Red de Colegios Verdes contra el Cambio Climático: Integración de la Salud dentro de los Sistemas Socio-Ecológicos
Ricardo Andrés Roa Castellanos
Ricardo Andrés Roa Castellanos
LA PANORÁMICA GLOBAL
Las mayores causas para el desequilibrio atmosférico conocido como el cambio climático (CC), son: 1) la emanación de Gases de Efecto Invernadero (GEI), en gran parte originados por el uso de combustibles derivados del carbono, y 2) la deforestación, que ha causado pérdida en la capacidad de absorción/captura y por tanto de amortiguación ecotoxicológica de estos gases y partículas emitidas.
Las plantas terrestres son responsables de la producción del cerca del 50% del oxígeno atmosférico, por lo cual con la disminución de las plantas sobre la superficie terrestre también se afectan notoriamente los ciclos de producción de este gas a partir de Dióxido de carbono mediante la fotosíntesis[1].
Ambos factores, sin embargo, son procesos susceptibles a la intervención y mejora con participación de la población, pero ello no se ha tenido en cuenta entre la realización de elevados estudios técnicos de diagnóstico, dudas, suspicacias, omisión al mandatorio Principio de Precaución, y el entorpecimiento en la asignación de presupuestos. Mientras, el tiempo de reacción a la humanidad contra el CC se le está yendo de las manos.
Sin tocar el tema a fondo, simplemente justifico la necesidad de implantar la propuesta ya que el último cambio climático a nivel global, es decir, la última glaciación por poco exterminó la especie humana. Cuestión evidente por medio de la formación de un cuello de botella (reducción a un número mínimo de individuos sobrevivientes) que pudo rastrearse genéticamente (Hewitt, 2000). Evento relacionado con otra clase de enrarecimiento atmosférico global, en esa ocasión causado por una inusitada actividad volcánica previa (Ambrose, 2003). Quiere esto decir que la amenaza del desequilibrio climático debe ser considerada como asunto de máxima seriedad por los riesgos poblacionales intrínsecos que dicho cambio implica desde la evidencia científica. Es de considerar, que las extinciones masivas entrañan ataques de escala poblacional a la salud de las poblaciones biológicas, las cuales determinan la elevada mortalidad notada.
El comienzo de Enero de 2017, por ejemplo, mostraba para la ciudad de Moscú temperaturas entre 10 y 12 grados más bajas que sus valores normales para la fecha, llegando a -34 grados centígrados[2]. No se sobrevive a la intemperie a tal temperatura. Razón por la cual en la descripción del amenazante fenómeno meteorológico global, se suele preferir usar el concepto Cambio Climático y no Calentamiento Global, dado que lo mostrado por el planeta es que los extremos de cada una de las zonas geográficas han incrementado sus rangos extremos de oscilación y la frecuencia de los mismos en intensidad hacia lo alto, pero también, su intensificación estacional hacia lo bajo, lo que afecta la vida de las especies en distintas localidades como efecto directo de la temperatura (Es decir, se han observado temperaturas altas cada vez más altas, temperaturas bajas que rompen records históricos, mayores precipitaciones medidas en temporada de lluvia, incrementos de sequías y avance de las desertificaciones en los periodos secos, etc.).
Al tiempo, se ha analizado a través de estas columnas que el Cambio Climático (CC) ha sido infundadamente entendido de manera desesperanzada como un proceso irreversible, debido a múltiples pre-conceptos pseudocientíficamente asumidos y dogmatizados. Esto contrasta con la evidencia científica biogeoquímica en lo que respecta a potenciales maniobras de amortiguación aplicables contra el fenómeno, que no exigen mano de obra calificada pero si planes masificables a nivel social. El último cambio climático se re-estabilizó tras muchos años por recomposición y re-distribución cuantitativa de las poblaciones vivas no humanas.
RESPUESTAS SOCIALES INFRUCTUOSAS
Sin embargo, hablar de estructuras cognitivas, éticas o filosóficas causales en este fenómeno puede servir para contrarrestar costumbres que incentivan la emisión de GEI como vestirse con fibras sintéticas o incurrir en excesivo uso de aparatos electrónicos que día a día se amplifica en cientos de millones de hogares (Ver video completo aquí), pero para algunos técnicos este matiz supone un innecesario sinsentido al esperar que las promesas técnicas -aún no cumplidas en la práctica- de la Geoingeniería o la Ingeniería Ambiental ofrezcan la solución instantánea al colosal problema global.
A la vez, para algunos activistas sociales o virtuales este punto en torno a la “estructura de pensamiento de la sociedad”, empleado más bien para el ataque político oportunista al “sistema productivo, partidos políticos tradicionales, o a las estructuras de mercado” (que como acusación de entrada incurren en la falacia de la generalización), suelen además de instrumentalizar, sobredimensionar y tergiversar, de modo efectista, pero inútil, la llamada “generación de conciencia” sobre el CC.
