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Alberto Sierra, Milagro Castro, Leonardo Parra

Las consecuencias inesperadas de la paz

Por:Juliana Vergara Agámez

Foto:Alberto Sierra, Milagro Castro, Leonardo Parra

Mientras el Gobierno Nacional negaba que el asesinato de líderes sociales fuera un fenómeno sistemático y los medios de comunicación publicaban información sin profundidad, un grupo de académicos de las universidades del Rosario y de Columbia (Estados Unidos) se le midió a la tarea de estudiar la evidencia. El resultado: el cambio del balance de poderes en las zonas que dejaron las Farc era la razón. Siguiendo este ‘hilo’ han encontrado otros hechos.

En el año 2018, al ver las estadísticas crecientes y sistemáticas de los asesinatos de líderes sociales en Colombia y, especialmente, que el análisis de los medios de comunicación se estaba quedando corto frente a la indagación acerca de las causas y los responsables, Juan Fernando Vargas, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Rosario, decidió estudiar el fenómeno.

Su propósito era contribuir con un análisis riguroso a un tema que para el Ministro de Defensa del momento se limitaba a ‘líos de faldas’, y para los medios era solamente un registro noticioso, pues se limitaban a la descripción de hechos de manera aislada.

El grupo de investigadores que lidera Vargas se apoyó en los reportes periódicos de la ONG Somos Defensores, que centraliza información de más de 500 ONG nacionales a cargo del seguimiento a la situación de agresión contra líderes sociales en el país. Luego de delimitar el periodo de estudio, entre 2011 y 2017, el equipo del Rosario codificó las variables, por fechas y por municipios, para iniciar la investigación.
 

En búsqueda de evidencia
Cuando a comienzos de 2018 los asesinatos y las amenazas contra líderes sociales llenaban los titulares de prensa, se asumía que este fenómeno estaba directamente relacionado con la implementación del Acuerdo de Paz entre el Gobierno nacional y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), que había completado poco más de un año. Sin embargo, para los investigadores, la correlación entre esta fase del proceso de paz y el aumento de los asesinatos no parecía tan clara a la luz de la información disponible.

¿La razón? Desde principios de 2015, un año y medio antes de la firma del acuerdo, ya se había incrementado el número de líderes asesinados. Pero faltaba identificar el factor detonante. Así que el grupo de investigadores empezó a buscar antecedentes. Un primer indicio lo encontró en diciembre de 2014, cuando la entonces guerrilla de las Farc anunció que entraba en cese al fuego permanente. Una determinación que, salvo un par de excepciones, aclara Vargas, se cumplió a cabalidad.

Luego de la firma del acuerdo, en 2016, vino el desarme definitivo que significó un hito para la historia de Colombia. De este primer acontecimiento el profesor Vargas destaca dos hechos: uno, las Farc mostraron compromiso real con el Acuerdo de Paz, y dos, la organización guerrillera demostró que había un mando centralizado (lo que algunos sectores ponían en duda). Pero, adicionalmente, “el cese al fuego también fue muy importante porque cambió el balance de poderes en las zonas donde las Farc eran el Estado de facto. Territorios estratégicos que otros grupos armados ilegales (como el ELN y bandas criminales) querían entrar a controlar”, explica Juan Fernando Vargas.

El asesinato selectivo de civiles (en este caso de los líderes sociales) muestra en esta fase algo que ha evidenciado la ciencia política: se trata una estrategia usada en conflictos irregulares para controlar territorios en disputa. Como los líderes civiles movilizan a las comunidades hacia objetivos comunes, sin ellos es posible que quienes quieran adueñarse de territorios, imponiendo miedo entre las poblaciones, puedan hacerlo.

Vargas señala que no es claro por qué el Gobierno no ocupó estas zonas con presencia militar e instituciones, con lo cual se hubiera impedido el asesinato de líderes sociales. El investigador argumenta que sobre estas razones solo puede ofrecer especulaciones.

