Sandra Yazo Martínez
Como buena bibliotecóloga Sandra se la pasa entre libros, archivos y fotografías. Siempre con guantes y tapabocas trabaja en su lugar favorito: el Archivo Histórico de la URosario “me encanta el proceso de conservación en el Archivo Histórico, se junta en un solo lugar mi perfil personal, mi pasión. Es mi proyecto profesional y personal, lo he combinado y he sido feliz” cuenta con una sonrisa en el rostro.
Amante del origami, las manualidades y un buen vino, Sandra ama pasar tiempo con su hija de 9 años “nombre de la chiquita”. Leen juntas, comen helado, hacen tareas y comparten momentos inolvidables. La satisfacción con la que habla Sandra da ganas de trabajar entre tanta historia, libro antiguo y fotografía a blanco y negro.
“Yo me siento muy orgullosa de ser mujer, porque esa parte femenina me ha permitido conectar con las personas y ser líder en varios procesos y mis ideas locas”. Sus 13 años en la URosario la hacen toda una experta en los procesos de conservación, investigación y divulgación de las joyas que reposan en el Archivo Histórico.
Diana Ortiz Torres
Amante del cafecito caliente, de los planes tranqui con sus amigas y de los paisajes naturales, Diana repasa con satisfacción estos 20 años por la Universidad confirmando que lo más bonito es “colaborarles a los alumnos a que conozcan de los tesoros que guarda el Archivo Histórico”.
Diana nunca se imaginó que terminaría rodeada de documentos, archivos y chismes que datan de 1.600. Tampoco se imaginó que su hijo, Santiago, terminaría estudiando Matemáticas Aplicadas y Ciencias de la Computación -MACC- en su universidad.
Este camino no habría sido posible sin su mamá, una figura que ella admira por su tenacidad, entrega y empuje, característica que comparten muchas mamás colombianas “uno hace mil cosas a la vez, es polifacética, organizada, profesional”. Admite que ella es el collage de todas las mujeres con las que se ha relacionado y que de las admira por siempre dar la milla extra.
Diana, siempre dispuesta a rebuscar entre libros y documentos cualquier inquietud histórica, nos comparte una reflexión a propósito de la coyuntura que, para ella, nos cambió la vida para siempre “Lleven la vida alegre, después del Covid que uno tiene que aprender a vivir el momento con optimismo y siempre hacer las cosas con amor”.
Cindy Caro Cárdenas
Feminista, amante de los podcasts sobre política y sexualidad, Cindy lucha con las desigualdades a través de sus prácticas cotidianas. Para ella no basta la teoría y la academia, que, por supuesto son un sustento muy importante para comprender el porqué de la desigualdad de género, para ella la gran revolución se da en nuestro trabajo, familia y pareja.
Cree y partica la sororidad, una hermandad entre mujeres que les permite percibirse como aliadas, compañeras que, a través de sus compartires y saberes, pueden intercambiar y sanar experiencias de opresión. Y lo más importante transformarlas, un camino que casi nunca se logra sola ni compitiendo una con la otra.
Cindy está convencida de la que educación sí puede cambiar el mundo, pues a ella le cambió desde esa clase de filosofía en el colegio. Como profe y oficial de cumplimiento del protocolo de violencias basadas en género y discriminación en nuestra URosario, le apuesta a “hay que enseñarles a las niñas que no tienen que valorarse y validarse a través de un niño o un tercero, primero se deben amar a sí mismas”.
Y aunque celebra que hay más feministas y personas consientes de las relaciones de desigualdad y de poder, nos recuerda sobre el origen de la conmemoración del 8 de marzo como una fecha donde se deben hablar de las inequidades en el trabajo, las brechas salariales, los oficios feminizados. Cindy deja la reflexión de por qué no se celebra, sino que se conmemora.
Lorena Garzón Monroy
Ibaguereña, amante de la música andina colombiana, el sol y de pueblear con su esposito y su amor perruno Molly, Lorena llegó a Bogotá antes de pandemia explorando nuevas oportunidades laborales, un común denominador de la fría Capital que acoge a todos.
