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Balance de la cop26

Angela Schembri Peña

Boris-Johnson-y-Giuseppe-Conte-en-el-lanzamiento-de-la-COP26-De-10-Downing-Street

Entre las cuales se destaca el lanzamiento de la Estrategia Climática de largo plazo E2050, que fija la hoja de ruta para un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, con miras a alcanzar la carbono neutralidad en 2050, así como su compromiso por reducir la deforestación para 2030 y declarar el 30 % de su territorio como área protegida para 2022.

La COP26, es decir la Vigésima Sexta Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) tuvo lugar en Glasgow, Reino Unido, del 31 de octubre al 12 de noviembre del presente año, ya que no pudo celebrarse en 2020 debido a la pandemia del covid-19. Es fundamental tener en cuenta que la denominada Conferencia de las Partes es el órgano supremo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, firmada en la Cumbre de Río de Janeiro en 1992, la cual entró en vigor el 21 de marzo de 1994 y planteó por primera vez como objetivo la necesidad de estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero "a un nivel que impida interferencias antropógenas (inducidas por el hombre) peligrosas en el sistema climático".

En efecto, el cambio climático es consecuencia del aumento de la temperatura global, provocado por el incremento de concentraciones de gases de efecto invernadero generado por las actividades del Hombre, calificadas como emisiones antropógenas, el cual genera una mayor frecuencia e intensidad de los fenómenos climáticos. No cabe ninguna duda que el cambio climático se ha generado e intensificado por las acciones del ser humano, en especial por actividades asociadas con la explotación de combustibles fósiles. El cambio climático provoca graves consecuencias naturales como el aumento de los ciclos de precipitación, la pérdida de biodiversidad, el aumento del nivel del mar, el deshielo de los polos, la desertificación, el aumento de ciclones tropicales, la acidificación de los océanos. Así mismo, el cambio climático amenaza la existencia del ser humano y su bienestar a través de consecuencias preocupantes como la amenaza a la seguridad alimentaria, el aumento de la pobreza, las migraciones climáticas, la vulneración de los derechos humanos y profundas afectaciones a los grupos más vulnerables.

Las COP han tenido múltiples avances en la lucha contra el cambio climático a lo largo de los años. Sin embargo, es fundamental destacar la COP21 en 2015, en la cual se firmó el Acuerdo de París. el cual estableció una meta de contener el aumento de la temperatura global a mínimo 2 °C, y aunar los mayores esfuerzos para contener dicho aumento a 1.5 °C, en comparación con los niveles preindustriales.
En la COP26 corresponde hacer el balance del progreso de las metas fijadas por los países en sus contribuciones nacionales determinadas (NDC), en el periodo correspondiente a los 5 años posteriores a su presentación. De igual manera, los Estados deben presentar sus NDC actualizadas. Se espera que este ejercicio sea crítico y que se fijen nuevas metas más ambiciosas, así como la voluntad política de los Estados, la movilización de recursos económicos para hacer frente al cambio climático, al igual que la acción conjunta del sector privado acorde con lo indicado en la Agenda 2030.

En efecto, en el reciente informe del Grupo I del Panel Intergubernamental sobre el cambio climático, titulado “Cambio Climático 2021: Bases Físicas”, se concluye que a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan de manera inmediata, rápida y a gran escala, limitar el calentamiento a cerca de 1,5 °C o incluso a 2 °C será un objetivo inalcanzable. Por lo que el futuro del Planeta está en manos de la contundencia y ambición de los compromisos que los Estados y los diversos actores involucrados fijen en Glasgow.

Esta cumbre cuenta con la participación de representantes de los 197 países miembros, quienes conjuntamente evalúan y discuten acciones y acuerdos para fortalecer la gestión del cambio climático. Por ende, se trata de la cumbre más importante para enfrentar el cambio climático, por lo cual el Mundo tiene puesta su atención en las medidas y acuerdos que se logren en el marco de la COP26, los cuales serán fundamentales para enfrentar la crisis climática actual. Se trató sin duda de una COP altamente participativa, con la presencia de jóvenes, activistas, comunidades indígenas, grupos de mujeres, empresas y ciudades.
Sin embargo, se destacan las voces que reclaman compromisos más ambiciosos para hacer frente al cambio climático tanto de la sociedad civil como de parte del mismo secretario de las Naciones Unidas. A este respecto, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se manifestó en la sesión plenaria: “Sabemos lo que hay que hacer. Mantener a nuestro alcance el objetivo de 1.5º C significa reducir las emisiones a nivel mundial en un 45% para 2030. Pero con el actual paquete de contribuciones determinadas a nivel nacional, incluso aunque se apliquen en su totalidad, las emisiones seguirán aumentando en 2030." Por lo cual surge la preocupación de que los compromisos pactados, incluso en caso de que se cumplan a cabalidad no serán suficientes pues se prevé un aumento de la temperatura superior a 2 º C, lo cual, como sabemos, va a conducir a consecuencias catastróficas en nuestro Planeta y en la Humanidad.

