Mamíferos silvestres en Isla Barro Colorado responden ante la baja presencia de humanos durante cuarentenas causadas por COVID
En un mundo dominado por humanos, la interacción con animales es inevitable. Conocer a detalle cómo los animales se adaptan a entornos con presencia humana es importante, por ejemplo, por temas de conservación. Estudios previos sugieren que los humanos afectan negativa y positivamente a la vida silvestre, pero los resultados están limitados en conocer a detalle los mecanismos que inducen estos efectos.
Sin embargo, la limitada movilidad de humanos en respuesta a la pandemia causada por COVID-19 permite un experimento cuasi-natural en el 2020. El acceso limitado a áreas protegidas en diferentes partes del mundo, como en Isla Barro Colorado, permite evaluar si las actividades humanas influyen en la ecología y comportamiento de los animales, mediante el uso de cámaras trampas que nos permitieron evaluar patrones de uso de hábitat, de actividad, así como perfil de comportamiento e interacciones entre depredador (Leopardus pardalis) y presa (Dasyprocta punctata).
Conferecista
Claudio Monteza Moreno
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Claudio Monteza Moreno
Candidato a doctor, Instituto Max Planck de Comportamiento Animal
Biólogo panameño, inició como voluntario en el censo de monos aulladores del 2010 en Isla Barro Colorado. Actualmente cuenta con una Maestría de Comportamiento Animal de la Universidad de California-Davis y es candidato doctoral en el Instituto Max Planck de Comportamiento Animal, en Alemania.
Ha realizado investigación por más de 10 años en Isla Barro Colorado, y por 7 años en el Parque Nacional Coiba, sobre monitoreo, ecología y comportamiento de mamíferos. Y hoy día, se enfoca en estudiar cómo los mamíferos se adaptan a entornos modificados por humanos en paisajes modificados del área central de Panamá.