Con el proyecto Ruta País Sostenible, a través de once (11) salidas de campo, hemos acercado a 266 Rosaristas a la realidad de los territorios que conforman el Sistema Nacional de Áreas Protegidas en distintas regiones del país, los cuales han abarcado seis biomas terrestres y tres acuáticos. El 94% (251) de los participantes visitaba por primera vez en su vida el destino elegido y el 21% (57) han sido estudiantes, profesores o visitantes internacionales. Han sido diversos grupos etarios (jóvenes, adultos y adultos mayores), logrando una altísima representatividad de la comunidad universitaria con un promedio de edad de 31 años.
Este proyecto ha permitido la inversión social directa de cerca de $130.000.000 que se han destinado a servicios de alimentación, hospedaje e interpretación ambiental con comunidades de base, movilizando las dinámicas económicas locales de las áreas protegidas visitadas. Adicionalmente, ha aportado $5.800.000 a la beca Sueño Ser Sostenible y siete (7) estudiantes han homologado un crédito académico electivo a través de esta innovadora estrategia de aprendizaje experiencial.
Día 1 - Llegada a Leticia y a la comunidad de Mocagua
Al llegar al aeropuerto Alfonso Vásquez Cobo de Leticia, fuimos recibidos por Monica, guía y anfitriona local perteneciente a la comunidad Tikuna. Posteriormente, nos dirigimos a la plaza de mercado, donde pudimos observar de primera mano la comercialización de productos provenientes de la selva húmeda tropical y del abundante río Amazonas: frutos como el copozazú, camu camu, azaí, arazá, carambola, entre otras. Pescados como el prirarucú, bagre, el arapaima, gamitana, sábalo y moluscos como el mojojoy son ofrecidos a residentes y visitantes en una región donde el turismo de naturaleza y de bienestar cada vez se posiciona con mayor impacto positivo para las economías locales.
Luego, nos dirigimos al puerto de Leticia, donde nos esperaba una lancha rápida para emprender nuestro primer recorrido de casi dos horas por el río Amazonas hasta la comunidad de Mocagua.
Al llegar, fuimos recibidos por nuestros anfitriones locales, Maria y Manuel, quienes desde el primer momento nos mostraron la hospitalidad amazónica y nos contaron la historia de lo que surgió hace poco más de 6 años como un emprendimiento. “La Ceiba”, hoy es un lugar excepcional y referente para el turismo comunitario que beneficia a más de 25 personas con ingresos directos e indirectos, derivados de la actividad ecoturística. En Mocagua habitan cinco grupos de comunidades indígenas: Ticuna, Huítoto, Yagua, Cocama y Ocaína, quienes tienen su propio sistema de gobernanza comunitaria en donde prima el bienestar colectivo. El resguardo se declaró formalmente en 1983 con 4025 hectáreas, en diciembre de 2023 se aprobó la ampliación a casi 50.000 hectáreas por su buen manejo en términos de conservación.
Estas comunidades han crecido con las historias de los mayores, quienes han narrado como las “bonanzas” históricas como el caucho, la quina, la minería, la madera, el narcotráfico, el petróleo solo trajo despojo, esclavitud, violencia, desarraigo, muerte y perdida de su lengua y cultura de manera forzada. Por más de un siglo y medio, hasta casi la década de 1970, los indígenas amazónicos fueron esclavizados por los caucheros, quienes los perseguían como animales para obligarlos a trabajar en la producción de este material, mientras llenaban los bolsillos de grandes capitales europeas y peruanas.
Por consiguiente, tienen claro que el turismo masivo es nocivo para la sostenibilidad tanto de los ecosistemas como del tejido social derivado de las prácticas actuales, en donde la maximización de utilidades no es la premisa, sino la distribución equitativa de trabajo e ingresos, y las horas de ocio, tiempo libre y espirituales son tan importantes como las laborales. Precisamente, en ese balance han encontrado la confianza y la legitimidad requerida para el desarrollo de su potencial en diversas disciplinas: gastronomía, jardinería, oficios varios, construcción, ebanistería, artesanía e interpretación ambiental y cultural del territorio, entre muchos otros.
Después de un almuerzo típico amazónico, nos dirigimos hacia la primera caminata en la isla Mocagua, donde en medio de un aguacero observamos especies silvestres, árboles de gran porte, monos, ranas, aves, entre otros; además tuvimos la primera experiencia inmersiva en la selva amazónica que en épocas de invierno en el siglo XX fue completamente cubierta por el río amazonas a unos 3 o 4 metros por encima del nivel del suelo actual.
En horas de la noche, realizamos una caminata nocturna para observación de flora y fauna y evidenciar las dinámicas eco sistémicas que se presentan en la exuberancia selvática.
Día 2 – Amazonía Peruana – Vista alegre y proyecto Musmuki
Iniciamos el día con un recorrido de hora y media en lancha hasta la región peruana, en medio de la navegación pudimos observar los primeros delfines grises y rosados, un espectáculo natural inmejorable como antesala a las singularidades que estábamos a punto de recorrer y disfrutar.
Magno y Miller, nuestros guías locales de la comunidad de San Antonio nos recibieron y nos guiaron en una caminata de 2 horas hasta el árbol que considera sagrado la comunidad, una imponente Ceiba de 451 años, refugio de innumerables especies de aves, mamíferos e insectos, sus raíces onduladas, gran altura y ramas maravillan a los visitantes. También pudimos observar osos perezosos y una capibara muy amigable.
