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Retos, consejos y beneficios de realizar un intercambio

Vicerrectora
Entre los sueños o anhelos que tienen la mayoría de los estudiantes que ingresan a la vida universitaria, está la posibilidad de realizar un intercambio académico o cursar un programa de doble titulación.

Alejandra Barón Pachón
Dirección de Relacionamiento

Entre los sueños o anhelos que tienen la mayoría de los estudiantes que ingresan a la vida universitaria, está la posibilidad de realizar un intercambio académico o cursar un programa de doble titulación. Sin lugar a dudas, la posibilidad de vivir y estudiar temporalmente en otro lugar del mundo es enriquecedora para el crecimiento personal y profesional. Sin embargo, es una decisión que no se puede tomar a la ligera y para la cual se deben tener en cuenta varios factores, según Stéphanie Lavaux, Vicerrectora de la Universidad del Rosario.

En entrevista para Nova et Vetera, la Vicerrectora habla sobre los aspectos que debe tener en cuenta el estudiante antes de escoger el país al que se quiere ir, los retos que afronta como alumno extranjero, los beneficios de un intercambio académico y una doble titulación y cuándo o no hacerlo.

Una vez tomada la decisión de irse de intercambio, ¿qué aspectos deben tenerse en cuenta para escoger el país?

Es una mezcla de factores. En primer lugar el factor pasional. En general, se tienen regiones de apego y es algo puramente pasional que no se puede explicar. Se debe primero saber qué se prefiere; ya sea Asia, América Central, Oceanía, África, Oriente Medio, el destino que sea. Esto porque el estudiante va a vivir largo tiempo en un espacio cultural y si no tiene una primera afinidad puede volverse una tortura.

Lo segundo es la racionalidad. Uno tiene que ir a un sitio donde el entorno lingüístico sea el que se maneje. No es aconsejable ir a un país donde no manejemos el entorno lingüístico. Salvo en los casos en los cuales las universidades de acogida tengan programas en un idioma que comprendamos, y que no sea el idioma cotidiano. El idioma cotidiano se adquiere muy rápidamente, aunque lo importante es privilegiar el idioma académico. Un intercambio es corto en el tiempo, puede parecer mucho seis meses o un año, pero es muy corto para la adquisición de un idioma académicamente hablando. Es perfecto para aprender un idioma cotidiano. Cuando la persona se va de intercambio, es necesario que llegue casi que con curva de aprendizaje idiomático nulo, por lo menos en lo académico, porque se tiene que desenvolver. Hay que saber y autoevaluar su capacidad lingüística para aterrizar en un país en el que pueda manejar el idioma.

La tercera parte es escoger bien la universidad y el programa. Uno debe cerciorarse que las apuestas pedagógicas, las herramientas tecnológicas, la calidad del cuerpo profesoral, las acreditaciones generales de alta calidad, el nivel de apoyo pedagógico y administrativo esté a la altura de lo que se va a buscar. Debe haber una apuesta hacia el valor agregado. Se va a aprender de una sociedad, de una cultura, de una gastronomía, de unas costumbres, de una gente, y a hacer turismo. Pero eso es adicional a lo que se va, la parte académica es sumamente importante. Se debe saber equilibrar esa parte, ser consciente de sus fortalezas, de sus debilidades, de sus pasiones, y de las apuestas de modelos educativos en donde se va a aterrizar. Si por ejemplo, el estudiante sabe que necesita mucho seguimiento para poder rendir, tiene que ir a una universidad que le asegure que puede hablar con un profesor constantemente y que va a tener un seguimiento. Si no, no puede escoger una universidad por buena que sea, cuyo modelo pedagógico esté basado en la autonomía del estudiante.

¿A qué retos se enfrenta un estudiante cuando llega a hacer un intercambio como extranjero?

