Editorial: ¿Por qué fracasa Colombia?
Luis Enrique Nieto Arango
En pocas ocasiones hemos leído tantas columnas de opinión sobre un libro recién editado. En las páginas de la prensa nacional comentaristas como Juan Esteban Constaín, Santiago Montenegro, Eduardo Barajas Sandoval y Daniel Mera Villamizar se refieren a ¿Por qué fracasa Colombia? del escritor santandereano Enrique Serrano desde muy diversos ángulos, coincidentes en destacar su originalidad y su pertinencia. Igualmente Juan Carlos Irragori en El País de España conversa al respecto con el autor, en un video difundido en la edición internacional.
Para empezar el prólogo del doctor Álvaro Pablo Ortiz, investigador principal de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Rosario, advierte al lector de que este texto no responde a la forma tradicional de tratar nuestra historia pues, por una parte, deja de lado las leyendas decimonónicas y, por la otra, sorprende con observaciones provocadoras.
El profesor Enrique Serrano, vinculado a la Universidad del Rosario, hace ya muchos años, es un escritor consagrado, ganador en 1996 del premio de cuento Juan Rulfo, otorgado por Radio Francia Internacional y que en 1997 publicó La Marca de España, muy bien recibido por los lectores de lengua española. En el campo de la novela y el cuento ha publicado De parte de Dios (2000), Tamerlán (2003), Donde no te conozcan (2007), El hombre de diamante (2008) y La diosa mortal (2014).
Ahora ¿Por qué fracasa Colombia? que él hubiera llamado La Nación Negada nos entrega una nueva fase de su escritura.
Ya no es la ficción histórica sobre épocas remotas que, con erudición y gran cuidado estilístico, distinguió sus trabajos anteriores sino que, alentado por sus muchos años de cátedra, Serrano se adentra en la sociología y en la historia para brindar un ensayo que, además de leerse con deleite, enseña, plantea interrogantes y, sobre todo, deja un campo abonado para una investigación más profunda que, ojalá, permita corroborar las apreciaciones surgidas de su visión del país, nutrida por una vasta y poco ortodoxa formación cultural.
El profesor Jaime Jaramillo Uribe, en el prólogo al Manuel Historia de Colombia, al considerar la formación, destrezas y virtudes que debe tener el historiador, de acuerdo con la ciencia moderna, señala como indispensable la imaginación o sea lo que alguien ha llamado la “comprensión imaginativa”, que permite dar el paso de situaciones conocidas hacia situaciones desconocidas del pasado cuyos hechos no han podido establecerse, para que, gracias a la intuición creadora, “al brillante fogonazo” del que hablaba Croce, el historiador pueda reconstruir lo que Luis Ospina Vásquez llamaba “atmósferas”. Y eso, a nuestro parecer, es lo que hace Enrique Serrano quien, no en balde, es un laureado novelista que, por lo mismo, puede tratar la historia con propiedad en su doble condición de ciencia y arte.
La idea de estudiar los siglos en que lo que hoy es Colombia hizo parte del Imperio Español; el papel protagónico del río grande de la Magdalena en nuestra geografía; la percepción de provisionalidad; la influencia de lo andaluz; el mestizaje más racial que cultural; la condición de cristianos viejos; la mediocridad; todos estos temas que plantea este trabajo podrían dar lugar a muchísimos debates y, sin duda, deben ser acicate para nuevos estudios, documentados y profundizados, que nos permitan ver la verdadera cara de Colombia.
Si a nivel individual nos es tan difícil penetrar en lo que Borges llamaría “los enigmas de la curiosa condición humana”, mucho más lo es intentar conocer y describir las particularidades de esta nación en ciernes que ha venido a llamarse Colombia y esto mismo hace sugestiva e inquietante la lectura de esta obra.
Precisamente el profesor Jaramillo Uribe ya citado, en algunos de sus ensayos, particularmente en La Personalidad Histórica de Colombia, da base a algunas de las observaciones de este libro como aquella del aurea mediocritas que ha distinguido a Colombia de otros países hispanoamericanos.
Enrique Serrano con este libro, del cual ya se han agotado las primeras ediciones, ofrece unas claves que merecen una lectura cuidadosa, y un análisis detallado, para sustentarlo o controvertirlo, a partir de las distintas disciplinas desde las cuales el autor traza este bosquejo general de lo que es la Colombia, vislumbrada desde su óptica de escritor que intuye una realidad, tradicionalmente soslayada.
Por el momento histórico que atraviesa el país, ad portas de una paz tan anhelada y necesaria como compleja y huidiza, ¿Por qué fracasa Colombia? es una lectura oportuna pues contribuye al cumplimiento de ese requisito del posconflicto como lo es establecer la memoria histórica, hasta hoy desconocida o menospreciada por la gran mayoría de los colombianos.