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En el Libro de elecciones de 1707: historia del Rosario colonial

Inicio del manuscrito, de una mano no muy cuidada. Tachones y textos superpuestos dificultan la lectura.

Los investigadores del Archivo Histórico de la Universidad del Rosario estamos en deuda con el utilísimo Rectores y rectorías del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, 1653-2003, obra monumental de María Clara Guillén, entonces directora. Se trata de la ordenación y edición de documentos para entender la historia de los puestos directivos de la Universidad, en sus primeros 350 años. Les presentaremos ahora una de las fuentes que trabajó Guillén, mediante la edición y comentario de un escrito breve, a manera de preámbulo del Libro segundo de elecciones de S[eño]res Rectores, Viserrectores y Cathedraticos de este Colegio de N[uestra] S[eño]ra del Ross[ari]o del R[ea]l Patron[a]to.

Como lo sugiere el título (y en ello insistirá el curioso autor del Preámbulo), el manuscrito es parte de una serie: el Segundo es nuestro actual volumen 123; el tercero, 124; otro, que no hace parte de la serie y principia en 1780, 126. El primer libro de elecciones fue despojado de sus hojas, según veremos...

A continuación, presentamos la transcripción del texto, seguida de la edición y numerosas notas para su inteligencia.

 

Tachones y textos superpuestos dificultan la lectura
Inicio del manuscrito, de una mano no muy cuidada. Tachones y textos superpuestos dificultan la lectura.

 

 

Non vos elegistis me, sed ego elegi vos[1]

Al fundador de la sciençia

D[o]n Fr[ay] Xptoual de Torres

le deuemos los honores

que gosamos en su ausiençia

 

El año de mill setesientos, y siete hize este libro q[u]e consta de siento y siete fo-

jas con el titulo de elecçiones y llamelo lib[ro] 2. (aunq[ue] pudiera dezir primero) por

q[u]e el primero son unas foxas, q[u]e las mas q[u]e faltan parese siruieron p[ar]a sobre cartas ô de supl-

ir algunos resiuos. y fio de Dios q[u]e no susedera con este lo uno porq[u]e sera mala

correspondençia al afecto y deseo conq[u]e lo hize porq[u]e se conserue en tan yll[ust]re Cole-

gio una formalidad tan nessesaria q[u]e no auia; o q[u]e se hazia en abrebiatura[2]; lo otro

q[u]e siuien el buen trato del libro, y el fin tan honesto, y bueno no me parese q[u]e au-

ra mano q[u]e le quite las ojas, ô las q[u]e no quitare las escriua de otra cosa

q[u]e no sean las Elecçiones de S[eñores] R[ectore]s y Vis[errectores] y S[eñores] Cathedraticos (como empiensa en

folio 70) y mas quando no intento sacar aplauzo de auer sido el primero lo

uno por el titulo de ser 2.o el libro q[u]e ya supone primero a quien se deue el

renombre de inuentor. lo otro q[u]e asi lo halle metaforisado, en el tit[ulo] del Psalmo ve-

inte y nuebe, q[u]e dize assi Psalm[us] cantici i[n] dedicatione Dom[us] Dauid. El Psalmo del

cantico en la dedicazion de la caza de Dauid. Lo qual no se a de entender de la

Cassa de Dauid en q[u]e viuia (dijo Lira[3] con el Yncognito[4]) sino del templo q[u]e

edifico Salomon, porq[u]e en ninguna parte de la Scriptura se hallara q[u]e

Dauid dedicase a Dios su caza; y aqui esta la duda y es q[u]e porq[u]e el tem-

plo que edifico Salomon se a de dezir de Dauid; sed [dos palabras] dize el Yn-

 

 

Portada del Libro segundo de elecciones
Portada del Libro segundo de elecciones. Muchas plumas se probaron en ese folio.

 

[folio 2v]

cognito quare: q[uo]d templum p[er] Salomonis ędificatum di[ci]t[u]r Domus Dauid y responde al

intento de mi asumpto assi tum quia ipse primus inuentor fuit et imaginator

illius tum quia omnes impensas templi preparauit, tum quia descripsionem templi dedit Salomoni[5]

bien; fue Dauid el primer inuentor del templo el q[u]e dio los materiales y

la descripsion de la fabrica; pues aunq[u]e Salomon aiga dado la perfecion a la fabri-

ca, como no fue el primero, y el Ynuentor de la obra, no sera Salomon el

q[u]e se lleue el renombre, lleuese David el aplauzo q[u]e fue el primero q[ui]a ipse

primus inuentor fuit. aqui pudiera dejarlo pero no me permiten las circunstançias sol-

tar la pluma lo uno porq[u]e no exede mi humildad ni quiero q[u]e lo paresca, y que aun

siendo segundo no deje de tener gusto de sacar algun aplauzo. lo otro porq[u]e en algun mo-

do cuido reparar lo q[u]e esta caido y esto pudiera tener el aplauzo referido. Vease el

templo de q[u]e hablo el Eccl[esiastico] 50 quando dijo de Simeon hijo de Onias estas palabras templi etiam

altitudo ab ipso fundata est y si se lee con atençion se hallara q[u]e los q[u]e edificaron fueron

