¿De qué murió Harry Houdini?
Jairo Hernán Ortega Ortega, MD
La muerte de Harry Houdini
El 24 de octubre de 1926, el rey del escapismo y mago más famoso del siglo XX, Harry Houdini, presentó su espectáculo en el Teatro Garrick de Detroit (Michigan, EEUU). Lo más llamativo para esa noche, con boletería agotada, era que de nuevo iba a desafiar la muerte y las leyes de la física intentando el escape de La Cámara de Tortura China (efecto que él ideó y patentó). Este peculiar aparato constituía una verdadera trampa mortal; se trataba de un dispositivo de forma rectangular, cuyas paredes, de gruesos vidrios, conformaban una especie de acuario que dispuesto “de pie” se llenaba de agua hasta el tope. La tapa se conectaba a un arnés y era izada por una especie de grúa. A través de dicha tapa Houdini, en traje de baño y esposado de pies y manos, introducía sus pies quedando suspendido de los tobillos, de tal forma que, al ser izado por la grúa, era introducido a la Cámara de Tortura con la cabeza hacia abajo. Algo de agua rebosaba y la tapa sellaba herméticamente el habitáculo. El público podía ver, a través de los cristales, cómo el gran mago sostenía la respiración y trataba de liberarse de las esposas, en tanto que algunas burbujas escapaban de sus fosas nasales y el ensortijado cabello era mecido por el agua mientras se reflejaba el desespero en su cara mientras sus manos atadas golpeaban los vidrios. Sus asistentes cubrían la Cámara con sendas cortinas de arabescos que ya no permitían visualizar lo que ocurría dentro del aparato de tortura; desde ese momento Houdini contaba con tres minutos para escapar de la muerte. Tres de los asistentes del ilusionista sostenían sendos mazos para romper el acuario en caso de emergencia. Dos grandes relojes con minutero estaban ubicados a cada lado del escenario y eran activados por los asistentes del escapista; a partir del primer tic – tac el público, con impaciencia y temor, acompañaba el conteo regresivo.
Certificado de defunción de Harry Houdini
Pasados un poco más de los tres minutos, con el público y sus ayudantes al borde del colapso, Houdini aparecía, empapado, liberado y vivo, sobre la Cámara de Tortura China. Los aplausos trepidaban hasta a diez cuadras a la redonda. Pero esa noche del 24 de octubre de 1926, los relojes marcaban más de cuatro minutos; Bess (Whilhelmina Beatrice Rahner), su esposa, quien siempre lo acompañaba en escena empezó a impacientarse pero controlaba sus nervios para que el público no fuera a desbordarse; sin embargo, Bess y los auxiliares, conocedores de las grandes capacidades del mago, su excelente estado físico y su afición por los efectos teatrales y publicitarios, dieron un compás de espera confiando en que Houdini estaba haciendo gala de sus atributos. Llegado el conteo hacia los cinco minutos, muchas mujeres del público empezaron a sollozar y otras a gritar, los hombres se pararon de sus asientos, algunos se tomaban la cabeza con las dos manos, otros revisaban una y otra vez sus propios relojes de pulso. Los minutos se hacían interminables. El frenesí empezó a apoderarse del teatro. Un segundo antes del minuto seis, Bess dio una señal a los ayudantes quienes halaron las cortinas que cubrían la Cámara y a través de los vidrios todos, con horror, observaron a Houdini inconsciente dentro del agua y con un hilo rojo de sangre que manaba de su nariz. Dentro del público todo era confusión y caos. Los mazos rompieron los cristales, el agua se desbordó y el magnífico Harry seguía guindado por sus tobillos de la tapa de tortura. Exangüe lo bajan de allí mientras se cierra el telón con lo cual la algarabía, llantos y gritos del público retumban in crescendo. Tendido boca arriba sobre las tablas del escenario y con la mirada perdida, Houdini es rodeado por sus colaboradores; Bess desesperadamente trata de darle respiración boca a boca como si fuera el más apasionado de los besos.
Esta situación está magistralmente representada en la película El Gran Houdini, de 1953, protagonizada por Tony Curtis y Janeth Leigh; dirigida por George Marshall.
El Grace Hospital de Detroit, a donde fue trasladado desde el teatro, certificó su defunción.