Por lo general, estos ejercicios de comunicación habitualmente están desligados a obras cuantificables en favor de la reparación (mitigación o adaptación) del daño asociado al CC. El objetivo con estos deplorables manejos políticos, así se restringe a ser político-ideológico. De hecho, no ha habido cambio palpable en la agravación del desarrollo atmosférico del problema.
La destacada película-documental sobre el cambio climático “Una Verdad Inconveniente” de 2006 (ya con más de 10 años), producida por Al Gore, a ese respecto bien favoreció la elección en 2008 y la reelección en 2012 de su co-partidario, el presidente Barack Obama. No obstante, los indicadores hasta hoy crecientes del Cambio Climático, no tuvieron la más mínima disminución en su emisión global durante los 8 años de gobierno del presidente, por ejemplo. Al contrario, se han intensificado.
El público tras estos loables ejercicios de concienciación si bien se entera y se preocupa, rara vez emprende obras que instauren una diferencia. No se le brinda al público una posibilidad remedial para la participación. Sólo se tiende a ofrecer miedo. Al carecer de acción, es claro que se sobredimensiona el efecto de simple “consciencia”.
Entretanto, las zonas más fértiles de la tierra (plantables) aptas para la siembra se vienen endureciendo aceleradamente, y sin cesar, con la expansión de zonas urbanas duras (cemento, pavimento, plástico, hormigón) que no son compensadas con vegetación de reemplazo, ni en los espacios públicos de las ciudades, ni en las zonas rurales aledañas (D’Amour et al., 2016). El desarrollo con apellido sostenible, sigue siendo mayoritariamente convencional.
Ese sostenido endurecimiento estructural a expensas de talar árboles, ha reducido la zona viva de almacenamiento de carbono y producción de oxígeno a nivel global. También, la relación árboles por persona cada vez más precaria a nivel nacional y mundial se ha reducido de acuerdo a la vocación de las respectivas zonas como se nota en la diferencia per cápita de árboles entre España y Canadá (Figura 1).
Pero esto puede enmendarse canalizando dentro de funciones corrientes institucionales, y dentro de marcos de buena voluntad, el capital humano que incremente conscientemente los tamaños de las poblaciones arbóreas amortiguadoras de los gases GEI.
Figura 1. Estimativos actuales de población arbórea (2014) con base en el artículo[3] de la revista Nature de Crowther (2015). Infografía elaborada por David Alameda para Diario El País de España[4]
HECHOS Y MULTI-CAUSALIDADES SISTÉMICAS
Pese a que la sociedad mundial está consciente de la existencia del Cambio Climático desde hace más de 10 años, la combustión que se sabe, genera más gases de efecto invernadero, va en imparable ascenso hasta el momento:
Pero las personas, por ejemplo, están viajando mucho más con propósitos de placer y recreación. De hecho, no es descabellado señalar que la población sin importar el estrato socio-económico, viaja hoy en día, por medios motorizados contaminantes (Figura 2) como nunca antes.
Figura 2. Producción de Carbono por viaje de ida y regreso en un trayecto de 15 kilómetros en vehículos de transporte. Fuente: www.consumovehicular.cl
También, la población rica o pobre que sin duda ya sabe sobre el CC, está usando mayor cantidad de electrodomésticos, durante mayor tiempo, o muchos más aparatos electrónicos en comparación con 20 años atrás, que en conjunto, aumentan los circuitos de combustión emisora de gases contaminantes globales por la popularizada sed de innovaciones tecnológicas energético-dependientes (Figura 3). Es decir, hay consciencia en el grueso de la población del problema pero esta ha sido inútil para la corrección práctica de los efectos atmosféricos según mediciones actuales.
Figura 3. Incremento del Consumo Energético Global considerando los Niveles Económicos de Mercado Consolidado, Transcisión y Emergentes.
Estos hechos sumados a una gran cantidad de discursos y productos artísticos catastrofistas en la cultura actual y a la fragmentación del conocimiento disciplinar (sobre-especializado, de tendencia impositiva, con estudios que no emplean la capacidad integradora del pensamiento), ve recrudecer el CC de forma refractaria.
Al no conectar los puntos, ni aplicar abordajes sistémicos, no se han logrado contrarrestar las dinámicas verdaderas dinámicas -incluyendo esos fenómenos culturales y de costumbres- que lo originan.
Aunque existen cambios actitudinales destacables como la Responsabilidad Social Empresarial en la sostenibilidad de las compañías, o expresiones de culturas verdes en el imaginario colectivo, con nuevas estrategias productivas de desarrollo sostenible, si se analiza, estos modelos continúan descargando la responsabilidad que tenemos todos en terceros (“la culpa la tiene la vaca”[5], las industrias, el sector transporte o la agricultura, en síntesis: “que ellos hagan algo”), sin entrada masiva participativa de la población que puede actuar diariamente hasta equilibrar la balanza en el otro sentido de la producción de gases. Esta evasión permite vivir en el espejismo de cooperar “al estar informado”, pero sin tomar responsabilidad reparativa propia y de facto en el asunto.