Con tan solo 2 años en la Universidad, los aprendizajes en el área jurídica han sido infinitos “apoyamos y atendemos módulos contractuales, conceptos jurídicos, procesos disciplinarios de estudiantes y además hago parte del equipo CORA como dupla de la psicóloga”. Esta última ha sido una de las más valiosas para Lorena, pues requiere entender y comprender de fondo las violencias basadas en género y discriminación.
Como abogada, entiende que estos temas requieren de una sensibilidad y comprensión compleja, para que haya un debido proceso, un aprendizaje que ella reconoce como valioso para su vida personal, profesional y que ha profundizado a través de su especialización.
Angela María Otero Forero
Amante de la cocina y las recetas creativas con sus sobrinas, Angela recuerda con gratitud estos 16 años de servicio al área jurídica de la Universidad del Rosario. Hoy en día, como directora y líder de esta área, se siente feliz con los retos diarios que le trae esta institución “en mi equipo la mayoría son mujeres y construimos reglamentos en donde se apropie la defensa de los derechos” afirma con orgullo.
Ángela, ha encontrado en la cocina un espacio cómodo para crear, dejar fluir la creatividad y darle sentido a los ingredientes, que ella describe como “herramientas para crear y hacer volar la imaginación”, una habilidad que le sorprende a ella misma.
Además de ser abogada, pocos saben de su pasión por la astrología, que la llevó a estudiar en una escuela hindú donde se certificó internacionalmente como astróloga occidental y védica. “La astrología es mi otro yo” cuenta con una sonrisa en el rostro, dejando una inesperada reflexión a todas las mujeres “nunca dejen de sentir, porque en los en los sentimientos y las sensaciones, que tenemos sobre todo nosotras las mujeres, podemos llenar esas grietas que trae la sociedad, podemos sanarlas”.
Flora Violeta Rodríguez Rondón
Mujer trans, amante de las cacatúas, la naturaleza y las charlas profundas. Flora dedica la mayor parte de su tiempo a escuchar y apoyar a personas trans que atraviesan por alguna situación compleja. Ella lo vivió y se siente afortuna y agradecida con Diana Navarro, su madre trans, quién fue una figura fundamental en el acompañamiento y orientación en su camino de transición.
Aunque no faltan las miradas en la calle, los insultos y comentarios malintencionados, Flora se siente muy feliz de ser trans “antes de decir mi profesión digo que soy una mujer trans y eso transversaliza mi experiencia, mi lugar en el mundo [...] para mí ser una mujer trans también me ha dado una perspectiva distinta del género. Situarse desde otro lugar que te permite entender experiencias, vivencias y sentires”
Profe, antropóloga, directora de Plurales -Centro Rosarista de Diversidad, Equidad e Inclusión-, Flora se mueve entre la academia y curiosidades como el maquillaje, con el cuál ha podido explorar su feminidad y ha sido un nuevo aprendizaje con nuevas reflexiones “el maquillaje, así como la ropa, son esos espacios donde se está produciendo el género, la diferencia”.
Los ires y venires, subidas y bajadas no faltan en la cotidianidad de Flora, pero para ella lo valen si se habla de lo que han ganado en materia de derechos “el futuro será mejor. Ocupamos más espacios en la sociedad, en una Universidad como el Rosario, hay una profesora trans y esto habla justamente de los derechos que hemos ganado”. El mensaje para las personas trans y no binarias es claro “No se desanimen. No den un paso atrás. Nuestras vidas valen y siempre cuenten con otras personas trans, estamos para tejer redes y seguir adelante”.
Jenny Alejandra Cubillos
Extrovertida, con una personalidad arrolladora y una sonrisa contagiosa. Amante del ejercicio, la natación, y de todo, menos de estar en la casa descansando, Jenny es de esas personas que le encanta estar metida en todo. En sus casi 10 años en la universidad, lo que más le hace feliz son las personas, sus alumnos, y son los que le llenan el corazón día a día.
“Soy profe, soy auxiliar en el gimnasio, y entrenadora de la selección de tenis de mesa de la Universidad”. En su rostro se le nota el amor profundo a su vocación como docente “Lo que más me gusta es la posibilidad de sembrar cosas, cambiar pensamientos, mover emociones, brindarles un espacio seguro y que se desarrollen en su personalidad”.
