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El Sabio Mutis y su inmortal legado en el Rosario José Celestino Bruno Mutis y Bosio (1732-1808)

Margarita Guzmán

José Celestino Mutis

*Discurso de Margarita Guzmán para la Semana Mutisiana

El Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario se unió a esta Semana Mutisiana de 2022 para conmemorar 214 años de la muerte de José Celestino Bruno Mutis y Bosio. Aprovecho para agradecer la oportunidad de hacer parte de este homenaje al Sabio Mutis. En el momento que recibí el encargo de escribir algunas palabras sobre Mutis y su legado inmortal en este Colegio Mayor, sentí una gran emoción y a la vez una gran responsabilidad. Dentro del acervo patrimonial de la Universidad, considerado único, y el cual manejamos y salvaguardamos desde el Museo de la Universidad del Rosario, nos encontramos un gran tesoro constituido por obras de arte pictóricas y escultóricas, así como objetos litúrgicos y religiosos. Cuando observamos en la pinacoteca el óleo Mutis, profesor de matemáticas, el monumento funerario de Mutis, ubicado en la capilla de la Bordadita, los magníficos documentos excepcionales de puño y letra del Sabio que tenemos en el Archivo Histórico, podríamos decir que representan para el Rosario un gran legado, que va más allá del patrimonio material que conservamos celosamente y que fue parte de mi interés personal para el diagnóstico de la colección del Rosario con miras a la creación del Museo.

Mutis hace parte de la historia de esta institución universitaria que este año cumple 369 años de existencia y constituye un hito relevante para nuestra sociedad y nuestra comunidad universitaria. Los aportes de Mutis a lo largo de su vida consolidan un patrimonio material único, pues hacen parte del Claustro y la capilla y son el testimonio de una vida de entrega a la investigación, la docencia y a la formación de jóvenes que cambiaron sustancialmente la forma de ver el mundo. Es ahí donde radica ese gran legado que hoy recordamos con emoción. Hoy aquí reunidos sentimos una sensación de felicidad al hacer parte de algo excepcional y valioso, me atrevo a decir que trascendental en la vida rosarista.
 
En esta semana Mutisiana hemos escuchado y aprendido mucho de grandes estudiosos y conocedores de la vida, obra y proyectos de Mutis, que han dedicado su tiempo a investigar en profundidad el personaje, sus hallazgos y observaciones. Agradezco a todos su generosidad al compartir este maravilloso conocimiento y estoy convencida de la importancia de Mutis en el Rosario. Al pensar en este personaje y al analizar su labor en el Rosario, me atrevo a decir que el paso del Sabio, durante 40 años discontinuos por el Claustro, dividió la historia del Rosario en dos: el Rosario antes y el Rosario después de Mutis.

El 11 de septiembre de 1808, precisamente hoy hace 214 años, murió el Sabio Mutis. Su saber y conocimiento ha perdurado en el tiempo. Hoy su legado se considera de gran impacto en el contexto nacional con sus reflexiones, investigaciones y observaciones. José Celestino Mutis inspiró y motivó cambios de pensamiento y promovió transformaciones fundamentales que modernizaron el Colegio del Rosario. 

Una vez llega Mutis a la Nueva Granada, hombre sensible, observador e inquieto, va a constatar que sus expectativas sobre la naturaleza y biodiversidad del Nuevo Mundo, basadas en referencias de antiguos viajeros, eran superadas por lo que sus ojos veían en las riquezas de estas tierras. El Sabio se encontró ante un mundo maravilloso que ofrecía mucho por investigar. El paisaje alucinante de variados colores, olores, formas y texturas inimaginables para un europeo, todo a su alrededor prometía una proyección de futuros estudios y exploraciones. En su camino a Santafé, se asombró con un mundo natural de gran magnitud que -ante la magnífica biodiversidad y riqueza que lo rodeaba, árboles gigantes, plantas de variados colores, una fauna diversa y la riqueza minera- despertaron en el fondo de su alma inquieta y sensible un interés que estará presente durante el resto de su vida en el Nuevo Reino. 

Mutis llega a Santafé en 1761 como médico personal del virrey Pedro Messía de la Cerda y llegó a ocupar un lugar importante en la sociedad. había hecho estudios en Medicina y Cirugía en el Real Colegio de Cirugía en Cádiz, gracias a los cuales desarrolló su observación aguda y sensible. Al poco tiempo de su llegada a Santafé, se vinculó como catedrático en el Rosario. Tenía conocimientos de medicina, de botánica, de astronomía, de matemáticas, de mineralogía y de zoología; se hizo sacerdote y dio muestras de un espíritu emprendedor al crear la Expedición Botánica. 