La patata caliente de la culpa que todos nos pasamos de uno a otro sin actuar en el fuero personal, se adiciona al malentendido según el cual este es un problema para el futuro (pese a la evidencia que lo demuestra como una situación que está ocasionando estragos y muerte ya en el presente).
El problema se agrava al desarrollar una “hipermetropía psicológica” –ver bien el problema a lo lejos, en el tiempo, pero no de cerca- (Meira, 2009).
Sin haber reacción efectiva se pierde el potencial de lo que de otra forma serían 7200 millones de pares de manos a nivel mundial trabajando día a día para la biorrecuperación atmosférica.
Vienen las preguntas:
¿Qué se puede hacer desde el mundo académico y docente? ¿Cómo hacer efectiva la participación e interés práctico de niños, jóvenes y profesores en la solución de un problema global que los anti-valores de la actual sociedad han gestado contra ellos?
De forma sumaria, el grueso de la población debe aprender qué origina el problema. Puntos básicos, como que ellos al mismo tiempo pueden ser partícipes de la solución de problemas es clave, empodera, y debe remplazar la visión cómoda, agresiva y perezosa de pertenecer a una especie que sólo es plaga para el planeta.
El anterior es un punto que atañe una necesaria transformación ética en praxis. La acción biorreparativa puede tender a la acción práctica, remediadora desde que los estudiantes son pequeños. Explicar el fenómeno para diversos niveles de profundidad, es pedagógico en sí mismo, entendiendo que así como el planeta está enfermo (Figura 4, ver por favor el clip adjunto de 3 minutos), los seres humanos, como correctos administradores del planeta, pueden ser los agentes activos en su recuperación Biogeomédica.
Figura 4. Adaptación pedagógica para la comprensión infantil/juvenil de los procesos que entraña el Cambio Climático y como pueden los jóvenes ser parte activa al solucionarlo.
Video completo: Consultar aquí
LA RED DE COLEGIOS VERDES
La construcción de la Red de Colegios Verdes adaptando el sistema colaborativo de Networking, supone un programa integrado en este sentido, asumible libremente, en modelo de desarrollo trickle-up (o Bottom-up, es decir ascendente desde el público hasta lo alto de las jerarquías de gobierno) compuesto por estamentos educativos, o de otros sectores que los respalden legal y financieramente poco a poco, comprometidos a suscribir con el personal estudiantil y profesorado, maniobras constantes y sistemáticas de reforestación dentro del desarrollo curricular de cada año en todos los cursos de manera continuada (que bien puede combinar la modalidad de forestería ambiental con la alimentaria).
Aunque el modelo es abierto a la auto-gestión, vinculación y libre-suscripción, convendría a la supervivencia, e incluso a las economías locales, que fuese institucionalizado y respaldado por las diversas escalas legislativas de los cuerpos de gobierno (resoluciones, acuerdos, ordenanzas, decretos, leyes).
Para que este modelo se ponga en práctica de forma masiva en cada sociedad, estimo conveniente que se geste apoyo institucional por vía normativa al igual que medie la cooperación inter-institucional privada y oficial.
Pese a que inicialmente sectores privados (Asociaciones de Padres, los colegios mismos, compañías nodrizas o patrocinadoras, etc.) tendrían que financiar gastos de materiales para las acciones de siembra a fin de emprender los proyectos, es necesario que los tomadores de decisiones gubernamentales acompañen el proceso para normalizarlo en la sociedad. Es crucial para los líderes de diversas escalas el asegurar la cooperación gubernamental también para facilitar en el tiempo, acompañamiento de operarios, abastecimiento de materias primas y transporte por medio de una paralela Red de Viveros Municipales, que deben ser realizados con ese fin, en ampliación a las funciones de los jardines botánicos, por lo general presentes sólo en ciudades metropolitanas, o a lo sumo medianas.
La coordinación de espacios (públicos o privados -con el concurso de suscriptores voluntarios de predios privados- para la siembra de árboles) exige que distintos grupos de actores con capacidad de decisión se sumen a las iniciativas docentes. La adjudicación de responsabilidades en el ejecutivo es un tema fácilmente legislable, es decir, de desarrollo de la iniciativa como política pública (por favor, comparta este artículo para que sirva como instructivo para la instauración).
El diseño de la estrategia puede adherir y emplear, para invertir financieramente y en su patrón bioquímico, la tendencia de los mecanismos sistémicos que las redes de causalidad del CC han seguido, haciendo de sus ciclos viciosos un peligro ecológico, que en algunos puntos pueden llegar a ser desmantelados desde la pedagogía.
