De acuerdo con Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, “este evento tiene gran significado para la institución. Presentamos un índice de competitividad que es realmente extraordinario, venimos año a año construyendo y transformando para servir al país, ese es el objetivo. Tenemos muchísimas brechas por recorrer y debemos empezar a generar nuevas ideas y nuevos proyectos estratégicos para todos los rincones de Colombia”.
Por su parte, para Ana Fernanda Maiguashca, presidenta del Consejo Privado de Competitividad, “es fundamental este ejercicio de poder llevar el Índice de Competitividad a las ciudades, y que esta discusión salga del entorno bogotano, porque no es en Bogotá donde tenemos la discusión de brechas”. Así mismo, señaló que la competitividad del país es la de sus regiones. “Tenemos la lupa puesta en sus entornos urbanos. Esta es una discusión que nos concierne a todos, pues la población colombiana está dispersa en su territorio, y como está dispersa, esta brecha que tenemos en nuestras capacidades y en la fuerza hacia el progreso, es fundamental en la historia del país”, dijo Maiguashca.
Este índice representa cuatro grandes factores. En primer lugar, encontramos las condiciones básicas habilitantes, que se componen de indicadores institucionales, infraestructura y equipamientos, adopción TIC y sostenibilidad ambiental. En segundo lugar, el capital humano, que abarca salud, educación básica y media, educación superior y formación para el trabajo. En tercer lugar está la eficiencia de los mercados, un factor clave que permite coordinar las acciones de todos los ciudadanos en las diferentes ciudades para satisfacer las necesidades de la población. Por último, se encuentra el ecosistema innovador que recoge dos pilares: la sofisticación y diversificación, y la innovación; donde tenemos la diversificación de la canasta exportable y de destinos de exportaciones, y la investigación y registros de propiedad industrial.
A partir de esta medición se observa una ampliación en las brechas de desempeño entre ciudades en los pilares que guardan una fuerte relación con la reactivación económica. Entre estos, el pilar de mercado laboral, en el que la diferencia entre el puntaje mejor y el peor de la medición aumentó a 5.1 puntos. Algo similar se presentó en los pilares de adopción TIC, salud, educación superior y formación para el trabajo, entorno para los negocios, tamaño del mercado, entre otros. Lo anterior resulta constituye señales de alerta frente hacia dónde deben dirigirse las acciones e iniciativas de los actores locales. Esto, con el fin de garantizar una recuperación total de las economías regionales y contribuir al cierre de brechas en materia de desarrollo.
En esta oportunidad, el CPC y la Universidad del Rosario reconocieron los esfuerzos de algunas ciudades que se destacaron por su desempeño en aspectos clave de la competitividad. Entre estas ciudades se encontraron: Montería y Villavicencio, por lograr los mayores avances en el ranking general; Tunja, por contar con el desempeño competitivo más destacado; y Pasto, por el mejor desempeño en educación básica y media del país.
Frente a esto, Luis Alejandro Fúneme, alcalde de Tunja, mencionó que “definitivamente tenemos que conocer nuestra realidad, medirla y poderla traducir en procesos de transformación. El sentir de la gente está cifrado entorno a las obras físicas, la única manera de estas trasciendan es entorno al reconocimiento de la realidad”. Además, señaló que “tenemos que buscar ratificar nuestra realidad, acompañarnos de la academia para poder tener certeza de la identificación de las variables y las falencias de la ciudad para poder tomar decisiones”.
Por su parte, Claudia Patricia Ochoa, gerente de la Comisión Regional de Competitividad e Innovación de Boyacá, afirmó que el sector privado es fundamental en la medida en que es el único que genera cambios realmente estructurales en el aparato productivo de un territorio, “es quien tiene el alto potencial de hacer estas reformas y contribuye al crecimiento económico y social de un territorio, si no hay una inversión privada no se generan cambios productivos”. Asimismo, aclaró que es “importante hacer algunas renuncias a cumplir objetivos personales y particulares y empezar a trabajar en lo colectivo, ese es el reto que tenemos las comisiones regionales”.
Finalmente, Nélida Cárdenas, investigadora de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, señaló que las universidades son las llamadas a ir a los territorios y acompañar las iniciativas. “Tenemos que establecer objetivos comunes para las comunidades, la innovación va mucho más allá, está vista como todo lo que hacemos par ese mejoramiento de la calidad, de la educación y los procesos que se hacen en las entidades públicas”, mencionó.
