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LAURA GARCÍA

Decanatura del Medio Universitario

Me encanta ser profesora, lo veo como un lujo, porque así lo quise y decidí.

¿Quién es Laura García?

Soy historiadora y periodista egresada de la Universidad del Rosario y cursé una maestría en Educación en la Universidad de los Andes. Soy profesora hace nueve años aproximadamente. Me encanta ser profesora, lo veo como un lujo, porque así lo quise y decidí. Soy la madre humana de Lupe, mi perrita, y soy la tía de Susana, Sabrina y Olivia.

Me gusta mucho leer y no veo televisión, también me gusta hacer mucho deporte porque siento que me sirve para sacar esas malas vibras que a veces uno siente.
 
Durante mis clases uso varias herramientas digitales de diseño, edición de video, edición de fotografía o para la creación de infografías.

Me divierto mucho investigándolas y son parte súper importante dentro de mis clases porque además me gusta usarlas.


Siento que mi amor por el Rosario realmente se consolidó y se hizo grande siendo profesora.


Diana Amador

¿Qué significa para usted ser docente en la universidad del Rosario?

 

Cuando uno es estudiante nunca es tan consiente de todo lo que la Universidad le brinda, suele ser muy crítico y no se da cuenta de la cantidad de cosas que la institución le pone a disposición; por ejemplo, los espacios de estudio. Cuando pasé a ser profesora, particularmente haciendo parte de la Decanatura del Medio Universitario, me pude dar cuenta de qué espera la Universidad de los estudiantes y lo que ofrece.
 
Siento que mi amor por el Rosario realmente se consolidó y se hizo grande siendo profesora. Tal vez no lo sentí así cuando fui estudiante, pero ahora veo que nos preocupamos por conocer al estudiante, quién es y qué podemos hacer para que se sienta bien. Las clases no son tramites sencillos que al final otorgan una calificación, siempre está presente ese elemento de estar primero por los estudiantes.

¿Cuáles son los logros que considera relevantes en su vida académica, en particular en su práctica docente?

 

Haber hecho la primera publicación indexada para mí fue increíble, porque cuando empecé a hacer investigación sola lo veía como algo lejano, pero cuando lo logré, no podía creerlo. Mientras cumplía con mis responsabilidades en las clases que estaba dando, debía cumplir y llevar a cabo mi proceso de investigación, después ver todo ese esfuerzo reflejado allí, me hizo inmensamente feliz.
 
Por otro lado, tener a cargo la asignatura de Cátedra Rosarista es un verdadero orgullo. Siento que ha llegado a un momento de madurez en el que ya comprendimos qué queremos dar a los estudiantes, es como si fuera un hijo para mí. Llevo ocho años en este proceso y hoy me siento perfectamente cómoda con la propuesta que le doy a mis estudiantes dentro de la asignatura.

Adicionalmente, el grupo de profesores es magnífico y lo estamos haciendo con todo el amor del mundo, estamos logrando que los estudiantes se conecten con la Universidad, muestra de ello es lo que nos escriben en la bitácora de aprendizaje porque sienten que están haciendo parte de la construcción histórica de la Universidad del Rosario.
 
Finalmente, haber participado en el Premio a la Excelencia en Docencia en el que llegué a la semifinal, me permitió ser testigo del montón de elementos y propuestas que a diario los profesores rosaristas construimos por y para los estudiantes. A partir de eso creé un blog en el que disfruto escribir del significado de ser profesora.

¿Cuáles aspectos han marcado su trayectoria como profesora en la UR?

Durante el proceso del premio me preguntaban sobre la trayectoria y siempre pensé que comparada con el resto de profesores, no llevo nada; soy muy pequeña, en términos de docencia, todavía me falta un montón por construir.
 
Cuando era estudiante y luego pasé a ser profesora me di cuenta que me gusta enseñar; por ejemplo, en mi época de monitora me gustaba ayudar a solucionar las dudas que tenían mis compañeros, pero creo haber tenido la posibilidad de ser docente en la Universidad, me permitió conocer la verdadera pasión que siento por la docencia, lo que me ayudó a tomar la decisión de hacer la maestría en educación.

