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Don Santiago Pérez Manosalva: un rosarista liberal y católico

Juan Diego Cortés Rodríguez

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“El carácter es la cualidad constituyente del hombre superior. Donde no hay carácter no hay hombre, sean cuales fueren las ventajas que se posean.”
(Santiago Pérez M., El Relator, No. 882 del 30 de junio de 1893, tomado del libro Biografía de un carácter).

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Figura 1. Fotografía de Santiago Pérez Manosalva, s.f. Dominio Público Wikimedia Commons, 1870, Subido el 7 de marzo de 2010

Don Santiago Pérez Manosalva, no Manosalvas como se ha repetido erróneamente, fue un abogado, economista, catedrático y humanista zipaquireño. Fue Representante a la Cámara, Ministro de Relaciones Exteriores, Plenipotenciario y del Interior, embajador ante el Reino Unido y los Estados Unidos, rector de la Universidad Nacional y del Externado de Colombia y Presidente de la República entre 1874 y 1876.

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Figura 2. Retrato Presidencial de Santiago Pérez Manosalva. Museo Nacional de Colombia, Bogotá. Dominio Público Wikimedia Commons, siglo XIX, Subido el 4 de noviembre de 2022,

El presidente Eduardo Santos, en el prólogo del libro “Santiago Pérez, biografía de un carácter” (1966) de Antonio José Rivadeneira, se refiere a Santiago Pérez como el más ignorado de los grandes hombres colombianos y no sólo eso, sino que ha sido objeto de las más “inocuas agresiones” y de las más “irritantes injusticias” (Santos Montejo, 1966). El mismo Rivadeneira lo describe como la “densa bruma” alrededor de los “tumultuosos años políticos” de Pérez (Rivadeneira Vargas, 1966) que corresponden al Olimpo Radical y la debacle del intento federal colombiano (Frédéric Martínez, 2001).

Para hablar de su nacimiento debemos ubicarnos en Zipaquirá, antiquísimo poblado desde tiempos prehispánicos donde vivían don Felipe Pérez Archila y Ortíz y doña Rosa Manosalva del Castillo y Góngora, un matrimonio humilde y laborioso, que si bien tenían clara ascendencia española, por esta época eran los arrendatarios de la hacienda San José en la vereda Guachancío (Rivadeneira Vargas, 1966). El 23 de mayo de 1830 nació de ese matrimonio don Santiago Pérez Manosalva, el mayor de sus otros hermanos Felipe, Rafael, Teresa y Enriqueta[2] (Buenaventura, 2020). De esta última, casada con el abogado Tomás Rodríguez Diez de Armendáriz, se conserva una miniatura en el Museo Nacional de Colombia.

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Figuras 3 y 4. Fotografías de las miniaturas. Museo Nacional de Colombia. Enriqueta Pérez y Manosalva (B. J. ( - ), N.: 6473) y Tomás Rodríguez Diez de Armendariz, Anónimo, 1859, N.: 6523. Museo Nacional de Colombia.

De su infancia se sabe muy poco, pero de su juventud se sabe más. Se trataba de una familia de manifiesta escasez económica, pero sus padres se esforzaron por dar a sus hijos educación adecuada. Durante su vida estudiantil se da el primer vínculo con el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Los hermanos Pérez Manosalva, cuenta el relato, se examinaron en la Escuela Pública de Zipaquirá a la que estaba visitando el entonces Director de Instrucción Pública don Lorenzo María Lleras, reconocido rosarista. Resulta que, al parecer, el intelecto de los hermanos interesó al doctor Lleras, quien desde entonces, y por muchos años, fue su maestro y protector. Este vínculo fue tanto académico como familiar, como ya se verá.

