Blog Archivo Histórico

Hablábamos en este blog, hace poco, de la polémica por el nombre de un obispo. Felipe de Vergara y Caicedo, siendo rector del Colegio Mayor (1811-12), decidió mover un cuadro que existía en el Aula de Filosofía [que debe de ser la actual Aula Máxima] a la capilla de La Bordadita.

Según consta por la partida de bautismo de la parroquia de Santiago de Veraguas, en dicha ciudad, “Cabeza de la Provincia de Veraguas”, el 26 de octubre de 1764, se bautizó una criatura de seis días de nacida con el nombre de “Hilario[1] Joseph Raphael”, hijo del capitán “Nicolás Pheliciano Laso de la Vega y de Doña Estéphana[2] Josepha de la Rosa Lombardo”.

El Archivo Histórico de la Universidad del Rosario guarda documentos referentes a sus rectores. Era corriente que, al morir, se hicieran benefactores del Claustro con alguna donación.

No es extraño hallar, en una biblioteca antigua, comentarios de lectores sobre algún punto que se desarrolle en el libro o sobre el autor. En este caso, la anotación en la guarda posterior llama la atención por la fecha: una crítica a la teología positiva, en 1871 (la obra[1] es de 1756, en latín).

Hablábamos en este blog, hace poco, de la ruina de la biblioteca del Claustro, con ocasión de la Guerra de los Mil Días. Por el informe rectoral, también supimos de la suerte de otra de las piezas del patrimonio artístico y cultural de la Universidad del Rosario: el bargueño[1].

Entre lo mejor de 2019, sin duda hay que contar la exposición Huellas de un viaje, experiencia de aprendizaje sobre conservación e intervención de una interesante colección fotográfica del Archivo Histórico. El documento que compartimos a continuación es la memoria de lo aprendido.

Hace un par de años un escudo, que venía en préstamo del Museo Nacional para nuestra exposición Rupturas y transformaciones, dio pie para una nota sobre símbolos rosaristas. La hipótesis allí presentada consistía en que dicho escudo es el mismo que aparece, en la puerta principal del Claustro, en la Ofrenda del colegial Pedro Pradilla y Silva, y que se perdió por las averías del edificio en el terremoto de 1917.

Con el sencillo título “Apuntes sobre la fonética del idioma huave”, apareció en la Revista del Rosario [n.76-77-78 jul.-ago.-sep. 1912] un artículo incompleto firmado por Manuel José Casas, “un joven, casi un niño, hijo del inspirado poeta y benemérito institutor don José Joaquín Casas, y nieto, por parte materna, del sabio Venancio González Manrique”.