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Talento joven para hacer prevención en sistemas eléctricos

Por:Felipe Gaitán García

Foto:EICT- URosarioDOI https://doi.org/10.12804/dvcn_10336.42691_num7

El Laboratorio de Energías Renovables de la Universidad del Rosario es el epicentro de una investigación científica en la que estudiantes de pregrado de diversas áreas tienen un papel protagónico. Su trabajo para la clasificación e identificación inteligente de fallas en sistemas de energía a partir del uso de cámaras infrarrojas ha sido reconocido en escenarios internacionales y vislumbra perspectivas promisorias.

Cuando David Celeita Rodríguez, exdirector del Programa de Ingeniería de Sistemas Energéticos –impulsado por la Escuela de Ingeniería, Ciencia y Tecnología de la Universidad del Rosario–, empezó a concebir su investigación, recordó a Marie Curie. La cien-tífica polaca, pionera en el estudio y descripción de la radiactividad, fue la primera mujer en recibir un premio Nobel y la única persona hasta hoyen ganarlo en dos categorías diferentes de ciencia: física(1903) y química (1911). Gracias a sus hallazgos se logró el desarrollo de los rayos x. Celeita Rodríguez evocó a aquella revolucionaria científica porque, si con ondas electromagnéticas fue posible divisar lo más profundo de la anatomía humana, su estudio le permitió auscultar en el interior de sistemas energéticos, como si se tratara de una radiografía a los equipos eléctricos para exa-minar su estado y diagnosticar o prever posibles daños.

A inicios de 2023, mientras se desempeñaba como profesor de la Universidad del  Rosario, Celeita Rodríguez reunió a un grupo interdisciplinario de estudiantes de pre- grado en Matemáticas Aplicadas y Ciencias  de la Computación, así como en Ingeniería de Sistemas Energéticos, con el propósito de  explorar el campo de la clasificación y detección inteligente de fallas en equipos eléctricos  mediante la toma de imágenes termográficas, es decir, de fotografías logradas a distancia que permiten determinar la temperatura de  los sistemas energéticos para identificar funcionamientos defectuosos. En su rol de líder  durante ese año, orientó a los alumnos para que fueran parte esencial dentro del proceso de observación, análisis y divulgación, en un área de estudio que ha cobrado relevancia en el mundo.

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Imágenes termográficas de motores organizados en cinco grupos, analizadas con escala de grises y los índices de Jaccard correspondientes, tomadas del artículo científico Smart equipment failure detection with machine learning applied to thermography inspection data in modern power systems.

La idea de forjar este proyecto surgió a partir de una convocatoria del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE, por  sus siglas en inglés), organización con sede en Nueva York (Estados Unidos), que promueve avances e innovaciones científicas dentro de estos campos del conocimiento. El requisito  primordial exigido por la entidad norteamericana consistió en que los estudiantes debían desempeñar un rol estelar dentro del proceso.  

Sumado a ello, el equipo de investigación contó el respaldo científico del profesor asistente de Ingeniería Electrónica e investigador de la universidad francesa Centrale Supélec, Trung Dung Le. Fue así como los estudiantes Ana  María Garzón, Natalia Laiton y Víctor Sicachá se aventuraron a contribuir desde sus saberes con el propósito del  estudio.

Pronto el trabajo desplegado empezaría a brindar retribuciones para su todavía reciente vida académica. Los  hallazgos de su actividad investigativa se publicaron inicialmente en la revista indexada del IEEE, mediante un  artículo titulado Smart equipment failure detection with machine learning applied to thermography inspection  data in modern power systems (Detección inteligente de fallas de equipos, mediante aprendizaje automatizado aplicado  a datos de inspección termográfica en sistemas de energía modernos). Uno más será divulgado, otros dos ya fueron aceptados y uno restante permanece en revisión.

Con ello, la etapa de socialización del proyecto está en plena consolidación y busca un alto impacto dentro de la industria a corto, mediano y largo plazo. Pero ¿de qué se trata la investigación y por qué es tan relevante? Como primera medida, el equipo construyó un estado del arte desde el cual pudieron identificar aquellos estudios similares que se han realizado en todo el mundo. A partir de esos trabajos se configuró una base de datos e imágenes.

Luego vino la etapa experimental, la cual consistió en utilizar cámaras infrarrojas para medir la temperatura de equipos  eléctricos y electrónicos, como transformadores y motores, en  espacios cerrados. Una vez logradas las imágenes termográficas, se emplearon técnicas de inteligencia artificial y aprendizaje automatizado (machine learning), con la intención de  procesar dichas fotografías e introducir un algoritmo que permitiera su clasificación en clusters.

Dentro de la muestra de estudio se obtuvieron 624 imágenes termográficas (369 de motores de inducción y 255 de  transformadores). A partir de un método de aprendizaje auto- mático no supervisado llamado máquina de soporte vectorial  fue posible clasificar las fotografías de los equipos eléctricos en dos categorías: frías y calientes, lo que permitió determinar temperaturas anormales en los sistemas.

