El boom de los conciertos musicales en Colombia: razones y limitantes
Juan Guillermo Jaramillo
Juan Guillermo Jaramillo
Con la confirmación de las presentaciones musicales de Katy Perry y Pearl Jam, sigue creciendo la lista de reconocidos artistas internaciones que han visitado a Colombia en el presente año. Teniendo en cuenta que durante el primer semestre se tuvo los conciertos de Foo Fighters, Interpol, Kings of Leon, entre otros, la cartelera de conciertos del 2015 parece no desentonar con el boom de espectáculos musicales internacionales que desde el 2009 se viene presentando en Colombia. A partir de ese año, se ha visto la gran afluencia al país de músicos y bandas de la talla de Paul McCartney, Madonna, Sting, Coldplay, Aerosmith, Metallica, Iron Maiden, Kiss y Red Hot Chili Peppers. Sin embargo, los fanáticos colombianos habían estado esperando la llegada de algunos de estos iconos musicales desde muchos años atrás. Por lo tanto, surge la pregunta: ¿Cuáles son las razones del boom de conciertos musicales en Colombia?
Para empezar a responder este interrogante, se debe tener en cuenta que hasta hace poco, gran parte de los ingresos de los artistas musicales provenían de las ventas de discos; las giras y las presentaciones en vivo representaban una pequeña porción del total de los ingresos y se hacían fundamentalmente para promocionar el álbum del artista[2]. No obstante, desde principios del siglo XXI, el negocio de la venta de discos se ha visto afectado por la piratería y por la transferencia de archivos a través de Internet, que desde la aparición de las famosas peer-to-peer como Napster, Kazaa y Ares, han permitido un acceso más fácil y sin costos a la música grabada. Por ejemplo, Soloveichick[3] considera que entre el año 2000 y 2007 las ventas de CD´s en Estados Unidos han caído en un 50%, y asimismo, la IFPI[4] estima que las ventas de música en formato físico a nivel mundial pasaron de 28.1 (US$) billones en el año 2000 a solo 10.2 (US$) billones en 2011.
Aunque la aparición de las nuevas tecnologías digitales, principalmente Internet, trajo consigo el descenso de las ventas de discos; también permitió que los artistas se dieran a conocer más fácilmente y que llegaran a un público más amplio, cuestión que ha disparado tanto la demanda por espectáculos en vivo como el precio de sus entradas[5]. De este modo, parte de las estrategias de los artistas y disqueras para contrarrestar la baja de ingresos de las ventas de discos, entre las que se encuentra la incursión a la comercialización digital a través de plataformas web como Deezer y Spotify, ha sido precisamente aumentar el numero de giras y conciertos. Mortimer, Nosko y Sorinsen[6] ejemplifican muy bien esto, al explicar que el aumento del número y del precio de los conciertos ha permitido compensar, e incluso superar, las perdidas registradas por la disminución de las ventas de discos. Por lo tanto, la ecuación se ha invertido, siendo hoy los ingresos generados por presentaciones en vivo el mayor componente de los ingresos totales de los artistas, en detrimento de las ventas de discos, que solo se hacen para promocionarlos[7].
Hacia el año 2008, la crisis financiera internacional provocada por la debacle de los créditos hipotecarios en los Estados Unidos, crisis que se expandió a los países europeos, orientó la oferta de giras y conciertos hacia las economías emergentes. Según Merchán[8], la probabilidad de que un concierto fuera rentable en los países afectados por la recesión mundial era muy baja. Por un lado, porque el sector musical se debilitó en sincronía con los demás sectores de la economía. Por el otro, porque el historial de conciertos de los artistas de rock y pop en los Estados Unidos y en los países europeos es muy extenso, cuestión que aumenta la probabilidad de haber asistido anteriormente a una presentación en vivo o de poder hacerlo en un futuro, lo que genera una baja en la demanda de conciertos ya que los fanáticos pueden esperar con más paciencia a que la situación económica cambie.
Ante esta coyuntura, parte de esta relocalización de la oferta de conciertos se situó en las principales economías de América Latina. Países como Brasil, México, Argentina y Chile, comenzaron a ser atractivos para los artistas y promotores de conciertos por dos razones: primero, y en palabras de Perry Farrel[9], mentor del Festival Lollapalooza, porque esta región aún es tierra virgen de conciertos[10]; y segundo, pero no menos importante, por la valorización de las monedas locales frente al dólar. Las condiciones favorables del mercado de conciertos en estos países, aumentaron la probabilidad de que algunos de los artistas que los visitaban también lo hicieran en Colombia.
Debido a la sofisticación e internacionalización del negocio de los espectáculos en vivo, los artistas deben estar seguros de que van a presentar sus shows en las principales ciudades de la región antes de iniciar una gira por Latinoamérica[11]. De esta manera, para que un artista llegue a Bogotá o Medellín, tiene que asegurarse que también pueda visitar Rio de Janeiro, Buenos Aires y Santiago. Por ejemplo, artistas como Jack White, Calvin Harris y Skrillex, se presentaron tanto en el Lollapalooza de Argentina, Chile y Brasil, como en el Festival Estéreo Picnic; todos estos festivales se realizaron en marzo del presente año.