El objetivo es catapultar los procesos locales de reforestación con involucramiento sostenido en el tiempo de las poblaciones jóvenes locales, garantizando la supervivencia de las plántulas y árboles sembrados, pero abordando al mismo tiempo la comprensión natural de generaciones adheridas a pantallas, cada vez más desconectadas de la comprensión de la naturaleza.
La reintroducción del elemento arbóreo en ciudades (RurUrbanización Inversa) es necesaria y urgente. Esta puede llevarse a cabo con la financiación pública de viveros municipales, adscritos a Secretarias de Agricultura, para especies que permitan la reconstrucción de biomas que capten carbono y produzcan oxígeno en dimensiones masivas, con cuidado compartido de las plantas entre instituciones y estudiantes. El biomaterial dado gratuitamente debe ser monitorizado institucionalmente.
LINEAS DE ACCIÓN CONVENCIONAL:
MEDIDAS PROHIBITIVAS INSERVIBLES O CONTRAPRODUCENTES
Figura 5. Seguimiento Rutinario de la Polución Urbana por la Secretaria Ambiental en 5 Puntos de Madrid. Contraste de Zona Verde-arbolada (Parque Casa de Campo) con zona totalmente deforestada y endurecida como Sol
Con facilidad, en el ánimo de luchar contra el CC por medio de políticas públicas prohibitivas, se ha procedido a des-incentivar el uso de vehículos automotores (día sin carro, prohibición de coche particular, restricciones de áreas urbanas a ese tipo de tránsito), lo cual NO ha arrojado los resultados esperados. En Madrid, España al final de diciembre de 2016 la contaminación aumentó tras la restricción en el uso de vehículos privados (Figura 5); los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) -un GEI- se mantuvieron estables y llegaron incluso a duplicarse en algunos puntos de la ciudad[6]. Los impactos económicos al comercio son funestos al impedir el transporte particular rayando el 50% de disminución de ventas en temporada navideña[7]. El parque automotor más contaminante retrasó su desguace (chatarrización) y reciclaje en unidades menos contaminantes. Los autos con menos de 5 años contaminan mucho menos, por lo cual debería incentivarse, al contrario, su pronto recambio.
Fue memorable en el sentido frustrante también, el caso de Bogotá que ante el día sin carro 2013 con seguimiento científico del Grupo de Investigación en Calidad del Aire, Departamento de Ingeniería Química y Ambiental, Universidad Nacional de Colombia se encontró un paradójico fuerte incremento en la contaminación denominada “Material Particulado” (µg/m3) son sustancias inhalables por su pequeño tamaño (PM 10: 20 μg/m3) perjudiciales para la salud. El material que llegó también a duplicarse ese día en el aire urbano por la predominancia del Diésel como combustible del transporte público global[8].
El prohibir el uso del automotor particular según el número de la placa en Bogotá determinó un nocivo efecto de rebote: en muchos hogares se terminó por comprar un vehículo adicional de menor precio, es decir, más viejo o de segunda mano, y por ende más emisor de polución para sortear el día en que se impedía utilizar el vehículo con la prohibición legal.
Pese a que esto ya había pasado también en México (1989) y con la reforma del transporte público en Santiago de Chile (2007)[9], un aparentemente desinformado Madrid a finales de 2016 al escribirse este articulo replica la inconveniencia del modelo. El incentivo para aplicar facilidades en el frecuente recambio de automotores por el contrario favorecería el mercado y la actualización tecnológica de sistemas menos contaminantes. Vender más unidades, más frecuentemente, más baratas y facilitando la diseminación del Cambio Técnico, implicaría mayores ingresos y progresos tecnológicos para las compañías.
¿Qué hacer entonces para apersonar efectivamente a la sociedad de tan colosal problema y escalarlo a soluciones prácticas a la mano de todos, con alcance familiar?
La premio Nobel de economía Ellinor Ostrom (2007), por medio de sugerencias neoinstitucionales, dio importancia a Los Sistemas Sociales-Ecológicos (SSEs) a la hora de hacer modelos que buscasen la mayor efectividad posible de las instituciones orientada a la solución de problemas prácticos. Zinsstag (2015) aporta la visión de la salud como resultante de estas acciones con el norte práctico de buscar mejoras ante factores de riesgo contra la Salud Pública.
Sí se entiende de forma integrativa el continuum que se ha venido detallando en estas columnas, la fragmentación del conocimiento ha tenido entre otros (d)efectos prácticos, entre otras cosas, que aún dentro de temas de la salud, no se asocia que la polución que en toxicología ocasiona incremento en enfermedades cardio-respiratorias en la población mundial, supone la misma causa primordial en la generación multi-factorial del cambio climático, discernible bajo una óptica de pensamiento sistémico, precisamente descrito por Ostrom (2007) como fenomenología de lo complejo, multivariable, no-linear y de escala cruzada. Eso en lenguaje corriente quiere decir que para descubrir esas relaciones de causa-efecto, es necesario descubrir factores comunes, duplicaciones causales y coincidencias entre problemas paralelos.