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Ana María Garzón, estudiante de Matemáticas Aplicadas y Ciencias de la Computación de la URosario e integrante del equipo que expuso los avances de la investigación en el congreso realizado en Francia, sostiene que “estamos haciendo cosas de vanguardia, no sólo para Colombia y Latinoamérica, sino para el mundo...”.

Mediante el uso de una escala de grises, además de la observación de los píxeles, se pudo establecer qué tipo de daños se  podían identificar. Después de ello se segmentaron las imágenes para encontrar las regiones de interés. Allí, al eliminar el  fondo de las fotos obtenidas y focalizar un área específica de  los dispositivos se hicieron evidentes aquellas que presentaban defectos; así mismo, las características encontradas según  la escala de grises configuraron elementos para anticipar y predecir eventuales fallas.

Como resultado del procedimiento se hallaron defectos en los sistemas con una precisión del 90 por ciento, según el índice de Jaccard, que mide la tasa de similitud entre dos conjuntos  de datos. De acuerdo con los expertos, este logro contribuye a la predicción de errores en sistemas eléctricos mucho antes de que ocurran y permite tomar decisiones hacia el futuro.

Celeita Rodríguez, quien es magíster y doctor en Ingenie- ría Eléctrica, explica que la investigación nace de la idea de  aportar al desarrollo del “internet de las cosas” (concepto que  se usa para definir un sistema de dispositivos electrónicos interconectados a través de una red inalámbrica y que permite  compartir datos o información) dentro de las plantas eléctricas, sobre todo en sectores como la industria y el comercio,  cuyo funcionamiento depende en buena parte de aparatos vulnerables a diferentes tipos de afectaciones.

“Hace muchas décadas trabajábamos sólo con señales análogas eléctricas, como con el uso de termostatos para regular  la temperatura. Hoy en día, con la coyuntura de la industria 4.0 (también denominada cuarta revolución industrial), que  supone la utilización de inteligencias artificiales, la digitaliza- ción, la interconectividad y la captación de datos en tiempo  real, podemos tomar fotografías infrarrojas y ver cómo están  los equipos en su interior, lo cual nos permite obtener infor- mación valiosa”, explica el investigador. Por lo tanto, ya no  sólo se trata de capturar imágenes del presente, sino que también se puede llegar a predecir defectos, a fin de tomar decisiones proactivas, uno de los objetivos principales del proyecto  que encabeza.

El valor de la detección y la predicción

El ser humano ha construido una civilización contemporánea que se sustenta en sistemas  eléctricos. Para que las dinámicas de la sociedad puedan continuar desarrollándose sin  problemas hay que vigilar su correcto funcionamiento y efectuar mantenimientos periódicos. En ese escenario, una inconsistencia en  cualquier dispositivo, derivada, por ejemplo,  de una condición anormal que altera el voltaje o la corriente, es capaz de generar serias  perturbaciones a grandes escalas económicas, sociales y humanas. Un incendio causado por un defecto en los equipos de una fábrica no  sólo conlleva pérdidas materiales, sino también un riesgo para la vida de los trabajadores.

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Víctor Sicachá, estudiante de Matemáticas Aplicadas y Ciencias de la Computación, añade que su aporte al proyecto ha constituido un punto de ruptura en sus perspectivas profesionales. “Si antes no era investigador, ahora quizás tenga una puerta abierta para serlo más adelante. Este equipo me ha brindado esa posibilidad”.

Según el profesor Celeita, el mantenimiento convencional de los sistemas eléctricos supone la interrupción en cerca del 45  por ciento de las operaciones, lo cual igual- mente implica una inversión económica en  la evaluación de los equipos. Esta se ha constituido en una preocupación constante para  el sector industrial. De allí que la clasificación  y la detección de fallas por imágenes termo- gráficas sean una opción eficaz y no invasiva  como método predictivo y de prevención de defectos que pueden escalar y causar daños mayúsculos.

Cuando se habla de protección e inspección en la seguridad de los operarios, “la vida  humana es lo que prima ante una posible alteración que puede generar explosiones de  transformadores y grandes volúmenes de energía”, enfatiza Celeita. En segundo lugar está el equipo: “Si lo podemos proteger antes de que suceda una catástrofe, mucho mejor”. Por ello, identificar los defectos a partir de imágenes termográficas contribuye a evitar  la interrupción de sistemas eléctricos esenciales, como los de las viviendas, el comercio  y la infraestructura hospitalaria. “Al analizar las fotografías y explorar el interior de los dispositivos nos convertimos en una especie de médicos de los sistemas energéticos, para tomar decisiones preventivas y proactivas”, complementa.

Para Camilo Salazar Palacio, ingeniero  electrónico de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito y docente de la Es- cuela de Ciencias Exactas e Ingeniería de la  Universidad Sergio Arboleda, “un sistema de predicción y detección temprana de averías mediante el uso de imágenes termográficas, y con un nivel adecuado de entrenamiento, puede disminuir de manera sustancial los accidentes en cualquier escenario”. Destaca  que, por ejemplo, las altas temperaturas pue- den causar incidentes como cortocircuitos y  explosiones, por lo que poder identificar estas anomalías en los rangos de operación de los artefactos permite reducir la ocurrencia de posibles accidentes térmicos.

