“Los profesionales deben saber que hoy en día tienen que diversificarse y hacer que su capital humano sea flexible. Eso significa que tienen que estar dispuestos a reinventarse a sí mismos rápidamente”, afirma Alejandro Gaviria, decano de la Facultad de Economía en la Universidad de los Andes.
Gaviria agrega que siempre se ha hablado de una desconexión entre lo que producen las universidades y lo que demandan las empresas. Las instituciones siguen teniendo ese énfasis más ofertista, simplemente de educar gente con independencia de lo que requiera el mercado y siempre hay un desfase.
Además, la formación académica no debe ser entendida como una simple recepción de datos y acumulación de títulos. Es parte de un proceso de crecimiento intelectual que le permite a la persona desarrollar su capacidad analítica y crítica, y al mismo tiempo estar preparado para la resolución de problemas.
“Las universidades ofrecen cosas muy importantes para las personas, dan una formación, capacidades analíticas y conocimiento teórico”, añade Álvaro Reyes, consultor en Econometría Ltda.
Los estudios realizados no son únicamente una carta de presentación que en determinado momento tendrás que mostrar. Son más que eso. Y coleccionar títulos no garantiza la calidad integral del individuo, como profesional; en cambio puede generar una oferta de profesionales que no responden a lo que se demanda en la actualidad.
“El profesional no debe pensar que su trayectoria en el mercado laboral es una maratón, sino que son muchas carreras de cien metros planos”, concluye Alejandro Gaviria.
Fuente: Libro ‘Profesionales con marca registrada’ y El Empleo
13 de Julio, 2017
La formación académica es un conjunto de conocimientos adquiridos, los cuales son una herramienta que te ayudarán a consolidar las competencias que posees.