Lina Echeverri
Directora de Marketing de la Universidad del Rosario
¿Quién es Lina Echeverri?
Yo soy mamá. Soy economista empresarial de la Universidad Autónoma de Manizales y tengo otro pregrado en Desarrollo Familiar, no lo ejercí, pero lo terminé en la Universidad de Caldas. Luego hice una maestría en Administración con el Tecnológico de Monterrey, tiempo después hice el doctorado en Integración y Desarrollo Económico y Territorial con la Universidad de León en España.
Estoy casada hace 15 años y me vine a vivir a Bogotá. Soy de Manizales; manizaleña completamente, extrañando mucho a mi ciudad. Vine buscando, diría yo, “el sueño bogotano”, y me encantó. Esta es una ciudad con una proyección enorme y que apalanca mucho a la región, aunque uno siempre subestima el crecimiento en las regiones y ahora el crecimiento está mudándose allí.
Empecé siendo profesora de Microeconomía, no me gustaba el marketing. No le creía al marketing, me llegó por accidente. En ese momento era profesora y consultora, empecé con mi carrera profesional en la Universidad Autónoma de Manizales, de la cual soy egresada, estuve vinculada por cinco años.
También fui profesora de economía de la empresa y de pensamiento administrativo, nada relacionado con el marketing. En algún momento tuve una jefa, una decana, que me obligó a encargarme de un grupo de marketing; entonces, algo contrariada empecé a descubrir ese grupo y me llamó la atención cómo los estudiantes eran atraídos por esta disciplina. En mis inicios como docente encontré que microeconomía no era la más atractiva, pero yo la enseñaba y la disfrutaba mucho, y en simultáneo observaba como crecía el volumen de estudiantes interesados por marketing y eso propició un descubrimiento enorme, ¿qué era lo que les atraía a los estudiantes? ¿cuál era el detonante que les llevaba al aula?
Cuando de un momento a otro se llenó el salón y todos querían tomar marketing. Me senté a estudiar, empecé a indagar; a ver por qué el gusto de los estudiantes y me cautivó completamente. Comprendí la razón que motivaba a los estudiantes y entendí por qué era la más atractiva.
He sido docente de fundamentos de marketing, sistemas de información en marketing, investigación de mercados, estrategias de mercadeo y plan de marketing; he liderado la formación de toda la línea de conocimiento del marketing. Actualmente soy profesora investigadora asociada y desde hace un año y cinco meses estoy en la Dirección de Marketing.
Pasé de ser profesora de microeconomía a marketing en aproximadamente dos años, en esto ya llevo 20 años, desde ahí no volví a desligarme, siempre he sido profesora y mientras avanzaba en la Universidad, pasé a ser líder de la línea de investigación en marketing; fui coordinadora del pregrado de Economía Empresarial, después llegué a Bogotá.
En el año 2005 ingresé a trabajar en el Colegio Superior de Estudios Superiores en Administración (CESA). Fui profesora e investigadora de marketing y secretaria general, cargo que desempeñé durante tres años; luego en simultáneo, era directora de los posgrados de marketing. Dirigía la especialización en mercadeo estratégico y creé la maestría en Dirección de Marketing.
Siempre me ha interesado lo relacionado con las estrategias pedagógicas y cómo cautivar al estudiante y motivarlo en el aula, me preocupaba particularmente porque los estudiantes se distraían, y en ese momento no había tanto uso de los celulares. Tenía un desafío como profesora, ¿cómo atraer y mantener la atención del estudiante?, no quería hacerlo con amenazas. Tomé varios cursos y capacitaciones para aprender mejores prácticas en términos de pedagogía, revisé además los casos exitosos; ¿cuáles eran los mejores profesores?, ¿por qué los valoraban?
Llegué a la Universidad del Rosario en el año 2015. Empecé con el proyecto del Rosario GSB, esa fue una tarea en conjunto a Alejandro Cheyne, en ese momento era decano de la Escuela de Administración. Creamos en colaboración con dos profesores de la Escuela tres nuevas maestrías, luego fui profesora e investigadora; y mi último proyecto académico fue la creación del pregrado en Marketing y Negocios Digitales.
Existe un profundo vínculo que me conecta con la Universidad del Rosario y es el humanismo, considero que es algo fundamental.
¿Qué significa para ti ser profesora de la Universidad del Rosario?
Existe un profundo vínculo que me conecta con la Universidad del Rosario y es el humanismo, considero que es algo fundamental. No perder la esencia de transformar a los estudiantes y ayudarles en su proyecto de vida. Considero que nuestra principal responsabilidad como docente es convertir a los malos estudiantes en buenos y a los buenos en superiores.