Luego de un almuerzo típico emprendimos la segunda caminata hacia el sendero que permite observar una de las especies más emblemáticas de la región, la Victoria Regia, la cual crece en medio de aguas estancada, en medio del barro. Es un nenúfar (grupo conformado por plantas acuáticas) con hojas muy grandes de más de 2 metros de diámetro, que soportan un poco más de 7 kilos encima. Es una planta que nace debajo del agua y surge por encima en el momento que se abre el botón de la flor. La superficie de la hoja es completamente lisa, mientras que por debajo está llena de puyas.
En la navegación de regreso tuvimos la oportunidad de vislumbrar un atardecer amazónico inigualable, en medio de un solsticio de verano (21 de junio), el sol y la luna alineados exactamente a 180° para nuestro asombro y disfrute.
Día 3 – Puerto Nariño y Lago Tarapoto
Navegamos nuevamente por el río Amazonas hasta Puerto Nariño, donde realizamos un recorrido a pie por el primer municipio del país categorizado como un destino completamente sostenible, sin vehículos motorizados y con un ambiente tranquilo.
Primero, visitamos la Fundación Natütama, donde la investigación, la pedagogía y la difusión van de la mano para comprender cómo es este mundo bajo el agua en este inmenso universo de diversidad, cultura, memoria y vegetación selvática. Karina, nuestra anfitriona, nos cuenta el origen de la fundación fue en el año 2002 como una estrategia de monitoreo a especies que están en peligro de extinción por la caza desmedida en el lugar y surgió paralelamente la iniciativa de un trabajo en educación ambiental y recuperación de memoria de las historias de los abuelos y abuelas. Así nace la idea del grupo SELVANDO, que tenía por objetivo empezar a recuperar estas historias y trabajar con niños, niñas y jóvenes habitantes de las diferentes comunidades indígenas del Resguardo Ticuna, Cocama y Yagua.
Hicimos un recorrido en dos malokas, en la primera encontramos una representación del mundo bajo el agua que es la traducción de la palabra NATÜTAMA en tikuna. Allí varias tallas en madera hacen las veces de los animales que podríamos encontrarnos en este mundo acuático. Karina nos explicó cómo se hizo el trabajo de recuperación de memoria para construir este escenario museológico. La segunda maloka es la representación de la playa de noche en época de verano, es decir, cuando las aguas del río están bajas, los pescadores con el manto de un cielo completamente iluminado y estrellado, aprovechan la abundancia de pescado propia de esta época del año.
El trabajo de investigación, educación, recuperación de la memoria y apropiación del conocimiento hecho por la Fundación Natütama es sumamente valioso, pues han logrado, no solamente tener un trabajo de educación sostenible y permanente con niños y jóvenes de las comunidades del Río, sino que nos han permitido a visitantes extranjeros y nacionales, acercarnos un poco al maravilloso mundo del Amazonas.
En la tarde nos dirigimos en lancha hacia el Lago Torapoto, donde tuvimos la oportunidad de nadar en el río más caudaloso del mundo, pese a sus aguas frías la experiencia de conectar con el eje del ecosistema fue increíble.
Día 4 – Navegación por el PNN Amacayacú, Fundación Maikuchiga y Tabatinga
En la madrugada, salimos a navegar 4 km en medio del Parque Nacional Natural Amacayacú, que significa “Ríos de las Hamacas” en su lengua aborigen Quechua, Carlos, nuestro guía local mientras navegaba, nos contaba la clasificación social de los ticunas y la historia de los clanes, los cuales se representan por especies terrestres y aéreas: tigre, cascabel, garza, entre otras. Cada clan tiene un rol a desempeñar dependiendo sus facultades y características y da una posición en el entramado social a partir del animal que los identifica emblema de su clan, ya que integrantes del mismo clan no pueden llevar a cabo algunas tareas como cazar, pescar o incluso casarse.
Una vez finalizamos esta actividad nos dirigimos a la reserva y posteriormente emprendimos una caminata hacia la Fundación Maikuchiga, que significa “Historia de Micos”. Allí, nos explicaron cómo funciona este Centro de rescate y rehabilitación de fauna silvestre víctima del tráfico ilegal y educación ambiental desde el año 2006, fundado por una turista bióloga que visitó el lugar, Sarah Bennet en compañía de Jhon Vasquez (actual director), oriundo de la región. Este lugar protege a los primates y garantiza su retorno a la vida silvestre una vez se han recuperado de sus heridas. Las personas que trabajan en la fundación nos contaban que más de 90 primates han sido rescatados y protegidos en el resguardo indígena Ticuna en donde participan 35 intérpretes locales y 6 miembros del resguardo.
En esta experiencia inmersiva, el Amazonas nos cautivó con su incomparable encanto y misticismo. Nuevamente pudimos comprobar las ventajas del aprendizaje experiencial para la asimilación del concepto integral de sostenibilidad. La interacción directa con uno de los resguardos indígenas referentes en conservación para el país, representó un aprendizaje muy valioso para los Rosaristas que tuvimos el privilegio de participar en esta inolvidable salida de campo.
Continuaremos fortaleciendo la apropiación social del conocimiento en más regiones de Colombia, en alianza con OUTLANDERS, operador turístico de la salida de campo, empresa fundada por un egresado rosarista de la Escuela de Administración, que actualmente promueve el turismo de naturaleza en todas las regiones del país.
***Si quieres obtener mayor información sobre próximas salidas de #RutaPaísSostenible, puedes contactarte con Andrea Díaz, coordinadora de Sostenibilidad al correo: sostenibilidadur@urosario.edu.co.
