Profesor de la Escuela de Medicina y
Ciencias de la Salud
¿Quién es Pablo Andrés Bermúdez Hernández?
Soy Pablo Andrés Bermúdez Hernández, profesor de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, del programa de Medicina, soy bogotano y me formé como médico en esta universidad. Actualmente estoy terminando mi maestría en Epidemiologia y Bioestadística; que es un programa que se hace en convenio con la Universidad del Rosario y la Universidad CES de Medellín.
Aparte de mi labor docente, también trabajo como médico asistencial desde hace 8 años para una clínica de Colsubsidio en Ciudad Roma (Kennedy), allá trabajé como médico de urgencias y actualmente en la Unidad de Cuidados Intensivos.
En el ámbito un poco más personal soy una persona extremadamente familiar, soy el menor de un matrimonio con cuatro hijos, melómano, amante fiel de la comida y de los viajes, enamorado de la vida, de mi familia y de mi pareja.
Para mí ha sido el momento del clímax en mi profesión porque fue algo que siempre soñé desde el pregrado y que se consolidó con el nombramiento.
¿Qué significa para ti ser profesor de la Universidad del Rosario?
Al adquirir ese reconocimiento crees que harás parte de la historia de esta institución. El Rosario es una universidad que se ha caracterizado a lo largo de su historia por impactar en la vida del país y cuando uno logra acceder a ser formador de los agentes de cambio, te convences de estar contribuyendo con ello. Sin lugar a dudas, para mí, este fue no solo un reconocimiento sino una responsabilidad enorme la cual asumo día a día con el mayor compromiso y entusiasmo.
El padre de la Medicina nos delegó a todos los médicos una responsabilidad que sigue siendo vigente, porque a pesar de que muchos no tengamos formación en pedagogía, es un compromiso inherente a nuestro oficio.
¿Cómo ha sido tu experiencia como profesor?
Mi experiencia no nace en el momento en el que me nombran profesor de la universidad, sino muchísimo antes, y aquí es importante rescatar un programa muy especial que nació en Medicina y que ya está extendido a toda la universidad << El programa de tutores pares y monitores académicos >>, cuando yo estaba en tercer semestre participé en la convocatoria de tutores pares para Bioquímica. Desde ese semestre, la docencia, fue una gran revelación para mí, descubrí mi vocación y a lo que me quiero dedicar en mi vida. El ser acompañante de los procesos de formación no es algo que solo se base en el dar, sino también en el recibir. Ser docente es vivir en un aprendizaje continuo de estrategias, interacciones humanas de todo tipo, formas de relacionamiento y de intervención. Es increíble lo que día a día aprendemos de nuestros estudiantes y es inmensamente gratificante estar ahí acompañando sus procesos. Durante cuatro años fui monitor académico / tutor par de varias asignaturas (Bioquímica estructural, metabólica y clínica; Farmacología básica y clínica; y Pediatría) y eso me ayudó a ganar experiencia como profesor y a ganar peso en las convocatorias docentes de la Universidad. Durante mi formación también participé en la fundación del semillero de investigación en Hipoxia Perinatal. Estas experiencias fueron importantes en la construcción del camino que he recorrido y las comparto con el fin de incentivar en los estudiantes a “dar la milla extra” en su paso por la universidad, a contemplar lo extracurricular y a comprometerse con actividades de crecimiento personal. Particularmente en lo disciplinar, la docencia es un compromiso social que tenemos todos los médicos, en nuestra graduación como acto protocolario hacemos la promesa del médico que desde la medicina hipocrática nos invita a “honrar a nuestros instructores como padres y a continuar enseñando el noble arte de la medicina a nuestros descendientes”, su interpretación en nuestros tiempos modernos no es más que el continuar compartiendo nuestros conocimientos en beneficio de los pacientes y del progreso de la salud.
¿Cuáles son los logros que considera relevantes en la vida académica en particular en la práctica docente?
Yo creo que eso lo podemos dividir en dos aspectos importantes, los reconocimientos que obtienes de tus estudiantes y los del rol que juegas en los procesos del programa al que perteneces.
El inicial que es con los estudiantes, es muy gratificante para uno la consulta específica que te hace el estudiante cuando te busca y sabe que eres tú el que puede apoyarlo en sus procesos, donde solicitan tu consejo frente a aplicaciones o convocatorias, o simplemente confía en tu juicio para cualquier aspecto de la vida en el que piensan que puedes ayudar. La labor de mentoría que desarrollamos en nuestro programa, por la misma cercanía que tenemos con los estudiantes te enseña mucho.
En cuanto al rol dentro del programa, el ser depositario de la confianza de tus superiores en algunos procesos clave (muchos de estos superiores fueron también mis profesores), como la coordinación de proyectos estratégicos, en los procesos de acreditación del programa y de renovación del registro calificado, es gratificante, ya que se trata de procesos en donde se reconoce tu conocimiento de la universidad y tu opinión. Actualmente coordino un proyecto de clínica virtual donde estamos impulsando el uso de las tecnologías de la información y la comunicación en el aprendizaje y la enseñanza de la medicina, el cual obtuvo reconocimiento y financiación de la Dirección Académica, a través del Fondo de Innovación Pedagógica (FIP), como un programa innovador. He participado además en algunos procesos en la enseñanza de Educación Interprofesional en Salud desde mi área disciplinar. Esto te gratifica como miembro de la comunidad académica.
¿Qué aspectos han marcado su trayectoria como profesor de la Universidad del Rosario?
En estos tiempos, la pandemia marcó aspectos en nuestra trayectoria porque nos ha invitado a renovar los procesos de enseñanza, a ser más conscientes de la importancia de la tecnología, de todas las herramientas de comunicación y particularmente, a cuestionarnos y ser reflexivos frente a un mundo que cada vez nos demanda innovación y creatividad y para el que no nos podemos quedar atrás.
¿Cuál es su aporte a los estudiantes y a la universidad?
Quisiera pensar que con mi labor impacto en los estudiantes. Al menos conocerán de mí, el esfuerzo por lograr la integralidad del profesional de medicina frente a los diferentes procesos en los que podemos trabajar y las diferentes orientaciones que podemos tener. He intentado estar en todas esas aristas y busco mostrarles a los estudiantes que además de viable, es necesario jugar en todos los roles que la sociedad demanda del médico, es decir, el médico que hace asistencia, el medico que hace docencia, el médico que hace investigación, el médico que hace innovación en todos los procesos que tiene a cargo.
Respecto a la Universidad, yo hago parte del Grupo de Investigación en Educación Médica y Ciencias de la Salud, aquí apuntamos al lema de “enseñamos lo que investigamos”, nosotros somos observadores e implementadores de procesos de innovación pedagógica, evaluamos ese proceso y proponemos herramientas en el eje enseñanza-aprendizaje-evaluación. Esperamos que nuestros trabajos en metodologías de enseñanza y en tecnologías de la información y comunicación en el aprendizaje contribuyan en la educación de los profesionales en medicina.
¿Qué te inspira a enseñar?
Una es la potencialidad del ser, y ahí pienso que a muchos profesores aún les falta cambiar en su ejercicio el solo limitarse a la transmisión de información, yo creo que en el Rosario tenemos muy clara nuestra función como agentes que motiven y que detonen en los estudiantes su apropiación en el proceso de enseñanza y de aprendizaje. Y me refiero a la potencialidad del ser porque nuestra función como profesores viró a buscar detonantes de los potenciales que hay en los estudiantes, acompañando el fortalecimiento de sus habilidades, donde ellos son los inspiradores de todo este proceso.