De autores, libros y libreros
Ismael Iriarte Ramírez
Ir mucho más allá de las líneas impresas, explorar la historia detrás de las historias y sumergirse en el universo de los autores, parece ser la premisa de algunos escritores que han puesto sus páginas al servicio del ambiente editorial, encontrando la inspiración en algunos referentes históricos de la literatura, abordando no solo su vida y obra, sino también la realidad histórica y social en la que vivieron.
Aunque el escritor estadounidense Matthew Pearl se ha alejado de estos temas en los últimos años, sus tres primeras novelas nos dejaron un gran legado, al acercar a muchos lectores, especialmente los más jóvenes, a grandes maestros como Edgar Allan Poe, Dante Alighieri o Charles Dickens.
En el Club Dante, Pearl nos transporta a Boston del Siglo XIX. Allí, un asesino en serie recrea los castigos infligidos a los condenados a los infiernos de La Divina Comedia. Solo un selecto grupo conformado por el editor James Thomas Fields y los escritores Henry Wadsworth Longfellow y James Russell Lowell, quienes trabajan en la traducción al inglés de la Comedia de Dante, podrán descifrar el misterio y tratar de detener al asesino.
Una nueva mirada a la inexplicable final de Edgar Allan Poe motiva la segunda novela de Pearl, La sombra Poe, que se desarrollada en Baltimore, en donde el personaje principal Quentin Clark, con una sociedad americana esclavista como trasfondo, trata de encontrar una respuesta a los confusos hechos del 3 de octubre de 1849, que desembocaron en la muerte de Poe, cuatro días después. Esta empresa se convierte para Clark en una obsesión, que lo lleva a tratar de establecer la identidad del auténtico inspirador de Dupin, protagonista de Los crímenes de la Calle Morgue.
De vuelta a Boston para El último Dickens, descubrimos los detalles de la segunda visita a Estados Unidos, de Charles Dickens, toda una celebridad de la época, capaz de despertar peligrosas pasiones entre sus seguidores. El Misterio de Edwin Drood, obra inconclusa tras la muerte del genial escritor inglés, da paso a una desenfrenada carrera de sus editores oficiales en Norteamérica, en cabeza de James R. Osgood, quien busca conservar la exclusividad de los derechos de publicación, ante el asecho de sus tradicionales rivales editoriales de Nueva York.
También entraron a la cofradía de libros y libreros, autores españoles como Arturo Pérez-Reverte, que en su novela El club Dumas incluye numerosas referencias a El conde de Montecristo, La reina Margot, Veinte años después, y por supuesto Los tres mosqueteros, de la que los personajes hacen una suerte de perversa puesta en escena. La trama gira alrededor de la venta del manuscrito El vino de Anjou y la búsqueda de las últimas páginas del libro Las nueve puertas, al que se atribuyen propiedades diabólicas. Este mismo tema se repite en la obra del también español Antonio Lázaro, El club Lovecraft, que tiene como detonante la persecución del Necronomicon.
El péndulo de Focault de Umberto Eco es otro ejemplo de la recurrencia de estos temas como fuente de inspiración. La novela presenta la historia del grupo de intelectuales a cargo de la casa editorial Garamond y el proyecto de ocultismo y esoterismo iniciado como una especie de juego, pero cuyas repercusiones van mucho más allá de lo que los protagonistas pueden imaginar.
El contexto latinoamericano nos muestra como su máximo exponente a Leonardo Padura y su maravilloso personaje Mario Conde, policía de La Habana que desencantado de la institución se retira de forma prematura para dedicarse a la compra y venta de libros usados. Desde esta nueva perspectiva Conde se seguirá enfrentando bajas pasiones y resolviendo sórdidos casos en el corazón del régimen cubano.
Entre las obras que nos sumergen en el mundo de los libros y libreros se cuentan títulos como La hermandad de los libreros muertos, de María Bunar, cuyos personajes codician un misterioso manuscrito anterior a la Biblioteca de Alejandría; La Buena Novela, de Laurence Cossé, que gira alrededor de la librería utópica que solo ofrece obras maestras; La librería de las nuevas oportunidades, de Anjali Banerjee, en la que una joven logra reencontrarse con los grandes clásicos; o El taller de los libros prohibidos, de Eduardo Roca, que se remonta a la creación de la imprenta y la lucha por el acceso al conocimiento entre las clases populares.