Harry Houdini
Harry Houdini haciendo magia en un pabellón de niñas
Su verdadero nombre era Erich Weisz. Hijo del rabino Mayer Samuel Weisz y de Cecilia Steiner. Nació en en Budapest en lo que era el imperio astro húngaro, el 24 de marzo de 1874. Por necesidades económicas, ya viviendo en Appleton (Wisconsin), siendo niño trabajó vendiendo periódicos y lustrando zapatos. A los 9 años su padre lo lleva a ver un mago viajero llamado el Dr. Lynn y desde ese momento se decide por el arte de la actuación y la magia. Otra de sus aficiones fueron el atletismo y la natación, alcanzando incluso a ganar medallas y trofeos en diversas competencias. Ya establecidos en Nueva York, teniendo 13 años, consigue el libro The Memoirs of Robert-Houdin, Ambassador, Author, and Conjuror, Written by Himself. En dicha obra se destaca la vida del padre de la magia moderna, el francés Jean Robert Eugene Houdin, a quien de inmediato toma como su héroe decidiendo que su nombre artístico iba a ser el de Harry Houdini, con i al final. Houdini, en homenaje a Houdin; Houdini: el que es como Houdin. Consigue gran cantidad de libros de magia, 3.998 tenía su colección la cual posteriormente donaría a la Biblioteca del Congreso de Washington, donde aún reposa. Concibió la magia como un espectáculo integral y se especializó en escapar de camisas de fuerza, esposas, cadenas, candados, cajas fuertes y baúles. Uno de sus hermanos, Herdeen, le ayudó en sus presentaciones. Es famosa su Metamorfosis, donde el mago es metido dentro de una lona, atado, a un baúl; sobre la tapa se para la asistente quien levanta una cortina para cubrirse y al contar hasta tres la cortina baja apareciendo el mago sobre la tapa del baúl; al abrir el baúl es la asistente quien está dentro de la lona y atada. Su efecto flash era más que sorprendente. Fue precursor de la autopromoción o auto publicidad. Redefinió la magia y el espectáculo. Por eso atraía a las masas. En sus entrenamientos acostumbraba a sumergirse hasta por tres minutos en una tina llena de hielo. Muchos consideraron que la obsesión de Houdini era la muerte. Es famoso su escape, ante un público innumerable, de una camisa de fuerza estando colgado de sus pies a varios metross de altura, boca abajo, sostenido por una cuerda, en Times Square en Nueva York. En Broadway montó un espectáculo donde hacia desaparecer a un elefante ante los ojos de todo el público. El impacto del gran mago y mito del escapismo ha sido insuperable, convirtiéndose en el gran referente mundial de los artistas de la magia y del escape. Tuvo otras aficiones, a cual más interesantes; fue el primero en surcar los cielos australianos en avión, también fue productor de cine y actor de sus filmes – en verdad con poco éxito-. Le gustaba llevar su espectáculo a los enfermos en los hospitales, a los niños de las escuelas y de los orfanatos, practicando lo que hoy en día ha sido denominado por algunos magos, por ejemplo Doctor Magic en Colombia, como Magiterapia. Publicó en la revista Scientific American demostrando las farsas de los llamados espiritistas o médiums y se dedicó a desenmascararlos porque consideraba que sólo eran charlatanes que se valían de trucos y patrañas. Fue muy amigo de Sir Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes, amistad que se vio truncada debido a que Conan Doyle era ferviente admirador y defensor del espiritismo y de lo paranormal. Fue amigo personal de Theodore Roosevelt, Charles Chaplin y Sarah Bernhardt. Houdini era masón, miembro de la logia St Cecile Lodge No. 568 de la ciudad de Nueva York. En el aniversario ochenta de su muerte se publicó un libro denominado La Vida Secreta de Houdini donde sus autores, William Kalush y Larry Sloman, sostienen y demuestran, en 560 páginas, que Harry Houdini trabajó para los servicios de espionaje de Scotland Yard en Rusia y Alemania y para el Servicio Secreto de los Estados Unidos de América. Lo afectó de manera inmensa la muerte de su madre ya que la amaba con locura. A su esposa Bess le confió un código de palabras, que sólo ella conocía, con el objetivo de que si él moría y había posibilidades de comunicarse desde el más allá, lo haría demostrándolo a través de ese código secreto. La vida de Houdini siempre estuvo al límite.
La verdad de la muerte de Harry Houdini
Houdini hace magia para entretener niños enfermos
Siendo de gran capacidad física por los entrenamientos que cumplió a lo largo de su vida, Harry Houdini tenía fama de ser muy fuerte. Una de sus demostraciones era resistir y aguantar los golpes y puños que diferentes personalidades (público, boxeadores, deportistas) le propinaban en el abdomen. En verdad el secreto era sencillo; al estar entrenado, su masa muscular abdominal era pura fibra y únicamente con tensionarla, a voluntad, se convertía en una sólida barrera. El resto era producto del ejercicio. Estando en Montreal el 22 de octubre de 1926, antes de una de sus funciones en Canadá, un grupo de universitarios de la Universidad de McGill se acercaron al camerino del teatro Princess a saludarlo; estaban hablando sobre su capacidad física para aguantar golpes y, estando distraído, uno de los estudiantes (Joselyn Gordon Whitehead, quien practicaba el boxeo) le propinó un fuerte puñetazo en el centro del abdomen; esto afectó al prestidigitador pues lo tomó de sorpresa pero, con sus dotes de actor, lo disimuló. Posteriormente viaja a Detroit donde presenta su función el día lunes 24 pero sintiéndose con fiebre y dolor abdominal. Después de la presentación, ante la solicitud de Bess y sus asistentes, ingresa al Grace Hospital, donde lo operan el 25 de octubre, extirpándole el apéndice y muere en la mañana de Halloween del 31 de octubre de ese año, a los 52 años. Los médicos aducen que su muerte se debió a una peritonitis secundaria a apendicitis, lo cual registran en el certificado de defunción. A su entierro, el 4 de noviembre, en el cementerio de Macpela, en Nueva York, asistieron más de dos mil personas y miembros de la Sociedad Americana de Magos; como siempre convocó a grandes multitudes.