Las repercusiones de la investigación

Si bien la exploración de imágenes termográficas como método de clasificación y detección de fallas en equipos eléctricos  ha ganado espacio en diversos centros de investigación del  mundo, en Colombia este enfoque apenas ha empezado a ocupar un lugar preponderante en los laboratorios de ingeniería  de sistemas energéticos. Es por esta razón que el estudio liderado por la Universidad del Rosario ha despertado el interés de  instituciones académicas de Europa y Estados Unidos.

El proyecto fue impulsado por el Grupo de Ingeniería Electrónica de París (GeePs), de la Universidad Centrale Supélec,  y cofinanciado por la Zucker Faculty Grant del IEEE, así como  por la Escuela de Ingeniería, Ciencia y Tecnología de la Universidad del Rosario, la Sociedad de Aplicaciones de la Industria  (IAS) del IEEE y la Fundación IEEE.

Los reconocimientos para este equipo de trabajo no se han hecho esperar. En junio de 2023 recibió el Outstanding Young  Scientist Award (mejor trabajo desarrollado por científicos jóvenes), en el marco de la 11th International Conference on Smart  Grid (icSmart Grid) llevada a cabo en París.

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Las estudiantes de Matemáticas Aplicadas y Ciencias de la Computación, Ana María Garzón y Natalia Laiton, recibieron el Outstanding Young Scientist Award por su investigación en el Smart Grid 2023 de París, Francia.

“Es un hito que estudiantes de pregrado logren cierto protagonismo o visualización en reconocimientos internacionales”, resalta Celeita Rodríguez a la vez que nos comparte que  académicos y aspirantes doctorales de instituciones de ingeniería francesas se sorprendieron al saber sobre el nivel de los trabajos científicos que se están desarrollando en el Rosario. “Es muy significativo darnos cuenta de que esos intereses de la industria se pueden vincular desde muy temprano durante la  formación en los pregrados, en cursos, en semilleros y en grupos de investigación”, recalca.

Por su parte, Ana María Garzón, estudiante de Matemáticas  Aplicadas y Ciencias de la Computación de la Institución e integrante del equipo que expuso los avances de la investigación  en el congreso realizado en Francia, sostiene que “estamos  haciendo cosas de vanguardia, no sólo para Colombia y Latinoamérica, sino para el mundo. Creo que en la Universidad del  Rosario se está haciendo investigación de alto nivel. Al poder participar en la conferencia aprendí mucho de la industria”.  Además, refiere que las imágenes termográficas son relativa- mente nuevas, por lo que no es tan sencillo encontrar conjuntos de datos que muestren las fallas y la información que se re- quiere. Todo ello, en su opinión, es una gran recompensa por  el trabajo adelantado.

Mientras tanto, Víctor Sicachá, también estudiante de Ma- temáticas Aplicadas y Ciencias de la Computación, añade que  su aporte al proyecto ha constituido un punto de ruptura en sus perspectivas profesionales. “Si antes no era investigador, ahora quizás tenga una puerta abierta para serlo más adelante. Este equipo me ha brindado esa posibilidad”.

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Natalia Laiton, estudiante de Matemáticas Aplicadas y Ciencias de la Computación, también hizo parte del equipo de investigación y se aventuró a contribuir desde sus saberes con el propósito del estudio.

Perspectivas hacia el futuro

Uno de los objetivos del proyecto es extender su foco de estudio hacia sistemas energéticos en espacios abiertos, como,  por ejemplo, los paneles solares fotovoltaicos, muy en boga en la actualidad por la inminente transición  energética. Esto implica un esfuerzo en términos de exploración, pero también un de- safío económico.

Replicar el modelo de imágenes termo- gráficas del proyecto en sistemas de espacios  abiertos supone una mayor inversión en investigación y tecnología. Se necesitan drones  y cámaras térmicas, entre otras herramientas que son relativamente costosas. Hoy por hoy, comenta el profesor Celeita Rodríguez, los que más desarrollan termografía tienen suficiente infraestructura para monitorizar los equipos en espacios cerrados, pero el campo de acción está migrando hacia las áreas abiertas. “Hacia allá vamos, estamos en proceso de adquirir la  cámara térmica y así poder trabajar con equipos propios”, concluye.

En octubre del año pasado el equipo de tra- bajo fue invitado a una conferencia en Nashvi- lle (Estados Unidos) para presentar los avances  de su proyecto y socializar una nueva publica- ción que describe sus hallazgos científicos, con  lo cual los alcances del estudio continúan ex- pandiéndose. Entretanto, en el Laboratorio de  Energías Renovables de la URosario, que opera  con paneles solares y una turbina eólica ubica- dos en la cubierta del edificio, los estudiantes  siguen debatiendo y construyendo juntos el curso de su investigación.