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Poca agua

No tenemos más tiempo

Por:Juan Manuel Sarasua

Foto:Alberto Sierra, Milagro Castro, Ximena Serrano, Juan Ramírez

Según Benjamin Quesada, Colombia goza de algunas particularidades que permitirán poner en marcha nuevas acciones efectivas en la lucha contra el cambio climático.

Según Benjamin Quesada, Colombia goza de algunas particularidades que permitirán poner en marcha nuevas acciones efectivas en la lucha contra el cambio climático. “Pero para eso es necesario ‘aterrizar’ la emergencia climática en su territorio, darla a conocer, comprender sus efectos y dominar las herramientas propias con las cuales vamos a trabajar. Hay que ser muy claros y decir cómo va a afectar el cambio climático a nuestra realidad, cómo van a impactar el turismo, la seguridad alimentaria, en fin, todas las áreas de producción”

Quesada agrega que “el país está una posición ventajosa en muchos aspectos. Contamos con un marco jurídico en evolución y con compromisos estables en el tiempo. Nuestra ubicación geográfica, la cantidad de bosques que tenemos, nos permiten ser unos verdaderos sumideros de carbono. Tenemos experiencia en reforestación y, desde hace unos años, herramientas para adelantar el mapeo de servicios ecosistémicos a fondo, de tal manera que se pueda hacer una buena vigilancia de nuestro territorio. Lo que necesitamos es masificar la implementación y para ello requerimos el apoyo de todas las fuerzas políticas, económicas y sociales del país”.

Los cambios en los ciclos estacionales; el aumento de la temperatura; la producción y retención de CO2; la producción de metano, por descomposición de desechos, vertederos y de la digestión de los rumiantes, y de óxido nitroso por el uso de fertilizantes y la quema de combustibles fósiles, entre otros; el uso de clorofluorocarbonados (CFC); los efectos sobre el impacto de la radiación solar…, todos estos son apenas algunos de los fenómenos que investigadores de todo el mundo están estudiando y vigilando de cerca con el propósito de obtener una mayor comprensión del cambio climático.

Sin excepción, todas las variables aquí expuestas tienen una causa común: el ser humano. Todos los datos coleccionados en este texto han sido medidos, estudiados y publicados por investigadores en todo el mundo. Pero el problema no puede ser abordado como si fuera una sola variable, un solo dato. El cambio climático debe ser enfrentado también en su dimensión humana, una en la que se vea claramente cómo afectará nuestro estilo de vida, un modo que hemos querido y permitido crear y que necesitamos cambiar drásticamente para poder asegurarnos un futuro sostenible, con seres humanos sanos que creen sociedades justas y eficientes.

Del 31 de octubre al 12 de noviembre de 2021 tendrá lugar en la ciudad de Glasgow (Escocia) la COP26, la Conferencia de las Partes que reúne a todos los 196 países firmantes del Acuerdo de París. Se trata de la primera reunión política desde la entrada en vigor del acuerdo, y sus objetivos más importantes son asegurar una economía neutra en carbono para 2050 y limitar el calentamiento global en 1,5° C ; ayudar a las comunidades con mayor riesgo y proteger su hábitat; a encontrar la forma de asegurar al menos USD$100 mil millones al año para financiar esta transformación y acelerar todas las acciones para abordar la crisis climática con la colaboración entre gobiernos, empresas y sociedad civil.

Aunque el planeta es uno solo, el cambio climático afectará a cada país, e incluso a cada persona, de manera diferente. Nuestros recursos, nuestra ubicación geográfica, nuestro desarrollo industrial actual, nuestra posición en el gran mercado económico global nos condicionan para afrontar una problemática tan drástica y profunda como la que plantea el cambio climático. Pero también nuestras decisiones, nuestro comportamiento a todos los niveles de la sociedad, las fuentes de energía que utilicemos, las prácticas agrícolas y ganaderas, nuestro rol a nivel global en el campo de la prevención y lucha contra el cambio climático, nuestra participación en los acuerdos mundiales y la aprobación de las leyes que regulen y comprometan dicha participación, nuestra capacidad para exigir acciones y responsabilidades a todos los ciudadanos: todo esto condiciona nuestro futuro. El futuro de las nuevas generaciones.

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