar una mínima aproximación a definirla, pero siempre será inexorablemente fallida. La Magia es una de las Artes Escénicas que representa, por medio de ritos y conjuros, los Mitos (los deseos y sueños arquetípicos del hombre) a un nivel simbólico, que los hace “realidad”, que hace posible lo imposible (lo imposible para los hombres). Imita pues a los Dioses (o super – hombres). Utiliza la vía artística con una técnica muy compleja (digital, corporal, de miradas, de palabras, etc.), encubriendo estas técnicas, ilusionando a los sentidos y a la mente (psicología de la percepción, la atención y la memoria). Se basa en estructuras de tipo dramático (presentación, nudo – conflicto, desenlace) pero sin ese desenlace, o con un desenlace solución del tipo: el mago tiene poderes (o conjura esos poderes) sobrenaturales. Se dirige al niño interior de la edad pre – lógica en cuanto al efecto fascinante, al joven en cuanto a la aventura del encuentro con la emoción de misterio y al adulto lógico en cuanto al efecto imposible vivido posible. Es una experiencia surrealista y poética.
 
Los dos conceptos confluyen en la NEUROMAGIA, la buena noticia es el proyecto de hacer un Diplomado en esta novedosa área, el cual venimos estructurando en conjunto con el Dr. Leonardo Palacios y el mago Gustavo Lorgia, donde se contará con profesores nacionales e internacionales, expertos en cada una de las materias que conformen el currículum que se establecerá. Además, estamos gestionando el respaldo de la prestigiosa Universidad del Rosario.
 
REFERENCIAS

  1. Tamariz, Juan, El Arco Iris Mágico, Edición Gema Navarro, Madrid, 2016
  2. Martínez – Conde, S., Macknik, S. L., Los Engaños de la Mente, Editorial Planeta, Barcelona, 2014
  3. Camí, J., Martínez, Luis M., El Cerebro Ilusionista, RBA Libros, Barcelona, 2020
  4. Vélez, Juan D., Vélez A., Vélez, Ana C., Neuróbicos: Los Caminos del Razonamiento, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2016
  5. Palacios, Leonardo, Abriendo la caja negra: una historia de la Neurociencia, Editorial Universidad del Rosario, Bogotá, 2020