Para mi ser profesora en el Rosario es una invitación a conectarnos con nosotros mismos, pensar en cómo podemos ayudar a estos jóvenes a descubrir su proyecto de vida, cómo podemos promover a los mejores graduados.
Para mí la figura del rol del docente marca un camino importante para los estudiantes, cuando un estudiante valora lo que está aprendiendo, cuando busca al profesor después como egresado; es ahí cuando el docente se da cuenta que provocó un cambio positivo en su vida, eso para mí es gratamente significativo.
Algunos egresados todavía me hacen consultas o me escriben que los recomiende. Qué bueno tener la libertad de continuar acompañándolos en su proceso de crecimiento, eso para mí es fundamental. Hace 20 o 30 años los docentes éramos quienes hablábamos, éramos los que transmitíamos conocimiento, posteriormente pasamos a la figura de ser facilitadores, y ahora, estoy viviendo la era del profesor colaborador; actualmente me siento con el estudiante a construir su proceso de enseñanza y aprendizaje.
Hay profesores que asimilan la evolución de otra manera, para mí es estar reinventándome; ese es el reto enorme, eso es lo que me gusta y espero no dejar de ser nunca profesora.
Me motiva especialmente el inicio de cada semestre porque cuando empiezo un curso me exige actualizarme, asumo el rol de investigadora para refrescar conceptos y ejercicios para que los estudiantes se sientan que les entrego conocimiento de última generación. Ellos valoran mucho el conocimiento, algunas personas señalan que los estudiantes no quieren estudiar ahora y que por eso no ingresan a las universidades. Por el contrario, los jóvenes sí quieren estudiar, pero en otros formatos con contenidos pragmáticos, y si nos ubicamos en el pasado también estaba esa necesidad, pero no lo expresábamos tanto y no teníamos los medios que existen en la actualidad.
¿Cómo ha sido su experiencia como docente en el Rosario?
Ha sido una experiencia gratificante porque he encontrado un público con múltiples facetas, jóvenes que tienen la necesidad enorme por crecer, tienen muchos desafíos, y que tienen una presión enorme por los cambios en sus estilos de vida y en su entorno.
Valoro la calidez que he descubierto como docente y administrativa. Especialmente en la universidad le dan relevancia al rol del profesor, se preocupa por formarlo y ayudarle a desarrollar las competencias y habilidades que realmente cumplen un propósito más allá de educativo, es la transformación de vidas en los jóvenes. Eso es lo que más me ha conectado con la Universidad, esa sensibilidad que tiene hacia el profesor, porque tiene el poder de contribuir al crecimiento personal y profesional del estudiante, de romper paradigmas, de motivarlos a pensar diferente y de llevarlo a su propio autodescubrimiento.
Hay instituciones en donde uno se enfoca más en el tema profesional que en el personal, es algo que yo valoro mucho del Rosario. Ser una profesora enfocada a desarrollar ese pensamiento con sentido por la vida, por la familia, por la persona misma; eso es propio del ambiente rosarista.
Hay experiencias positivas y negativas que han fortalecido mi labor docente. Cuando me encuentro en una situación de defender la disciplina, se convierte en un reto gigante, como enseñar marketing a personas que vienen de otras carreras que jamás han tenido un acercamiento o aquellos
que juzgan el campo del conocimiento como algo superficial, ambas situaciones siempre me motivan porque me dan la oportunidad de cambiar sus percepciones.
Alguna vez me encontré con una estudiante a la cual le entregué una nota, me dijo: “Profesora, ¿entonces para aprobar esto me la tengo que fumar verde?”. Esa percepción que tienen del marketing es equivocada. Le dije no, primero eso es irrespetuoso con los profesionales de la disciplina, y segundo, tú no te la estás fumando verde y te voy a demostrar que eso no es así; fue finalizando el periodo cuando le dije: “¿Todavía tienes la misma percepción del marketing? Y me respondió: “No profesora, ya cambié de opinión”. El reto para mí ha sido cambiar la percepción hacia la disciplina.
Insisto, lo que viví como profesora de microeconomía fue muy diferente cuando pasé a ser profesora de marketing. Soy una economista fugada al marketing porque me convertí a esta disciplina. Me enseñó que hay que estudiarla permanentemente, que ahora más que nunca es una disciplina reconocida y demandada.
Con los estudiantes y egresados he creado vínculos; algunos son amigos, lo que valoro mucho. Otra cosa que ha sido para mí maravillosa es el reto de dar clase por fuera de Bogotá o del país, encontrarme con otras culturas que no son muy cercanas a nosotros, pero que al final el estudiante es estudiante, no importa dónde se encuentre.