En otras palabras, es indispensable unir los puntos y establecer conexiones para solucionar problemas sistémicos.
Para ese orden de ideas en el antropocentrismo filosófico que nos rige, debemos integrar además de los campos de conocimiento, los sectores sociales no visibilizados, las poblaciones biológicas despreciadas como los árboles y las instituciones pertinentes para el actuar eficaz que garantice la supervivencia.
A este respecto, se puede decir que pese a que la siembra de los árboles se haga por la motivación que sea, es decir, el egoísmo de querer sobrevivir, por el mecanismo de presión para aprobar una asignatura, por la necesidad de compensar o tributar para mantener un negocio, por tener un alma ambientalista o “ecologeta”, el resultado real para la atmosfera al incrementar la biota será positivo en términos atmosféricos.
La red de colegios verdes representa un esfuerzo integrativo conjunto, que motiva y facilita esas metas.
Uniendo los puntos anteriores, debe tratarse entonces a la Salud (ambiental pero también personal y pública) como brújula de las directrices políticas intrínseca a esta propuesta para la corrección funcional de esos Sistemas Ecológicos-Sociales.
Es un deber el permear las estructuras que consciente o inconscientemente han generado el daño, para que estas mismas sirvan de solución. Por ello el CC no es un problema que deban resolver solos industriales, empresarios o dignatarios sobrecargados de trabajo en cumbres climáticas. La participación social de todos es definitiva.
REDUCCIÓN DE LA ESCALA Y GIRO DE CAMBIO
En un artículo previo se describía como la cultura actual ha negativizado el actuar y la presencia de la población como consecuencia de paradigmas económicos malthusianos[10], o de una economía que ha construido sus métricas en observaciones estáticas y no de ciclicidades repositivas sistémicas.
Desde luego, el bombardeo diario de noticias, centradas con énfasis en el actuar erróneo del ser humano (asesinatos, delitos, desastres, crímenes, guerras, problemas políticos, chismes, etc.) poco espacio dejan para la exaltación de las acciones positivas humanas. Pero de acuerdo con el desarrollo humano la etapa de escolarización brinda la posibilidad de integrar conjuntos poblacionales heterogéneos para la acción presente y futura.
Masificar acciones visibles e inspiradoras para bien propio y ajeno, es posible. En este orden de ideas, la fragmentación de la educación debe empezar a ser sanada de manera práctica. La brecha entre la educación universitaria y la educación básica puede subsanarse en el mismo esfuerzo. Los centros universitarios afines a áreas productivas, ambientales, sanitarias y biológicas pueden perfeccionar y acompañar esta clase de procesos.
Por ejemplo, la red RAUS en Bogotá integrada por Universidades con componentes ambientales (deberían estar todas sumándose al esfuerzo) ha dado ejemplo de integración y construcción de esta clase de Networking académico.
Contrario al deber deontológico de las Universidades que deben orientar sus acciones a la solución de problemas reales de la sociedad, las universidades post-modernas han roto el lazo que solían tener con centros de educación básica (Primaria y Secundaria), excepción hecha para programas de pedagogía. Este lazo roto puede enmendarse de manera práctica con el fin de solucionar problemas, gravitando en torno al problema del Cambio Climático como simple ejemplo.
El apadrinamiento de Universidades a instituciones de la Red de Colegios Verdes sería conveniente desde muchos puntos de vista.
Se puede ser pionero al implantar la propuesta en cada lugar donde estemos leyendo esto y desde el sector social en que nos hallemos: ¡Iniciémoslo!
RECONFIGURACIÓN DE LA LÓGICA INSTITUCIONAL
Los distintos países suelen poseer organigramas institucionales para sus Sistemas Nacionales Ambientales. No obstante, la fragmentación del conocimiento desde el andamiaje educativo básico, profesional o especializado, ha producido que estos centros graviten demasiado en sus lógicas con instituciones que parecen “cercanas” a su quehacer.
No obstante, también, al desconocer su inserción sistémica se ha desperdiciado a la Educación Básica como aliado que puede ser actor pivotante (actor central) -quizás el más importante y menospreciado a la hora de instaurar acciones biorreparativas locales como aquí se explica-, y que merece superar la mención tangencial de las “entidades educativas” (Ver Figura 6) para que pasen a representar el núcleo de acción territorial clave por su distribuida presencia geográfica, agrupadora de recursos humanos. Algo similar ocurrió con la brecha habida entre universidad y el sector productivo hace unas décadas.