Mi investigación se centra en historia y quiero seguir haciéndola en ese tema, pero he descubierto que los procesos pedagógicos son una maravilla, gracias a ello he podido presentar maravillosos trabajos de lo que hacíamos dentro de Cátedra Rosarista.
 
Ser profesora en el Rosario me ha permitido descubrir algunos elementos de la docencia y de la pedagogía que no hubiera podido descubrir en otro contexto. Considero realmente valioso investigar sobre los procesos pedagógicos, lo que ha sido muy chévere. 

Incluso volqué mi investigación a cómo se enseña a comer y allí logré mezclar dos pasiones: la enseñanza y la historia en torno a los procesos alimentarios.

¿Cómo ha sido su experiencia como profesora en la Universidad del Rosario?

Soy profesora desde que tenía 27 años, para mí es mucho tiempo y todavía sucede que en los pasillos de la Universidad el personal de vigilancia y otras personas me ven sentada en lo que se llama la catedra o el escritorio del profe y me preguntan dónde está la profesora (risas). Al principio fue así y todavía pasa, creo que se debe a que uso zapatos deportivos y tengo maleta de estudiante, eso al principio para mí fue muy duro porque cuando empecé a ser profesora sentía muchos nervios y algo de miedo, era supremamente insegura y sumado a eso, no tenía cara de profesora.

La gente no imagina que soy docente y eso al principio fue difícil. A veces me aprovecho de eso y me hago pasar por un estudiante un rato, hasta que les digo que soy la profesora, eso en la presencialidad. En la actualidad, en el contexto de la virtualidad, para mí no ha sido difícil, a mí me ha encantado, lo he disfrutado completamente porque he desarrollado contextos y ambientes muy chéveres con los estudiantes.
 
El semestre pasado tuve muchos estudiantes, aproximadamente 120, y sentía miedo de que no le pudiera prestar la atención que merecían, pero fue una experiencia muy chévere; los sentí muy cerca. Hoy en día la Cátedra Rosarista nos permite conocer de cerca a los estudiantes y eso me ha dejado varios mensajes de agradecimiento y eso para mí es muy gratificante.
 
Me di cuenta que el ejercicio que estaba haciendo desde la virtualidad no nos separó, que estar conectados por medio del computador no nos hizo estar lejos.  El año pasado tuve la oportunidad de conocer a algunos estudiantes de primer semestre y me pareció muy chévere la conexión; adicionalmente, desarrollamos algunas actividades usando memes, que son una forma de expresión de los jóvenes y para los estudiantes fluyó de forma natural; para mí la virtualidad no ha sido un reto, para mí ha sido un disfrute total.


Ser profesora en el Rosario me ha permitido descubrir algunos elementos de la docencia y de la pedagogía que no hubiera podido descubrir en otro contexto.


Diana Amador

¿Cuál es su aporte a la Universidad y a los estudiantes?

 

Mi principal aporte es hacer que los estudiantes entiendan que cualquier aprendizaje es valioso, independientemente de donde provenga; un compañero, un profesor o una página de internet. Por ejemplo, conocer algunos elementos de historia que por ahora no tienen sentido dentro de su disciplina, es algo que ya quedó dentro de sus conocimientos, esa es una ganancia.
 
Soy más profesora que investigadora. Hago investigación con cariño y aunque me cuesta mucho más que la docencia la disfruto. Hay una cosa muy bonita del Rosario y es que no hay objetivos de aprendizaje, existen los resultados de aprendizaje. Eso para mí es muy bueno porque es lo que busco dentro de mi investigación, entonces estoy logrando en mis clases que mis estudiantes lleguen a ese punto de los resultados esperados de aprendizaje.

¿Qué la inspira a enseñar?

 

En mis clases construimos el aprendizaje entre todos, pero cuando me siento a diseñar la actividad disfruto mucho ese momento porque nos imagino divirtiéndonos y aprendiendo en clase. Todo ese proceso de construcción y aprendizaje es lo que me motiva, no sé cómo expresarlo claramente, pero siento que pensar en que van a disfrutarlo me hace muy feliz.

laura.garciam@urosario.edu.co
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Diana Amador