Cuando su agitada vida social se lo permite, le dedica tiempo a aprender cosas nuevas, a crecer profesionalmente y estudiar. Jenny y su energía son inagotables, así como las reflexiones que nos deja y que comparte con gran entusiasmo “Una mujer es pasión, apasionada completamente con lo que le gusta hacer y, es esa capacidad de inspirar, de mostrar que le gusta lo que hace, lo que impregna a los demás. Eso motiva a los demás”.
Viviana Velásquez Merchán
Amante de la comida y los buenos restaurantes, el teatro y un buen vino mientras escucha música, Viviana disfruta de los planes tranqui en casita. Armar un rompecabezas 🧩 mientras escucha música en inglés o de plancha, es un plan ideal de viernes para ella, así como leer novelas históricas para aprender sobre historia a través de la literatura.
Una mujer serena, observadora y con una capacidad de escucha inigualable, Viviana apoya las estrategias de implementación del Protocolo de Salud Mental de la Decanatura de Medio Universitario. Aunque hay enormes retos, como profesional de formación integral, intenta siempre conectar con el lado más humano de las personas “lo que más me llena es crear posibilidades, permitir que otros crean y logren sus propósitos”.
En estos 10 años en la URosario, se siente profundamente afortunada de las conexiones con cientos de estudiantes, colaboradores, colegas, con quienes ha aprendido que “la reciprocidad es necesaria para que los procesos funcionen, siempre hay que trabajar en las responsabilidades de parte y parte, desde una relación amorosa hasta un proyecto laboral”.
Anyul Silva Ávila
En Casa UR la reconocen por sus deliciosas y creativas recetas, Anyul es una maga en la cocina y además lo disfruta “miro lo que tengo en la nevera y me gusta crear”. Su galería de imágenes está llena de atardeceres, esos que ella admira y extraña de su amada tierra llanera: Monterrey, Casanare.
Se crio junto con su familia en la cálida tierrita llanera, la cual tuvo que dejar a los 17 años para estudiar en la fría capital, un común denominador de los jóvenes colombianos en busca de mejores oportunidades. “Yo he ido creciendo profesionalmente desde que llegué, empecé como aprendiz del SENA y hoy en día soy asesora de servicio en CASA UR, la universidad me ha permitido ese crecimiento” cuenta con una tímida sonrisa.
Anyul inspira a todas las mujeres desde su independencia, perseverancia y disciplina, así como lo hicieron muchas mujeres en su caminar. “Una mujer segura de sí misma y capaz se viste de fuerza y dignidad” es la reflexión que comparte con todas las mujeres en este mes de conmemoración.
Kelly Johanna Lancheros
Orgullosamente rola, amante del frio y apasionada por los libros de intriga, Kelly sueña con conocer toda Colombia con el tradicional plan de “puebliar”. Su trabajo le permite relacionarse con muchas personas, lo que ella describe como una fortuna “es muy bonito ver la sonrisa de la gente como resultado de mi trabajo”.
Con tan solo 1 año y medio en nuestra Universidad, Kelly ha sido testigo del amor Rosarista que brota en los pasillos, salones, espacios de trabajo. Como coordinadora de bienestar y retención institucional es muy cercana a todas las iniciativas, actividades y experiencias para nuestros colaboradores, quienes son fundamentales en la misión como universidad.
Como muchas mujeres, coincide en que su mamá es una mujer que la ha inspirado toda su vida “Es una mujer sin límite, que ha estado al lado mío para demostrarme que los sueños que uno de planea se pueden cumplir”. Y es justamente esta inspiración la que la ha llevado a hacer todo con amor y con pasión, pues el resultado de esta combinación siempre es positivo.
Kelly ama su trabajo y sobre todo el servir a los demás pues para ella “Nacimos para servir y dejar huella en otras personas”.
Yeimy Milena Narváez Tovar
Mamá de 5 perritos y 3 gatos, aficionada a películas como Harry Potter y el Señor de los Anillos, Yeimy ama su hogar, compuesto por su esposo, sus hijos gatunos y perrunos. Hace 16 años decidió ser mamá perruna, una sensibilidad hacia los animalitos que la caracteriza y le llena profundamente el corazón.
