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Conservación y restauración del medio ambiente desde la apropiación territorial en los centros poblados de Tasajeras e Isla del Rosario, Puebloviejo, Santa Marta

María Camila Mayorga, María Alejandra Martínez, Sara Toro, Nathali Galindo, Estefanía Pinto, Luisa Rodríguez y Hanna Franco

medio-ambiente

Facultad de Ciencias Naturales
Semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico

Autoras: María Camila Mayorga [1], María Alejandra Martínez [2], Sara Toro [3], Nathali Galindo [4], Estefanía Pinto [5], Luisa Rodríguez [6] y Hanna Franco[7]

Don Héctor [8]

Semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico (SSPS), Don Héctor, Relatos sobre la Ciénaga y el Ecoturismo (2024). [Centro Poblado de Islas del Rosario, Pueblo Viejo]  

“Tenemos un propósito: ayudar a recuperar la Ciénaga Grande de Santa Marta”
Don Héctor, pescador de Puebloviejo (2024)

Durante la segunda visita del semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico (SSPS) a la Ciénaga Grande de Santa Marta (CGSM), tuvimos la oportunidad de conocer a don Héctor, un pescador artesanal de Puebloviejo Magdalena, quien vive en el centro poblado de Islas del Rosario, lugar en el que pronunció la inspiradora frase con la cual damos inicio a este escrito. Don Héctor, miembro de la Asociación CRIAPEZ, es un líder comprometido con el apoyo a su comunidad y la generación de ideas para la transformación de su territorio.  La Ciénaga, que forma parte de su vida, es el sustento de la comunidad entera que la rodea, por lo que es importante entender su contexto para seguir hablando de ella.

Tal y como lo señala Vilardy Quiroga y González Nóvoa (2011), este cuerpo de agua es una ecorregión ubicada en la costa del Caribe colombiano, al norte del país. Una parte de su territorio es acobijado por Puebloviejo, un municipio que consta de siete centros poblados: Tasajeras, Isla del Rosario, Tierra Nueva, Bocas de Aracataca, Palos Prietos, Palmira, y Nueva Frontera. Dicha ecorregión es uno de los humedales más importantes de Colombia, ya que además de poseer una gran biodiversidad, ofrece servicios ecosistémicos como la regulación ambiental, que garantiza procesos ecológicos; la protección contra fenómenos ambientales; la provisión de alimentos y recursos naturales; y el enriquecimiento cultural mediante actividades tradicionales y turísticas (Rey, Rodríguez, y Mera 2022).

Como semillero, nuestras salidas de campo se han desarrollado en los territorios de Isla del Rosario y Tasajera con el objetivo de apoyar los proyectos comunitarios a favor de la conservación de la Ciénaga. A raíz de ello, el semillero está trabajando de la mano del proyecto ECOS Puebloviejo, una iniciativa liderada por la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario. Esta iniciativa busca proporcionar a la comunidad local un sustento económico sostenible a través del ecoturismo, permitiéndoles diversificar sus ingresos más allá de la pesca artesanal, su principal fuente de económica.

En este contexto, el semillero trabaja con la comunidad y la academia para desarrollar guías de biodiversidad que enriquecerán sus recorridos turísticos. Sin embargo, es necesario entender quiénes somos y cómo surge el semillero: en mayo del 2022, cuando algunos estudiantes de la Facultad de Ciencias Naturales mostraron interés por la clase de Sistemas Socioecológicos, y junto a la profesora María Viviana Granados –bióloga y magister en Desarrollo Rural–, se inició este espacio. Actualmente, somos 17 personas de diferentes carreras, entre ellas: Biología, Ciencias del Sistema Tierra, Relaciones Internacionales, Filosofía, Jurisprudencia, Sociología, Periodismo y Opinión Pública, Veterinaria y la Maestría en Administración de Empresas. El intercambio de visiones entre las diferentes disciplinas nos ha permitido abordar el territorio desde un enfoque integral, teniendo en cuenta sus componentes, interacciones y dinámicas socioecológicas.

Semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico

Semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico (SSPS), Conociendo sobre la conservación del mangle junto a las Mujeres resilientes de Tasajera (2023). [En su primera salida el semillero conoció esta asociación comunitaria que siembra mangle rojo, negro y blanco]. [Centro Poblado de Tasajera, Pueblo Viejo]

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Hasta ahora, el semillero ha visitado la comunidad en dos ocasiones: la primera, en diciembre del 2023 y la segunda, en junio del 2024. En estas experiencias hemos tenido un acercamiento a las dinámicas sociales, las relaciones con el entorno y los problemas que afectan al territorio. Las problemáticas en la Ciénega engloban diferentes temas, por ejemplo, y de acuerdo con Bermúdez (2019), la Ciénaga está en un delicado equilibrio entre la transformación humana y la necesidad de conservación, pues el ecosistema de la CGSM está en alto riesgo de desaparición. Las preocupaciones y acciones en el ordenamiento del territorio, la planificación urbana y el planeamiento sectorial no siempre coinciden en una estrategia coherente para estos pueblos paraninfos, lo que dificulta la implementación de soluciones sostenibles.

Según la Convención Ramsar, la Ciénaga Grande de Santa Marta fue declarada en 2016 como una zona prioritaria para su recuperación debido a su importancia ecológica (RAMSAR 2017). Sin embargo, las estrategias de conservación implementadas tanto por asociaciones locales, como por instituciones externas han enfrentado problemas dentro del territorio, lo que ha dificultado que los esfuerzos sean efectivos. La contaminación –tanto local como de regiones vecinas– sumada a las alteraciones históricas del ecosistema –como la construcción de carreteras que han modificado los flujos de agua–, han contribuido significativamente a la degradación del entorno natural (Aponte 2018). Esta interrupción del flujo hídrico y el aumento de la salinidad provocaron una pérdida masiva de bosques de manglar, cuya extensión sigue siendo considerablemente menor en comparación con los niveles históricos, a pesar de cierta recuperación a finales de los noventa («Ecosistema Fisiográfico de La Ciénaga Grande de Santa Marta» 2013).

Además, la deforestación, el desecamiento de ciénagas menores y la falta de infraestructura sanitaria adecuada (Rey, Rodríguez, y Mera 2022) han tenido un impacto negativo tanto en el equilibrio ecológico de la región como en la calidad de vida de las comunidades locales. Estas comunidades, tradicionalmente dependientes de la pesca y otras actividades relacionadas con la ciénaga, ahora enfrentan una disminución en los recursos pesqueros, que, junto con la contaminación del agua, supone un riesgo para su subsistencia. Lo anterior debido a que los residuos sólidos, que pueden filtrarse en el suelo y las fuentes de agua, contienen una variedad de contaminantes como metales pesados, productos químicos tóxicos y microplásticos. Tales residuos pueden causar daños, a largo plazo, a la comunidad, la fauna y flora local (Barrera y Bonilla 2023), incluyendo los manglares que protegen la costa de la erosión y las mareas altas, exacerbadas por el cambio climático.

A esto se suman las consecuencias de la falta de correspondencia entre las normativas ambientales y las realidades locales, lo que ha generado tensiones y conflictos sociales (Rey, Rodríguez, y Mera 2022). Los esfuerzos por proteger el medio ambiente a menudo entran en conflicto con las necesidades inmediatas de las comunidades; la centralización de las decisiones políticas y jurídicas ha generado un sentimiento de insatisfacción entre los habitantes. La situación se agrava aún más por la presencia de actores violentos y la influencia del conflicto armado, lo que ha dejado a la región en un estado de abandono institucional (Rey, Rodríguez, y Mera 2022).

