Tres autoras imperdibles para sumergirse en el relato policial
Ismael Iriarte Ramírez
Ismael Iriarte Ramírez
A menudo, el relato policial se considera un ámbito en el que predomina la representación masculina.
No resulta extraño que en muchos casos su sola mención nos remita al personaje emblemático del detective solitario y taciturno que combate al crimen al tiempo que debe lidiar con sus propios demonios y que por lo general se vincula a la pluma de un autor prolífico y febril.
Sin embargo, al dejar de lado el cliché que esto representa, se observa un género que ha sabido alejarse de los estereotipos para evolucionar y adaptarse a los tiempos que corren, con una participación femenina numerosa y constante en términos de calidad y cantidad. Una muestra de esto puede identificarse en la obra de las escritoras a las que están dedicadas estas líneas, que han dado forma al policial desde su propio origen.
Agatha Christie
Su nombre y su legado literario están unidos a la historia del género, junto con los de autores como Edgar Allan Poe, Arthur Conan Doyle, G.K. Chesterton o Raymond Chandler, solo por mencionar algunos. Además su inigualable talento para generar atmósferas de misterio e historias intrincadas, se le recuerda por ser una de las fundadoras del Detection Club, el que además presidió por cerca de veinte años, tras suceder a Dorothy L. Sayers, otra de las mujeres más ilustres del relato detectivesco. Uno de los grandes aportes de esta agrupación fue la promulgación de los mandamientos del juego limpio para la creación de este tipo de historias, mismos que Christie se permitió ocasionalmente romper y entre los que se encontraban, por ejemplo, el compromiso de ubicar al culpable entre los personajes que ya habían sido incluidos previamente en la historia, o la limitación del número de pasajes secretos en la escena del crimen.
El personaje más emblemático de Agatha Christie es sin dudas Hércules Poirot, excéntrico y pintoresco detective belga que desdeña los métodos de investigación forense de Sherlock Holmes y pregona la agudeza deductiva de sus “pequeñas células grises”. En este apartado es inevitable destacar a Miss Marple, una de las primeras y más importantes figuras femeninas de la ficción policíaca. A lo largo de trece novelas y otros tantos relatos esta adorable anciana basa su éxito en un profundo conocimiento de la condición humana, además de la destreza para pasar inadvertida durante las pesquisas.
Camilla Läckberg
Heredera de la tradición de novelistas suecos como Henning Mankell, Läckberg es probablemente la autora más destacada de la nueva generación de escritores nórdicos. Durante las últimas dos décadas ha tomado el relevo en la misión de retratar el final del paraíso sueco y lo ha dotado de nuevas características que han restituido la credibilidad del investigador, que ya no se halla en el héroe infalible, ni en el detective atormentado, sino en personas comunes, que compaginan su actividad con conflictos propios de la vida cotidiana, tales como las relaciones amorosas, familiares o las vicisitudes del desempeño profesional.
La serie de los crímenes de Fjällbacka, que ya alcanza las diez entregas, es una muestra de la capacidad de evolución del género. En ella, Erica Falck, escritora de biografías y Patrick Hedström, inspector de policía comparten el crédito por resolver los crímenes más insospechados y atroces, que se alternan con su propia historia de amor, lo que constituye uno de los pilares del éxito de la obra de Läckberg, al permitirle la posibilidad de acercar a otros segmento de lectores poco habituados a este tipo de novela.
J. K. Rowling
Reconocida mundialmente como la máxima representante del género fantástico en la actualidad, gracias al universo de Harry Potter, J.K. Rowling se ha convertido también en un auténtico fenómeno del relato negro, con su serie de Strike. Como dato curioso, El canto del cuco, la primera entrega de la saga, fue firmada con el seudónimo Robert Galbraith, alcanzando rápidamente el éxito en ventas y en la valoración de los lectores, aún sin el respaldo del nombre de la autora británica. Este suceso se vio potenciado tras el anuncio de la verdadera identidad de Galbraith y ha sido refrendado con la publicación de cuatro novelas más.
La historia de Cormoran Strike y Robin Ellacott, nos presenta la ortodoxia del género llevado con gran acierto a la actualidad. En la serie, Rowling reedita la figura del detective privado, sin caer en los lugares comunes citados al inicio de estas líneas, habituales en la primera mitad del siglo XX, pero poco efectivos en nuestros días. En este caso un veterano de guerra y antiguo investigador militar, que en compañía de su aprendiz, que termina por convertirse en socia, afrontan sus casos con una gran exposición mediática, otra de las características de nuestros tiempos, y tal y como ocurría con los antecesores mantienen una tensa relación con Scotland Yard.
Tres títulos imperdibles