Figura 6. Estructura del Sistema Nacional Ambiental colombiano (Fuente: http://datateca.unad.edu.co/ ).
Ahora bien, para tener una idea del contingente de Capital Humano con el que cuentan los países como manos biorremediadoras a través de los mandatorios Proyectos Educativos Ambientales (PRAE), se pueden observar las cifras que integran los planteles educativos, como se esboza en el siguiente apartado.
Los PRAE en muchos casos están restringidos a las siembras experimentales de semillas, mantenimiento de pequeñas huertas, fabricación de compost o recolección de material reciclable. Con un plan integrador más ambicioso podrá notarse la importancia de su capital humano para la sociedad en la Salud Ambiental.
Para llegar a tener un efecto sensible operativo puede amplificarse la intencionalidad y actividades actuales de manera práctica, ahora enfocándolas simultáneamente a la mitigación del CC y la Seguridad Alimentaria (incluyendo árboles frutales también aptos para las diversas zonas).
El paso más allá está orientado a atacar una de las causas principales en la multi-factorialidad descrita que determina el fenómeno del CC: La disminución en el área de cobertura forestal y la Insuficiente Relación Humano-Árbol, en ambientes urbanos y rurales.
MÍNIMOS CUANTIFICABLES DEL MODELO
Para tener una idea del tamaño de las poblaciones estudiantiles, revisemos la particularidad de algunas naciones. En el caso español la previsión de alumnos matriculados en Enseñanzas de Régimen General no universitarias (educación básica) para el curso 2013-2014 fue de 8.087.347 jóvenes, es decir, un 1% más que el curso anterior. Cifra que ha aumentado tras haberse visto mermada por la violenta crisis económica española[11]. Para 2015 un contingente adicional de 1 millón más de alumnos entraba en el sistema escolar de tal país, considerando sólo la fracción de oferta educativa pública[12].
Cabe anotar con este primer dato demográfico que estas grandes poblaciones constituyen el futuro de la sociedad. Por esa misma razón, la neutralidad y utilidad social de su participación, como criterio aristotélico y benthamiano con la búsqueda de la mayor felicidad posible desde los contenidos educativos, es una obligación ética para la pedagogía que reciban. La salud es una parte esencial.
En lo relativo al caso Mexicano, un total de 207 mil 682 planteles de educación básica y especial, acoge a más de 25 millones de alumnos a los que se debe sumar los estudiantes de sector privado[13]. Por su parte, Argentina para 2011 superaba los 4 millones de alumnos en estos sectores educativos[14] mientras Colombia contaba para tales años con más de 10 millones de estudiantes[15]. Brasil en 2004 tenía al menos 55 millones de estudiantes de educación básica (primaria o fundamental, secundaria)[16].
Con esas cifras que refieren, en general, sólo al sector público de la educación, con 5 países se estarían considerando más de 100 millones de estudiantes. De forma inspiradora, se tendrían contingentes anuales sembrados de 100 millones de árboles como parte de estos esfuerzos en sinergia institucional nacional.
Aunque puede empezarse con adopciones grupales (1 árbol por varios estudiantes) en una primera fase, si cada uno de estos jóvenes planta un árbol al año, año tras año, como parte del requerimiento educativo curricular, es viable la optimización necesaria para elevar la deficitaria relación nacional e internacional hombre: árbol.
El requerimiento expandido a personal universitario, como parte de su obligatorio servicio social, puede incrementar las dimensiones y el alcance de la medida.
En los variados casos nacionales se ve, en todo caso, que contingentes de millones de jóvenes potencialmente pueden representar el inicio de un punto de inflexión y cambio estructural serio y armónico en una lucha palpable contra el CC. La sencilla estrategia de Detoxificación, se respalda en elementos científicos, tanto experimentales como sociales, que puede ayudar a recobrar la amistad, dentro de las leyes naturales, que debe haber entre la sociedad y la naturaleza.
Si las estructuras de gobierno nacional, o las empresas privadas a nivel regional y local surten las materias primas para un programa de siembra de árboles, la eficacia a través del trabajo de estas poblaciones está garantizada. Tributación con destinación ambiental o una ínfima tarifa de pago por Servicios Públicos Ecosistémicos pueden financiar de manera sostenida la estrategia. Este es un programa que al insertarse laboralmente en funcionalidades rutinarias de diversas instituciones, es económico en lo referente a mano de obra auxiliar al insertarse en labores de cada uno de los sectores, ya previstas por la sociedad.
La red puede representar, en pocos años para las comunidades que lo implanten, la creación de infraestructura para venta de servicios sistémicos o ambientales, como hace Costa Rica al ser una nación Carbono Neutral, por razones que se describirán en el siguiente apartado.