La barrera lingüística, porque es la primera vez que va a tener una inmersión total de largo plazo en otro idioma. Además hay choques culturales, códigos que no se manejan, desde saber caminar en una ciudad, cómo saber pedir las cosas, cómo insertarse en el ritmo y la dinámica de la sociedad en general. Eso es algo que no se sabe, al comienzo va a parecer curioso pero se aprende rápidamente. Por eso siempre aconsejamos que el estudiante llegue mínimo un mes antes de arrancar sus estudios formales, mientras se acostumbra a los cambios. El reto de conseguir alojamiento, de hacerse el primer círculo de amigos y profesores de la universidad, es importante crearse una primera red de apoyo. Saber cómo transportarse, cuáles son los ritmos de vida.  Irse a Europa, quiere decir levantarse a las ocho de la mañana, iniciar clase a las nueve. Alguien que se levanta a las cinco es un absoluto extraño. Entonces es otro ritmo. Y evidentemente el reto mayor es la cultura académica.

¿Cómo superar esos retos?

Lo primero que tiene que hacer el estudiante es crear su primer círculo de apoyo. Diría que eso no se improvisa, eso quiere decir que uno tiene que empezar a trabajar en eso un año antes de salir físicamente, para que la universidad le brinde apoyo frente a la cultura académica del país con el cual va a realizar el intercambio. Hay que usar los espacios que hay para esto, por ejemplo acostumbrarse al famoso método francés o la cultura de las universidades norteamericanas; cómo escribir, cómo hacer presentaciones, cómo hacer investigación, qué se está esperando de un estudiante universitario en estos ciclos de formación, y desarrollar un nivel de autonomía muy fuerte. La biblioteca o los centros de recursos de las universidades tienen que ser los nuevos mejores amigos de los estudiantes de intercambio, porque ahí van a encontrar todos los manuales metodológicos para saber desarrollarse en el mundo universitario de esos países, pero se lo tienen que tomar muy enserio, no llegan a descubrirlo, llegan ya preparados. Somos una universidad muy protectora de los estudiantes, los acompañamos con trayectorias individuales de aprendizaje, eso es único y no lo van a encontrar en ninguna otra universidad. Entonces tienen que cultivar su autonomía y formación fuertemente, si no van a estar un poco desubicados.

Una vez los estudiantes ya han vivido esa experiencia y vuelven, ¿qué beneficios y ventajas alcanzan?

En general, de la experiencia que tengo como profesora, cuando los estudiantes regresan son mucho más autónomos en su forma de aprender, son estudiantes que no hacen solamente el mínimo requerido, sino que realmente aprenden por placer, se retan mucho más fuertemente que lo mínimo exigido para pasar. Evidentemente llegan con una fortaleza en paradigmas académicos, con nuevas formas de pensar, con un enriquecimiento absoluto, cultural y lingüístico. Por ejemplo, con mis estudiantes que han pasado por un intercambio de doble titulación en Francia, cuando los vuelvo a ver no hablamos español sino francés, porque se ha vuelto casi que natural en el entorno académico manejar este idioma. Definitivamente son diferentes al volver, han descubierto a profundidad otras culturas y esto, aunque puede no impactar de inmediato en su rendimiento académico, impacta en su perfil profesional. Son mucho más competitivos, y cuando son profesionales, la mayoría se ubican por fuera. Muchos estudiantes que han pasado por intercambios o doble titulación se ubican laboralmente por fuera de Colombia.

¿Recomienda hacer un intercambio?

Sí, lo recomiendo, pero sugiero que cada estudiante piense y reflexione sobre qué es como ser humano y qué quiere para su vida. Yo sé que es retador cuando muchos no tienen ni siquiera 20 años, pero uno tiene que proyectarse, pensar en lo que quieren para sí mismos. Solamente así se puede saber de verdad si se quiere hacer un intercambio o una doble titulación. Es una oportunidad, que se vuelve absolutamente enriquecedora, siempre y cuando sea algo pensado con anticipación.

Voy a tomar ahora mi ejemplo personal, yo nunca decidí hacer intercambio ni doble titulación de estudiante. Nunca lo quise hacer porque tenía clarísimo que mi experiencia internacional la quería en el momento de ser profesional, no como estudiante. Eso es tan válido como alguien que dice que quiere pasar varios años de su vida de estudiante en el exterior. Entonces tiene que conocerse muy bien, pensar muy bien, consultarlo con su familia, aunque al final es responsabilidad individual. Creo que si es una gran opción hacer un intercambio para los que lo tienen claro en su proyecto de vida.

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