La Magia: ¿Arte Escénico?
Jairo Hernán Ortega Ortega
Magia…Magia…Magia; en el mundo de los Magos la Magia es considerada la Reina de las Artes.
En nuestro país (Colombia) la Magia no es avalada como Arte. Tanto el Ministerio de Cultura como las Secretarias Distritales o Municipales del ramo así lo han decidido, definido y estigmatizado (1).
El contexto nos obliga a especificar que la materia a tratar es sobre la denominada “Magia Blanca”; la Magia anodina o lúdica o recreativa (2). La que disfrutamos en una fiesta de piñata o de Primera Comunión o en un espectáculo corporativo o teatral; la de los shows de Grandes Ilusiones en los que, a través de la televisión o en el escenario, hemos visto – con asombro – ejecutar a David Copperfield o al Maestro Juan Tamariz, quien nos ha entretenido y maravillado con su Cartomagia y/o Magia de Close Up.
Total, aquí no tiene cabida ni el Indio Amazónico, ni nada ni nadie que se le parezca. Cartomagia sí, Cartomancia no.
Hablamos de MAGIA DE VERDAD, aquella que tiene – siempre - una explicación lógica, científica; basada en los principios de la Física (mecánica, óptica, electrónica…), la Química (reacciones, diluciones…), la Matemática (principio de Hilberth…) y también de la Psicología (sugestión…) (3).
Como la pintura, la escultura, la música, la literatura, el cine, o cualquier otra expresión artística, convencional o no, el acto mágico se realiza con el objetivo de divertir a un público o por la mera satisfacción personal del artista, en procura de su desarrollo profesional o de sus inquietudes intelectuales ante un arte de por si milenario y legendario.
El Mago es un actor representando un único papel, el de Mago. Y se le exige ser y tener una formación artística integral
Arte se define como virtud, disposición y habilidad para hacer alguna cosa (4). Paganini era un “mago” del violín; su ejecución, insuperable, la presteza de su digitación (prestidigitación) magistral; muchos han querido superarlo quizás, apenas, igualándolo. Era en verdad un virtuoso, con innata habilidad y refinada técnica adquirida a través del estudio juicioso, la experiencia y la práctica, mucha practica disciplinada. René Lavand, Mago de origen argentino, a los nueve años (falleció este año, pasados los setenta) sufrió un aparatoso accidente ferroviario perdiendo su brazo derecho y ¿saben qué? fue, en varias ocasiones, Campeón Mundial de Magia. Lo asombroso es que lo logró en la especialización de Cartomagia (Magia con Cartas – naipes -). Pues sí, imposible de creer pero ha sido World Champion con sólo su mano izquierda; con una juiciosa y aplicada técnica, superada a través de los años, buscando la perfección alcanzó la excelencia. De ello puede dar fe nuestra autóctona estrella de la Magia, Gustavo Lorgia (más reconocido, admirado y reverenciado por su arte en el resto del orbe que en nuestra propia patria).
Es Arte el acto o facultad mediante los cuales, valiéndose de la materia, de la imagen o del sonido, imita o expresa el hombre lo material o lo inmaterial, y crea copiando o fantaseando (4) ¿No es acaso eso lo que hace un Mago? Además, como todas las Artes, la Magia también tiene Historia: desde el primitivo ser humano que trata de explicar o replicar un desconocido – en ese momento de su evolución – efecto de la naturaleza, pasando por Jean Robert Eugene Houdin, padre de la Magia Moderna, siguiendo con el mítico Harry Houdini (el mago más famoso de la primera mitad del siglo XX), espectacular atrayente de masas y medios, hasta nuestros días donde los espectadores pueden recrearse con los súper espectáculos que son escenificados en los hoteles y casinos de Las Vegas por herederos de los secretos legendarios de la Magia (Copperfield, Lance Burton, Siegfred & Roy, Penn & Teller, Fernando Keops…). Pero también el Arte de la Magia, como cualquier graffiti, está ocupando los espacios de la calle (David Blaine, Chris Angel…) acercándose más y más al público.
Tiene también la Magia escuela (un maravilloso ejemplo es la Escuela de Artes Mágicas de Bogotá, dirigida por Richard Sarmiento, y El Gabinete del Doctor Magic), academia, técnica, puesta en escena, especialidades (magia de salón, de escenario, ilusionismo, infantil, cartomagia, prestidigitación, escapismo, close up o magia de cerca…). Se vale de aspectos que atañen a la danza y a la actuación como lo es la expresión corporal; a la música como acompañamiento; a la dirección de arte en lo que se refiere a utilería, vestuario, escenografía, luces…además, el mago actual no improvisa en su espectáculo, lo tiene escrito previamente en un analizado guion que, muchas de las veces, cuenta una historia.