Siempre he disfrutado ser profesora, es un tema vocacional porque lo replico dentro y fuera del aula. Seguramente en algún momento de la vida me detendré para abrir paso a las nuevas generaciones, pero para ese instante espero seguir compartiendo conocimiento desde otra perspectiva.
¿Cuáles son los logros que considera relevantes en su vida académica, en particular en su práctica docente?
En mi vida he sido bendecida porque he recibido 16 reconocimientos y durante mi paso por el Rosario he recibido dos. He recibido el premio como profesor distinguido, que fue en el 2018 y en el 2019 el premio de excelencia a la docencia Agustín Uricoechea y Navarro.
Por otro lado, en el 2017 recibí el premio Women to Watch, reconocimiento internacional otorgado por Advertising Age y la revista Publicidad y Mercadeo. Es un premio que reconoce a las mujeres que se destacan en el mundo de las comunicaciones y el mercadeo, era la primera vez en Colombia que reconocían a una académica, pues ya lo habían recibido gerentes en el mundo empresarial.
En el 2019 recibí el Premio Portafolio a Mejor Docente Universitario, era la tercera vez que era nominada, nunca había sido finalista. Al llegar a la final ya me sentía ganadora, ya que había logrado pasar ese umbral. En febrero de este año obtuve el premio Mención especial Profesor del Año de los premios Top 10 de la revista P&M en la categoría mercadeo.
Cuando estoy en el aula no me centro a hablarles de un tema técnico, busco pensar en la responsabilidad que tengo como profesora de conectarlos con lo emocional y de invitarlos a pensar en su propia realidad.
¿Cuál es su aporte a la Universidad y a los estudiantes?
Considero que mi principal aporte es pensar las necesidades de los estudiantes. Reto a mis estudiantes primero a que piensen de manera estratégica, que la decisión de haber elegido la Universidad del Rosario para su proyecto de vida es fundamental. No se trata solamente de acceder al conocimiento, es la necesidad de que se conecten con ellos y que hagan de esto parte de su vida. La labor que desarrollamos como profesores es realmente importante durante su trayectoria profesional porque siempre tenemos la responsabilidad de vincularnos a su crecimiento personal.
Considero que estudiar es una gran decisión. Si comparo el pensamiento de mis estudiantes del primer al último día es distinto. Lograr tocar el pensamiento del estudiante, desde una perspectiva humanista como la que otorga la Universidad es una experiencia única. Estoy convencida que a las personas tenemos que impulsarlas a que piensen en ellas, en sus necesidades interiores y luego comprender el rol que tienen en una sociedad.
Cuando estoy en el aula no me centro a hablarles de un tema técnico, busco pensar en la responsabilidad que tengo como profesora de conectarlos con lo emocional y de invitarlos a pensar en su propia realidad.
Todo el proceso de preparación y desarrollo de una clase me permite reinventarme. Reviso los textos y estos me exigen investigar y actualizarme.
¿Qué la inspira a enseñar?
Me inspira ayudar. Siento que con la enseñanza puedo ayudar a construir los sueños de alguien, a apoyar a un joven que quiere crecer en una organización, motivar a conocer y valor esta disciplina. Hay un mundo infinito en la enseñanza, está llena de transformaciones. Me gusta compartir con ellos buenas y malas prácticas, que encuentren utilidad en lo que estoy enseñando.
Todo el proceso de preparación y desarrollo de una clase me permite reinventarme. Reviso los textos y estos me exigen investigar y actualizarme. Hay temas que no los conozco todos, me considero una estudiante más de marketing porque uno en esta disciplina se desactualiza muy rápido. Siempre pienso en una frase que le dijo un estudiante a una profesora en Estados Unidos: “Profesora enséñeme algo que no encuentre en Google”, para mí eso es sagrado.
Tengo que desafiar a Google y al libro. No soy una profesora que replica libros, soy una profesora enfocada en el aprendizaje experiencial, pero dando importancia a los argumentos, teoría y práctica infaltables. Tal vez en internet o los libros encuentren cómo hacer un plan de marketing, pero jamás encontrarán el pensamiento estratégico. Encontrarán los conceptos, cómo ejecutarlo y los indicadores, pero nunca el análisis, la reflexión y pocas veces los resultados. Los profesores somos guías, orientadores y mentores exigentes, ese es nuestro gran valor, y esa es mi esencia como profesora.
Lina Echeverri
Correo: lina.echeverri@urosario.edu.co