La investigación indica que la biodiversidad mundial pudo disminuir entre un 2 % y un 11 % durante el siglo XX debido al cambio de uso de la tierra. El cambio climático y de uso de la tierra combinados podría conducir a la pérdida de biodiversidad en todas las regiones del mundo, afirma el estudio.
La biodiversidad global pudo disminuir entre un 2 % y un 11 % durante el siglo XX, debido únicamente al cambio de uso de la tierra. Las proyecciones muestran que el cambio climático podría convertirse en el principal impulsor de la disminución de la biodiversidad a mediados del siglo XXI. Así lo revela un estudio multimodelo dirigido por el Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la Biodiversidad (iDiv) y la Universidad Martin Luther Halle-Wittenberg (MLU), análisis inédito que contó con el apoyo de nuestra Facultad de Ciencias Naturales, el cual publicó hoy la prestigiosa revista Science.
En el estudio “Tendencias globales y escenarios de biodiversidad terrestre y servicios ecosistémicos de 1900 a 2050” (science.org/doi/10.1126/science.adn3441) participó nuestro director del programa Ciencias del Sistema Tierra de la Facultad de Ciencias Naturales, Benjamín Quesada. Este es el estudio de modelización más grande de su tipo hasta la fecha. Los investigadores compararon trece modelos para evaluar el impacto del cambio de uso de la tierra y el cambio climático en cuatro métricas distintas de biodiversidad, así como en nueve servicios ecosistémicos.
El cambio de uso de la tierra se considera el mayor impulsor del cambio de biodiversidad, según la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES). Sin embargo, los científicos están divididos sobre cuánto ha cambiado la biodiversidad en las últimas décadas.
Para responder mejor a esta pregunta, los investigadores modelaron los impactos del cambio de uso de la tierra en la biodiversidad durante el siglo XX. Descubrieron que la biodiversidad global puede haber disminuido entre un 2 % y un 11 % debido únicamente al cambio de uso de la tierra. Este tramo cubre una gama de cuatro métricas de biodiversidad (riqueza global de especies, riqueza local de especies, especies medias extensión del hábitat e integridad de la biodiversidad) calculadas mediante siete modelos diferentes.
"Al incluir todas las regiones del mundo en nuestro modelo, pudimos llenar muchos puntos ciegos y abordar las críticas a otros enfoques que trabajan con datos fragmentados y potencialmente sesgados", dijo Henrique Pereira, primer autor del estudio y jefe del grupo de investigación en iDiv y MLU. “Cada enfoque tiene sus ventajas y desventajas. Creemos que nuestro enfoque de modelado proporciona la estimación más completa de las tendencias de la biodiversidad en todo el mundo”.
Utilizando otro conjunto de cinco modelos, los investigadores también calcularon el impacto simultáneo del cambio de uso de la tierra en los llamados servicios ecosistémicos, es decir, los beneficios que la naturaleza proporciona a los humanos. En el siglo pasado, encontraron un aumento masivo en el aprovisionamiento de servicios ecosistémicos, como la producción de alimentos y madera. Por el contrario, la regulación de los servicios ecosistémicos, como la polinización, la retención de nitrógeno o el secuestro de carbono, disminuyó moderadamente.
Los investigadores también examinaron cómo podrían evolucionar en el futuro la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas. Para estas proyecciones, agregaron a sus cálculos el cambio climático como un impulsor creciente del cambio de biodiversidad.
“Según los hallazgos, el cambio climático ejercerá una presión adicional sobre la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas. Si bien el cambio de uso de la tierra sigue siendo relevante, el cambio climático podría convertirse en el factor más importante de pérdida de biodiversidad para mediados de siglo”, afirmó nuestro profesor Quesada. “Evaluamos tres escenarios ampliamente utilizados: desde un escenario de desarrollo sostenible hasta un escenario de altas emisiones”.
En todos los escenarios, los impactos del cambio de uso de la tierra y del cambio climático combinados dan como resultado una pérdida de biodiversidad en todas las regiones del mundo. Si bien la tendencia general a la baja es constante, existen variaciones considerables entre las regiones, escenarios y modelos del mundo.
Las proyecciones no son predicciones
"El objetivo de los escenarios a largo plazo no es predecir lo que sucederá", afirma la coatura del estudio Inês Martins, de la Universidad de York, quien codirigió los análisis del modelo y es alumna de iDiv y MLU. “Más bien, se trata de comprender las alternativas y, por lo tanto, evitar estas trayectorias, que podrían ser menos deseables, y seleccionar aquellas que tengan resultados positivos. Las trayectorias dependen de las políticas que elijamos y estas decisiones se toman día a día”.
Los autores también señalan que incluso el escenario más sostenible evaluado no implementa todas las políticas que podrían hacerse para proteger la biodiversidad en las próximas décadas. Por ejemplo, el despliegue de bioenergía, un componente clave del escenario de sostenibilidad, puede contribuir a mitigar el cambio climático, pero al mismo tiempo puede reducir los hábitats de las especies. Por el contrario, en ninguno de los escenarios se exploraron medidas para aumentar la eficacia y la cobertura de las áreas protegidas o la reconstrucción a gran escala.
Según los investigadores, evaluar los impactos de políticas concretas sobre la biodiversidad ayuda a identificar aquellas políticas más efectivas para salvaguardar y promover la biodiversidad y los servicios ecosistémicos.
“Este ejercicio internacional es fundamental para países que tienen inmensa biodiversidad como Colombia. En particular, muestra en el marco de la COP16 que se desarrollará en Cali en octubre 2024, que las políticas actuales son actualmente insuficientes para cumplir las metas. Los países tienen que actualizar de manera ambiciosa sus planes nacionales de biodiversidad e implementarlos rápidamente para salvar estos verdaderos sistemas de soporte a la vida” afirma nuestro profesor y coautor del estudio para Colombia, Benjamin Quesada.