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José Celestino Mutis - Archivo Universidad del Rosario

El 13 de marzo de 1762, en la capilla de la Bordadita, dictó la lección inaugural de Matemáticas y habló por primera vez de Newton y de la teoría de la gravitación universal. En su paso por el Claustro del Rosario, se configuró entre sus discípulos una élite intelectual e inició grandes cambios en la educación de los rosaristas. Al Colegio del Rosario llega con el espíritu del Siglo de las Luces o de la Ilustración, mediante el desarrollo del conocimiento y la razón, movimiento intelectual conocido en el siglo XVIII que va a cambiar el ámbito académico y de aprendizaje. Mutis motivó cambios de pensamiento y orientó en el ejercicio de la enseñanza, la renovación de las ideas y de las mentalidades. También formó entre los rosaristas geógrafos, naturalistas, matemáticos, científicos, médicos, botánicos como Pedro Fermín de Vargas, Jorge Tadeo Lozano, Eloy Valenzuela, Francisco José de Caldas y otros más.

Con la creación de la cátedra de Matemáticas, considerada por el Sabio como básica para cualquier profesión, los nuevos contenidos académicos y la nueva forma de entender el mundo impactaron en sus discípulos rosaristas. Luego ellos van a hacer parte del proceso independentista con un activismo y participación que encontramos en el grupo de firmantes del Acta de Independencia de 1810; y más adelante, muchos de ellos fusilados en 1816, recordados en una placa conmemorativa a la salida de esta Aula Máxima. Varios de sus estudiantes, después del Grito de Independencia, van a participar de la creación de nuestra naciente República y van a ocupar la Presidencia y la Vicepresidencia en diferentes periodos, consolidando un compromiso con la construcción del país. Asistimos a un nuevo despertar de la élite del siglo XIX en una efervescencia espiritual y de cambio.

Con la idea de preservar la memoria de la erección de la cátedra de Matemáticas en 1762, el rector del momento, Fernando Caicedo y Flórez, en mayo de 1801, le solicitó al Sabio Mutis que posara para la elaboración de un retrato.  Mutis, a los pocos días, le comunicó al rector que aceptaba rendirse al “sacrificio de posar”. Por otra parte, un rosarista discípulo de Mutis, Jorge Tadeo Lozano, participó del homenaje al Sabio y corrió con todos los gastos del retrato. Lozano, propietario de la más valiosa fortuna del virreinato, contrató entonces los servicios de Pablo Antonio García del Campo, que tenía su propio taller y, con una amplia trayectoria, era pintor de cámara de los virreyes y primer discípulo de Mutis en materia de dibujo científico, primer pintor de la Expedición Botánica. El óleo Mutis, profesor de matemáticas es una de las piezas más significativas de nuestra colección y se encuentra en esta sala. Podemos decir que es uno de los homenajes a Mutis más significativos, pues fue pintado por uno de sus discípulos. Se trata de una obra de la madurez de García del Campo, quien tenía ya 57 años, y fue instalada en la Sala Nueva de Teología del Colegio Mayor, sala consagrada a los benefactores y a sus hijos beneméritos. En el Rosario se dictaban las cátedras más reputadas de Teología, Derecho y Matemáticas de esta época y, con esta celebración, se buscaba activar la cátedra de Matemáticas que había sido un poco descuidada. 


Este cuadro es muy significativo, pues se trata de una obra de arte del siglo XIX, firmada por el artista, con documento que garantiza la propiedad del Rosario y que fue encargo del rector Caicedo y Flórez. Separadamente, Humboldt y Florentino Vesga elaboraron retratos literarios que nos dan luces para un análisis y una lectura de la obra de García del Campo, inclusive más profunda. Los dos coinciden en la estatura elevada de Mutis, lo que seguramente influyó en la decisión del pintor de representarlo sentado; ambos coinciden en la representación de un hombre serio, noble, imponente, de mirada penetrante y estudioso. Mutis aparece vestido con una sotana y capa negra, lleva solideo y parece voltear a mirar al espectador, dejando de lado sus labores. Por otra parte, el retrato es una mirada profunda al personaje, pues los objetos que aparecen en el cuadro son todos muy significativos: el telescopio de mesa, esbozado apenas en el cuadro, curiosamente colocado más bajo que la silla. La razón de esto se asocia con una anécdota, pues parece que el telescopio venía en camino y no había llegado aún a Santafé, de ahí su representación desdibujada y sin detalles. Su dedo índice sobre un libro empastado, indicando dónde va en la lectura para no perderse; la escribanía, objeto de última tecnología de la época, compuesta por un espejo reflector que se utilizaba para concentrar la luz y dirigirla sobre los manuscritos; la campanilla y el tintero, la moleta, el sello y una caja de matemáticas, muy diciente de la experticia de Mutis. Todos objetos fantásticos, herramientas de última generación para la época. Por otro lado, al fondo, los libros de la biblioteca armonizan las ciencias sagradas y las ciencias profanas y, curiosamente, aparecen según la clasificación de la biblioteca personal de Mutis en la sede de la Expedición Botánica. Por otro lado, un termómetro y un barómetro que representan la ciencia que se impartía en este Nuevo Mundo.

