El complejo panorama electoral de Estados Unidos
Mauricio Jaramillo Jassir
Mauricio Jaramillo Jassir
Luego de dos mandatos de una cierta hegemonía demócrata, se puede esperar producto de la política pendular de los sistemas bipartidistas, que Estados Unidos se embarque en una era republicana con consecuencias aún difíciles de percibir. Algunos piensan con justa causa que el control de ambas cámaras del legislativo, por parte de los conservadores (eso sí de corrientes diversas y para nada equiparables), constituye el abrebocas de ese nuevo periodo. Seguramente el Partido Republicano no hará abstracción de las lecciones aprendidas durante los ocho años del gobierno de George W. Bush. Uno de los que más afectó la imagen de Estados Unidos en el mundo, y que significó además un retroceso en las relaciones con América Latina.
A los candidatos del Partido Demócrata como Hillary Clinton (la más conocida y quien parece tener suficientes credenciales como para ser digna rival un una campaña muy dura), Bernie Sanders, Martin O’Malley o Joe Biden les espera un desafío de la más alta complejidad. Se ha insistido desde la oposición al gobierno de Barack Obama, en la debilidad de los demócratas a quienes se endilga la responsabilidad del desastre actual que azota a Siria, la supuesta irresolución frente al conflicto árabe israelí, y por el principio de acuerdo nuclear con Irán en el que identifican una amenaza y el camino despejado para que Teherán se termine por dotar del arma nuclear.
Ciertas o no las suposiciones, han hecho mella en la imagen de Obama hasta el punto que algunos demócratas, han buscado distanciarse de la política actual del presidente. Tal fue el caso de la propia Clinton, quien no ocultó sus críticas al mandatario por la falta de un mayor respaldo a los rebeldes en Siria.
El candidato del Partido Demócrata deberá mostrar dureza en frentes que se han venido convirtiendo en activos del republicanismo. Ya no sólo en la guerra contra el terrorismo o el extremismo islámico sino en temas internos, especialmente en lo económico donde aún se polemiza por haber aumentado el techo de la deuda, o el sistema de seguridad social de cobertura universal Obamacare, que aún dista de ser ideal. Asimismo, tendrá que haber un plan económico que tenga en cuenta varios hechos de la actualidad como la caída de los precios del petróleo, que puede jugar a favor del sistema productivo y financiero estadounidense, el estancamiento en las negociaciones de la deuda griega y el avance de gobiernos similares a Syriza en otras naciones de Europa (Podemos y Ciudadanos en las elecciones regionales en España ya son un anticipo), las posibilidades en materia de comercio e inversión con Cuba, y la continua expansión de las economías de la India y de China, muy a pesar de la caída del precio de algunas materias primas.
Por el lado del Partido Republicano, todavía es muy temprano para un diagnóstico acertado sobre la correlación de fuerzas entre un puñado de candidatos de diversa condición, hay un afro (Ben Carson), una mujer (Carly Fiorina), y uno de origen latino (Marco Rubio), enre otros. Testimonio de una evolución sorprendente en el discurso de la política republicana, y que demuestra cuán imponentes son las lógicas electorales y migratorias en la transformación del ideario partidista, aunque tal se reivindique como conservador.
Algo para tener en cuenta es que en esas elecciones también se renueva una parte del Congreso. Esto puede implicar un nuevo equilibrio de fuerzas entre los dos partidos y entre los poderes públicos (legislativo y ejecutivo). La victoria y el control de ambas cámaras no han sido tan redituables para el Partido Republicano, pues se trata de una institución desprestigiada, y ese descrédito puede afectar su imagen de cara a los comicios de 2016.
Habrá, en definitiva, cinco temas que terminarán por decantar el panorama electoral en Estados Unidos, aunque pueden variar dependiendo de la coyuntura.
Migración y grandes minorías. Se impone definitivamente como uno de los temas determinantes en las primarias y en las elecciones presidenciales, no sólo por el peso de los latinos, sino por la inclusión del candidato Marco Rubio quien seguramente apelara a su origen para ganar votos.
El desplome de Siria. Se trata de un escenario en el que los estadounidenses consideran que Rusia terminó ganando el pulso a norteamericanos y europeos, cuando se congeló la anunciada intervención. En ése se define en buena medida, el futuro de Irak y la viabilidad de su estatalidad luego del desastre provocado por la intervención de 2003. Cada día toma más fuerza la tesis que sostiene que la región fronteriza siria-iraquí representa un bastión inexpugnable del Estado Islámico. Se quiera o no, obliga una redefinición de acciones frente al gobierno de Bachar Al Assad.
Israel y Palestina. Desde la presidencia de Bill Clinton no ha habido un plan de paz para Medio Oriente con una viabilidad y credibilidad suficientes. Revivir el esquema de negociación surgido de los Acuerdos de Oslo, involucrando como garantes a Estados de la zona, será sin dudas, un reto de la política exterior del próximo presidente. El tema seguramente será intensamente debatido.
La disciplina fiscal. La base impositiva tiende a ser uno de los temas de debate más álgidos de la campaña, una vez tramitadas las primarias. Allí resurgen las posiciones sobre impuestos directos e indirectos, la disciplina fiscal y los estímulos a la libre empresa versus las subvenciones de carácter social. En la dialéctica que se desprenda de estas discusiones, se definirá el modelo económico en los próximos años.
La seguridad social. La percepción que existe es que aunque el Obamacare es una política pública necesaria, loable y bien intencionada, su ejecución ha sido más bien aparatosa. Por eso, uno de los grandes retos y que seguramente ocupará un lugar central en el debate será el del mejoramiento o reforma del sistema.
Más allá del resultado de primarias y elecciones generales, Estados Unidos está en una época de redefiniciones que tendrán un efecto visible en casi todos los rincones del planeta. Se avecina una de las campañas más determinantes de la realidad global.