Ya pasada o amortiguada la crisis en los Estados Unidos y países europeos, el mercado latinoamericano sigue siendo atractivo para los artistas musicales internacionales. En el caso colombiano, se distinguen una serie de factores que han mejorado las condiciones para seguir trayendo a estos artistas, y asimismo, para facilitar la organización de este tipo de espectáculos. Entre estos factores, se destacan el impacto de la reciente Ley de Espectáculos y el fortalecimiento de las empresas productoras de conciertos del país.
Desde su entrada en vigencia en 2012, la Ley de Espectáculos Públicos ha permitido reducir la cantidad de tramites necesarios para la realización de un concierto. Anteriormente, se debían sacar alrededor de 20 papeles de autorización, hoy solo se necesitan 4. La ley también ha disminuido la carga impositiva que debían enfrentar las promotoras de shows. Por ejemplo, el impuesto a la renta paso de representar el 33% a solo ser el 8% de lo que cobra el artista por venir al país; y de igual modo, los organizadores ya no tienen que pagar IVA por el alquiler de sonidos, tarimas, luces, o de cualquier otro servicio necesario para llevar a cabo estos espectáculos.[12]
Por su parte, el fortalecimiento y crecimiento de las empresas organizadoras de espectáculos, ha permitido que poco a poco el mercado de conciertos colombiano se posicione en la región, e incluso que fanáticos de países vecinos decidan viajar al país solamente para asistir a los festivales y shows que estas empresas realizan. Promotoras como T310 y Absent Papa, las cuales han registrado entre 2012 y 2013 un crecimiento en el recaudo de dinero por boletería del 99,64%[13], han venido realizando esfuerzos para ampliar y diversificar cada vez más la oferta de conciertos. A partir de festivales como Estéreo Picnic, Soma y Hermoso Ruido, estas empresas han estructurado una oferta que incluye tanto a reconocidas bandas internacionales, clásicas y alternativas, como a grupos musicales emergentes y del medio local.
Una muestra de este fortalecimiento se puede ver a través del creciente interés de las marcas por promocionarse mediante los festivales y conciertos que las promotoras de shows organizan. Esto es fundamental para que los festivales musicales del país sigan realizándose y creciendo. Dada su naturaleza, contraria a la de cualquier otro producto que puede regular el gasto en función de las ventas, el negocio de la producción de conciertos invierte el 100% de su capacidad de gasto incluso antes de anunciar el cartel de artistas con el que se va a contar; todo está pagado con antelación: artistas, lugar, tarimas, equipos, etc.[14] Por lo tanto, es un negocio que necesita apalancarse por medio del sponsoreo de marcas. No es casual, aunque los organizados expresen otras razones, que el Festival Estéreo Picnic haya adicionado una nueva tarima en la edición del presente año.
Sin embargo, existen elementos por mejorar para que el mercado colombiano pueda estar al nivel de los de Brasil, Chile y Argentina. Uno de estos tiene que ver con que Colombia no cuenta con la infraestructura adecuada para cobijar shows que tienen como requerimiento principal el manejo de un estadio. Si bien existen estadios en el país, el alto costo del alquiler; las restricciones de tiempo que imponen al alquilarlo; el acomodo de fechas para que un concierto no coincida con algún espectáculo deportivo; las diferentes pólizas de seguro que hay que comprar para amortizar cualquier daño que se haga a la gramilla; son solo algunos de los factores que impiden que los actuales estadios sean idóneos para la realización de un concierto.
Asimismo, la Ley de Espectáculos, la cual ha recaudado en solo dos años de vigencia el monto de 30.293 millones de pesos, alrededor de 15 millones de dólares, solamente invierte lo recogido en el mejoramiento de la infraestructura de escenarios de artes escénicas. Algo paradójico, ya que a pesar de que los espectáculos musicales aportan el 80% de la recaudación, sus escenarios no reciben ni un solo centavo.[15] Viendo el monto recolectado en solo dos años, no es descabellado pensar con la construcción de un estadio financiado a través del dinero recaudado por la ley; el nuevo estadio que el club uruguayo Peñarol piensa construir cuesta 33 millones de dólares[16]. Según Luz Ángela Castro, gerente general de Ocesa Colombia, la ausencia de escenarios repercute en los altos costos de la boleta, pues los organizadores incurren en gastos relacionados con la construcción y acondicionamiento del lugar donde se va a realizar el evento: tarimas, tema técnico, camerinos, accesos, servicios para el público, entre otros[17].
Como se puede ver, las razones del boom de espectáculos en Colombia están relacionadas con una serie de procesos en los que interactúan tanto las condiciones mundiales regionales y locales del negocio de la música. Respecto a estas últimas, si bien se han realizado esfuerzos por mejorarlas, el camino aun es largo. Se debe seguir insistiendo en la producción de espectáculos musicales en Colombia, pues más allá del trabajo y del dinero que generan, estos conciertos mejoran la imagen, crean cultura, posicionan a Colombia en la región, en definitiva, construyen país.