 
Debajo del libro asoma el símbolo rosarista de la Cruz de Calatrava, en una beca blanca que iba a ser impuesta en esos días y que vinculó al personaje al Rosario como colegial honoris causa

Finalmente, al fondo del cuadro, recordando las escenografías de retratos más antiguos de la pinacoteca del Rosario, una cortina de terciopelo rojo enmarca la imagen, dando una sensación de profundidad y de misterio. El mobiliario, curiosamente muy europeo, acentúa la magnificencia del personaje y, en primer plano, los globos terrestre y celeste hacen parte de la composición y muestran los intereses de Mutis, quien no solo era botánico, médico y sacerdote, sino astrónomo, lo que inspiró también a sus discípulos como Caldas. Los diferentes elementos y objetos simbólicos y alegóricos a las actividades y vida del retratado representan en este óleo el mundo de Mutis y conforman más que una biografía pintada, pues algunos expertos opinan que este cuadro es autobiográfico por la precisión de algunos temas como su biblioteca personal. Hay una anécdota sobre una nota enviada por Mutis al rector Caicedo y Flórez, que dice así: “Con harto sonrojo mío he formado mi epitafio, que si por un aspecto (…) descubre mi pobreza literaria por otro (…) manifiesta mi agradecido reconocimiento a los patricios de este Reino”, lo que reafirma de alguna manera que este cuadro fue dictado por Mutis; inclusive la cartela -que se dejaba en blanco y solo se completaba una vez había muerto el retratado- se pinta para su develación.

Este cuadro es realmente una autobiografía. Por lo tanto, enriquece y fortalece su poder como objeto museal verdaderamente único, cuyos parámetros de valoración patrimonial al evaluar su valor documental, estético, histórico, simbólico de gran relevancia, lo colocan como de alta importancia dentro de la colección y como una de las piezas más importantes del Museo. Con la develación de este cuadro, el 17 de diciembre de 1801, se consolida la ciencia como un nuevo poder académico en el Rosario, una verdadera ruptura e innovación. En un momento, podrán apreciarlo de cerca y escuchar las explicaciones de nuestros mediadores del Museo.

Otro gran legado del Sabio fue la creación de una gran empresa, la Real Expedición Botánica, que se funda el 6 de septiembre de 1783, en Mariquita inicialmente, y que luego continuará en Santafé. Consistía en la recolección, clasificación y nomenclatura de plantas desconocidas. Los equipos de trabajo eran de herbolarios, botánicos, pintores, astrónomos y geógrafos, así como zoólogos y minerólogos, muchos de ellos rosaristas. Se produjeron más de 5500 ilustraciones de las plantas recolectadas y estudiadas, que fueron enviadas a España y se encuentran en el Real Jardín Botánico de Madrid. Se trata de dibujos de una gran calidad que representan las plantas en todo su esplendor de color, forma y textura. Se reunió un grupo de más de 40 pintores, entre los cuales se encontraba Pablo Antonio García del Campo, quien luego elaboró su retrato. Puede decirse que se conformó la primera escuela de Bellas Artes, pues el ejercicio de observación y de representación influyó en un desarrollo de la representación pictórica realista y naturalista.