Zorobabel y el hijo de Josedech en tiempo de Ciro[6]. Esto consta del lib[ro] de Esdras y esto mi-

smo origina la duda porq[u]e si fueron los dos los q[u]e edificaron el templo como dize el

Eccle[siatico] q[u]e fue Simeon hijo de Onias el q[u]e edifico el templo templi etiam altitudo ab ipso

fundata est. Lyra responde a mi intento con estas palabras fundata est, id est resarsita, et ad

firmitatem reducta erat, non exposita ventis et pluuiis propter quod indigebat reparase[7]. pues

bien dize el Eccle[siatico] q[u]e si Simeon fue el q[u]e reparo, y redifico el templo no deje de sacar a-

plauzo y digase quia ab ipso fundata est. esto es lo mismo que susedio con el primero libro pues

el q[u]e queria sacaba el papel q[u]e le paresia nesesario; a estos vientos estaua espuesto

el q[u]e fue primero y pongo este 2.o en manos de los s[eño]res rectores para q[u]e este seguro asi lo siento co-

legio m[aior] del R[ea]l Patronato y Agosto 10 de 707 años.

La lista de rectores principia con Cristóbal de Araque
La lista de rectores principia con Cristóbal de Araque, “el primero de los clérigos”. No se indica que nunca ejerció el empleo.

 

Edición del texto

Non vos elegistis me, sed ego elegi vos

 

Al fundador de la ciencia,

don fray Cristóbal de Torres,

le debemos los honores

que gozamos en su ausencia.

 

El año de mil setecientos y siete, hice este libro, que consta de ciento y siete fojas[8], con el título de Elecciones, y llamelo libro 2 (aunque pudiera decir primero) porque el primero son unas fojas, que las mas que faltan parece sirvieron para sobrecartas o de suplir algunos recibos. Y fio de Dios que no sucederá con este: lo uno, porque será mala correspondencia al afecto y deseo conque lo hice, porque[9] se conserve en tan ilustre Colegio una formalidad tan necesaria, que no había o que se hacía en abreviatura; lo otro que, si bien el buen trato del libro y el fin tan honesto y bueno, no me parece que habrá mano que le quite las hojas, o las que no quitare las escriba de otra cosa que no sean las elecciones de señores rectores y vicerrectores, y señores catedráticos (como empieza en folio 70), y más cuando no intento sacar aplauso de haber sido el primero. Lo uno, por el título de ser 2.o el libro, que ya supone primero, a quien se debe el renombre de inventor[10]. Lo otro, que así lo halle metaforizado, en el título del Salmo veinte y nueve, que dice así: Psalmus cantici in dedicatione Domus Dauid [el Salmo del cántico en la dedicación de la casa de David]. Lo cual no se ha de entender de la casa de David, en que vivía (dijo Lira con el Incógnito), sino del templo que edificó Salomón, porque en ninguna parte de la Escritura se hallará que David dedicase a Dios su casa. Y aquí está la duda y es que porque el templo que edificó Salomón se ha de decir de David; sed [dos palabras] dice el Incógnito: quare: quod templum per Salomonis ędificatum dicitur Domus Dauid y responde al intento de mi asunto así: tum quia ipse primus inuentor fuit et imaginator illius tum quia omnes impensas templi preparauit, tum quia descripsionem templi dedit Salomoni. Bien, fue David el primer inventor del templo, el que dio los materiales y la descripción de la fábrica; pues aunque Salomón haiga[11] dado la perfección a la fábrica, como no fue el primero y el inventor de la obra, no será Salomón el que se lleve el renombre: llévese David el aplauso que fue el primero quia ipse primus inuentor fuit. Aquí pudiera dejarlo, pero no me permiten las circunstancias soltar la pluma: lo uno, porque no excede mi humildad ni quiero que lo parezca y que, aun siendo segundo, no deje de tener gusto de sacar algún aplauso; lo otro, porque en algún modo cuido reparar lo que esta caído y esto pudiera tener el aplauso referido. Véase el templo de que habló el Eclesiástico 50, cuando dijo de Simeón, hijo de Onías, estas palabras: templi etiam altitudo ab ipso fundata est, y si se lee con atención se hallará que los que edificaron fueron Zorobabel y el hijo de Josedec, en tiempo de Ciro. Esto consta del libro de Esdras y esto mismo origina la duda, porque si fueron los dos los que edificaron el templo, como dice el Eclesiástico que fue Simeón, hijo de Onías, el que edificó el templo, templi etiam altitudo ab ipso fundata est. Lyra responde a mi intento con estas palabras: fundata est, id est resarsita, et ad firmitatem reducta erat, non exposita ventis et pluuiis propter quod indigebat reparase. Pues bien dice el Eclesiástico que, si Simeón fue el que reparó y reedificó el templo, no deje de sacar aplauso y dígase quia ab ipso fundata est. Esto es lo mismo que sucedió con el primero[12] libro, pues el que quería sacaba el papel que le parecía necesario: a estos vientos estaba expuesto el que fue primero y pongo este 2.o en manos de los señores rectores para que esté seguro. Así lo siento, Colegio Mayor del Real Patronato y agosto 10 de 707[13] años.