En adición a las clásicas actividades de plantar un frijol sobre el algodón húmedo, los Proyectos Educativos Ambientales pueden acoger en su marco institucional, la calidad y directrices de las Redes de Colegios Verdes. Sus características permiten que los logros fácticos de la red sean instrumentos fácilmente cuantificables que trascienden los discursos políticos sobre la construcción sostenible de país[17] para que en la realidad lleguen a la órbita de lo mensurable.
NUMEROS PARA FUTUROS EN MERCADOS DE CARBONO
La venta internacional de bonos de carbono puede darse en función de la extensión de sus zonas forestadas. La banca multilateral como el Banco Mundial sabe y ha apoyado estos mecanismos de reducción de carbono. Costa Rica ha sido pionero en la venta de ello[18]. Por ejemplo, para efectos y cuentas puntuales de respaldo en el control del cambio climático, un árbol de zona templada con gran follaje puede absorber por intercambio gaseoso regular 24 Kilogramos/Año de Dióxido de carbono y capturar al menos una tonelada (1 Ton) de carbono para cuando tiene 40 años[19]. Su peso vivo representa acumulo de carbono, agua y nitrógeno que también se cuenta en toneladas que se retiran del exceso generado en la atmósfera.
Una tonelada de carbono arbóreo absorbido equivale a 3,667 toneladas de Dióxido de Carbono (3,667 [tCO2/tC]). Todo ello considerando la razón de masas atómicas de carbono (12) y de Oxígeno (16) y utilizando el estándar aceptado por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) en la Guía para Inventarios Nacionales de Gases Efecto Invernadero.
Esto significa que al incentivar la construcción gradual de biomas sembrados, multi-compuestos por diversas especies arbóreas de gran y mediano tamaño, con ayuda y supervisión de los niños, no con el ánimo del aprovechamiento y “cosecha” en términos comerciales-maderables, sino de Ecorreplicación y Depuración Ambiental Ecotoxicológica, estos efectos pueden venderse en el mercado internacional de Bonos de Carbono, representando ingresos para las economías locales.
La Ecorreplicación o imitación constructiva de estructuras ecológicas naturales, como la cuantificada en la Figura 7, combinando especies de flora en la siembra (para favorecer en el tiempo la creación de ecosistemas) encaja, de un lado, con las necesidades de aprendizaje biológico práctico para los estudiantes de educación básica.
Con la tutoría de la educación universitaria, a la par se ayudan a establecer unidades de sostenibilidad para negocios al construir Sumideros Longevos De Carbono o Estructuras Ecológicas Mitigadoras de Larga Duración. Los beneficios repercuten en bien de la sociedad en la lucha contra el cambio climático, el Ecoturismo, la Biodiversidad, la Preservación de las fuentes de agua y la Detoxificación de la polución aérea a escalas magnificables día a día.
Figura 7. Diagrama que muestra la complejidad en los sistemas de captura y almacenamiento natural de Carbono mediante distintos tipos de vegetaciones terrestres combinadas. Fuente: http://sites.biology.duke.edu/
Lo anterior, traducible en el sector educación a sistemas de indicadores por institución educativa, sirve no sólo para notar el desempeño y la evaluación académica de la institución en ciencias naturales, sino también para catapultar y valorar con estrategias sencillas incluso las abstractas metas de biosostenibilidad efectiva de los gobiernos descentralizados, disminuyendo la escala de los planes nacionales de mitigación del CC a las localidades, veredas y municipios.
Los gobiernos saben que están en mora de disminuir emisiones y tienen el deber de hacerlo por los Acuerdos internacionales firmados (Kioto, Marrakech, Paris). Esta es una manera controlable y fácil de monitorizar para hacerlo.
El crecimiento de los biomas ajustados a las vocaciones naturales de cada uno de los territorios está intrínsecamente garantizado desde el actual saber científico.
Por ejemplo, a través de salidas de estudio productivas, planes de reforestación en baldíos desérticos y áridos pueden aprovechar árboles que biológicamente son originarios de esta agreste tipología geográfica seca, como los eucaliptos que naturalmente se dan en esta clase de tierra (Figura 8) facilitando la recuperación de terrenos no intervenidos, susceptibles a recuperar por esta vía contribuyendo a la ampliación de sus capas orgánicas. Se tendrá por beneficio colateral amparar las migraciones de la avifauna y mejorar la regulación gaseosa sistémica de la atmósfera de alcanzar las magnitudes necesarias, pero por el rápido desarrollo de esta clase de especies en zonas ecuatoriales con mayores periodos foto-lumínicos anuales, el Carbono y vapor de agua sustraído a la atmósfera en forma de biomasa viva está facilitado.
Debe entonces entenderse que en cuanto maniobras de Biorrecuperación los monocultivos deben evitarse. Procesos de siembra masiva de árboles como los adelantados en la Estación Gaviotas del Vichada han sido ejemplo y eficientes en la cantidad de individuos plantados. Más importante es la posibilidad de restauración de zonas, en la práctica, muertas.