Los pintores, guiados por Mutis, conocieron del dibujo en tinta y punta de plata y, para la iluminación de los dibujos, aplicaron el temple y la acuarela. Beatriz González, para la exposición de 2008 en el Museo Nacional, señaló: 

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José Celestino Mutis - Archivo Universidad del Rosario

(...) los rojos se obtuvieron del palo de Brasil, el palo de mora el achiote y la gaba; los amarillos se extrajeron del principio amarillo del mismo achiote, los tunos y las dalias. Los anaranjados del azafrán, los azules y violáceos, del añil y árnica y el espino pujón, los sepias, derivados del gamón y los líquenes, los verdes de la chilca. Logradas las tinturas a partir de los vegetales y minerales locales, se procedía a mezclarlas con aceites (vitriolo, tártaro), gomas, amoniaco, vinagres (destilado y de Castilla), agua regia y otros disolventes con el fin de ennoblecer los colores y asegurar los matices. Otros materiales usados fueron alumbre roca, gramilla de Aviñón, cenizas graveladas, sangre de drago, sal de Inglaterra, flor de granada y palo campeche. Una vez diluidos en agua, los colorantes eran mezclados con pegantes y mordientes según la técnica de la pintura al temple, que se combinó de modo admirable con la calidad del papel que absorbió el color sin extenderlo. Toda la colección está diseñada en papel fabricado a mano, prensado al calor y dotado de una filigrana de rayitas o puntizones muy menudos y otros más separados que lo cortan perpendicularmente y que facilitaron la planificación de las composiciones.

Entre otras curiosidades, Mutis nos deja otro legado y se trata de las denominaciones de algunas nuevas plantas con nombres dedicados a algunas personalidades, a manera de reconocimiento, tales como: la Barnadesia, a Miguel Barnadés; la Pombea, a José Ignacio de Pombo; la Caldasia, a Francisco José de Caldas; la Lozania, a Jorge Tadeo Lozano; la Valenzuelia, a Eloy Valenzuela; la Consuegria, a Sinforoso Mutis y Consuegra; la Amaria, a Amar y Borbón; la Espeletia, a José de Ezpeleta.

El Observatorio Astronómico, creado también por Mutis, fue el primero en América; su construcción se finalizó en 1803, en el marco de la Expedición Botánica, y su primer director fue el rosarista Francisco José de Caldas. 

Por otra parte, mirando la biografía de Mutis, vemos a un ser humano con variados intereses y polifacético. Desde su llegada a América, tuvo gran atracción también por los recursos mineros y desarrolló labores de minería de plata, en territorios que hoy corresponden a los departamentos de Santander y Tolima. 

Entre las investigaciones de Mutis, que fueron muchas, encontró la quina, cuyo principio activo se utilizó para tratar la malaria. El Sabio se desempeñó como salubrista, aplicando la vacuna contra la viruela y estableciendo normas para la construcción de cementerios urbanos, un tema muy importante para el estado médico y sanitario de la Nueva Granada. 

En el siglo XVIII, se desarrollaron los estudios de Medicina que había soñado nuestro fundador, fray Cristóbal de Torres, un siglo antes. Mutis presentó un Informe sobre el estado de la Medicina y la cirugía en la Nueva Granada y, en 1801, en unión con Miguel de Isla, redactó un Plan provisional de la cátedra de Medicina, que volvería a funcionar en 1802. Posteriormente, la Facultad de Medicina en el Rosario reabrió sus puertas en 1965, mediante convenio con la Sociedad de Cirugía de Bogotá. 

Mutis muere el 11 de septiembre de 1808 y, según pedido expresado a sus discípulos, sus restos fueron depositados en la iglesia de Santa Inés. Los despojos mortales del Sabio, en un tránsito por Bogotá, fueron trasladados desde el templo de Santa Inés, en 1957 (el cual fue derribado por el progreso, pues se construyó la carrera 10), pasando a la Catedral y posteriormente a la capilla de la Bordadita, en agosto de 1963. 

Giulio Corsini, artista italiano, creó un monumento funerario que se encuentra en la capilla de la Bordadita, otro legado patrimonial que enriquece nuestro acervo y que tendremos la oportunidad de apreciar al finalizar la eucaristía. El monumento es en mármol y tiene un relieve en piedra, con el rostro de Mutis en forma de medallón, y la recreación de dos escenas como catedrático y como botánico. Además, en la parte baja del monumento, adorna en bronce la famosa Mutisia, planta emblemática nombrada por Linneo en honor a Mutis. 

Mutis fue llamado el Oráculo del reino y el Padre de la ciencia americana. En honor a su dignidad e importancia, en el Claustro del Rosario tenemos una placa conmemorativa que podrán visitar en el primer piso del Claustro.

En la actualidad se ha continuado con el legado de Mutis. Hoy tenemos en la Universidad la Facultad de Ciencias Naturales y la Estación Experimental de Campo José Celestino Mutis, ubicada en La Vega, Cundinamarca. El propósito de este laboratorio al aire libre es apoyar la investigación sobre la naturaleza, fomentar la coexistencia sostenible del ser humano con su entorno y complementar la docencia de pregrado y posgrado, y la formación de nuevos profesionales en Biología, Matemáticas aplicadas y Ciencias de la computación y en Ciencias de la Tierra. 