Teniendo en cuenta lo anterior, la educación ambiental, al ser un proceso interactivo y dinámico, es la piedra angular para crear en el ser humano una conciencia de cuidado, y abordar la problemática socioambiental en la que se vea inmerso. Además, debe garantizar la consolidación de actitudes, hábitos, valores y conocimientos necesarios para interpretar y llevar a cabo acciones de conservación del medio ambiente (Herrera-Mendoza, Acuña, Ramírez, y De la Hoz, 2016). Dado que las problemáticas ambientales y sociales están intrínsecamente relacionadas, su abordaje conjunto es esencial para alcanzar soluciones sostenibles y efectivas. En este sentido, el semillero adopta un enfoque interdisciplinario para comprender y respaldar proyectos comunitarios destinados a la restauración y conservación del territorio, demostrando que la apropiación territorial sostenible en armonía con el entorno influye positivamente en la preservación del medio ambiente y en el desarrollo comunitario, como se ejemplifica en el caso de Pueblo Viejo (Islas del Rosario y Tasajera).

Semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico (SSPS)

Semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico (SSPS), Aprendiendo sobre pesca Sostenible junto a saberes de Criapez y el INVEMAR (2023). [Centro Poblado de Islas del Rosario, Puebloviejo] 

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Territorialidad y restauración del medio ambiente

Dado el contexto anterior, como semillero, hemos abordado estas problemáticas estudiando la territorialidad en la CGSM al integrar la teoría y la práctica, logrando una comprensión más profunda del entorno. Hemos colaborado activamente con la comunidad en su proceso de transformación a un territorio que le apuesta a la sostenibilidad, desde su cotidianidad, sus acciones y el valor que le otorgan. Como grupo, hemos co-creado prácticas que apoyan los proyectos existentes en la comunidad y que aseguran un legado sostenible para las futuras generaciones.

Dicho esto, es fundamental partir desde las aproximaciones teóricas que se han desarrollado sobre “Territorio”, como, por ejemplo, la expuesta por la autora Friedemann, antropóloga colombiana, quien nos dice que “El territorio es un elemento crucial de la identidad colectiva de las comunidades, un espacio donde se construyen y mantienen los lazos sociales y culturales” (Friedemann 2001).

En ese sentido, la autora nos dice que el territorio no es simplemente una extensión geográfica, sino un espacio cargado de significados históricos, culturales, sociales y espirituales. Su enfoque revela cómo el territorio es fundamental para la identidad, la memoria histórica, la cohesión social, la vida espiritual y la resistencia de las comunidades. Estos aspectos son esenciales para comprender la profunda conexión que las comunidades tienen con su tierra y la importancia de proteger sus derechos territoriales. Además, los estudios de Friedemann han sido de inspiración para la Corte Constitucional, para entender el concepto de territorio en diferentes comunidades que presentan dinámicas similares.

Luego de tener un punto de partida, y un concepto claro, decidimos articularlo con la mirada e interpretación de los habitantes del territorio. Nuestra conexión con las familias de pescadores, las experiencias y las conversaciones han permitido una interpretación sistémica del territorio y el contexto que los rodea. Durante las salidas de campo, la comunidad ha expresado un fuerte sentimiento de pertenencia territorial, reflejado en sus respuestas a los retos ambientales, sociales y económicos, lo que ha impulsado la creación de asociaciones y proyectos de conservación.

SSPS  Semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico  1

Semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico (SSPS), Participando junto a la comunidad en el Diplomado de Desarrollo Sostenible y Conservación de ECOS Pueblo Viejo (2024). [Se elaboró un mural sobre los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) en nuestra segunda salida de campo] [Centro Poblado de Islas del Rosario, Puebloviejo]

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En Colombia, la Sentencia T-025 de 2004 de la Corte Constitucional reconoció los derechos territoriales de comunidades afrocolombianas, indígenas y raizales, subrayando la necesidad de proteger sus territorios para preservar su identidad, cultura, ecosistemas y modos de vida. De manera similar, el Acto Legislativo 01 de 2023 reconoce al campesinado colombiano como sujeto de especial protección debido a su vínculo con la tierra, fundamental para la soberanía alimentaria. Sin embargo, la Ciénaga Grande de Santa Marta (CGSM) no ha sido formalmente incluida en estas categorías, aunque las comunidades locales han demostrado un fuerte compromiso con la conservación del ecosistema a través de prácticas de restauración ecológica y proyectos comunitarios. Esto sugiere que la importancia del territorio trasciende las clasificaciones oficiales, planteando el desafío de considerar el reconocimiento de las comunidades de la CGSM como sujetos de especial protección.

