La importancia de la guerra en los estudios del derecho internacional humanitario
Cristian C. Gantiva Castiblanco
Cristian C. Gantiva Castiblanco
Las guerras -concepto que desarrollaremos de manera general más adelante- han estado presentes en el mundo desde miles de años atrás; en ese sentido, han cambiado a través del tiempo en cuanto a sus métodos, medios y magnitud (y de esa manera también en cuanto a su complejidad).
Una de las consecuencias de la presencia de guerras -y de conflictos- en la historia ha sido el desarrollo del Derecho Internacional Humanitario (DIH) como mecanismo de regulación para esos escenarios. Sin embargo, aunque este derecho es resultado de ello, los estudios contemporáneos parecen centrarse en mayor medida sobre las visiones jurídicas que en los problemas que presenta la evolución -cada vez más acelerada- de los conflictos. De esa manera, cabe preguntarse: ¿Por qué es importante el estudio de la guerra para el DIH? Lo anterior, con el fin de apartarnos de aspectos jurídicos y centrarnos en el centro de gravedad del asunto (la guerra-los conflictos).
Propondremos que para el DIH es importante el estudio de la guerra en el sentido que estos -los derechos- son instrumentos para su regulación; de esa forma, es necesario y fundamental un estudio a profundidad y una constante actualización de todas las características de las guerras pasadas, actuales y posibles: “no porque nos permita establecer paralelismos perfectos […] [sino porque] nos permite establecer parámetros amplios de lo que podemos esperar legítimamente de las nuevas” (Hanson, 2011, p. 33-34). Así, hablaremos en un primer momento de la naturaleza de la guerra para, en un segundo momento, tratar la evolución y el concepto como tal. Para finalizar nos aproximaremos a una relación genérica entre el DIH y la guerra. Así mismo, se realizarán las conclusiones relacionadas con el propósito del ensayo.
La naturaleza de la guerra
Si bien la Guerra ha sido un fenómeno reseñado y estudiado desde hace milenios, resulta pertinente para este caso entender la naturaleza de la guerra desde la óptica de uno de sus más relevantes exponentes teóricos en occidente, el ex general prusiano Carl Von Clausewitz, para quién la guerra no fue entendida propiamente como la “continuación de la política por otros medios” sino más bien la continuación de la relación política con la inclusión de otros medios, una precisión que usualmente suele omitirse. No obstante, hay autores como John Keegan, que afirman que la afirmación de Clausewitz resultaría incompleta si se tiene en cuenta que la misma guerra es más antigua que los intereses políticos, los estados y los cálculos racionales de la estrategia militar (Keegan, 2014).
Para Clausewitz la guerra no es un acto aislado, sino que responde a objetivos políticos y económicos. Para él existen tres actores determinantes en el devenir de las guerras: en primer lugar, la sociedad, en donde se da un apoyo emocional y moral que se ve reflejado en legitimidad política y social para entrar en un conflicto bélico, así como también un fuerte respaldo económico que sustente los costos de la guerra. En segundo lugar, el estratega militar, quién se encarga de desarrollar los objetivos tácticos y emplear los medios dispuestos para la confrontación. Y finalmente, el Estado, quién establece los objetivos políticos desde los cuáles se espera obtener un beneficio que supere los costos de la guerra. La manera en cómo se articulen estos tres elementos estratégicamente será determinante para su desenlace y poder establecer ganadores y perdedores.
Desde la perspectiva de Keegan, se entiende la guerra como un factor netamente cultural, en donde las capacidades violentas del ser humano son exacerbadas o no por este factor externo que es la cultura. A partir de esta, se ha logrado asumir que si bien el hombre está naturalmente propenso al conflicto, su forma de dirimirlo no tiene que ser necesariamente violenta o si se quiere, a través de la guerra. El hecho de ir a la guerra, es una decisión racional y emocional, que toma el individuo de acuerdo a sus capacidades, los beneficios que pueda obtener de la misma, o el simple estímulo emocional de valores complejos inculcados en la cultura como el honor, la gloria o la valentía.