Bibliografía:
Arango, Claudia María. 2014. “Confirmado concierto de los Rolling Stones en Medellín en 2015”. El Colombiano, 23 de octubre.
Benavides, Jorge Esteban. 2013. "¿Por qué son tan caras las boletas de conciertos en Colombia”. Revista Cartel Urbano, 16 de junio.
El Observador. 2012. “El estadio de Peñarol costará US$ 33 millones”. Diario El Observador, 15 de septiembre.
International Federation of the Phonographic Industry. 2012. Recording industry in numbers. Londres: IFPI.
Loaiza Grisales, Yhonathan. 2014. “La ley de espectáculos ha recaudado más de $ 30 mil millones”. El Tiempo, 23 de septiembre.
Merchán, Federico. 2011. “La economía detrás del boom de conciertos en Colombia”. Revista Económica Supuestos, 20 de mayo.
Mortimer, Julie; Nosko, Chris; y Sorinsen, Alan. 2012. “Supply Responses to Digital Distribution: Recorded Music and Live Performances”. Information Economics and Policy 24, no. 1: 3-14.
Presidencia de la República. 2012. “Ley de Espectáculos Públicos”. Colombia: decreto número 1258.
Revista Dinero. 2014. “El negocio de los conciertos se creció”. Revista Dinero, 9 de noviembre.
Ripoll, Marcelo. 2008. “Organización interna de una productora de shows en vivo”. Ponencia presentada en el ciclo de conferencias “Empresas de Entretenimiento 2008” de la Licenciatura en Gestión de Medios y Entretenimiento. Buenos Aires: Universidad Argentina de la Empresa.
Soloveichick, Rachel. 2008. “Music as a Capital Asset”. Working Paper. Washington D.C: Bureau of Economic Analysis.
Terra Colombia. 2011. “Boom de festivales de rock en América Latina”. Portal Terra, 1 de abril.
[2] Marcelo Ripoll, “Organización interna de una productora de shows en vivo” (Ponencia presentado en el ciclo de conferencias “Empresas de Entretenimiento 2008” de la Licenciatura en Gestión de Medios y Entretenimiento de la Universidad Argentina de la Empresas, Buenos Aires, 2008).
[3] Rachel Soloveichick, “Music as a Capital Asset”. Working Paper, Bureau of Economic Analysis, 2008.
[4] International Federation of the Phonographic Industry, Recording industry in numbers, (Londres: IFPI, 2012).
[5] Federico Merchán, “La economía detrás del boom de conciertos en Colombia”, Revista Económica Supuestos, publicado el 20 del 2011.
[6] Julie Mortimer; Chris Nosko; y Alan Sorinsen, “Supply Responses to Digital Distribution: Recorded Music and Live Performances,” Information Economics and Policy 24, no. 1, (2012): 3-14
[7] Marcelo Ripoll, “Organización interna de una productora de shows en vivo” (Ponencia presentado en el ciclo de conferencias “Empresas de Entretenimiento 2008” de la Licenciatura en Gestión de Medios y Entretenimiento de la Universidad Argentina de la Empresas, Buenos Aires, 2008).
[8] Federico Merchán, “La economía detrás del boom de conciertos en Colombia”, Revista Económica Supuestos, publicado el 20 de mayo del 2011.
[9] Líder y cantante de la famosa banda Jane´s Addiction.
[10] Terra Colombia, “Boom de festivales de rock en América Latina”, Portal Terra, publicado el 1 de abril de 2011.
[11] Marcelo Ripoll, “Organización interna de una productora de shows en vivo” (Ponencia presentado en el ciclo de conferencias “Empresas de Entretenimiento 2008” de la Licenciatura en Gestión de Medios y Entretenimiento de la Universidad Argentina de la Empresas, Buenos Aires, 2008).
[12] Ley de Espectáculos Públicos (Colombia: Presidencia de la República, 2012), decreto número 1258.
[13] Revista Dinero, “El negocio de los conciertos se creció”, Revista Dinero, publicado el 9 de noviembre del 2014.
[14] Marcelo Ripoll, “Organización interna de una productora de shows en vivo” (Ponencia presentado en el ciclo de conferencias “Empresas de Entretenimiento 2008” de la Licenciatura en Gestión de Medios y Entretenimiento de la Universidad Argentina de la Empresas, Buenos Aires, 2008).
[15] Yhonathan Loaiza Grisales, “La ley de espectáculos ha recaudado más de $ 30 mil millones”, Diario El Tiempo, publicado el 23 de septiembre de 2014.
[16] El Observador, “El estadio de Peñarol costará US$ 33 millones”, Diario El Observador, publicado el 15 de septiembre de 2014.
[17] Jorge Esteban Benavides, "¿Por qué son tan caras las boletas de conciertos en Colombia”, Revista Cartel Urbano, publicado el 16 de junio de 2013.