¿Amazonia o Amazonía? Comentario sobre un dilema cotidiano
13/08/2020 12:18:10 p. m.
Casi con el mismo título, existe una nota, en la página del Instituto Sinchi, firmada por Jairo Cala Otero. Cuenta el autor que, luego de una disertación suya en Villavicencio (es decir, in situ, pues también hablaban de la Orinoquia), surgió la discusión sobre la correcta acentuación de los nombres de regiones geográficas como Amazonia y Orinoquia, con un curioso tercero en disputa, Oceanía (que requiere comentario en apéndice). Entonces, nadie se dio por convencido y la cosa quedó pendiente. El autor, muy juicioso, acudió a la autoridad de la Real Academia Española, que él y todos podemos consultar virtualmente.
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Las formas "Ásia" y "Oceánia" van contra la norma actual,
pero testimonian la acentuación, que es lo importante aquí. Triana, 1875 |
La solución académica.
El Departamento de español al día de la citada Academia le respondió que, en el caso de “Oceanía”, no había lugar a vacilación, siendo esta la única forma usada (a menos que uno pueda probar lo contrario...). Para los casos de “Amazonia” y “Orinoquia”, lo remitían a los artículos pertinentes del Diccionario panhispánico de dudas. Allí afirman, en resumen, que la forma con diptongo (Amazo-nia) es “la más extendida en el uso general”, pero que la variante con hiato (Amazo-ní-a) se usa, precisa y paradójicamente, en la cuenca del río Amazonas. La situación respecto de “Orinoquia” es análoga.
La otra solución.
Seguro el señor Cala no quedó satisfecho con esta respuesta, limitada a constatar que hay dos posibilidades, sin más. Lo curioso es que la citada Academia sí que podía dar una solución definitiva, pero acaso no la recuerda. En su Diccionario esencial (2006), un compendio de la 22.ª edición del DRAE (2001), vienen varios apéndices, entre ellos este: Elementos compositivos, prefijos y sufijos del español. Por lo menos aquí, la cosa está muy clara:
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En esta tabla fluvial, se ve el uso constante
de "Oceánia". Triana, 1875. |
-ia, sufijo, tiene dos funciones: formar “sustantivos femeninos, generalmente abstractos, en su mayoría heredados del latín”, tipo “ignominia”. El segundo caso es el nuestro: “Aparece también en nombres de ciudades, territorios y naciones. Alcarria, Australia, Murcia, Suecia”. ¿Será por esta lista que no vieron que Amazonia pertenece al mismo grupo?
Claro que también existe -ía, sufijo, pero no sirve para nombrar territorios, sino cualidades, estados de ánimo, dignidad y nombres apelativos, etc. (hidalguía, alegría, grosería, alcaldía, librería).
Partiendo de esta doctrina, no tendría que haber vacilación en la acentuación de “Amazonia” y similares. Entonces, ¿qué pasa con “Oceanía”?
Apéndice.
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La quinta parte del mundo fue nombrada por franceses.
Los alemanes proponían "Australasia". Rienzi, 1845. |
En vista de lo dicho, habría que clasificar a “Oceanía” como una excepción, con antiguos antecedentes como “Utopia” y, para no ir más lejos, “Guainía”.
“Oceanía” nos parece una forma tan natural que nos inclinaríamos a apoyar a la Academia, cuando dice que es la única usada. No obstante, hay una prueba de lo contrario, es decir, del uso regular de “Oceania”, sin hiato, conforme a la regla que venimos comentando. La fuente es muy autorizada: José Jerónimo Triana, autor de un Atlas elemental de geografía para el uso de las escuelas y familias, como si estuviera pensando en la Academia y en nosotros, mandó imprimir, en 1875, un mapa donde pone claritico “Oceánia”, con tilde, como elemento probatorio de este Apéndice.
Un neologismo geográfico.
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Este párrafo prueba que la tilde de Triana (Oceánia) era rara,
incluso en el siglo XIX. Rienzi, 1845. |
Las exploraciones de esta parte del mundo son más bien recientes, asimismo el nombre para llamarlas. En 1804, el geógrafo Conrad Malte-Brun propuso “Terres océaniques” y “Océanique”. El bautizo definitivo es obra del cartógrafo Adrien-Hubert Brué, en una carta que publicó en 1814, cuyo título empieza por “Océanie”, refrendado por Walckenaer en su Cosmologie (1815) y adoptado finalmente por el propio Malte-Brun.
Todo esto nos sirve para sugerir un posible galicismo prosódico (de acentuación) y de origen más bien reciente. Ya vimos que Triana acentuaba “Oceánia”, en 1875. Un libro anterior probaría que esta era la costumbre original: Historia de la Oceania, ó quinta parte del mundo, por M. L. D. de Rienzi (1845), y “traducida por una sociedad literaria”. Grégoire Louis Domeny de Rienzi, su autor, fue otro de los autores que acogió el nuevo nombre para esta parte del mundo.
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