El legado de Mutis está plasmado también en la Quinta de Mutis, sede de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud y la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario. Ese terreno, adquirido por Rafael María Carrasquilla en 1923 para recreo de los estudiantes internos, fue llamado así en su honor. 

El día de hoy, contaremos también con la presencia de José Celestino Mutis en un proyecto de innovación pedagógica. Se llama Expedición Bogotánica y se trata de un Emprendimiento Social y Cultural, desarrollado en alianza entre la Universidad del Rosario y la Cooperativa Coopmente, donde jóvenes con discapacidad intelectual se forman como gestores culturales en torno a la Expedición Botánica y al legado de Mutis.  El proyecto invita al cuidado y a la sostenibilidad del medio ambiente como proyecto de innovación pedagógica y se desarrolla como un aula abierta itinerante, multisensorial, accesible e incluyente que invita a encontrarnos desde nuestras diferencias y a celebrar la diversidad, democratizando el acceso al patrimonio y a la cultura, con apoyo del Museo de la Universidad del Rosario. En unos minutos podrán conocer este proyecto en nuestro Teatrino y recorrer la ruta de la Expedición Bogotánica, que se une a nuestra conmemoración.

Por todo lo anterior, no cabe duda de que José Celestino Mutis fue un hombre polifacético, sensible, curioso, cuyas iniciativas de orden académicas e investigativas dejaron una huella imborrable y significativa para la Universidad del Rosario y para los colombianos. Su gran legado hace parte importante y relevante del acervo patrimonial y de las colecciones únicas que salvaguardamos y conservamos en el Museo de la Universidad del Rosario y nos posicionan en el ámbito museal con un reconocimiento por su unidad y consistencia. Se evidencia su presencia en generaciones pasadas y presentes, inspirando nuevos proyectos innovadores que definitivamente seguirán aportando a las generaciones futuras desde su gran legado. 

Mutis es memoria, historia e identidad rosarista.  ¡Mutis Vive!

¡Muchas gracias!

 

Referencias bibliográficas

Amaya, J. (2001). En el Bicentenario del retrato Mutis profesor de matemáticas. En El regreso de Humboldt, exposición en el Museo de la Ciudad de Quito, junio-julio 2001, (pp. 42-58). Planeta del Ecuador S. A. 
  
Losada, J. (2010). El legado de Mutis a propósito del Bicentenario. Revista Pre-Til 23, (13), 10-18. Disponible en: http://repository.unipiloto.edu.co/handle/20.500.12277/8053  
 
Ortiz, Á. P. (2003). Reformas borbónicas. Mutis catedrático, discípulos y corrientes ilustradas 1750-1816. Bogotá: Editorial Universidad del Rosario. 


Documentos
 
AHUR. Expediente de apertura y restablecimiento de la cátedra de Matemáticas en el Colegio Mayor del Rosario. Disponible en: 
https://repository.urosario.edu.co/handle/10336/12012 
 
AHUR. Expediente sobre la cátedra de Matemáticas conferida al Dr. Francisco José de Caldas. Disponible en: https://repository.urosario.edu.co/handle/10336/24487 
 
Carta de José Celestino Mutis sobre la viruela, 1802. Publicada en el blog del Archivo Histórico de la Universidad del Rosario, AHUR:
https://www.urosario.edu.co/Blog-Archivo-Historico/Documentos/Septiembr…;
 
Bibliografía adicional
 
Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reyno de Granada (1783-1816). Madrid (España): Ediciones Cultura Hispánica, 1997. 28 volúmenes. AHUR [E64N001].
 
Archivo epistolar del sabio naturalista don José Celestino Mutis. Bogotá: Editorial Kelly, 1968. AHUR [E58N003].
 
Artículos de la Revista del Rosario:
 
Discurso pronunciado por don José Celestino Mutis al recibir la investidura de colegial en el Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Disponible en:
https://repository.urosario.edu.co/handle/10336/32464 
 
Estado médico y sanitario del Nuevo Reino de Granada. Disponible en: https://repository.urosario.edu.co/handle/10336/34275 
 
Del blog del Archivo Histórico de la Universidad del Rosario, AHUR:
 
La tumba del Sabio Mutis en la capilla del Rosario:
https://www.urosario.edu.co/Blog-Archivo-Historico/Cronica-rosarista/Se…;