Inicialmente Lorenzo María Lleras se decidió por educar a los hermanos y los llevó como colegiales al Rosario, del que fue rector entre 1842 y 1846. En este punto es importante recordar una anécdota que aumenta el vínculo de Pérez Manosalva con el Rosario. El rector Lleras es recordado por instituir un teatro dentro del Claustro durante su rectoría. Resulta que el entonces colegial Santiago Pérez reveló su predilección por la actuación. Siendo todavía un niño de 13 años escribió un drama llamado “La Sal del Reino” que podríamos suponer que se presentó en ese teatro primigenio del Colegio Mayor (Rivadeneira Vargas, 1966).

Del paso por el Rosario de don Santiago Pérez encontramos varios documentos en el Archivo Histórico de la Universidad. Tres merecen ser mencionados: el primero habla de su matrícula en los cursos de Geometría y de Lógica, Sicología Teodicea y Moral (Figuras 5 y 7). El segundo (Figura 6) son sus Informaciones de 1855, documento que con bastantes modificaciones a su equivalente colonial, implicaba una especie de certificación de proveniencia suficiente para vestir una beca, que efectivamente le dieron bajo el auspicio de su padrino el doctor Lleras y el rector Juan Nepomuceno Núñez Conto (detalle en Figura 7). El tercero es una carta enviada al Colegio Mayor por Santiago Pérez cuando fue secretario del Interior y Relaciones Exteriores en la que le informa al rector sobre el derecho de patronato.

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Luego de pasar por el Rosario, el doctor Lleras llevó a estudiar a los hermanos Pérez a su creación, el recién fundado Colegio del Espíritu Santo, institución de base republicana. En este instituto los hermanos llegaron a ser doctores en jurisprudencia: Santiago en 1850 con 20 años y Felipe en 1851. Sin embargo, Santiago, dos años antes de graduarse como doctor, ya era catedrático de lengua y literatura (Rivadeneira Vargas, 1966).

Ahora bien, sobre su carrera política remontemonos a su juventud. Luego de las elecciones de 1849, en las se eligió a José Hilario López, las juventudes del Partido Liberal fundaron las llamadas “Sociedades Democráticas”, que eran en resumidas cuentas agrupaciones de estudiantes de formación política juvenil en las que se daban discursos y se tenían discusiones. Fue en una de ellas, derivada de la radicalización liberal[3], la Escuela Republicana, en la que Santiago Pérez, de 21 años, hizo un discurso ovacionado que terminó con el presidente José Hilario López obsequiandole un reloj de oro (Rivadeneira Vargas, 1966). Otros autores han puesto su inicio político en su entrada al periódico El Tiempo como redactor principal en 1856, trabajo inicial de una larga y laureada carrera periodística.

En 1857, asociado con sus hermanos Felipe y Rafael, inició una de las empresas que culminaba su faceta de maestro. Fundó el Colegio de Pérez Hermanos, institución que duró alrededor de ocho años y que contó con 300 alumnos, número considerable para la época, algunos de los cuales fueron Rufino José Cuervo y Roberto Mac Douall (Rivadeneira Vargas, 1966). Fue un colegio muy reputado en el país a causa no sólo de sus fundadores sino de la actividad pedagógica que ahí se impartía. En esta esfera fue en la que don Santiago Pérez demostró sus dotes de profesor, haciéndose notar como un educador de la mejor calidad. Otro de sus vínculos con el Rosario fue su labor como catedrático de Economía Política en el Colegio Mayor, del que también fue consiliario (AHUR, No. 03069, C. 41, F. 284).

