
Esta conmemoración es fundamental, ya que la diversidad de perspectivas enriquece la investigación y contribuye al desarrollo económico y social. Sin embargo, la brecha de género en la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) sigue limitando las oportunidades de millones de niñas y mujeres en el mundo. Muchas de ellas, en su diversidad étnica, racial, de clase, orientación sexual, identidad de género y situación de discapacidad, enfrentan barreras significativas para desarrollarse plenamente en el ámbito científico.
"Fomentar la vocación científica en mujeres y niñas va más allá de garantizar su acceso a la educación; implica asegurar el pleno ejercicio de sus derechos, los cuales tienen una correlación para proporcionar un desarrollo integral y una calidad de vida. Proteger su integridad, salud, libertad e identidad, entre otros derechos, es necesario para transformar las desigualdades estructurales", enfatiza la Dra. Ana Isabel Gómez, rectora de nuestra Universidad.
Por su parte, el Dr. Sergio Cristancho, vicerrector de investigación de nuestra Institución, señala:
"El trabajo debe iniciar con el fomento de vocaciones científicas en escuelas y colegios, mostrando a las niñas y jóvenes que la ciencia puede ser un proyecto de vida que les brinde condiciones dignas y respetabilidad en la sociedad. Esto se logra fortaleciendo los currículos con más y mejores clases de investigación en la educación básica y media, promoviendo la participación en semilleros de investigación en colegios, estableciendo alianzas con otros semilleros, grupos e investigadores de universidades, y motivando la elección de carreras en cualquier campo del conocimiento con este enfoque".
Cifras que reflejan el panorama actual
Fuente: SCImago Research Group
En los últimos cinco años, la proporción de científicas en Colombia que publican activamente su investigación no ha superado el 40 % e incluso ha disminuido.
Según cifras del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (2021), la distribución por disciplinas muestra que la presencia femenina varía significativamente:
- Ciencias Médicas y de la Salud: 51 % mujeres.
- Ciencias Sociales: 45 % mujeres.
- Ciencias Naturales: 36 % mujeres.
- Humanidades: 38 % mujeres.
- Ciencias Agrícolas: 35 % mujeres.
- Ingeniería y Tecnología: 27 % mujeres.
Estos datos evidencian la necesidad de fortalecer estrategias para incentivar la participación de más mujeres en la investigación científica y garantizar su acceso a oportunidades en todos los niveles.
“Persisten estereotipos que desmotivan a las mujeres jóvenes a ingresar a estas carreras y, una vez dentro, enfrentamos discriminación en el reconocimiento de nuestros logros y acceso a recursos. Para superar estos obstáculos, es clave fomentar la participación temprana de niñas en la ciencia y visibilizar modelos femeninos inspiradores. Además, las instituciones deben implementar políticas de equidad de género y generar un cambio cultural que permita una distribución equitativa de responsabilidades familiares, favoreciendo el desarrollo profesional de las científicas”, agrega Carolina Pardo, decana de la Facultad de Ciencias Naturales de nuestra Universidad.
Según cifras de la UNESCO, solo el 33.3 % de quienes ocupan plazas de investigación en el mundo son mujeres, y su producción académica se ve afectada por la desigual distribución de las labores de cuidado. Flora Rodríguez, directora del Centro Rosarista de Diversidad, Equidad e Inclusión, destaca que aun cuando las mujeres logran acceder a la educación y ejercer como investigadoras, las condiciones de desigualdad persisten.
"Las científicas enfrentan una carga desproporcionada de trabajo de cuidado no remunerado, lo que limita su desarrollo profesional. Durante la pandemia de COVID-19, esta situación se hizo aún más evidente", afirma Rodríguez.
En el mismo sentido, una encuesta de la Organización de Mujeres en la Ciencia para el Mundo en Desarrollo reveló que el 44 % de las científicas redujeron su tiempo de investigación durante la pandemia debido a la mayor carga de labores domésticas y de cuidado.
Desafíos en el entorno educativo
El país ha tenido grandes avances en materia de equidad de género en la educación superior. A nivel de pregrado, el 54.8 % de las matrículas son de mujeres de acuerdo con un estudio del Observatorio Laboral de la Javeriana de 2010-2021. Sin embargo, ese porcentaje se reduce a un 41.5 % para las matrículas de doctorado.
En el ámbito laboral académico, de acuerdo con los datos recopilados por la decana Carolina Pardo en 2024 para las universidades Nacional, Andes, Tolima y Rosario, en universidades privadas el 40 % del personal académico está conformado por mujeres y en públicas, el 30 %. En cuanto a ascenso en el escalafón docente, el 38.7 % de los profesores asistentes, el 33.7 % de los profesores asociados y el 27.5 % de los profesores titulares en estas universidades son mujeres. La Universidad del Rosario destaca entre estas universidades pares, con porcentajes mayores de mujeres profesoras asociadas (38 %) y titulares (34 %).
"Debemos ver la transformación de los entornos educativos como un proceso de largo plazo, que va desde la cultura institucional hasta la educación en el hogar. Las universidades deben implementar estrategias de atracción y retención de mujeres en ciencia, respaldadas por políticas públicas e institucionales. También es esencial fortalecer la autoestima y resiliencia de las niñas desde la escuela para que confíen en su capacidad científica. En UR STEAM Lab Based Campus, estamos desarrollando el programa Mujeres STEAM para abordar estos desafíos y promover la participación femenina en ciencia e ingeniería”, sostiene Merlín Grueso, directora de UR STEAM Lab Based Campus.
En cuanto a los artículos de investigación en Colombia, según Paz & Pardo (2024), las investigadoras fueron autoras del 27 % de los reportados en 2013 y del 29 % de los reportados en 2021.
De acuerdo con el vicerrector de investigación Cristancho, es necesario implementar acciones afirmativas. Para liderar proyectos científicos se requiere formación doctoral, por lo que aumentar las becas para formación doctoral de mujeres ayudaría a cerrar la brecha. En este sentido, las acciones deben estar orientadas a aumentar la inversión estatal (MinCiencias y MEN) y privada en formación doctoral, así como a incrementar la proporción de becarios para formación doctoral que sean mujeres, que en 2021 fue del 44 %, emulando países de la región como Argentina, Paraguay y Uruguay, que tienen más del 50 % de mujeres investigadoras y/o becarias.
Esto se complementaría con acciones afirmativas de contratación profesoral en las universidades, centros e institutos científicos del país, propiciando mayor equidad de género en la composición del cuerpo docente. Además, son fundamentales políticas de ascenso y reconocimiento de investigadoras que contemplen situaciones específicas que puedan generar rezagos en sus carreras, como la maternidad, la lactancia y otras responsabilidades.