La Biblia griega de Camilo Torres: Donaciones al Archivo Histórico
Museo Histórico
Museo Histórico
En la biblioteca de un prócer también había espacio para una buena Biblia, en griego y latín.
Cuando el bicentenario de la muerte de Camilo Torres, en 2016, exhibimos una Biblia griega que, en la propia portada, traía el sello de propiedad con la leyenda “D. D. Joseph Camilo de Torres”. Entonces, nada sabíamos de la llegada de este libro al Archivo Histórico ni de Torres y su conocimiento del griego antiguo. Hoy presentamos datos de las dos incógnitas.
Comencemos por la donación, registrada en un artículo de la Revista del Rosario[1]. La historia es así: Cecilio Cárdenas, nieto del prócer, regaló a monseñor Cortés el primer tomó, que tenía como recuerdo familiar; años después, Pedro Pablo Calvo regaló el segundo, que había adquirido en una librería de segunda. Uno y otro, pues, llegaron a manos de monseñor Carlos Cortés Lee, quien los donó a la Biblioteca del Colegio del Rosario, en 1922. La conclusión, entonces, es natural: “(...) aquel grande hombre que se llamó Camilo Torres conocía como propia la lengua griega y que estudiaba sin cesar la Sagrada Escritura, valiéndose no sólo de la Vulgata latina o de traducciones al castellano, sino del propio texto de los Setenta”.
Portada del tomo primero de la Biblia de Camilo Torres
La versación de Torres en lenguas clásicas está documentada. Cuando estudiaba en el Colegio-Seminario de Popayán, en 1785, defendió conclusiones de Filosofía, en latín, bajo la dirección del catedrático Félix de Restrepo. Diciente es la impresión que de él tuvo Alejandro de Humboldt, en una carta personal: “Sobresaliente en el conocimiento y versación de su idioma, del griego, del latín, francés e italiano y bien pronto lo será también en el inglés y alemán, que estudia ahora con tesón, no tan sólo para apagar su insaciable sed de ciencia, sino para satisfacer el anhelo de leer los autores clásicos en sus respectivos idiomas”. A propósito del griego, consta que en este idioma lo inició el Dr. Grijalba, rector del Seminario de Popayán[2].
Gutiérrez y Torres, vocales secretarios de la Suprema Junta, cierran su exposición[3] homologando las causas de los males de Europa con los de la antigua Roma, citando a Horacio:
(...) Unde manus iuventus / metu deorum continuit? [¿Dónde la juventud contuvo sus manos por miedo de los dioses?] I-35.
Delicta maiorum immeritus lues, / Romane, donec templa refeceris / aedesque labentis deorum et / foeda nigro simulacra fumo. / Dis te minorem quod geris, imperas: / hinc omne principium, huc refer exitum. / Di multa neglecti dederunt / Hesperiae mala luctuosae. [Las faltas de los mayores son una calamidad inmerecida, Romano, hasta que repares los templos, los santuarios derruidos de los dioses y sus estatuas, mancilladas por negro humo. Gobiernas porque te consideras inferior a los dioses: reconócelos por principio y término de todo. Descuidados, los dioses causaron muchos males a la dolorida Hesperia] III-6.
La Biblia de Camilo Torres
Hē palaia diathēkē kata tous Hebdomēkonta. Vetus Testamentum ex versione Septuaginta interpretum [E05N018]. Se trata de una edición holandesa, cuyo pie de imprenta pone Trajecti ad Rhenum. Traiectum era el nombre latino de una fortaleza en la frontera germana (Limes Germanicus), al pie del Rin (Rhenus): un sitio para cruzarlo (traiectus: paso). Traiectum hoy se llama Utrecht. Los impresores también se expresan en latín: apud Guilielmum vande Water et Jacobum van Poolsum, 1725. Willem van de Water y Jacob van Poolsum, el primero activo desde fines del siglo XVII y que tiene en esta Biblia uno de sus últimos trabajos. Poolsum, en cambio, registra una Pharmacopoea ultrajectina nova, en 1749.
El prefacio y trabajo crítico estuvo a cargo de David Millius. Del orientalista David Mill (1692-1756) existe un retrato en el Museo Central de Utrecht. La edición consta de dos volúmenes, de 16 x 11 cm. Encuadernación rígida en cartón forrado en cuero, lomo con nervaduras sobre costuras, decoraciones en dorado. Guardas. Portada impresa en dos tintas, con un sello de tinta “D. D. Joseph Camilo de Torres”. Texto impreso en dos columnas en caracteres griegos, latinos y hebreos.
Septuaginta, denominación latina de la Biblia de los Setenta, es una traducción del Pentateuco o Torah, del hebreo al griego, hacia el 280 a. C., durante el reinado de Tolomeo II Filadelfo; el resto del Antiguo Testamento se completaría ya en el siglo II a. C.[4].
Referencias bibliográficas
[1] Redacción. (1922). Una reliquia de D. Camilo Torres. Revista del Rosario, 17(169), 569-71. Disponible en nuestro repositorio.
[2] Anima belluarum est substantia in partes integrales divissibilis. Belluarum anima non est substantia spiritualis. Cognoscere non possunt belluae nisi earum anima sit substantia spiritualis. Belluis nulla inest cognitio qua in suis agendis motibus dirigantur. Deff. in hoc Regio Seminario S. Francisci Asisinatis a D. Camillo de Torres, auspicante D. D. Felice de Restrepo, Phylosophiae moderatore, die 22 Ianuarii, anno Domini 1785 [El alma de las bestias es sustancia divisible en partes integrales. El alma de las bestias no es sustancia espiritual. Las bestias no pueden conocer, a menos que su alma sea sustancia espiritual. Las bestias no poseen una cognición por la que se gobiernen en sus movimientos. Defendido en este regio Seminario de San Francisco de Asís por don Camilo de Torres, con el auspicio del señor doctor Félix de Restrepo, catedrático de Filosofía, el día 22 de enero de 1785]. Cf. Rivas, J. (1993). El latín en Colombia. Bosquejo histórico del humanismo colombiano. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo.
[3] Motivos que han obligado al Nuevo Reyno de Granada á reasumir los derechos de Soberania, remover las autoridades del antiguo Gobierno, é instalar una Suprema Junta baxo la sola dominacion, y en nombre de nuestro Soberano Fernando VII. En línea.
[4] Gentry, P. (2006). The Septuagint and the Text of the Old Testament. Bulletin for Biblical Research, 16(2), 193-218.