Mi verdad sobre la muerte de Harry Houdini
Teniendo en cuenta lo arriba expuesto considero que la muerte de Harry Houdini fue secundaria a un Trauma Cerrado de Abdomen. Trauma ocasionado por el estudiante canadiense que lo tomó desprevenido cuando le lanza el puñetazo en el mesogastrio, por lo cual el escapista no puede tensionar su pared abdominal para aguantar el impacto recibiendo un trauma contundente. La lesión de las vísceras y de los órganos del abdomen resulta del impacto directo y de las fuerzas compresivas, y la magnitud de las mismas la cual está en relación directa con la masa de los objetos involucrados, su aceleración y desaceleración y su dirección relativa en el momento del impacto. El daño ocurre cuando la suma de estas fuerzas excede las resistencias cohesivas de los tejidos y órganos involucrados, produciéndose abrasiones, contusiones, fracturas y rupturas. En el trauma contundente abdominal, en general, los órganos más lesionados son hígado, bazo, mesenterio y riñón; también debe sospecharse ruptura de víscera hueca (intestino). Es más frecuente la lesión del bazo (40 -55%), seguida por la del hígado (35 – 45%) y del intestino (5 – 10%). En esta última podríamos ubicar la lesión que afectó a Harry Houdini, teniendo en cuenta que fue un golpe directo. Las lesiones sobre el intestino pueden producir desde alteraciones mínimas como una equimosis subserosa o hematomas intramurales, hasta lesiones severísimas como perforaciones pequeñas o gigantes, secciones, desinserciones, y desgarros con extravasación de su contenido. Si el contenido intestinal se vierte a la cavidad peritoneal genera de peritonitis.
Harry Houdini haciendo magia a niños enfermos
En resumen, en el caso de Harry Houdini considero que el trauma contundente y directo recibido sobre la pared abdominal, sin defensa por parte del ilusionista, conllevó, según lo encontrado por los médicos que lo operaron, a una ruptura de víscera hueca (intestino), que produjo la perforación en un sitio de menor resistencia como pudo haber sido el apéndice cecal. La ruptura del apéndice permitió la salida de contenido intestinal al peritoneo ocasionando peritonitis. A pesar de que se operó y se extirpó el apéndice lesionado la peritonitis, por los varios días que llevaba produjo una sepsis, en este caso abdominal, que se caracteriza por una respuesta sistémica a un proceso infeccioso localizado. El mago fue reintervenido en dos ocasiones más durante su convalecencia, debido a la mala evolución que presentaba, esto no descarta que hubiera otra u otras lesiones que pasaron inadvertidas. La peritonitis tiene elevada mortalidad y hay que tener en cuenta que para la época del suceso de Houdini no existía la gama de antibióticos conque hoy contamos y no se aplicaban los conceptos de abdomen abierto, lavados peritoneales y bolsa de Borraes. Tampoco las metas de manejo y soportes proporcionados por las Unidades de Cuidados Intensivos. No considero, como han especulado algunos, que el escapista viniera ya presentando una apendicitis en el momento en que recibió el puñetazo mortal, sería una coincidencia inverosímil. Harry Houdini, el rey del escapismo, no pudo escapar a la muerte hace 90 años ¿lo hubiera podido haber hecho, con los adelantos de la medicina y la cirugía, en la época actual?
Houdini, en vida, fue el azote de espiritistas y médiums, sin embargo le advirtió a Bess que si podía comunicarse desde el más allá lo haría. Después de la muerte del prestidigitador, Bess, cada 31 de octubre, se reunía con amigos, magos y espiritistas para invocar a Harry; llegó a ofrecer 10.000 dólares al primer médium que repitiera la frase secreta que habían convenido con el ilusionista, consistente en diez palabras extraídas de una carta de Conan Doyle. Nadie pudo reclamar el dinero y en el Halloween de 1936, diez años después de su muerte, tras haber celebrado la décima sesión de espiritismo para contactar al mago, en la azotea del Hotel Knickerbocker, en el 1714 de la avenida Los Ángeles, en California, Bess apagó la vela que siempre mantuvo encendida, durante aquellos años, frente a una foto de Houdini, como el símbolo que los unía con la otra vida. “Diez años son suficientes para esperar por cualquier hombre”, exclamó.
Los magos seguimos esperando que Houdini ejecute su gran truco final.