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El legado del doctor Manuel Elkin Patarroyo

legado del doctor Manuel Elkin Patarroyo
La Rectoría de la Universidad del Rosario lamenta profundamente el fallecimiento del científico, doctor Manuel Elkin Patarroyo Murillo, médico inmunólogo y patólogo; y agradece su aporte a la investigación de este Claustro.

La Rectoría de la Universidad del Rosario lamenta profundamente el fallecimiento del científico, doctor Manuel Elkin Patarroyo Murillo, médico inmunólogo y patólogo, profesor titular de la Universidad Nacional, destacado investigador que lideró la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia (FIDIC), quien dedicó su vida al desarrollo de vacunas sintéticas, temática en la que era considerado referente en el mundo. Desde muy joven, convirtió en su propósito de vida encontrar una vacuna contra la malaria, una enfermedad que causa la muerte de miles de personas cada año en el mundo.

A lo largo de su trayectoría, recibió un sinnúmero de reconocimientos nacionales e internacionales, dentro de los que se destacan la Medalla de Edimburgo, el Premio Príncipe de Asturias, el Premio de la Fundación Léon Bernard, que otorga la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como diversos títulos de Doctorado honoris causa, otorgados por universidades nacionales e internacionales. Inspiró a sus estudiantes a amar la ciencia y formó a innumerables investigadores, quienes continuarán su legado no solo en Colombia, sino en diversos países. Es imposible pensar en ciencia en Colombia sin que el nombre del doctor Patarroyo sea un referente.

La Universidad del Rosario agradece su aporte a la investigación de este Claustro, donde fue un elemento definitivo para nuestra transformación a ser una Universidad de docencia que hace investigación, gracias a su contribución a través de la FIDIC en la formación de doctores en el Doctorado en Ciencias Biomédicas, así como con las publicaciones realizadas en conjunto con la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud y la Facultad de Ciencias Naturales.

A sus 78 años, conservaba una disciplina férrea de estudio y trabajo y persistía en la búsqueda de una solución definitiva a diversas enfermedades infecciosas, porque creía firmemente en que la ciencia debía estar al servicio de las necesidades de las personas y de la sociedad.

A sus familiares, especialmente a sus hijos María Cristina, Carlos Gustavo y Manuel Alfonso, quien continua con su legado como investigador en el campo de la inmunología, así como a sus demás familiares, amigos y colegas, nuestra más sentida condolencia. Colombia ha perdido a uno de sus científicos más brillante, ícono de la investigación e inspirador en la búsqueda del conocimiento como opción de vida.