Lógica en el Colegio del Rosario: una cartilla de 1823
Un pequeño libro del Archivo Histórico nos cuenta un capítulo de la historia de la Lógica en Colombia.
Como lógico, como metafísico y como moralista, [el hombre] medita sobre el principio de la existencia de los seres, descubre la relación de los efectos y las causas, entrevé el comercio del alma con el cuerpo, aprende a discernir lo verdadero de lo falso; conoce la diferencia de lo justo y de lo injusto, examina en qué consiste la verdadera felicidad; y capaz de volver sobre sus pasos, nota sus errores y enmienda sus defectos[1].
En la cita que copiamos, Félix Restrepo parece responder a quien le preguntara por la utilidad de la Filosofía. Tanto en los programas coloniales como de inicios de la República, el estudio de la Filosofía iniciaba precisamente por la Lógica, en el primer año de trienio. En las historias de la disciplina en el país, se destaca como un hito la aparición de un manual para su enseñanza en el Colegio de San Bartolomé, por su catedrático Félix Restrepo. La cátedra también existía en el Rosario y llama la atención que Manuel Forero decidiera dar a la estampa sus lecciones para el curso de 1822, en el taller de Espinosa en 1823, el mismo en que Restrepo publicó su cartilla y en la misma imprenta.
Portada del Tratado de Lógica, que perteneció a Manuel Manrique.
Manuel Forero, rosarista
Tenemos a Forero entre los cursantes de Gramática del curso de 1804. Hizo la Filosofía en el trienio 1805-7 para seguir con los cursos de Medicina. Solo hizo el primer año y se interrumpe la aparición de su nombre en los registros académicos. Volvemos a encontrarlo en las oposiciones para llenar la cátedra de Filosofía, en 1814, a título de bachiller [AHUR caja 18 f. 251]. No resulto allí elegido, pero sí para los siguientes trienios de 1817 y 1820.
Al final del último periodo, se publica en Bogotá una cartilla de Lógica para el uso de los estudiantes del Colegio del Rosario. La obra se refiere al año escolar de 1822, que entonces finalizaba a mediados del 23, fecha en que se publica por la imprenta de Espinosa. Llama la atención que no se declare en la portada el nombre del autor.
Tal circunstancia hizo que un estudioso de la historia del Rosario y de la Filosofía propusiera por autor al catedrático de la materia, nuestro ya conocido Manuel Forero[2]. Otro dato curioso: si el trienio de Filosofía inició en 1820, este mismo primer año era el correspondiente a la Lógica; mientras que el de 1822, el último, correspondía a la Física[3].
Cuentan los genealogistas que Manuel Forero Gaitán nació en Cogua, el veinticuatro de marzo de 1789, hijo de Antonio Forero Perilla y Rosa Gaitán Ramírez; que fue doctor en Teología, cura de El Cocuy y canónigo de la catedral de Santafé, hasta su muerte el diecisiete de diciembre de 1859[4].
Restrepo, autor verdadero
Félix Restrepo. Grabado por Rodríguez, Papel Periódico Ilustrado, 3(57), 133.
Iniciamos pensando que había una coincidencia en la existencia de las cátedras en los colegios de Santafé y en la existencia de sendas cartillas. En 2010, Jorge Tomás Uribe mencionó en un artículo sobre Restrepo la falsa atribución de la cartilla a Forero, afirmando que la propuso Franco Quijano y de ella se hicieron eco Francisco M. Renjifo, Cayetano Betancur y Abel Sánchez[5].
Así pues, la supuesta coincidencia podría resolverse así: Restrepo publicó sus Lecciones de Lógica para el curso bartolino, indicando el nombre del autor, junto con una edición anónima para el uso de los rosaristas[6], olvidando borrar la indicación del año 1822. Franco Quijano, en sus artículos sobre historia de la Filosofía en Colombia, no menciona al referido autor.[1] Restrepo, F. (1822). Oración pronunciada al inaugurar su cátedra de Filosofía en el Colegio de San Bartolomé. En: Los ilustrados. José Celestino Mutis – José Félix Restrepo – Antonio Nariño. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá: 2010.
[2] Franco, J. Un lógico colombiano. Revista del Rosario, 11(109), 530-36. La conclusión es tan fácil como falsa: “El título de la obra y el número 15 de los asertos en 1822, conspiran, pues, para proclamar a Forero como el primer lógico colombiano”. No hay por qué suponer que el catedrático era autor de la cartilla. Interesante el dato del ejemplar que conoció Franco: se lo facilitó el Dr. J. M. Restrepo Millán y tenía la nota manuscrita “Doctor Obregón”, que resultó ser alumno de Forero en el trienio anterior. El ejemplar que hoy tiene el Archivo Histórico también tiene indicación de propietario: “Manuel Manrique”, quien inició la Filosofía en 1823.
[3] Franco no notó esta incoherencia. Aún más: fue a buscar los asertos de 1822 el mismo año y no el siguiente, olvidando que el año escolar iniciaba en uno y terminaba en otro.
[4] Álvarez, Á. et al. (2011). Genealogías de Santa Fe de Bogotá. Bogotá: Gente Nueva Editorial. Cuando afirman “Rosarista en 1813”, acaso se refieren a un título, no a su ingreso al Claustro. No tenemos datos del doctorado en Teología, pero sí consta que fue su catedrático desde la década de 1830.
[5] Uribe, J. (2010). José Félix de Restrepo, educador y político. Rhela, 14, 61-82. Uribe, a su vez, refiere el descubrimiento a Gabriel Giraldo Jaramillo [1954].
[6] Andrés Posada Arango, en su boceto biográfico de Restrepo, indica: “Entonces publicó un Tratado de Física, (...) obra importante para aquella época, y que sirvió por bastante tiempo de texto en los colegios de la República”. Félix Restrepo. Papel Periódico Ilustrado, 3(57), 133-35. Lo dicho aquí vale, naturalmente, para el de Lógica.