Su carrera política fue prolífica y variada, desde el ministerio de Relaciones Exteriores y del Interior, hasta la Dirección de Instrucción Pública, Santiago Pérez vivió bajo los ideales del liberalismo y al eterno servicio de ese partido. Además, participó en la Convención de Rionegro en 1863, que redactó la Constitución de Rionegro, la más liberal de la historia de Colombia por su redefinición federalista, laica y liberal del país. Fue uno de los principales líderes del llamado "Olímpo Radical”, periodo en los liberales más férreos dirigieron el país. Pérez también fue opositor de Tomás Cipriano de Mosquera, completando el cuadro de aquel hombre que se oponía, sobre todo, a la violencia y la dictadura. Fue en 1874 cuando llegó a ocupar el puesto cúlmen de su carrera política: la presidencia de la república. Se posesionó el 1 de abril luego de una candidatura en contra del general liberal, con apoyo conservador, Julián Trujillo Largacha. Se trató de un bienio, como se estipulaba en el momento, y lo sucedió Aquileo Parra. Si bien Santiago Pérez seguía activo políticamente luego de su presidencia, tuvo que salir del país de manera voluntaria ante su oposición al gobierno del conservador, Rafael Núñez, entre 1885 y 1891. En 1898, cercano a su muerte, la Convención liberal le rindió tributo proclamandolo conductor supremo del partido (Rivadeneira Vargas, 1966).

Hablando ahora de los aspectos personales de Santiago Pérez vale mencionar que entre sus características más recordadas está la de ser un gran orador y escritor. Eduardo Santos dijo que “su prosa es modelo de elegancia y de corrección, clara, precisa, luminosa” (Rivadeneira Vargas, 1966). Además, se le recuerda como un hombre que “en sociedad puede pecar [...] de esquivo y taciturno, jamás [...] garrulo y alardoso. Sus costumbres son sencillas y su vida privada [...] es de una pureza irreprochable”.

Una característica de su vida privada es la de su práctica estricta de la fé católica. Aún siendo un liberal de principios y acciones, su vida religiosa fue sincera y pública, incluso en una época en la que ser “tan liberal” implicara lo que se consideraba contrario a la Iglesia, como la educación laica y la libertad de conciencia, ideas que también defendió. Esta dualidad no le generó pocos conflictos, pero todos los superó hábilmente separando el fuero personal del accionar político. Tan piadoso fue don Santiago Pérez que cuando ejerció la primera magistratura lo apodaron “El Presidente del Librito” refiriéndose en tono burlón al libro de oraciones católicas que siempre cargaba consigo.

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Figura 8. Fotografía de retrato al óleo de Santiago Pérez Manosalva.  Ignacio Castillo Cervantes. Paradero desconocido. Foto del libro Biografía de un carácter.

Sobre la familia de Don Santiago Pérez podemos hablar de su matrimonio con la también zipaquireña doña Tadea Triana Silva, hermana de Liboria y Cleotilde Triana Silva, ambas casadas con el maestro de los Pérez, Lorenzo María Lleras. Con doña Tadea tuvo cinco hijos: Eloísa, Amelia, Paulina, Santiago y Eduardo Pérez Triana. Su hija Amelia se casó con el Presidente de la República Clímaco Calderón Reyes. Su hijo Santiago, quien no sólo heredó el nombre sino su intelecto, fue un eximio escritor y diplomático, con libros como “De Bogotá al Atlántico” o “Reminiscencias Tudescas”, siendo uno de los más importantes literatos colombianos del siglo XIX.

Este enredado árbol genealógico es un asunto interesante y muy importante que se explica así: Lorenzo María Lleras se casó primero con Liboria y al morir esta con Cleotilde Triana Silva, quienes eran hermanas. De su primer matrimonio nació Susana Lleras Triana, quien se casó posteriormente con Felipe Pérez Manosalva, hermano menor de Santiago. Y Santiago Pérez se casó con una tercera hermana; Tadea Triana Silva. Este árbol se puede ver en la Figura 1. En este punto vale la pena mencionar que quienes comisionaron y fueron dueños del retrato de don Lorenzo María que hoy hace parte de la pinacoteca del Rosario fueron su hija Susana Lleras y su esposo Felipe Pérez, antepasados directos de la familia Caballero Argáez, que donó la obra.

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Árbol Genealógico de los Pérez Manosalva y las Triana Silva. Juan Diego Cortés. 2023.

