El Riesgo Moral en las Organizaciones
José Alcibíades Guerra Parada
Cuando hablamos de riesgo moral se hace referencia a aquella posibilidad de que uno o varios administradores y empleados de una institución, aprovechando su posición jerárquica y el fácil acceso a la información, se sientan tentados y cambien de un momento a otro sus principios y comportamiento éticos, abandonando la dirección correcta y adoptando conductas reprochables y contrarias a la ley.
Estos cambios en el comportamiento del ser humano ante las circunstancias y oportunidades, donde priman sus intereses individuales de manera egoísta, por encima de los de mayoría y de la organización, pueden convertirse en hechos punibles como la estafa, el hurto, el peculado, el lavado de activos, la financiación del terrorismo, el fraude, entre otros, generando perjuicios y daños notables a las personas, a los bienes y a las entidades.
Edificio Empresarioal, Dominio Público
Si bien estas situaciones no son nuevas en el país, han aumentado drásticamente durante los últimos años, atentando contra la cultura organizacional de prevención y control del riesgo y afectando notablemente a las instituciones no solo desde el punto de vista económico, sino reputacional y legal, deteriorando ostensiblemente la imagen del sector en el cual se desarrollan y generando la pérdida de la confianza tanto a nivel interno como entre el público en general.
El anteponer los principios éticos y profesionales al logro de los objetivos y al cumplimiento de las metas e intereses comerciales y de obtención de lucro de las organizaciones, debe ser la norma fundamental por excelencia. Las presiones originadas desde las altas esferas de las organizaciones son una amenaza y pueden dar origen a que se presente laxitud en el cumplimiento de las normas y procedimientos en materia de SARLAFT, así como en el análisis y ejecución de los controles, situación que da origen al riesgo moral. De igual forma, el logro de las metas comerciales con antelación a los plazos límite establecidos puede ser otra causa para que estas situaciones o amenazas surjan.
Si bien el riesgo moral no es de índole financiero, es un riesgo potencial difícil de cuantificar y controlar con antelación a la sucesión de los hechos o eventos adversos y ha sido poco gestionado en el país, siendo su impacto económico desastroso en las entidades afectadas, sean públicas o privadas, por su alta vulnerabilidad y exposición a sufrir un daño patrimonial de esta índole.
Empresa Industrial de Sombreros (1914), São João da Madeira, Portugal. dominio público
El riesgo moral es un peligro latente, pues se trata de un riesgo oculto, el cual no es fácilmente detectable o visible, que en cualquier momento puede cristalizarse a través de conductas inapropiadas y solo se detecta cuando se manifiestan sus efectos negativos. Es decir, no se percibe cuando las personas alteran su comportamiento por acción u omisión, alejándose de su compromiso organizacional y buscando de manera egoísta beneficios personales o de terceros, a sabiendas de que actúan de manera incorrecta o inmoral, sino cuando salen a flote las consecuencias de tales actos deshonestos.
Si bien el riesgo moral se presenta cuando se ostenta posición dominante y se tiene poder, dando lugar al oportunismo gerencial, igualmente se da cuando no se ha adquirido una sólida cultura de prevención y mitigación de lo ilícito y aumenta cuando no existen, son débiles o se saltan los mecanismos de control dentro de la organización o cuando los órganos de control internos y externos no ejercen de manera óptima sus funciones, de manera tal que su accionar negligente genera riesgo moral y facilita la sucesión de tales comportamientos indebidos.
Finalmente es necesario precisar que, lo fundamental es que en la búsqueda de una verdadera cultura antiriesgo es vital crear compromiso y generar conciencia colectiva, al punto en donde todos los funcionarios de las diferentes entidades sientan la necesidad y la obligación de detectar e impedir la materialización del delito, constituyéndose en su deber moral más que en su deber laboral, en su responsabilidad social más que su obligación legal.
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