“El investigador ve los hechos, pero no los motivos ni las intenciones que llevan a esos hechos. Así que la respuesta a la pregunta está más en el campo de la especulación, en el cual se pueden plantear tres escenarios: uno, al Gobierno no se le ocurrió o no quiso escuchar a quienes le sugirieron; dos, lo anticipó, pero no hubo voluntad política y decidió asumir las consecuencias políticas de dicha decisión; o tres, la falta de capacidad presupuestaria y administrativa no le dio espacio para responder”, dice.

Lo que sí tiene claro, después de dos años de exigente trabajo académico, es que el cese al fuego es clave en esta historia de asesinatos porque cambió el balance de poderes. Un hecho que se acentuó con dos factores determinantes: el proceso de paz en Colombia ha sido incompleto, ya que solo incluyó uno de varios grupos armados ilegales, y se generaron incentivos para disputar los territorios estratégicos que las Farc controlaban previamente. De igual manera, influye la falta de presencia del Estado, que no llegó a esas regiones y, por lo tanto, dio espacio al aumento en la disputa por el control territorial por parte de grupos armados ilegales.

 


 
 

Las conclusiones de la investigación las compartieron el profesor Vargas, Mounu Prem y Andrés Felipe Rivera, de la Universidad del Rosario, y Darío A. Romero, de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), en el documento Civilian selective targeting: the unintended consequenses of partial peace (Ataque selectivo a civiles: las consecuencias no intencionadas de una paz parcial), publicado en 2018, con una segunda versión revisada en 2019.
 

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El Acuerdo de Paz trajo aumento de las matrículas y otros indicadores de escolaridad, el descenso de la deserción y las mejoras en los resultados de las pruebas Saber en los municipios que controlaban las Farc.

El objetivo de los estudiosos es aportarle al país y a la política pública mediante la interpretación de la evidencia, que en este caso muestra que el asesinato de líderes sociales está relacionado con la lucha por el equilibrio político, el vacío de poder, la falta de presencia estatal y, no meramente con demandas, por restitución de tierras o por sustitución de cultivos ilícitos, como se ha registrado en los medios de comunicación. Por eso, consideran importante que se dé un diálogo entre academia, tomadores de decisión y medios de comunicación.
 

Deforestación y educación, otros temas tratados
Juan Fernando Vargas señala que el cambio de poder en el balance territorial ha provocado otros hechos lamentables, como el aumento de la deforestación. Desde la segunda mitad de 2015, se ha dado esta situación en todo el país, pero de manera intensa en los municipios que fueron controlados por las Farc.

A partir de imágenes satelitales de muy alta calidad se han identificado grandes territorios en los que la mano del hombre ha hecho efecto; en otras palabras, enormes parches de deforestación. Considera que el fenómeno no puede explicarse por el retorno de campesinos que vuelven a trabajar sus tierras por la pacificación, ya que si fuera así se encontrarían espacios pequeños de deforestación, asociados con la explotación de pequeñas parcelas. En cambio, los niveles de deforestación observados se explican más por negocios agroindustriales e intereses económicos que llegaron a los territorios en los que estaban las Farc.

“Lo que estamos presenciando es un aumento acelerado e insostenible de la deforestación y la falta de monitoreo estatal. Es el resultado de actividades no reguladas”, señala Vargas.

Aunque se hayan dado estas situaciones, el profesor sostiene que el Acuerdo de Paz “es el evento político más importante de la historia del país”. Un evento que, por supuesto, trajo sobre todo buenas noticias a los colombianos, como, por ejemplo, el aumento de las matrículas y otros indicadores de escolaridad, el descenso de la deserción y las mejoras en los resultados de las pruebas Saber en los municipios que controlaban las Farc. Hechos que también ha estudiado el investigador.

El profesor, que no oculta que es un académico inquieto, incapaz de resistirse a investigar cada buena idea que se le cruza, aunque tenga muchas a la vez, cree que seguirá indagando en esta línea de consecuencias inesperadas de la paz, de la que aún falta mucho por descubrir y analizar.

 

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Juan Fernando Vargas, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Rosario, señala que el cambio de poder en el balance territorial ha provocado otros hechos lamentables, como el aumento de la deforestación. Desde la segunda mitad de 2015, se ha dado esta situación en todo el país, pero de manera intensa en los municipios que fueron controlados por las Farc.