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Un nuevo contrato social para salir fortalecidos de la pandemia

Un nuevo contrato social para salir fortalecidos de la pandemia

Por:Ángela Constanza Jerez - Ninfa Esperanza Sandoval

Foto:URosario , Milagro Castro

Como en el resto del mundo, la pandemia en Colombia no solo tuvo impacto en la salud, también afectó gravemente las dimensiones social y económica. En esta última, las cifras lo dicen todo. El comportamiento económico, que era positivo durante los meses de enero y febrero, se contrajo y pasó a ser negativo desde marzo, tras conocerse el primer caso de contagio en el territorio nacional. En el mes siguiente, abril, el desempleo llegó a 19,8 por ciento; por lo tanto, el Banco de la República no dudó en bajar sus proyecciones y vaticinó un desplome del crecimiento entre 2 y 7 por ciento para 2020.

“El país requiere una reorganización total. Una serie de reformas estructurales que nos dejen en un mejor lugar tras la crisis. Recuperar los empleos perdidos no será fácil en el corto plazo”, asegura Carlos Eduardo Sepúlveda, decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, quien ha estado analizado las medidas que podrían diseñarse para que Colombia salga fortalecida de la pandemia.

En ese sentido, el decano señala que se requiere ‘un nuevo contrato social’ que tenga soluciones estructurales en el ámbito económico y social, lo cual incluye diferentes medidas.
“En primer lugar, es necesario un ajuste fiscal para que la tributación sea más justa y retributiva, lo cual implica, entre otras cosas, eliminar tantas exenciones y bajar la renta que ahoga a las empresas pequeñas y medianas. En el caso de las personas naturales, es necesario ampliar la base de aportantes y hacerlo de manera progresiva mediante una declaración de renta universal”, asegura.

También señala como necesario bajar el gasto público, crear un sistema de protección social más equilibrado y sostenible, repensar el sector de la salud y garantizar una renta mínima de subsistencia.
“En segundo lugar, el mercado laboral se debe dinamizar y flexibilizar para que haya una generación de ingresos sostenida. Debe estar centrado en la protección y el cuidado del trabajador, no solo del puesto de trabajo. Esto requiere, por ejemplo, capacitación para que la persona pueda transitar de un trabajo a otro. También requiere un nuevo abordaje del salario mínimo”, explica.

Un país informal

El decano llama la atención sobre el hecho de que Colombia ha tenido un avance positivo frente a la disminución de la pobreza y un crecimiento bueno de la clase media, dos segmentos que en las actuales circunstancias son vulnerables y, por tanto, están en alto riesgo.

También considera que el empleo informal debe tener un tratamiento especial. Sostiene que la informalidad es multidimensional, afecta tanto a trabajadores como a empresas, y en medio de la crisis los trabajadores informales están quedando por fuera de los auxilios y las ayudas del Gobierno, debido a que no están estratificados como pobres, no están registrados y tienen baja bancarización, con un agravante: son más sensibles a la crisis porque han llegado a perder hasta el ciento por ciento de sus ingresos.

“No generar una red de protección que los cubra durante la pandemia puede empujarlos a la pobreza y, por lo tanto, se requiere una iniciativa adicional para atenderlos durante esta etapa y prepararlos para lo que viene, por medio de la generación de empleo, de los incentivos para que se capaciten, se formalicen y visibilicen. Debemos garantizarles un ingreso mínimo a través de subsidios en dinero o especie”, sostiene.

Finalmente, señala la relevancia del sistema educativo, el cual debe avanzar no solo en cobertura, sino también en calidad y debe potenciar la ciencia, la tecnología y la innovación.

“Se debe hacer una gran apuesta por el sistema productivo para que sea más innovador. La competitividad debe ser más amplia para que lleguemos al mercado internacional y es primordial formalizar a la pequeña y mediana empresa”, puntualiza.

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