Pasar al contenido principal

La vida magistral de Noel Olaya Perdomo

Elkin Getulio Saboyá

La vida magistral de Noel Olaya Perdomo

Una vida magistral es la que se cerró el mes pasado en Bogotá. Por donde se le mire, la existencia de Noel Olaya Perdomo (1928-2018) está relacionada con la enseñanza.

Tomemos un punto al azar: principios de siglo, Universidad Nacional de Colombia. Pues allí lo tenemos dando cátedra de las tres lenguas sagradas, hebrea, griega y latina. Al alma mater del país había llegado en 1986, remplazando a otro profesor que dejó huella en sus discípulos, el Dr. Juozas Zaranka. Ya mayor, Noel tenía que caminar para cuidar su frágil salud. Era de verlo recorrer una y otra vez la distancia que separaba el edificio de Lingüística (rebautizado Noel Olaya: justicia del aerosol) del León de Greiff. Oportunidad que disfrutaron muchos para oírle clase informal, peripatética.

Vayamos atrás, si ustedes quieren. Pónganlo, entonces, en plena Sierra Nevada, aprendiendo lenguas indígenas y alfabetizando a sus hablantes, en cambio: las misiones, al estilo Olaya. Este capítulo empata con su salida de la Iglesia, donde permaneció largo tiempo, sin domesticar su orgullo intelectual. Y se nos perdonará que pasemos rápido por esta trascendental parte de su biografía, ya que nuestro hilo es magistral. En los seminarios, en efecto, aprendió las lenguas sabias, que perfeccionó en Roma, siguiendo los estudios en ciencias bíblicas, en latín, se entiende.

Vuelto al país, distribuyó entre sus hermanos lo aprendido en Roma. Si ahora saltamos al pasado cercano, lo hallaremos en la privacidad de su casa, enseñando a quien quisiera aprender, generosamente. Los discípulos de Noel Olaya, entonces, somos miles y contamos ese dato biográfico con especial orgullo.

col1im3der

 

Con Noel leímos selecciones de Iliada, de Homero. Uno de los epítetos que el poeta usa para los reyes es la fórmula ποιμὴν λαῶν (poimḕn laôn, pastor del pueblo): ¿no es el maestro un pastor? Oficio reconocido también en la bella fórmula del Cantar de los cantares, el pastor entre azucenas (הָרֶֹעֶה בַּשּׁבֿשִַׁסִּים Haro’eh bashoshanim). 

Para cerrar sin que esto parezca un puro alarde de erudición, viene bien una cita de la Epístola a los Corintios, donde se afirma que nada significa conocer las lenguas de los hombres si no se ama. El ejercicio docente de Noel Olaya no sonaba a hueco, pues lo animaba ex abundantia cordis