“Abandoná a tu Diego Rivera”
Raquel Dilia Díaz
Esta obra narrativa puede ser vista como un punto de encuentro para las mujeres que han sido víctimas de violencia psicológica por parte de sus parejas sentimentales. Diego Rivera fue un pintor mexicano, famoso por sus aportes al muralismo, que además de talentoso en su arte contó con la suerte de ser un seductor en ejercicio y un coleccionista de corazones rotos.
Querido Diego, te abraza Quiela de Poniatowska es uno de esos libros que merece un sitio entre las obras que de bellas, duelen, no solo por la verosimilitud que tiene cada carta, entre las que las lectoras podrán sentirse en una situación pendular que les evocará emociones encontradas, de modo que el artificio que recreó Poniatowska reivindica a Angelina Beloff, primera esposa de Rivera, al darle la oportunidad de conjurar sus penurias, altibajos y contradicciones, así como sus expectativas frente a los vaivenes en su condición de vida después de que el muralista la dejara abandonada en París.
Diego Rivera es la fiel representación de esos hombres que solo han tenido una relación estable con su ego, el infiel es por antonomasia un egoísta. También, un traficante de emociones y un experto en no reconocer su responsabilidad al establecer una relación en términos afectivos con alguien más. El caso de su relación tormentosa con Frida Kahlo lo valida.
Kahlo decidió padecer los sinsabores de un amor enfermizo que desembocó en una alta codependencia. Rivera le fue infiel a Kahlo con su hermana Cristina y ella se lo dejó pasar, del mismo modo que Beloff aceptó su infidelidad con su amiga Marievna. De esa manera, se visibiliza el espejo desde el que ambas decidieron mirarse. Poniatowska lo recrea en la carta del 28 de enero de 1922: “tú has sido mi amante, mi hijo, mi inspirador, mi Dios, tú eres mi patria” (2013, p.55) A su vez, Frida Kahlo lo registró así en su diario:
Fuente: Diario de Frida Kahlo
Diego principio Diego constructor Diego mi niño Diego mi novio Diego pintor Diego "mi esposo" Diego mi amigo Diego mi madre Diego mi padre Diego mi hijo Diego = yo
Diego Universo Diversidad en la unidad.
¿Por qué le llamo mi Diego? Nunca fue, ni será mío.
Es de él mismo.
Corriendo a todo dar...
Los apartados anteriores dan una pequeña muestra de la intensidad de los afectos de Beloff, recreada por Poniatowska, y de Kahlo en lo referido a la apuesta fatal que se hace al tolerar un amor abusivo a nivel emocional. De ahí que resulte pertinente no perder de vista una de las reflexiones que Rosa Montero ha compartido al respecto (2018):
Hay que desmitificar el perverso romanticismo del sufrimiento. Los celos, sean de él o de ella, no son un signo de amor, sino de enfermedad. Llorar por una relación sentimental no es una medida de su intensidad, sino de que algo va muy mal.
Por consiguiente, iniciativas como la de Abandoná a tú Diego Rivera1 no solo suscitan interés alrededor del talante del artista, cuyos méritos son innegables, sino que posibilitan una línea pedagógica para la educación emocional femenina que ayude a identificar patrones sobre los grados de violencia en una relación. En este caso puntual, leyendo las obras de Kahlo y Poniatowska las lectoras podrán hacerse una idea más clara frente al mencionado comportamiento. Por lo tanto, la invitación es aprender a detectar a esos Diegos Rivera y abandonarlos.
Referencias
Diario de Frida Kahlo: autoretrato íntimo. La Vaca Independiente, 1995. 296 páginas. 431 pesos mexicanos.
Montero, R. (2018, enero 20). No eres un ángel, eres un imbécil. El País. Recuperado de https://elpais.com/elpais/2018/01/15/eps/1516033521_588715.html
1 Para mayor información consultar en: https://niu.com.ni/abandona-a-tu-diego-rivera/
Querido Diego, te abraza Quiela. Elena Poniatowska. Ediciones Era, 2013. 71 páginas. 32,000 pesos colombianos.