Tras su período presidencial Pérez vivió en el extranjero por varias temporadas. Uno de sus viajes fue producido por su negativa a participar en la Revolución de Los Radicales de 1885 en la que el Partido Liberal se opuso a las reformas centralistas de la Regeneración de Núñez. Pérez emigró a Nueva York, donde se desarrolló como abogado y donde dirigió la revista “La América”. Años después, en ires y venires fue definido como representante de Colombia ante la Corte de Saint James en el Reino Unido.

Sobre su muerte, que fue triste y solitaria, se sabe que ocurrió el 3 de agosto de 1900 en el exilio, en París, desterrado por el vicepresidente conservador Miguel Antonio Caro en 1895. Sin embargo, sus restos fueron repatriados y reposan en el Cementerio Central de Bogotá, con un monumento coronado por un busto suyo, decorado con el escudo nacional (Figura 2).

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(Figura 10) Cenotafio de Santiago Pérez Manosalva en el Cementerio Central de Bogotá, Foto de Cementerios Bogotá, 2018.

Ahora bien, vale la pena mencionar su representación pictórica más especial. En el salón principal del Consejo Municipal de Zipaquirá se encuentra una pintura al óleo de don Santiago Pérez Manosalva hecha por el artista zipaquireño Federico Rodríguez Mendoza en 1936 (Figura 3) .  Se trata de la única imágen de cuerpo completo de don Santiago, vestido de frac y utilizando la banda presidencial. El lugar que ocupa esta pintura es muy especial, pues está al frente del retrato de Simón Bolívar, que preside el salón. En la cornisa sobre el retrato se lee la máxima “LIBERTAD BAJO LA LEY”.

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(Figura 2) Fotografía de Juan Diego Cortés tomada en el Salón del Palacio Municipal de Zipaquirá, 2023.

Este texto tiene como función llenar un vacío en la historia del Colegio Mayor del Rosario, el de la figura de otro presidente rosarista, político eximio, profesor fundamental y sobre todo uno de los máximos exponentes de dos características del Rosario: el liberalismo y el catolicismo. Dos dimensiones que inicialmente, y sobre todo en el contexto del siglo XIX colombiano, parecen contrarias, pero que don Santiago Pérez Manosalva pudo combinar magistralmente, tanto en su vida pública como privada, incluso si eso le generara problemas. Queda entonces, aunque no completamente, saldada esa deuda con la historia de un rosarista de espíritu, su familia y su obra. Sin embargo, queda aún pendiente un estudio mucho más profundo de su influencia en la política y las bases educativas adquiridas en el Claustro que lo definieron.

 

Martínez, Frédéric. El nacionalismo cosmopolita. Capítulo 5: el impacto del viaje.  Bogotá, Banco de la República. Instituto Francés de Estudios Andinos, 2001.

 

Bibliografía

 

Buenaventura, A. (2020). Felipe Pérez Manosalva: Un político e intelectual romántico. En Edición, arte y cultura. Contribuciones desde la Universidad del Rosario. Editorial Universidad del Rosario.

Rivadeneira Vargas, J. A. (1966). Don Santiago Pérez: Biografía de un carácter.

Martínez, F. (2001). El nacionalismo cosmopolita. Capítulo 5: el impacto del viaje.  Bogotá, Banco de la República. Instituto Francés de Estudios Andinos.

Rivadeneira Vargas, A. J.. Felipe Pérez el Caballero Andante de Soconsuca.

 

 

[1] Abogado de la Universidad del Rosario y estudiante de historia en la misma institución, Mediador en el MURO.

[2] Para conocer sobre la vida de este otro Pérez Manosalva se recomienda acudir al texto Felipe Pérez Manosalva: un político e intelectual romántico, escrito por Laura Buenaventura y el libro Felipe Pérez el Caballero Andante de Soconsuca, escrito por Antonio José Rivadeneira Vargas.

[3] Loaiza Cano, G. Sociabilidad, religión y política en la definición de la nación (Colombia 1820 - 1886). Universidad Externado de Colombia. Capítulo 2: la masonería y las facciones del liberalismo.