Siguiendo esta lógica de que la guerra es un fenómeno cultural, en occidente, esta ha estado fuertemente influenciada por los valores morales de tradición judeo-cristiana, los cuales han logrado influenciar las formas de organización política moderna como el Estado, su ordenamiento jurídico y sus ramas del poder, en tanto que restringen la violencia mediante sistemas coercitivos de represión y castigo (Keegan, 2014). Pero al mismo tiempo, se ejerce la guerra de una manera “civilizada” en donde se le da a una institución especializada y respaldada por el Estado, el monopolio de la fuerza, sus medios, y el derecho de hacer la guerra en sus dimensiones más violentas.
Concepto y evolución de la Guerra
Antes de hacer una aproximación teórica en los conceptos, se partirá de la máxima de que la guerra es un estado de conflicto colectivo, limitado y organizado que se desarrolla a través de hostilidades violentas y no violentas. Con el fin de aproximarnos a la importancia del estudio de la guerra y el conflicto para el DIH y el DICA, es necesario -en un primer momento- acercarnos a una comprensión de los conceptos; para ello recurriremos al análisis de Caneiro (2004) en La concepción de la Guerra en el Pensamiento Clásico. Para hablar de guerra, tal y como lo sugiere el autor, debemos abocar primero al conflicto y para tratar este concepto debemos remitirnos a las relaciones sociales, entendidas como “la presencia del otro o de los otros” (Ibid, p. 3). Es decir, los escenarios que permiten la posibilidad de interactuar de manera positiva o negativa entre dos o más personas, representan la potencialidad para la existencia de un conflicto: el cual no es más que la consecuencia de elecciones diferentes sobre cualquier objeto (casi siempre un derecho).
Para Caneiro (2004), las situaciones de conflicto se enmarcan en dos, las primeras -denominadas situaciones agonales, estas son en las que la violencia y la intención hostil están excluidas, las segundas se denominan polémicas y son en las que, a diferencia de las primeras, la violencia y la voluntad hostil es abierta y directa (pág. 4). En esta última, es en donde se da paso a la guerra: “hay una variedad de conflictos y una de ellas es la guerra, en la cual la violencia y las implicaciones sociales son llevadas al máximo grado” (Ibidem).
No obstante, si bien la guerra ha estado presente desde la aparición de la especie humana en la tierra, la forma en la que se ha ejercido ha variado a través de la historia de acuerdo a fenómenos sociales y culturales. Su evolución comienza a partir de la guerra primitiva, en donde los conflictos obedecían especialmente a la satisfacción de necesidades biológicas básicas insatisfechas y carecían de una estrategia sistemática. Con el advenimiento de fenómenos de gran trascendencia social y política (como la revolución industrial y después la revolución francesa), surge también la guerra moderna y de su mano las estrategias tácticas militares, unas instituciones políticas más organizadas y jerarquizada (como el Estado moderno) y la canalización de los recursos a través del mismo.
De igual manera, así como se sofisticaron los medios y las tácticas de las confrontaciones bélicas, su alcance y su impacto en la sociedad también se exacerbaron. La capacidad de destrucción y muerte de las guerras modernas alcanzaron niveles que ni dos milenios de guerra primitiva habían logrado. Por ejemplo, tan solo después de la primera y la segunda guerra mundial murieron más personas a causa del conflicto, que de lo que se tenía registro en la historia de la humanidad. Esto sin duda llevó a los nuevos protagonistas de las guerras (los Estados) a generar mecanismos de cooperación para regular la guerra y los alcances de la misma como el DIH y el DICA.
Relación DIH y Guerra
El DIH ha tenido distintas representaciones que dieron paso a como lo conocemos hoy (tal y como vimos antes que sucede con la guerra). Aunque su campo de rastreo es de alguna manera amplio, se han logrado ejemplificar distintos escenarios importantes en los que se pueden evidenciar matices de él: Babilonia (1796 a.C), Atenas vs Esparta (431 a.C), Código Manu (S. III a.C.), el Mahabarata, el Corán, etc. (Peytrignet (s,f); Mejía y Chaib (2012); Salmón (2004)).
