Goethe y monseñor Castro Silva: la piedra de la discordia
En la lista de los rectorados más largos del Rosario coinciden dos eclesiásticos, los señores Rafael María Carrasquilla y José Vicente Castro Silva. Ambos suman 78 años consecutivos (40 y 38, respectivamente). Algo dijimos de la transición, pero ahora queremos concentrarnos en un episodio epigráfico*.
En el primer tramo de la escalera principal del Colegio, existe una placa de 90 por 53 centímetros, con la siguiente dedicatoria: “A Goethe, divino poeta”, instalada en 22 de marzo de 1932. Es decir, a menos de dos años de inaugurada la administración Castro Silva (agosto de 1930), se desataba el primer escándalo. La “memoria secular” cayó mal, al menos en la parte de la comunidad que representaba el catedrático Luis María Mora. Las acusaciones iban desde el cierre de la Facultad de Filosofía hasta la vulneración de las Constituciones, pasando por rendir tributo al “olímpico fundador del moderno paganismo alemán”. Copiamos el párrafo para que haya idea justa del tono de la discusión:
En esos términos, no extraña que Castro Silva aludiera a Mora como sujeto “cargado de rencor, de injurias y de prevenciones contra mí”, en una carta a la Academia Colombiana en que renunciaba su silla en la corporación, donde también la tenía su contradictor.
En el Fondo Castro Silva hay tres versiones francesas de Fausto, una inglesa, una italiana; Conversations avec Goethe, por Juan Pedro Eckermann; los Études sur Goethe, por Paul Stapfer; W. Goethe. Les œuvres expliquées par la vie, por Alfred Mézières; unos Pensées (Flammarion, 1936); Goethe, histoire d'un homme y The Practical Wisdom of Goethe: An Anthology, por Emil Ludwig.
La Revista del Rosario recogió el intercambio epistolar entre el rector y el ministro de Alemania (v.27 n.262-3 mar.-abr. 1932):
*Todos los datos de la polémica son de Álvaro Pablo Ortiz, Historia de la Facultad de Filosofía y Letras del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, 1930-1999. Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2007.