Por todo lo anterior considero que la Magia se puede categorizar dentro de las Artes Escénicas como un performance (5) (6). El performance es una muestra o representación escénica que suele basarse en la provocación; intenta sorprender al público por su temática o su estética, a través de acciones vinculadas a la improvisación, el arte conceptual y los happenings (manifestaciones artísticas que contemplan la participación del público).
¿La Magia tiene tesis dramática? (7) Por supuesto. Y no hay que hilar muy fino para entender que, obviamente, no es que pretenda siempre dar un mensaje político o de denuncia pero sí tiene un mensaje social y más que mensaje, función social, que es la de recrear llevando diversión al espíritu del ser humano. Ese es su último fin: Magia para reconciliar los corazones.
El objetivo social de la Magia, como lo hacen otras artes, incluso se sale del escenario; es el caso de la actividad Project Magic, liderada por David Copperfield, donde en varios hospitales del mundo se favorece la rehabilitación de pacientes con discapacidad física o cognitiva a través de aplicar, como parte de las sesiones de Fisioterapia o de Terapia Ocupacional, las actividades manuales que se desarrollan en un acto de magia. En nuestro medio, dicho proyecto ha sido replicado con éxito en varios hospitales de Bogotá, como Magiterapia, por Doctor Magic (8) (9).
Sin embargo, nunca se ha visto que el Ministerio de Cultura o los entes que en las Secretarias Distritales o Municipales propenden por la cultura, en sus convocatorias impulsen o inviten a participar con sus propuestas a quienes, como en otras artes – los titiriteros verbigracia – con amor practican el Arte de la Magia e incluso viven de ella como lo haría de su arte cualquier otro artista. El de los Títeres si es considerado Arte por el Ministerio de Cultura y sus secretarias (1).
En otras latitudes la aceptación de este arte se demuestra de amplia manera; en la Universidad de New York existe un programa académico de formación en Magia, en países como Holanda varias instituciones también se preocupan por enseñarla. Ejemplo más claro es el de la orden Chevalier of Arts and Letters, concedida por el gobierno francés a David Copperfield o el de los veintiún premios Emmy a la excelencia artística en televisión otorgados al mismo artista en Estados Unidos. Hace dos años el maestro Juan Tamariz recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, concedida por el Ministerio de Cultura de España; se otorga a personas naturales o instituciones que destaquen en los campos literario, dramático, musical, coreográfico, de interpretación, a quienes sobresalgan en el campo de la creación artística y cultural o que hayan prestado notorios servicios en el fomento, desarrollo o difusión del arte y la cultura o en la conservación del patrimonio artístico (10).
La Magia, como arte, en Colombia, también tiene su público. No es sólo cuestión de status. Quienes manejan, dirigen y reglamentan la Cultura en nuestro país deben ser conscientes de que nos hace falta organizar MAGIA AL PARQUE, y no sólo eso, algo mucho más importante: están en mora de incorporar a la Magia como Arte Escénico.
Nota: Conflicto de intereses. Declaro que lo expresado en el presente ensayo está sujeto a conflicto de intereses ya que también me desempeño como Mago Profesional, siendo mi nombre artístico Doctor Magic.
Bibliografía
1. Oliveros, Laura I., et al. (2007). Magos en Bogotá: una construcción de identidad. Bogotá. Facultad de Antropología, Universidad de Los Andes.
2. Kirby, E.T.. (1974). The Shamanistic origins of Popular Entertainment. The Drama Revew; TDR Vol. 18, No. 1, Popular entertainments. Pp 5 – 15.
3. Pogue, David. (2008). Magia para Dummies. New York. Wiley Publishing Inc.
4. Diccionario Esencial de la Real Academia Española. (1997). Madrid. Editorial Espasa Calpe.
5. Schechner, Richard. (2002). Performance Studies: an introduction. Rooutledge.
6. Striff, Erin. (2003). Performance Studies: readers in cultural criticism. New York. Palgrave McMillan.
7. Aristòteles. (2000). La Poética. México. Editores mexicanos unidos.
8. Magia para curar el corazón: un “Patch Adams” colombiano, médico y mago. (1999). Bogotá. El Tiempo.
9. Ossa, Laura J. (2008). Pasión Mágica. Bogotá. Facultad de Periodismo, Universidad de La Sabana.
10. Pastomagic, blog de magia