Todos los domingos le dedica tiempo a su espiritualidad yendo a misa, a compartir tiempo con sus hijos y su esposo y ver una buena peli de vampiros, brujas o lobos. Tolimense de corazón, pues su infancia la vivió en Chaparral, Yeimy recuerda con nostalgia la época en que a su mami le tocó vivir el conflicto armado “admiro a mi mamá porque desde niña tuvo que salir de su finca por la violencia, sacó adelante 7 hijos detrás de una máquina de coser. Ella es mi ejemplo a seguir”.
Tras 12 años en la Universidad apoyando los procesos de contratación, Yeimy se motiva e inspira de todas las mujeres que la rodean “Me siento orgullosa de ser mujer colombiana porque aquí somos unas mujeres echadas pa’ delante. Berracas. No nos da flojera nada”.
Paola Reinoso Rodríguez
Aficionada al gimnasio, la alimentación saludable y el bienestar físico - emocional, Paola Reinoso es una psicóloga muy disciplinada, empoderada y llena de energía “tú llegas a cierta edad y todo el mundo, hasta el médico, que no hagas esto, aquello y yo, personalmente, siento que estoy mucho mejor que hace años”..
Este año recibió la Orden de Calatrava al Mérito Laboral por sus 5 años en la Universidad, una distinción que reconoce a los colaboradores que cumplen quinquenios al servicio de la institución. Se siente muy feliz de poder conectarse con tantas personas en su día a día, en su rol como profesional de atracción, selección y formación “Lo que más me gusta de mi trabajo es ver la felicidad de las personas, verlas crecer dentro de la Universidad”.
Paola recuerda a muchas mujeres que la inspiran, entre ellas sus mejores amigas a quienes describe como mujeres luchadoras, con intención de cambiar estereotipos y obviamente feministas. Para ella la gran lección como mujer es “hoy en día ya no vemos a las mujeres como competencia sino como aliadas, que necesitamos crecer juntas, apoyarnos. Que seamos personas que rompen estereotipos”.
Dunen Kaneybia Muelas Izquierdo
Nacida y criada en la comunidad de Yeura, en la Sierra Nevada de Santa Marta, Dunen es una mujer indígena que trasmite tranquilidad e irradia sabiduría. Su caminar transita lugares ancestrales, cuerpos sagrados y experiencias dolorosas que la han marcado espiritualmente. Su refugio son las historias de mujeres, pues para ella “conocer las dolencias de las mujeres en otros contextos es muy sanador, una se acompaña y surgen reflexiones y preguntas hacia la propia experiencia”.
Investigadora del Centro UR Intercultural, abogada Rosarista y profe de la asignatura “Mujeres Indígenas: tejiendo re-existencia”, recuerda con serenidad sus inicios en Bogotá y en la Universidad del Rosario “Mi familia es víctima del conflicto armado y estaba buscando dónde estudiar. Ingresé a jurisprudencia con las becas de grupos minoritarios para afros e indígenas, en el 2009”.
Para Dunen la Universidad tuvo un reto particular, ya que fue mamá durante su pregrado “Yo traía a mi hija a clases, me tocaba andar con ella de arriba para abajo, en las audiencias mis compañeros me la tenían, era la única mamá y era inusual. Fue duro”. Sin embargo, también ha sido una experiencia enriquecedora para ella ver y vivir el verdadero diálogo intercultural, donde se comparten saberes desde la diversidad y horizontalidad.
Su pasión y piedra angular, en este largo caminar, lo descubrió en la Escuela Intercultural de Diplomacia Indígena “es mi razón de ser, el trabajo con mujeres indígenas me ha obligado hacer una reflexión de lo que significa ser mujer, de descubrirme y nutrirme de experiencias similares”.
Próxima a dar a luz a una niña que será su tercera hija, Dunen nos recuerda que el 8 de marzo “nos juntamos todas las mujeres del mundo, que tenemos diferentes orígenes, indígenas afros, no indígenas para reflexionar, seguir apostando juntas a nuestro reconocimiento en materia de derechos para que podamos vivir libres y seguras”.