No obstante, la Sentencia T-596 de 2017 registró que es posible identificar una relación causal entre la perturbación del medio ambiente y el mínimo vital. Sin embargo, en el caso de los pescadores de la CGSM, no se consideró una amenaza real a sus derechos fundamentales, declarando improcedente la tutela (T-596, 2017), y sugiriendo la acción popular como mecanismo adecuado. “Esto evidencia la falta de articulación del Estado y la centralización de competencias, así como la necesidad de ampliar las visiones del derecho para abordar las tensiones entre el mercado y el equilibrio ecológico y social” (Rey, Rodríguez, y Mera, 2022).

Este es el caso de La Asociación de pescadores CRIAPEZ, ubicado en el sector de Isla del Rosario. Estos pescadores promueven prácticas de pesca responsable; sin embargo, poseen un gran reto y es que para alimentar a sus peces deben hacerlo con lisa, una especie altamente amenazada por su sobreexplotación para interés comercial. A pesar de este desafío, han logrado avances positivos en la restauración del bosque de manglar talado por la construcción de la carretera troncal del Caribe, lo que ha mejorado la seguridad alimentaria, los ingresos económicos de las familias locales y la salud del ecosistema acuático. La Asociación de Mujeres Resilientes de Tasajera también contribuye a la restauración del manglar y la creación de viveros, promoviendo la resiliencia económica a través de la producción y venta de productos derivados del manglar, lo que ha fortalecido su empoderamiento e independencia económica dentro de su comunidad. Por otro lado, la asociación Cultivadores de Sueños y Esperanzas se dedica a la restauración del manglar y la reforestación de áreas degradadas de la ciénaga, promoviendo la educación ambiental y la participación comunitaria a través de la creación de viveros y jornadas de siembra en áreas estratégicas. Es importante señalar que estas prácticas de trasformación tienen su punto de partida en una compresión renovada de lo que significa el territorio, como lo expresan algunos de nuestros entrevistados y líderes de las organizaciones mencionadas:

 

“El territorio es como los manglares, resiliente, guardianes, protectores, con las raíces pies en la tierra, así me identifico con el territorio” (Marta, líder, 2024)

Semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico (SSPS), Plantando Mangle

Semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico (SSPS), Plantando Mangle para crecer y conservar junto a Criapez (2024). [Ciénaga Grande de Santa Marta, Magdalena]

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“Bueno, primeramente agradecido con el territorio por permitirnos ayudar a que se restaure el sitio, el resto es la regeneración y como tal el territorio solo se puede regenerar pero nosotros debemos darle una ayudita, en este caso sembrar manglares es importante, eso significa productividad, calidad de vida, eso significa poder educar a los hijos, esto es de todo, como siempre digo, esto es el aporte de cada uno, finalmente agradecerles a ustedes a la universidad por estar acá porque sé que esto nos va permitir a nosotros a darle visibilidad y que más personas apoyen esta causa” (Héctor líder, 2024).

En resumen, aunque las comunidades locales no están formalmente reconocidas como poseedoras de una conexión especial con su territorio, como algunas comunidades afrodescendientes, raizales e indígenas en Colombia, comparten dinámicas similares de apropiación territorial. A pesar de la diversidad cultural y los distintos antecedentes de los habitantes, se observa un fuerte compromiso colectivo en la restauración y conservación del territorio, lo cual también preserva sus costumbres y tradiciones, como el festival del caimán, las décimas, la pesca, los manglares y su gastronomía. Esto resulta relevante, ya que, dentro de su discurso diario, vive la palabra “resiliencia”, reflejando su dedicación a proteger su entorno y a trabajar en equipo para mantenerlo.

