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Orígenes de la Revista del Rosario, en sus 120 años

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En el cumpleaños 120 de la Revista del Rosario, damos un vistazo a los orígenes de la publicación universitaria.

El diez de febrero de 1905, se concedió licencia al rector del Rosario para “editar y vender un periódico”, dirigido por la Consiliatura y administrado por el consiliario Carlos Ucrós.

Jorge Vélez, gobernador de Cundinamarca, recordaba la obligación de insertar una vez en la Revista el Decreto legislativo n. 1 y la Ley 151 de 1888. La citada Ley se refería al deber estatal de prevenir y reprimir los abusos de la prensa[1].

El primer ejemplar salió de la Imprenta Eléctrica, en la calle décima, y constaba de 64 páginas. Los diez números del año formaron el primer volumen, con paginación continua. Al final había un índice de autores (casi medio centenar) y de materias.

El número uno tiene por fecha veintiocho de febrero de 1905. La portada está diseñada por la combinación de fuentes tipográficas en un marco rectangular, más dos elementos que desde entonces forman la imagen institucional: el escudo[2] y el lema. La cruz de Calatrava y el rosario, corrientes en los óleos coloniales, se adicionan entonces con un ramo de olivo y otro de laurel, tres estrellas y un círculo que enmarca el conjunto. El lema nova et vetera se estrena en la Revista y vendrá a constituir el lema de la Universidad.

Portada del primer número de la Revista del Rosario

Portada del primer número de la Revista del Rosario

 

Don Carlos Ucrós.

A propósito de la mención en la licencia de un consiliario como administrador de la Revista, hacemos breve memoria del señor Ucrós. Hijo del general José de Dios Ucrós y de doña Carlota Simó, nacido hacia 1844. Casado en 1881 con Belén Padilla, no dejaron descendencia[3].

En 1917, Ucrós dejó de ser prefecto de alumnos y catedrático de Religión, señalando que había servido al Colegio por espacio de veintiocho años, “con la puntualidad y el celo que siempre lo han distinguido”[4]. En el decreto de honores que le tributó el Claustro, se le reconoce su calidad de colegial honorario y haber dado a la institución los últimos cuarenta años de su vida en los empleos de catedrático, prefecto, consiliario y vicerrector. Sus funerales se hicieron en la capilla, por cuenta del tesoro del Colegio[5]. Su hermano, José E. Ucrós, había sido también vicerrector en los años 1866-68[6].

 

Don Carlos Ucrós, en el mosaico de Jurisprudencia de 1905.

Don Carlos Ucrós, en el mosaico de Jurisprudencia de 1905.

 


 

[1] Olano, H. (2013). Historia de la regeneración constitucional de 1886. Revista Ius, 13(43), 161-77. La Revista no publicó las citadas leyes, por lo menos en el primer volumen.

[2] No queremos decir que aquí se estrenó el escudo, sino que se asoció al nombre de la institución y al lema. Miguel Abadía Méndez habla aquí de la década de 1880: “(...) tuve entonces la ufanía de lucir en mi pecho, primero como convictor, condición que más adelante se cambió en la de colegial de número, el histórico escudo, matizado de blanco y negro, remedo y semblanza de la vida humana, en la cual se hallan alternadas las luces y las sombras, las alegrías y los dolores, las grandezas y miserias”. El escudo rosarista. Revista del Rosario, 33(319), 17-19.

[3] Restrepo, J. (1970). Ucrós, una familia de próceres. Revista Fuerzas Armadas, 61, 83-92.

[4] Carrasquilla, R. (1917). Informe del rector al señor ministro de Instrucción Pública. Revista del Rosario, 13(124), 202-5.

[5] Consiliatura. (1923). Actos oficiales. Acuerdo número 9 de 1923. Revista del Rosario, 18(176), 362-63.

[6] Guillén, M. (2003). Rectores y rectorías del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Bogotá: Academia Colombiana de Historia.