Figura 8. Estimación de Captura de Carbono en Toneladas de Dióxido de Carbono por árboles de eucalipto por hectárea. Fuente: Proyecto Chileno Captura de Carbono en Sistemas Agroforestales-Fondef-Uach-Infor.
Si cada estudiante, como requisito de aprobación para cada año lectivo, siembra al menos un árbol por año, bajo el modelo de adopción arbórea (dirigido al aumento de la responsabilidad ética con la naturaleza), con el eficiente apoyo institucional y logístico de secretarias de educación, agricultura, obras públicas, etc. en los municipios y/o jardines botánicos citadinos, el éxito social y biológico quedará más fácilmente asegurado. Cada cual puede empezar su gestión para ello ya. Quienes logren tener primero un modelo funcionando probablemente serán exaltados como modelo mitigador.
En la medida que el modelo aplicado, en las dimensiones que la financiación y el apoyo gubernamental lo posibiliten, el objetivo anual puede escalarse al aumentar la programación de la mínima siembra de un árbol anual, a uno por semestre (2 anuales), trimestre (4 anuales) o bimestres (6 anuales) por año lectivo. Del resto se encargan las instituciones locales con guías para un mantenimiento técnico que puede ser sustrato de práctica para estudiantes universitarios y los mecanismos de desarrollo de la naturaleza que sabrán compensar este cambio de actitud hacia ella.
En la práctica, una institución con 500 alumnos, consigue la siembra-adopción de 500 árboles. Aplicar una magnificación de las metas, para hacerse una idea, al ampliar la meta a dos árboles al año/alumno se obtendrían 1000 árboles, y con 4 al año 2000 árboles. Muchas plántulas pueden morir pese al cuidado por lo cual es importante hacer el mayor esfuerzo posible constantemente.
Argumentamos el efecto positivo en la salud de esta iniciativa. ¿Cuál podría ser un indicador beneficiado según esta estrategia de Detoxificación ambiental? Además de la salud ambiental, la salud cardio-respiratoria de los habitantes urbanos se beneficiaría directamente.
Para cerrar expliquemos la relación puntual. En un estudio reciente de Kauffmann et al. (2016), con más de 6500 personas en diferentes ciudades de EE.UU. se encontró que por cada 5 mg/m3 aéreo más de concentración de PM 2,5 (10 μg/m3), o por cada 35 partes por mil millones de concentración de óxidos de nitrógeno (NOx: GEI causante de CC) y carbono negro -aproximadamente la diferencia de enfermedad circulatoria entre las zonas más y menos contaminadas de Estados Unidos es notable-, las personas en sitios con mayor polución tenían un ritmo de acumulación mayor de calcio en las arterias (ateroesclerosis) de 4,1 unidades Agatston por año. Es decir, un 20 por ciento más de riesgo de engrosamiento carotideo por calcificación coronaria que las personas menos expuestas.
Las exposiciones, sin embargo, eran bajas en comparación con las normas de calidad del aire de EE.UU., que permiten una concentración promedio anual de PM 2,5 de 12 mg / m3. Los participantes en el estudio experimentaron en las zonas más contaminadas concentraciones ambientales entre 9.2 y 22,6 mg / m3. El rango modelado para Bogotá por la aplicación de la OMS, que permite evaluar cualquier punto del mundo (Consultar aquí), ubica la ciudad colombiana con cifras entre 16 a 25 (µg/m3), a la vez que Ciudad de México oscila entre 26 - 35 para PM 2.5. Santiago de Chile registró en 2014 la preocupante cifra de 64 para PM 10, mientras la desértica Arabia Saudita lleva la delantera con 127,4[20].
Recordemos que el material particulado (PM) de origen industrial, vehicular, o mineral natural (calima, tormentas de arena, polvillos de zonas de desiertos o áridas, etc.) en su volatilidad dependen, entre otros factores del suelo, de lo siguiente: Superficie, Humedad y grado de Cobertura vegetal, ya que pueden ser atrapadas por la vegetación al cumplir esta función de esponja o filtro aéreo con el correr del viento. Una razón más para reforestar sin intencionalidad comercial, pero si sanitaria, biológica y paisajística. ¿En que beneficia sembrar árboles y otras vegetaciones geográficamente distantes a los focos de emisión contaminante? En que por medio de tele-conexiones atmosféricas, determinadas por los vientos globales y los cambios de temperatura, la producción de oxígeno y la depuración de Óxidos de Carbono y Nitrógeno de estos nuevos focos aclaradores, entran en el sistema global para incremento de la estabilidad general. Una estructura sistémica que estamos empleando por ahora para obtener efectos negativos. Toda maratón, se empieza con el primer paso. ¡Vamos!
REFERENCIAS