May León Wilches
Rockera, muy estilera y con una actitud arrolladora, a Mayra le encanta compartir tiempo con sus sobrinas, salir de la rutina y viajar con su novio. Para ella es vital hacer dos actividades diferentes en sus días laborales “Hacer ejercicio, montar bici, te libera un poco y es un espacio para ti misma para salir de la rutina”.
Pocos saben que, con su pequeño emprendimiento, transforma la madera que las personas que ya no usan, en muebles, canastas, casas para gaticos –que por cierto son el amor de su vida Lupita, Agatha y Susanita, las tres michis de su hogar- “Darle una segunda vida a esos elementos que las personas ya no usan y transformarlas en otro tipo de mueble, es darle otra oportunidad y aportar un granito al mundo”.
May, como buena rockera, ama personalizar su ropa con accesorios, parches, tinturas y estilos variados que la hacen sentir y verse muy única “vas a tu armario, lo miras y dices démosle otra oportunidad a esta chaqueta es también una apuesta por el desperdicio de ropa, ese consumismo que es un proceso largo y no es fácil, pero que se logra aprendiendo a valorar las cosas y darle una segunda oportunidad”.
Cero rumbera, pero amante de la buena cerveza y del café, May disfruta de su trabajo como gestora de comunicaciones porque le ha traído personas y experiencias maravillosas. “Es muy lindo empaparse de un tema, entenderlo y transformarlo para que las demás personas lo conozcan y lo valoren”. Su aprendizaje más valioso ha sido el relacionamiento con personas de distintas áreas de conocimiento, “moverse entre varios temas, pasar de la robótica a las abejas y luego a la filosofía ha sido increíble”.
Su inspiración han sido muchas mujeres, su jefe que ha sido una increíble líder, su hermana y ella misma pues para May “Cada día experimentamos un nuevo capítulo de aprendizaje a través de las pequeñas o grandes experiencias cotidianas que vivimos. Vive cada minuto como si fuera el último, aprecia las pequeñas cosas; con frecuencia, son el inicio de nuevos proyectos y aprendizajes.
Leydi Johanna Alonso Rincón
Nació en Miraflores Boyacá, creció en Yopal Casanare y hoy en día vive en la fría capital con su hijo de 14 años. Leidy extraña su tierra natal no solo por su clima, sino también por la calidez de su gente. A pesar de ello, disfruta salir a trotar para respirar un poco de naturaleza, bailar en casa y salir con amigas a disfrutar de un vinito caliente o cafecito.
Leidy ama ser mamá, pasar tiempo con su hijo Cristopher es de sus planes favoritos y se siente plena cuando viajan juntos en vacaciones, pintan porcelanas o salen a comer un helado.
En sus más de 10 años en la Universidad, ha logrado cumplir muchos sueños y metas personales “inicié como profesional de servicios generales, presenté mi hoja de vida y fui contratada como aprendiz SENA. Ascendí a supernumeraria, lo que implicaba apoyar diversos cargos, y me permitió conocer a muchas personas, especialmente mujeres que se convirtieron en ejemplos a seguir. Aprendí roles administrativos para no tener limitaciones y comprender que todo es posible.”
Actualmente, lleva 7 años desempeñándose como asesora de servicio en Casa UR “ser asesora de servicio realmente es un rol que me apasiona porque me encanta ayudar a las personas y poder conectar con ellas, lo disfruto muchísimo […] he atendido casos de abusos hacia la mujer el cual inmediatamente activo la ruta de atención, sin embargo, es realmente triste que estas situaciones aún ocurran y quisiera que ninguna mujer pasara por esto, me entristece”.
Tímida, tranquila, pero siempre sonriente, Leydi recuerda con emoción a todas las mujeres que la inspiraron e impulsaron a hacer cosas y ser la mujer que hoy en día es “Uno a veces no cree que pueda llegar dónde sueña. Han sido muchos esfuerzos personales y como mujer les digo: nunca dejen de soñar, confíen en sí mismas, que ustedes pueden lograr cualquier desafío y tienen las capacidades”.