Un compromiso a destacar entre los asumidos en la COP26 es la denominada "Alianza más allá del petróleo y el gas" (BOGA), en virtud de la cual once países, entre los cuales se destacan Irlanda, Francia, Dinamarca y Costa Rica, entre otros, y algunos gobiernos subnacionales, lanzaron una alianza inédita para fijar una fecha de finalización de la exploración y extracción nacional de petróleo y gas. Este compromiso demuestra un paso contundente con miras a alcanzar la transición energética, en la cual se abandone progresivamente la explotación de combustibles fósiles, pasando a fuentes de energía renovable.

Por otro lado, el rol de las ciudades fue protagónico en la COP26, pues por primera vez 1049 ciudades de todo el mundo, en el mando de la iniciativa C40 Cities, copresidida por la alcaldesa de Bogotá Claudia López, presentaron al inicio de la conferencia su compromiso para llegar a ser ciudades con cero emisiones en 2050 y reducir a la mitad sus emisiones en 2030. Es muy importante que los gobiernos locales se comprometan en la acción por el clima, pues este hecho demuestra que hemos comprendido que no se trata solo de compromisos interestatales sino que la lucha por el cambio climático es un compromiso de todos como sociedad. La COP6 tuvo como uno de sus ejes temáticos “Las ciudades, regiones y los entornos construidos”, pues se considera un tema de vital importancia teniendo en cuenta que se calcula que el 68% de la población mundial vivirá en las ciudades para 2050, por lo cual es vital construir un futuro sostenible y resiliente de la mano de planes de acción climática y políticas urbanas. Además, según ONU Hábitat, las ciudades consumen el 78% de la energía mundial y producen más del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero representan menos del 2% de la superficie de la Tierra. Por lo que, sin duda, el urbanismo y la inclusión de las ciudades en la acción por el clima, se ha vuelto un tema prioritario en la agenda global.

En este contexto, la participación de la región latinoamericana en la COP26 es de suma importancia teniendo en cuenta su alta vulnerabilidad frente al cambio climático debido a las condiciones climáticas extremas que debe enfrentar la región, así como la marcada desigualdad y pobreza extrema. En efecto, según el último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el aumento de la temperatura afectará gravemente la salud, la vida, la alimentación, el acceso al agua, la seguridad energética y el desarrollo socioeconómico de las poblaciones de América Latina y el Caribe. Sin embargo, las debilidades de América Latina también marcan sus fortalezas pues al ser una de las regiones más biodiversas del Mundo, la región brinda infinitas posibilidades a la hora de aportar soluciones basadas en la naturaleza, entre las cuales serán fundamentales: la inclusión y protección de los pueblos indígenas, la sostenibilidad en la utilización de recursos naturales, la transición energética en uno de los sectores mineros que generan una alta oferta de combustibles fósiles.

En el marco de la cumbre por el clima, Colombia presentó ocho estrategias ambientales fundamentales para lograr estos objetivos: Metas NDC, Mercados de carbono, Acuerdos voluntarios del sector privado, Pacto de Leticia, Visión Amazonía, Herencia Colombia, Programa de Cupos y de Emisiones, Biodiverciudades. Cabe destacar que el país lanzó su Estrategia Climática de largo plazo E2050 mediante la cual el país busca cumplir con los compromisos pactados en el Acuerdo de París relacionados con la mitigación de gases de efecto invernadero, así como la protección de la biodiversidad. Este documento de política pública fue aprobado de manera unánime por la Comisión Intersectorial de Cambio Climático (CICC) de la Cancillería, el 24 de septiembre de 2021. Acorde con el presidente Duque: “esta estrategia representa una oportunidad para un desarrollo económico y social más limpio y sostenible”.