Desarrollo sostenible e internacionalidad en la ruralidad

Hoy en día, uno de los principales desafíos en el escenario global son los riesgos ambientales. En 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Agenda 2030, que incluye 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estos objetivos constituyen un plan de acción en el que los estados se comprometen a destinar y movilizar recursos para abordar los retos y necesidades de sus poblaciones. Los ODS son claves dentro de este territorio porque algunos de ellos se aproximan a las problemáticas de Puebloviejo: la pobreza, hambre cero, salud y bienestar, agua limpia y saneamiento, trabajo decente y crecimiento económico, vida submarina, entre otros.

Asimismo, es importante destacar que el Desarrollo sostenible está comprometido con satisfacer las necesidades de las generaciones actuales sin la reducción de los recursos y necesidades de las futuras. Este término logra incluir dimensiones económicas, sociales y medio ambientales (Becerra 2018), afines al trabajo que se hace en la ciénaga, donde sus habitantes buscan recuperar, mantener y cuidar su región. Aunque el Gobierno Nacional de Colombia ha adoptado los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 (Departamento Nacional de Planeación 2024), el territorio se ve aun afectado por las problemáticas anteriormente presentadas.

Teniendo en cuenta el contexto de esta región, resulta imperativo la presencia de actores internacionales que apoyen esta población. Los acuerdos internacionales reconocen la urgencia de preservar nuestro planeta y la CGSM no es indiferente a este llamado. Proyectos alineados a los ODS, enfocados en mejorar la salud del ecosistema e implementar prácticas sostenibles para gestionar los recursos de la Ciénaga, se han materializado a través de la financiación de proyectos por parte de Cooperación internacional. Entidades como el Banco de Desarrollo de la República de Alemania KfW, destinó 8 millones de euros para la siembra de uva playera (Coccoloba uvifera) con el fin de mitigar los efectos de la erosión costera en la Ciénaga. Actualmente, se está llevando a cabo otro proyecto de cooperación entre Organizaciones Internacionales y el Gobierno Nacional, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF), que en conjunto hicieron una inversión de USD 8 millones para la restauración ecológica de manglares, caños y el restablecimiento de conexiones a través de los canales de la Ciénaga.

Conclusión

La combinación de diversidad poblacional, falta de reconocimiento histórico y cultural, fragmentación socioeconómica y la ausencia de un marco jurídico específico, ha contribuido a que no exista un concepto de conexión territorial formalmente reconocido en la Ciénaga Grande de Santa Marta, como ocurre con los raizales en San Andrés. Sin embargo, no se necesitan formalismos para reconocer que la comunidad, a través de sus esfuerzos, está apostando por preservar sus memorias colectivas y garantizar que sus vivencias en el territorio perduren para las generaciones futuras.

De esta forma, se evidencia que la conservación y restauración del medio ambiente en los centros poblados de Tasajera e Isla del Rosario, así como la apropiación territorial, son procesos vitales para el desarrollo sostenible y la preservación del ecosistema de la Ciénaga Grande de Santa Marta (CGSM). Mediante la participación activa de las comunidades locales en proyectos de restauración ecológica, como la reforestación de manglares y la promoción de prácticas de pesca responsable, se ha logrado fortalecer no solo el entorno natural, sino también la cohesión social y cultural de estos territorios. “El reto debe ser que los desarrollos en el ámbito de la protección ambiental respondan a un proceso dialógico y de amplia incidencia social. Por ejemplo, a través de la elaboración de los planes de manejo de las áreas o de los diversos planes de ordenamiento, que deberían funcionar de manera relacionada y coordinada entre los diferentes actores, teniendo en cuenta procesos de concertación y participación idóneos para las comunidades” (Rey, Rodríguez, y Mera 2022).

Los esfuerzos de asociaciones como CRIAPEZ y las Mujeres Resilientes de Tasajera reflejan una profunda conexión con su entorno y un compromiso con la preservación de sus recursos naturales. Estos grupos han demostrado que la apropiación del territorio no solo es un acto de supervivencia, sino también de resiliencia, donde la identidad cultural y la sostenibilidad se entrelazan para garantizar un futuro más prometedor para sus comunidades.

Bibliografía

Aponte, Pedro Alonso Camacho. 2018. «Análisis de los impactos negativos en la Ciénaga Grande de Santa Marta por el desbalance».

