Las barreras para empleabilidad y brecha salarial de las personas con discapacidad subsisten en Colombia. Esa es la principal conclusión de un informe del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario y Alianza EFI, que se presentó en el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se conmemora este sábado 3 de diciembre.
El estudio “Mercado laboral de las personas en condición de discapacidad” reveló que las personas con discapacidad recibieron durante 2022 un ingreso promedio mensual de 796.870 pesos, mientras que quienes no cuentan con ningún tipo de discapacidad obtuvieron un ingreso promedio mensual de 1.159.035de pesos.
“Al evaluar el nivel de ingresos para el año 2022, se obtiene que las personas con discapacidad recibieron un ingreso promedio mensual de 796.870 pesos colombianos, cifra alarmante al tener presente que el salario mínimo mensual en Colombia para este año es de 1.000.000 de pesos; es decir, que el ingreso que recibe una persona con discapacidad equivale a un 79,6% de este”, indicó Bernardo Romero, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario.
“Por otra parte, las personas que no cuentan con ningún tipo de discapacidad obtuvieron un ingreso promedio mensual de 1.159.035 pesos colombianos. La diferencia respecto de las personas con discapacidad exactamente corresponde a 362.165 pesos”, comentó Catalina Buitrago, investigadora de este centro académico.
Las personas como seres ocupacionales usan la ocupación como medio de participación social, de integración a la productividad y de realización personal. Para el caso de las personas con discapacidad, el trabajo constituye un recurso valioso para lograr autonomía, mejorar la calidad de vida y vivenciar la dignidad consagrada en la Convención Internacional de Derechos de las personas con discapacidad de 2006.
“La definición de parte del Estado de la obligatoriedad de inclusión laboral de personas con discapacidad ha buscado principalmente el diseño de medidas para el acogimiento e implementación de ajustes razonables, que logren la equiparación de oportunidades, una remuneración justa y un trato social digno”, explicó Claudia Marcela Rozo, profesora del pregrado en Terapia Ocupacional la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.
Ingresos y nivel educativo de las personas con discapacidad
Andrés García-Suaza, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario y Alianza EFI, dijo que “existe una alta prevalencia de discapacidades múltiples, que corresponde a un 35% del total de la población en condición de discapacidad. Las discapacidades con mayor prevalencia son la discapacidad física, es decir, dificultad para para hablar y realizar movimientos, y la discapacidad visual, es decir, aquellas personas que presentan deficiencias para percibir la luz, forma, tamaño color de los objetos”.
“El nivel educativo es uno de los factores clave para la integración laboral de las personas con discapacidad. Conforme avanzan los grados en el nivel educativo de las personas con discapacidad, se evidencia que su participación es cada vez menor en comparación con las personas sin discapacidad”, explicó el investigador Alexander Sarango.
“Respecto del nivel técnico profesional y universitario, las personas con discapacidad tienen una proporción de 2,91% y 4,68%, respectivamente, en comparación de las personas sin discapacidad, que tienen una participación mucho mayor, con 5,98% para nivel técnico profesional y 11,53% en el nivel universitario”, destacó Carlos Holguín, académico que participó en el estudio.
Sobre este último tema Julieth Ríos, investigadora del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, precisó que “las personas sin discapacidad estudian más años que las personas con discapacidad. En general son 4,1 años de diferencia entre los dos grupos poblaciones. Asimismo, la brecha en el promedio de los años de escolaridad es persistente en todos los grupos de edad, aunque la mayor brecha se concentra en las personas de 15 a 28 años con 4,13 años, seguido de las personas entre 29 y 59 años con 2,94 años”.
“La estrategia de remoción de barreras a través de ajustes razonables debe incluirse en el ámbito laboral, para habilitar, a partir de la combinación de incentivos y cuotas los estímulos a la inclusión laboral en las rutas de empleabilidad con enfoque diferencial”, afirmó Iván Daniel Jaramillo Jassir, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario.
El estudio indica que entre los problemas estructurales de reducción del desempleo y la informalidad, el sistema laboral colombiano también tiene trazados entre sus mayores retos la construcción de políticas de empleo inclusivo para grupos de población que enfrentan barreras de acceso al empleo, como es el caso de las personas en condiciones de discapacidad.