La zona andina, especialmente el centro del país, es una de las regiones geográficas de Colombia con mayor biodiversidad. Sin embargo, aún no hay estudios suficientes de la caracterización de su flora y fauna, que está bajo grandes presiones de actividades agrícolas y turísticas.
Así lo indicó Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, al inaugurar la segunda fase de la Estación Experimental José Celestino Mutis, ubicada entre los municipios de La Vega y Sasaima. Esta fase incluye, entre otros, un laboratorio de ciencias dotado con equipos para análisis de biología molecular.
“En este laboratorio podemos desarrollar actividades como extracción de ADN, amplificación de genes y la caracterización genética de la biodiversidad que encontramos en esta región de Cundinamarca”, indicó Cheyne. Este espacio es compatible también con otro tipo de prácticas científicas que requieran equipos de mayor tecnología que un laboratorio básico.
“Es el único laboratorio de sus características en la zona y queremos poner esta infraestructura a disposición de las instituciones educativas de los alrededores para que sus estudiantes puedan tener prácticas de vanguardia como parte de sus currículos de estudio”, comentó Carolina Pardo, decana de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario.
La Estación Experimental José Celestino Mutis cuenta con 12,5 hectáreas de bosque en recuperación, un laboratorio de ciencias, aula de clase dotada con recursos tecnológicos, una estación meteorológica y cerca de 100 insectarios. Tiene capacidad de albergar grupos de 30 investigadores y/o estudiantes. No solo es utilizado por profesores y estudiantes, sino que recibe periódicamente investigadores internacionales, comentó el rector.
Estudios de genética, ecología y ciencias ambientales
“La infraestructura de investigación abre muchas puertas para el aprendizaje. En el laboratorio podemos hacer procedimientos para análisis genéticos de la biodiversidad de la zona como extracción y amplificación de ADN, y combinar este conocimiento con los datos de caracterización ecológica y climática que también desarrollamos en la Estación”, comentó Pardo.
“Así estamos investigando las presiones ambientales sobre la biodiversidad y los recursos naturales, y su nivel de resiliencia o adaptación ante estos cambios. Tenemos todos los equipos necesarios para desarrollar esta investigación, pero, además, de desarrollar experiencias docentes de impacto”, agregó la académica.
“En esta región y en la Estación hay una gran biodiversidad: encontramos insectos, como mariposas y libélulas, especies nativas de abejas y abejorros, gran variedad de aves, diversas especies de ranas y lagartos; también tenemos algunos mamíferos pequeños como los ñeques o agutíes. Por eso, estamos comprometidos con la conservación y restauración del bosque, para que nuestra Estación constituya un refugio para la biodiversidad en una zona que ha sido altamente intervenida para actividades agrícolas y de recreación”, resaltó la decana.
Reservorio de conservación para especies y hábitats en riesgo
En el mundo existen cerca de 1000 estaciones de campo con infraestructura apta para actividades de educación e investigación, pero más de la mitad de ellas están ubicadas en Norte América y Europa. En Colombia son pocas las estaciones de campo dotadas con los recursos necesarios para desarrollar actividades de investigación y educación de vanguardia, y que sean auténticos “laboratorios vivos” que fomentan el conocimiento derivado de experiencias que trascienden las aulas de clase o los laboratorios tradicionales.
“En el país las estaciones normalmente están ubicadas en la Amazonía o en la Orinoquía, donde hay una biodiversidad muy rica. Pero queremos apostarle a crear reservorios de conservación para especies cuyo hábitat esté potencialmente amenazado y que así puedan encontrar un lugar de supervivencia, como es el caso de Cundinamarca”, explicó Carolina Pardo.
“Nuestro plan a largo plazo es identificar las potenciales reservas que estén cerca a nuestra Estación y establecer corredores de conservación que permitan que las especies puedan tener conectividad y garantizar su supervivencia y, apoyados de nuestra infraestructura de investigación, poder generar datos sobre el monitoreo y el estado de esa diversidad”, dijo la decana.
Estación Experimental José Celestino Mutis
La Universidad del Rosario en abril de 2016 adquirió este predio ubicado a 14 Km. de La Vega y a 12 Km. de Sasaima en el departamento de Cundinamarca, en la vertiente occidental de la cordillera oriental, y a una altitud de 1300 metros sobre el nivel del mar. Aproximadamente el 85% de este terreno está representado en bosque de clima cafetero con más de 50 años de antigüedad.
Este espacio es una decidida apuesta de la institución para contribuir al conocimiento y conservación de los sistemas naturales, y ofrece a estudiantes e investigadores un lugar con la infraestructura y equipos óptimos para desarrollar proyectos de investigación y actividades de educación que aprovechen y aporten a la rica diversidad biológica y natural colombiana, resaltó el rector de la Universidad del Rosario.