Barrera, Iván Camilo Sánchez, y Hernán Quijada Bonilla. 2023. «INSTITUTO NACIONAL DE SALUD».

Bermúdez, Walter. 2019. «Gestión ambiental para minimizar la contaminación de la biodiversidad en los pueblos lacustres Ciénaga Grande de Santa Marta Magdalena-Colombia». Revista Arbitrada Interdisciplinaria Koinonía IV (7): 128-46.

Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-025/04. Enero 22, 2004.

Congreso de Colombia. Acto Legislativo 01 de 2023. Julio 05, 2023

«Ecosistema Fisiográfico de La Ciénaga Grande de Santa Marta». 2013. 26 de junio de 2013. https://www.corpamag.gov.co/en/informacion-ambiental/ecosistemas-fisiog….

Friedemann, Memorias y relatos del territorio: una perspectiva afrocolombiana, 2001

Naciones Unidas. Nuestro Futuro Común: Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. 4 de agosto de 1987. https://www.ecominga.uqam.ca/PDF/BIBLIOGRAPHIE/GUIDE_LECTURE_1/CMMAD-In….

Rey, Andrés Gómez, Gloria Amparo Rodríguez, y Álvaro José Henao Mera. 2022. «Derecho y conflictos ambientales: la situación en la Ciénega Grande de Santa Marta en Colombia». Revista CIDOB d’Afers Internacionals, n.o 130, 97-117.

Ramsar,”Misión Ramsar de Asesoramiento No.82” Sitio Ramsar Delta Estuarino del Rio Magdalena Ciénaga Grande de Santa Marta, enero 2017. https://www.ramsar.org/sites/default/files/documents/library/ram82_cienaga_grande_s.pdf

 

Imágenes:

  1. Semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico (SSPS), Don Héctor, Relatos sobre la Ciénaga y el Ecoturismo (2024).
  2. Semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico (SSPS), Conociendo sobre la conservación del mangle junto a las Mujeres resilientes de Tasajera (2023).
  3. Semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico (SSPS), Aprendiendo sobre pesca Sostenible junto a saberes de Criapez y el INVEMAR (2023).
  4. Semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico (SSPS), Participando junto a la comunidad en el Diplomado de Desarrollo Sostenible y Conservación (2024).
  5. Semillero de Socioecología y Pensamiento Sistémico (SSPS), Plantando Mangle para crecer y conservar junto a Criapez (2024)

 

 

 

[1] Estudiante de último año de Jurisprudencia, Universidad del Rosario.

[2] Egresada de Filosofía, Universidad del Rosario, y Estudiante de maestría en Administración de empresas, Universidad del Rosario.

[3] Estudiante de sexto semestre de Periodismo y Opinión Pública, y cuarto semestre de Ciencias del Sistema Tierra, Universidad del rosario.

[4]  Estudiante de sexto semestre de Biología, Universidad del Rosario.

[5]  Estudiante de sexto semestre de Biología, y cuarto semestre de Ciencias del Sistema Tierra, Universidad del Rosario

[6] Estudiante de tercer semestre de Biología, Universidad del Rosario.

[7] Estudiante de séptimo semestre de Relaciones Internacionales, y segundo semestre de Biología, Universidad del Rosario.

[8] “Segunda salida de campo del semillero, Ciénaga grande de Santa Marta”. Julio 2024.

"Primera salida de campo del semillero, vivero de la Asociación de Mujeres Resilientes de Tasajera”. Diciembre 2023.[9]

[10] “Primera salida de campo del semillero, actividad de concientización de gestión y uso de plásticos en la asociación Criapez”. Diciembre 2023.

[11] “Segunda salida de campo del semillero, participación en el módulo de sostenibilidad del diplomado del proyecto Ecos Puebloviejo, junto con la comunidad se elaboró un mural sobre los objetivos de desarrollo sostenible (ODS)”. Julio 2024.

[12] Segunda salida de campo del semillero,” actividad de siembra de mangle rojo con la asociación Criapez”. Julio 2024.