La E2050 fija la hoja de ruta a largo plazo para un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero. La misma fue formulada abordando de forma integral diversos aspectos susceptibles de contribuir a la lucha contra el cambio climático y al cuidado del Planeta mediante la apuesta a gestionar de manera integral la biodiversidad, a producir y consumir de manera sostenible, al desarrollo rural, marino y costero diferenciado, a una movilidad e infraestructura sostenibles, entre otros. La E2050 fija los siguientes compromisos que asume el Gobierno colombiano ante la comunidad internacional: ser un país carbono-neutral al 2050, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 51 % y tener cero deforestación al 2030.

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Joe Biden en la COP26 - De The White House - Dominio público

Teniendo en cuenta este último compromiso, es importante destacar, que en el marco de la COP26, 110 países que representan el 85 % de los bosques a nivel mundial, incluyendo Colombia, se comprometieron para salvar los bosques y acabar con la deforestación para el año 2030 mediante la firma de la “Declaración de los líderes de Glasgow sobre los bosques y el uso de la tierra de la COP26”, asumiendo retos como el de reforzar sus esfuerzos comunes para preservar los bosques y otros ecosistemas terrestres y acelerar su restauración, así como facilitar políticas de comercio y desarrollo sostenibles, tanto a nivel internacional como nacional, así como el empoderamiento de las comunidades locales y de los pueblos indígenas, y el rediseño de las políticas y programas agrícolas con el fin de luchar contra el hambre y velar por la protección del medio ambiente.

Por otro lado, Colombia presentó uno de los compromisos más ambiciosos al indicar en Glasgow su compromiso de declarar como áreas protegidas el 30 % del territorio nacional en 2022, acelerando ocho años el compromiso previsto inicialmente para 2030 teniendo como argumento base la urgencia de proteger la biodiversidad de nuestro país y de hacer frente al cambio climático. Esto incluye la protección de áreas terrestres y marinas, mediante la creación de nuevas áreas protegidas o la ampliación de las áreas protegidas existentes. Así que está por ver el próximo año la manera en la cual el país va a cumplir esta ambiciosa meta.

Así mismo, en materia de financiamiento climático, Colombia recibió más de 30 millones de dólares de recursos provenientes de cooperación internacional de países como Alemania, Noruega y Reino Unido, para hacer frente a la lucha contra la deforestación, en particular en la Amazonía colombiana, así como para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Por ende, se destaca la participación activa de Colombia en la COP26, proponiendo estrategias innovadoras y fijando metas ambicionas, con miras a cumplir con sus compromisos internacionales en materia de cambio climático. No obstante, una acción dice más que mil palabras y será fundamental realizar el seguimiento de la implementación de los compromisos climáticos que efectúe el gobierno colombiano en los próximos años.

Por lo tanto, se destaca que en la COP26 se han logrado avances y compromisos en la acción climática, pero se torna fundamental su implementación eficiente para lograr resultados reales, además de destacar que falta mayor ambición, pues los compromisos asumidos no son suficientes para enfrentar el inminente desastre climático al cual se enfrenta la humanidad. Es fundamental que los progresos de todos los países sean medibles y verificables, para que los compromisos realizados no se queden como simples promesas. La acción climática requiere de un estricto seguimiento y transparencia con el fin de aumentar su credibilidad y efectividad. Frente a esto, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, resaltó la importancia de la presentación de informes periódicos y la rendición de cuentas por parte de los Estados, e incluso anunció la creación de un grupo de expertos encargado de proponer normas claras para medir y analizar los compromisos sobre emisiones cero de los agentes no estatales, que presentará una serie de recomendaciones el próximo año.

De acuerdo con el Informe sobre la Brecha de Emisiones 2021, realizado por UNEP, para lograr alcanzar la meta de 1.5 °C, necesitamos reducir casi la mitad de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero GEI, en los próximos 8 años. El Informe demostró que los nuevos compromisos climáticos nacionales, combinados con otras medidas de mitigación, ponían al mundo en camino de un aumento de la temperatura global de 2,7 °C para fines de siglo, lo que conllevaría efectos catastróficos en nuestro Planeta. Frente a esto, ¿los compromisos y ambiciones asumidos en la COP26 serán suficientes?
 
Bibliografía