 

El archivo del Rosario colonial.

El texto que copiamos mezcla diversas materias, interesantes en varios respectos. Primero, el cariño filial de los rosaristas por su Fundador. Luego, la declaración de que el primer libro de elecciones sirvió otros fines: suministrar papel, seguramente escaso y costoso, para varios usos. Nos dice que inicia el registro electoral en 1707, pero no sabemos si fue espontáneo o por orden de su rector. En cualquier caso, nuestro protoarchivista entiende la importancia de su misión: “una formalidad tan necesaria, que no había o que se hacía en abreviatura”. Llama la atención que desconfíe de que a su obra le pueda pasar lo que al primer libro... A continuación, una difícil argumentación bíblica sobre si le corresponde mérito de “inventor” del libro de elecciones o, cuando menos, de “restaurador”. La redacción es difícil, como se dijo, pero no deja de intentar algún adorno propio: “Aquí pudiera dejarlo, pero no me permiten las circunstancias soltar la pluma” y “el que quería sacaba el papel que le parecía necesario: a estos vientos estaba expuesto el que fue primero”, traduciendo del latín y adaptando la frase a su “intento”. La metaforización del título, si entendimos bien, consiste en entender segundo por primero; como cuando el salmo dice casa de David, refiriéndose a la de Salomón.

El Libro de elecciones, que su anónimo autor confió a los señores rectores, ha llegado hasta nosotros, como invaluable fuente histórica de la Universidad.


 

[1] Juan, 15-16: Vosotros no me elegisteis, sino yo a vosotros.

[2] ‘Abreviatura’ en el sentido de ‘resumen’. Cf. la cita que el Diccionario de autoridades aduce, en la entrada ‘abreviación’: “Distinguiólos por quarenta y quatro libros, la abreviación de los quales fizo Justino”.

[3] Nicolás de Lira, influyente teólogo y exégeta (c. 1270-1349).

[4] Doctor Incognitus, sobrenombre de Michele Aiguani (también da Bologna), carmelita del siglo XIII, autor entre otros de unos Commentaria in Psalmos Davidicos, impresos con la indicación “Auctoris Incogniti”.

[5] Una cita resumida del Incógnito: “tum quia ipse primus inuentor fuit, & imaginator

illius aedificij, tempore suo illud facere voluit, sed de mandato Domini fuit prohibitus; tum etiam quia omnes impensas templi praeparauit, tum quia descriptionem templi, & aedificiorum in circuitu, vasorum, & utensilium dedit Salomoni”. Commentaria in Psalmos Davidicos Auctoris Incogniti, etc. Lugduni: sumptibus Petri Landry, 1613.

[6] El reinado de Ciro II el Grande, c. 559-30 a. C.

[7] La glosa de Lira es así: Templi et[iam] alti[tudo] ab ipso. idest, resarcita. & ad firmitatem reducta, erat enim exposita ventis, & pluuiis magis, quam partes cæteræ, propter quod indigebat reparatione [La altura del templo también por el mismo. Es decir: reparada y afirmada, pues estaba más expuesta a los vientos y las lluvias que las demás partes, por lo que pedía reparación]. Bibliorum Sacrorum cum glossa ordinaria... tomus tertius. Venetiis, M DCIIII. AHUR E26N049.

[8] “Foja. Hoja de papel, sobre todo de un documento oficial”. RAE, DLE. Es curioso que el académico Diccionario de americanismos no registre el uso de la palabra en Colombia.

[9] Este ‘porque’ tiene el sentido de nuestro ‘para que’: no es causal, sino final.

[10] En el sentido de ‘creador’, ‘autor’.

[11] “Asimismo, hoy son ajenas a la norma culta las formas de presente de subjuntivo ‍haiga, ‍haigas, etc., en lugar de haya, hayas, etc.”. RAE, Diccionario panhispánico de dudas. Examinando en CORDE, puede decirse que la forma haiga era corriente hasta el siglo XVIII, luego se usa en la literatura como toque costumbrista del habla popular.

[12] El ordinal primero hoy suele hacer apócope de e, delante de sustantivo.

[13] En la indicación de fechas, solía omitirse el numeral mil.