El Derecho Internacional Humanitario surgió como una herramienta de control a los medios y métodos aplicados en las guerras, tras la Primera y Segunda Guerra Mundial (las cuales fueron clasificadas como Conflictos Armados Internacionales [CAI]). Las hostilidades en la antigua Yugoslavia y en Ruanda -y la posterior creación del Tribunal Penal para ex Yugoslavia, el Tribunal Penal para Ruanda y la Corte Penal Internacional (CPI)- suscitaron intranquilidad e interés respecto a los Conflictos Armados No Internacionales (CANI). Tal preocupación y los debates a partir de esta, giraron en torno a tres aspectos: 1. La clasificación de los conflictos armados, 2. La presencia de nuevas tecnologías en la guerra y 3. La clasificación de los actores en los conflictos armados (Gantiva, 2017).
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Media Luna Roja -dos de las organizaciones más importantes en materia de DIH- estudian los cambios que han tenido los conflictos armados, así como su complejidad. De ese modo, han contribuido al debate con artículos de análisis y tres Reportes sobre los Retos del DIH en los Conflictos Armados Contemporáneos (2007, 2011 y 2015). En estos tres se comenta, desde la aplicabilidad del DIH hasta los tipos de conflictos según los métodos, medios y actores. Entre los temas que más ocasionan discusión está el terrorismo, la privatización de la guerra, las fuerzas multinacionales, los sistemas autónomos y -de alguna manera como eje central- la delgada línea entre el uso del DIH y el DIDH.
Hay que saber que el DIH es aplicable en la existencia de un conflicto armado, sea nacional o internacional; hecho que se determina por medio de factores de intensidad, duración y cantidad o tipos de actores. En los CANI la complejidad en la aplicación del DIH asciende en mayor medida, pues -en algún sentido- hay una imprecisión al momento de caracterizar y articular de manera coherente los factores ya antes mencionados (International Comittee of the Red Cross, 2015). Tal complejidad escala (aún más) en cuanto se reconoce que hay otras fuentes de derecho aplicable, como las normativas nacionales de cada Estado en cuanto a criminalidad, o internacionales como el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
Conclusiones
A lo largo del texto hemos abarcado de manera general la naturaleza, el concepto y la evolución de la guerra, así como su relación con el DIH. Se ha evidenciado la importancia del estudio de este, como una especialidad y, en ese sentido también, las consecuencias para otros campos como el jurídico, en específico para el DIH. Podemos concluir entonces que, como lo propone Hanson (2011) y como se referenciaba en un comienzo, es importante estudiar la guerra, no solo como forma de mirar al pasado sino, más bien, para comprender las dinámicas actuales y futuras posibles.
Los estudios académicos en cuanto al DIH requieren de una aproximación a otros campos y así mismo, a otras visiones. Es esencial enfocarse en el estudio de la guerra -pues es su núcleo fundamental- pero no es suficiente, pues tanto el derecho como la misma guerra interaccionan y confluyen con muchas otras especialidades. Con el fin de dejar el debate abierto es pertinente analizar los retos actuales del DIH, retos que se agudizan en el punto de encuentro entre un derecho internacional público (que comprende también el Derecho Internacional de los Derechos Humanos) y un conflicto armado -una guerra- con características complejas que presenta cambios súbitos, complejos y no-lineales.
Bibliografía
Gantiva-Castiblanco, C. (Septiembre de 2017). Derecho Internacional Humanitario: evolución, importancia y retos en Colombia. (A. J. Campillo, Ed.) Nova et Vetera, 3(29). Obtenido de http://www.urosario.edu.co/revista-nova-et-vetera/Inicio/Omnia/Derecho-Internacional-humanitario-evolucion-impo/
International Comittee of the Red Cross. (Diciembre de 2015). International Humanitarian Law and the challenges of contemporary armed conflict. 32nd International Conference of the Red Cross and Red Crescent. Ginebra, Suiza.
Hanson, Victor D. “¿Por qué Estudiar la Guerra?”, en Guerra: El Origen de Todo, Madrid: Turner Noema, 2011, pp. 19-54
Keegan, John. “La Guerra en la Historia de la Humanidad”, en Historia de la Guerra, Madrid: Turner Noema, 2014, pp. 17-94
Caneiro, Jose. La Concepción de la Guerra en el Pensamiento Clásico, Madrid: Instituto
Lucio Anneo Séneca, 2004.