Revista Nova et Vetera

Un recorrido de largo aliento, como lo es el de la Universidad del Rosario, permite revisar desde diferentes lugares y momentos su rico y fructífero pasado.

Cada vez que nos animamos a mirarlo, nos sorprendemos gratamente y obtenemos hallazgos que nos enorgullecen, y adicionalmente sentimos el deber de hacer partícipes de ello a todas las personas que comparten nuestros intereses. Hoy, por medio de nuestra revista institucional, hacemos extensivos esos hallazgos a todos nuestros lectores, porque entendemos y creemos que el Colegio Mayor del Rosario es patrimonio del país y de América Latina.

Por medio de las mentalidades, ideologías, símbolos y rituales es posible encontrar claves para entender el delicado tejido social de un territorio determinado, y en particular de su cultura[1]. Así, es posible encontrar cada una de estas variables en el pasado, que nos muestra las particularidades de cada uno en el momento de la historia que estemos observando. Por esto la importancia de visitar, estudiar y analizar el pasado con relativa frecuencia. Recorrerlo va más allá de lo simplemente anecdótico y de la acumulación de datos: se trata de un encuentro lento, tranquilo y sopesado, que nos sirve para entender cómo se armaron y dieron paso, por ejemplo, las identidades regionales, esas que luego conducirán a la construcción de país que conocemos hoy. La cimentación de valores, costumbres y normas de comportamiento, entre otras muchas cosas, refleja la sociedad del momento y nos enseña las múltiples expresiones de sociabilidad de los diferentes grupos que las integran.

 

La posibilidad de materializar una parte de este tejido ayuda, a todos los interesados a comprender una parte del conjunto de la compleja vida cotidiana de un periodo, tanto en su estructura como en su forma, pues confronta los límites conceptuales de un imaginario con los límites perceptivos que la imagen, la palabra y el objeto contienen. Las mentalidades y sus cotidianidades en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario pueden ser pensadas como una parte que representa un microcosmos, pero que, a su vez, constituye una red arterial para navegar diferentes espacios que nos facilitan vincular, aproximar y articular aquello que nos pertenece como sociedad, como país. Por esta razón, cada aporte, cada hallazgo, conforma una parte del todo, lo que nos permite una observación activa que nos convierte en protagonistas de nuestro presente y en actores decididos de nuestro futuro.

Es importante capitalizar nuestra curiosidad para ver el pasado. Los delicados intersticios por los que hemos atravesado como sociedad nos enseñan lugares en los que es posible evidenciar cómo los recuerdos y la memoria están insertos y ligados a un momento particular de la historia. En este caso particular, de la nuestra, lo cual le atribuye sentido y valor, mucho más cuando logramos atravesar la delgada línea entre pasado y memoria con los complejos procesos entre ellos, lo cual nos invita a reflexionar para construir y reconstruir el tejido de lo vivido y acontecido[2]. Nos corresponde, entonces, arriesgarnos y proponer narraciones históricas que nos ayuden a la recuperación de la memoria crítica para ampliar la discusión sobre la vida de los seres humanos, en particular los que nos acompañan con su voz desde nuestro pasado. 

 

El proyecto que adelantó el Archivo Histórico de la Universidad permite que las potentes voces del lejano siglo XVII lleguen hasta nosotros, además de vivificar a cada uno de los sujetos que integran la selección. Con una animada guía, el visitante tendrá la fortuna de conocer sus historias, parte de sus vidas y algunas de sus anécdotas. Pero este ejercicio va mucho más allá: nos ayuda a conocer la cotidianidad de nuestra Universidad y de la sociedad de ese momento, y también nos ayuda a que recuperemos parte de nuestra memoria social.
Les deseamos un feliz recorrido, sobre todo con muchos hallazgos. Este es el enlace para un fascinante viaje: conócelo aquí.